La invitación a Donald Trump y el
sometimiento a él fue un desastre político que va mucho más allá del ridículo o
la humillación. El coprotagonista del encuentro, el presidente Enrique Peña
Nieto, abrió las puertas, empoderó y promovió al candidato republicano, alguien
que el propio mandatario califica como una amenaza para el Estado mexicano. Y
abrirle las puertas a una amenaza al país se llama traición a la patria. Por esto,
de acuerdo con el constitucionalista Elisur Arteaga, el presidente puede ser
denunciado ante el Senado, que tiene la facultad para tramitar un juicio
político y sentenciarlo a pena de cárcel.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-
El presidente Enrique Peña Nieto elevó a rango de amenaza a la seguridad
nacional la candidatura de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos. Y,
pese a ello, lo invitó a México y le permitió relanzar, desde aquí, su campaña.
De acuerdo con especialistas, esa decisión lo expone a ser denunciado por
traición a la patria.
“Cualquiera puede presentar
una denuncia ante el Congreso por traición a la patria, para que los
legisladores determinen en un juicio político si el titular del Ejecutivo
cometió ese delito” al recibir, el 31 de agosto en la residencia oficial de Los
Pinos, al magnate estadunidense y abierto opositor a México, considera el
constitucionalista Elisur Arteaga.
Ante el amplio rechazo social
que generó la invitación a Trump y el hecho de que Peña le dio trato presidencial
en una conferencia de prensa –tras lo cual el candidato republicano voló a
Arizona para insistir en que México pagará por la construcción de un muro
fronterizo– el mandatario mexicano se presentó la noche del mismo miércoles
frente a las cámaras de Televisa, en el noticiario 10 en Punto, para justificar
la recepción en Los Pinos.
Aseguró que lo hizo para
“enfrentar la amenaza y el riesgo que hay sobre nuestro país” con el candidato
del Partido Republicano en Estados Unidos. “Algunos de los posicionamientos que
(Trump) ha hecho sí representan una amenaza para el futuro de México”. Durante
los 10 minutos de entrevista, de forma reiterada, habló de “riesgo y amenaza”
para México.
Al siguiente día, el jueves
1, en su encuentro a modo con un grupo de jóvenes (en un cambio de formato del
Informe presidencial), insistió en colocar a Trump como un peligro para la
seguridad del Estado mexicano. “Sin duda, en varias de las propuestas del
candidato Trump hay una amenaza real para México, hay un riesgo real para
México de cara a su futuro y desarrollo”.
Peña Nieto remarcó una y otra
vez: “Ante las posturas y posicionamientos del candidato Trump, que claramente
representan una amenaza para el futuro de México, había que hablar, era
necesario dejarle sentir y saber por qué México no acepta esas posiciones”.
Sin decirlo expresamente, el
presidente recurrió al concepto de seguridad nacional, y consideró que los
dichos del candidato presidencial estadunidense son actos contrarios al Estado
mexicano; es decir, contra el territorio, la población y el gobierno.
Ni en Televisa ni en el foro
controlado que tuvo con jóvenes Peña Nieto aclaró si su invitación a la
candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, también obedecía a razones de
riesgo o amenaza. Hasta el viernes 2, la exsecretaria de Estado y exsenadora
estadunidense no había respondido a la convocatoria del mexicano.
Fragmento del reportaje que se publica
en la edición 2079 de la revista Proceso, ya en circulación.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL /JORGE
CARRASCO ARAIZAGA/ 3 SEPTIEMBRE, 2016)
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