De
los mil diablos comenzó en Hermosillo la antepenúltima semana que le queda al
actual gobierno antes de irse con su música a otra parte.
Bloqueo
de calles por parte de alumnos y padres de familia en escuelas primarias y
secundarias por el mal estado de las instalaciones en los planteles, mudos
testigos de una modernización educativa que sólo enriqueció a unos cuantos funcionarios;
paro de labores en dependencias estatales por falta de pagos salariales y otras
prestaciones.
Vaya,
hasta los académicos de El Colegio de Sonora, institución que solía mantenerse
fuera del mundanal conflicto por el manoteo presupuestal, salieron a protestar
por el adeudo de 12 millones de pesos que provocó el no pago de la nómina a
maestros, investigadores y personal administrativo.
Desde
el Tribunal de lo Contencioso Administrativo reportaron una singular reunión de
la fuerza aérea del nuevo sonora, compuesta por avezad @s aviador@s para cobrar
sus emolumentos, mientras que en el Hospital Infantil y de la Mujer se llevaba
a cabo un semiclandestino evento de entrega de plazas a cargo del dirigente del
sindicato de la Secretaría de Salud, Mario Villalobos, custodiada la puerta por
la delegada sindical Emma Gutiérrez.
La
dirección del Transporte también fue ‘clausurada’ por concesionarios que
mantienen una larga batalla contra el gobierno, reclamando subsidios retenidos
y quejándose de competencia desleal.
En
el Congreso del Estado, en tanto, se llevaba a cabo la sesión de la Comisión de
Vigilancia de la Contaduría Mayor de Hacienda, para recibir de manos del
titular del ISAF, Eugenio Pablos Antillón, el informe sobre las cuentas
públicas del estado y los 72 ayuntamientos correspondientes a 2014.
Los
diputados panistas no asistieron a esa sesión.
Según
el presidente de la Comisión, Luis Marcos León Perea, la expectativa es que se
mantenga la tónica de anteriores revisiones, en las que se encontraron
alrededor de 2 mil 500 observaciones a la cuenta pública estatal, y que se
mantenga en alrededor de 600 el número de las que no son solventadas. Lo más
probable es que ese análisis le toque hacerlo a la próxima legislatura, toda
vez que en la actual lo que prevalece también es el deseo de cobrar la última
quincena y 139 mil pesos de prestaciones para cada diputado, para dejar un
polvaredón en el edificio de Tehuantepec y Pedro Moreno.
Y
como telón de fondo, las sorpresas que no paran en el caso del tráfico de niños
promovido por funcionarios de la administración estatal, concretamente del DIF
y sus programas de protección a la infancia (vaya paradoja siniestra), en el
que poco a poco van surgiendo nuevos nombres y situaciones que tienen a la
opinión pública nacional en el filo del azoro.
Además
de los testimonios de padres adoptivos y madres y abuelas despojadas de sus
niños con fines de comercialización ilegal, con engaños y amenazas de parte de
servidores públicos, ayer la periodista Michelle Rivera dio a conocer las
declaraciones ministeriales de los principales inculpados: Vladimir Arzate
Carbajal y José Manuel Hernández López, quienes fueran titular de la Línea
Protege y ex jurídico de la Unión Ganadera Regional de Sonora, respectivamente.
En
esas declaraciones, rendidas desde el 11 de mayo, cuando fueron detenidos y puestos
en libertad al consignarlos por delitos menores que alcanzan fianza, revelan el
modus operandi, muy propio de la delincuencia organizada.
Por
razones de espacio, no reproducimos aquí tales declaraciones, pero la indignada
lectora, el asombrado lector las podrá consultar completas en este su portal
favorito
Notable,
en todo este asunto, el silencio total de parte del gobernador del estado y su
señora esposa, Iveth Dagnino de Padrés, presidenta del sistema DIF, epicentro
del terremoto que ha sacudido Sonora y ha puesto al estado en las primeras
planas de la prensa nacional e internacional, por un tema tan vergonzante como
el tráfico de infantes auspiciado desde esferas gubernamentales, específicamente
desde instancias que deberían servir para la protección de la niñez, la familia
y los grupos más vulnerables.
Ominoso
silencio que ha pretendido suplirse con declaraciones de ciertos funcionarios,
algunas muy desafortunadas como las del propio procurador Carlos Navarro Sugich
que insiste en criminalizar a los padres adoptivos sobre quienes ha desatado
una cacería argumentando que la corrupción es un ‘acto de dos’ y que son tan
culpables como los funcionarios públicos involucrados.
El
pequeño problema es que mientras ya detuvo a varios padres adoptivos y los
mantiene sujetos a proceso, no le ha echado el guante a ningún funcionario
involucrado. Peor aún, la Procuraduría a su cargo fue la encargada de detener
en mayo pasado a Vladimir Arzate, José Manuel Hernández y la pareja sentimental
de éste, Emma Falcón, integrando sus expedientes con inconsistencias tales que
les permitieran salir bajo fianza de inmediato. En palabras llanas, el
procurador los detuvo como para ‘presentar chamba’, pero igual los dejó ir.
Una
acción del procurador que no se parece en nada a lo que hizo en el caso de
Gisela Peraza, la trabajadora doméstica de Casa de Gobierno, acusada de robo y
a quien torturaron, amenazaron y encarcelaron durante cinco años. O a los casos
de Fernando Jiménez y Mario Luna, indígenas yaquis a quienes les echó todo el
Código Penal encima, manteniéndolos presos durante más de un año. De hecho,
Mario Luna aún prevalece en prisión.
Así,
los sonorenses seguimos contando los días para que ya se vayan. Y para que
paguen las que deben, por supuesto.
II
En
asuntos más amables, la colega y amiga Elda Molina anunció ayer que regresa a
Sonora.
Se
dice que a partir del próximo 13 de septiembre firmará como titular de la
secretaría de Comunicación Social del gobierno del estado, dependencia que, de
acuerdo al compromiso de la gobernadora electa, Claudia Pavlovich Arellano,
volverá a ser Coordinación, en una de sus primeras acciones en materia de
redimensionamiento de la estructura gubernamental.
Como
se sabe, fue Guillermo Padrés quien la convirtió en Secretaría, creando también
una instancia equivalente en el rubro de Imagen Institucional. Allí despacharon
(y sobre todo se despacharon con el cucharón sopero), Jorge Morales Borbón y
Javier Alcaraz Ortega, respectivamente.
El
inflamado ego de Padrés lo llevó a creerse las mentiras de ese par de tejedores
del ‘traje nuevo del Rey’, y las consecuencias, predecibles, son las que vemos
ahora, cuando todo mundo se da cuenta de que el Rey va desnudo por la calle,
engañado por el par de bribones que le hicieron creer que lo vistieron con
ropajes de seda y oro.
Elda
Molina tiene capacidad, talento, relaciones y por lo visto ayer que hizo su
anuncio, muy buen cartel entre la gente de medios de comunicación locales y
nacionales.
Desde
este espacio le deseamos la mejor de las suertes, y mucha paciencia y sabiduría
para afrontar los nuevos retos. Lo va a necesitar, considerando el verdadero
cochinero que dejaron por ahí ese par de nefastos personajes, de lo más oscuro
y corrupto que haya tenido este moribundo sexenio. Y vaya que eso es decir
mucho.
También
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(DOSSIER
POLITICO/ Arturo Soto Munguía/ 2015-09-01)
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