Un
robo de droga, un intento de homicidio, el pleito entre la pandilla de “Los
Hooligans”, la entrada en escena de sicarios conocidos como “Los Erres” -al
servicio de José Soto “El Tigre”- y la pugna por el control territorial de la venta de droga en Tijuana,
fueron los elementos que rodearon el tiroteo en Funeraria La Esperanza, que
dejó tres hombres muertos y ocho personas heridas. La tercera víctima falecció
4 días después. No hubo detenidos.
Llegaron
a la funeraria con la orden de asesinar.
Los
homicidas arribaron en dos autos, según los reportes ministeriales, el sicario
principal tenía un objetivo específico, además de instrucciones de disparar
sobre otros inocentes. La idea criminal era dejar claro que se trataba de una
venganza.
Antes
de la medianoche del lunes 24 de agosto, la familia Velarde Angulo velaba a dos
de sus jóvenes hijos, acompañados de amigos y parientes. Los cuerpos de Víctor
e Iván estaban en el interior de Funeraria La Esperanza, ubicada en Calle
Negrete casi esquina con Bulevar Agua Caliente.
Afuera
un grupo de personas, al costado derecho de la entrada a la funeraria (vista de
frente), bebían cerveza y conversaban.
Obstaculizando
la entrada al estacionamiento del lugar, estaban una camioneta tipo Windstar y
un automóvil sedán negro. Cuando llegó la camioneta blanca equipada como
carroza y les pidieron moverse para que el auto de la empresa entrara en reversa,
al estacionarse, prácticamente toda la carroza quedó sobre la banqueta, incluso
parte del carro estaba en la calle.
Los
hombres que iban en la Windstar y el sedán, condujeron rumbo al norte unos
metros hasta casi llegar a la esquina de Negrete con Calle 11. Ahí se
estacionaron ambos, de uno de los autos descendió un hombre moreno, de estatura
media, delgado. Caminó varios metros en la oscuridad, escondiendo un rifle R-15
pegado al cuerpo, como si fuera una extensión de su brazo.
Llegó
hasta la carroza tipo panel y se cubrió con ella, pasó muy pegado al vehículo
hasta quedar frente a su grupo de víctimas: los que bebían cerveza. Entonces
disparó.
Los
investigadores aseguran que no se trata de un tirador con experiencia, pues los
indicios periciales indician que el rifle “le dio la patada” y, en lugar de
disparar en abanico hacia el frente como se hace con esas armas, los disparos
fueron de abajo para arriba.
Realizó
25 descargas desordenadas, 12 hicieron blanco. Una persona cayó muerta.
En
la confusión del ataque, algunos de los heridos corrieron al interior de la
funeraria que tampoco fue segura. Las balas alcanzaron a víctimas en el
interior. El matón corrió hacia el norte, rumbo a Calle 11, subió al sedan
negro y, junto a la camioneta, arrancaron con dirección a Zona Río.
Sobre
la banqueta quedó muerto el joven David Roberto Aguilar Landaverry, quien según
la indagatoria, era el objetivo principal del ataque; las balas también
hirieron a diez personas, incluidas mujeres, todos llevados a instalaciones médicas.
Poco después, una de las víctimas, un hombre delgado aún no identificado de
entre 25 y 30 años, murió en el hospital.
Según
declaraciones del secretario de Seguridad Pública Municipal de Tijuana,
Alejandro Lares Valladares, los homicidas estuvieron conversando con sus
víctimas previo al ataque: “A mención de testigos, fueron a platicar, a hacer
una acción, regresa una reacción de parte de las personas, y tenemos como
consecuencia dos personas finadas; una en el interior, otra en el hospital y
nueve personas lesionadas”.
Agentes
de Seguridad Pública Municipal acudieron una hora antes de la balacera a
Funeraria La Esperanza, habían recibido una llamada de denuncia porque gente
consumía alcohol fuera del negocio, no detuvieron a nadie y se retiraron.
A
pesar de la cercanía del patrullaje de la Policía Municipal, y los retenes y
operativos implementados ese día en la Zona Centro, “fue nula la detención de
las personas (atacantes)”, admitió el funcionario.
EL PLEITO
En
las primeras reuniones de las áreas de Inteligencia de las corporaciones
integradas al Consejo Estatal de Seguridad de Baja California, surgieron varios
datos e hipótesis que después se compartieron y analizaron incluso con
investigadores en San Diego, California.
La
investigación inició la noche del miércoles 19 de agosto, cuando alrededor de
las nueve de la noche se reportó el asesinato de dos hombres en la Llantera
Meza en Calle Allende de la colonia Independencia. Los muertos eran los
hermanos Velarde Angulo, propietarios del comercio, quienes estaban en el
interior viendo un auto con la cajuela abierta, en el que la Policía no
encontró nada.
Dos
datos fueron revelados al respecto:
1.-
La llantera era parte de la red de comercios controlados por el grupo criminal
del Cártel Arellano Félix encabezado por Luis Toscano “El Mono”, hasta su
muerte en abril de este año.
2.
Los muchachos atacados estuvieron involucrados con gente de un grupo delictivo
que robó drogas.
Previamente,
las autoridades explicaron que este grupo inició en una pandilla de
motociclistas llamada “Los Hooligans”, algunos de ellos se dedicaban al robo de
motos en Estados Unidos y al tráfico de droga. Luego estos motociclistas se
dividieron y empezaron a pelear entre sí.
Por
conversaciones con testigos, los primeros elementos en identificar la presencia
de miembros de “Los Hooligans” en la funeraria, fueron los policías municipales
que respondieron al llamado de emergencia.
LA VENGANZA
También
fue la corporación municipal la que ofreció indicios del origen del ataque a la
funeraria.
De
acuerdo a un llamada al 089, alrededor de las diez de la noche, vecinos de la colonia
Independencia llamaron para reportar una balacera que involucraba sujetos en
motocicleta; los agentes locales llegaron al lugar, corretearon a uno de los
protagonistas, pero no lo alcanzaron.
No
hubo detenidos, no encontraron balas ni persona herida, así que no hubo
informe, más allá de la llamada al 089.
Conforme
a la hipótesis de los investigadores, en este ataque, gente del grupo de los
hermanos Velarde intentó matar sin éxito a un miembro del grupo contrario, y
dos horas después, en venganza, fueron a balear a sus excompañeros en la
funeraria.
VÍCTIMAS SIN ANTECEDENTES
Sin
embargo, desde las primeras entrevistas, las familias de las tres víctimas
identificadas en estos hechos delictivos negaron cualquier implicación en
delitos o pleitos de pandillas, de los jóvenes asesinados.
Incluso
rechazaron la versión de que pertenecieran a un club de motociclistas, de los
hermanos asesinados en la colonia Independencia, aseguraron ni siquiera tenían
motos.
Solo
al que falleció afuera de la funeraria, lo ubicaron como trabajador de un
restaurante de sushi, y las autoridades le encontraron una licencia de
motociclista.
ZETA
buscó vía internet en el Departamento de Justicia de Estados Unidos y a ninguno
de los fallecidos les surgieron antecedentes delictivos. De igual manera, se
preguntó en la Procuraduría del Estado, donde no se les encontró delito alguno.
Las Policías operativas tampoco reportaron haberlos detenido.
HOMICIDAS “LOS ERRES”
Desde
finales de 2014, la célula delictiva
encabezada por Alfonso Arzate “El Aquiles” está enfrentada con las células de
CAF, particularmente con la que era encabezada por Luis Toscano, que controlaba
la Zona Centro (incluye colonia Independencia),
Zona Norte y colindancias con la Garita de San Ysidro. Por ello, en el
ataque de los jóvenes Velarde la primera hipótesis fue que era una acción
delictiva de “Los Aquiles”.
Sin
embargo, tras las primeras indagatorias, la información compartida con Estados Unidos y los integrantes del Grupo Coordinación,
determinó que después de la balacera en la funeraria encontraron elementos para
abrir como línea de investigación un ataque de “Los Erres” de José Soto “El
Tigre”.
Está
célula delictiva está detectada desde 2010, año en que fueron detenidos por el
Ejército, tenían armas y un comerciante secuestrado; con apoyo de José Soto
Gastélum fueron liberados y puestos al servicio de Javier Adrián Beltrán
Cabrera “El R4” en 2013, cuando este sujeto tomó el lugar de su hermano
asesinado.
El
Grupo Coordinación tiene identificados en esta célula a José Ángel Lozoya
Verdugo, Mario Alberto González “El Chichi”, Daniel Iván Machado Gálvez “El
Chico”, Arturo Odilón Juárez Ramírez “El Halcón”, Édgar Gabriel Miramontes
Ordaz “El Flaco”, Juan César Ramírez “El Forrest”, Omar Martínez Salazar “El
Omarcillo”, Sair (Said) Aceves Lares “El
Mojarra”, Armando Miramontes Ordaz “El Coco” y Santos Cháirez Velázquez.
Antes
de ser detenidos robaban, secuestraban y vendían droga en la Zona Norte, y sus
expedientes acreditan tales antecedentes; en 2013, de acuerdo con las
autoridades se unieron a “Los Aquiles” para combatir al grupo de Alfonso Lira
“El Atlante”, detenido en septiembre de 2014.
De
su participación en los hechos del taller de la Independencia y la funeraria,
los investigadores explicaron: “Esos ataques fueron de gente de ‘Los Erres’,
por el robo de droga y para ampliar su territorio”.
—-
¿Presentaron fotos de “Los Erres” conocidos a los testigos?
“Sí,
nadie los reconoció. Pero existen otros elementos para determinar su
participación en el grupo delictivo atacante, no jalaron el gatillo, pero es un
asunto de este grupo”.
DOS PRESUNTOS RESPONSABLES,
IDENTIFICADOS
Entrevistado
al respecto, el licenciado José María González,
titular de la Unidad de Casos Especiales, antes Subprocuraduría contra
la Delincuencia Organizada fue parco al confirmar que los datos de otras
corporaciones revelan la participación de gente de Javier Beltrán Cabrera en
ambos ataques, y un robo de droga.
También
señaló que están identificados, de manera previa -razón por la que no los dan a
conocer-, dos presuntos responsables sobre quienes se están solicitando órdenes
de aprehensión, pero no informó que ya se las hubieran concedido. Solo declaró
que no son homicidas anteriormente identificados en otros casos.
Y
reiteró el tema expuesto por Alejandro Lares, del pleito entre motociclistas,
algunos de los cuales estaban dedicados a delinquir.
LESIONADOS
Durante
el ataque fueron heridos de bala, Efraín, de 16 años de edad y Kevin, de 17
(murió la noche del 28 de agosto en el hospital); además de Jovani Hanton García, Jesús
Guillermo Ornelas, Paola García Haro, Juan Omar García Reyes, Tania Lizeth
Campos Torres, Óscar Campos y Emilio de Jesús Sánchez.
Respecto
a los lesionados, el titular de la SSPM precisó que posiblemente uno de ellos
pierda la extremidad inferior, pero de ninguno “corre peligro su vida”.
Y
subrayó: “En el tema de los homicidios
no voy a hablar, ya que son temas que le compete a la propia Procuraduría
General del Estado, ellos puede mostrar esta información”.
Lares
Valladares fue entrevistado al término de su comparecencia ante la Comisión de
Régimen Interno del Cabildo de Tijuana, donde fue cuestionado sobre la ola de
inseguridad que deriva ejecuciones en lugares públicos. El funcionario intentó
evadir su responsabilidad, al afirmar que han sido ataques en lugares cerrados
-así pretende el secretario de Seguridad identificar estos comercios donde se reúnen
clientes, ubicados en plazas comerciales- y desplazó la responsabilidad a
empresas privadas que deben vigilar estos negocios.
Sin
aceptar responsabilidad, tampoco en el hecho de que los homicidas huyen
tranquila e impunemente por las vialidades que la Policía Municipal vigila,
incluso en áreas supuestamente “blindadas” como la Zona Centro de Tijuana.
Luego
cerró los ojos ante la violencia en ascenso de la ciudad, y dijo sentirse
satisfecho con sus números en materia de seguridad, en los que “la incidencia
(de delitos) es hacia la baja”, por lo que por su cabeza no ha pasado renunciar
al cargo de titular de Seguridad Pública Municipal de Tijuana.
MÁS DE 400 ASESINATOS VIOLENTOS
Del
1 de enero hasta miércoles 26 de agosto
de 2015, 416 homicidios se han cometido en Tijuana, 65 de ellos solo en agosto.
En todo Baja California las personas asesinadas suman 555.
Esta
semana, la unidad forense trabajó varias escenas con múltiples víctimas, solo el martes 25 de agosto las unidades de
homicidios atendieron siete escenas.
Una
pareja fue asesinada a balazos en el interior de una casa en la colonia Las
Cruces, el 20 de agosto; el día 22, acribillaron a María y Alfredo Madrid
Castro en el interior de una casa del Ejido Francisco Villa. En la semana
también le quitaron la vida a José María
Urbina Ávila, Armando Luna Guerrero, Antonio Luna Álvarez y Adán Gabriel Gómez.
Asimismo,
ultimaron a ocho individuos etiquetados como desconocidos, incluidos los siete
abatidos el martes 25 de agosto. Uno localizado en el fraccionamiento Santa Fe
de la delegación San Antonio de Los Buenos; otro en un tambo en Callejón
González Ortega de la Zona Norte; uno más en el barranco de Calle Isla en la
delegación Playas; sobre la Avenida Murúa Martínez de delegación La Mesa otro
cadáver; en un bote de basura,
encobijado, el cadáver de un hombre en Delegación Cerro Colorado; y “Carlos
Alberto Felipe apareció baleado en la delegación Los Pinos.
ULTIMÁTUM PARA LARES
Jorge
Astiazarán dijo que vienen más cambios en el curso de los próximos días, pero
en Seguridad Pública, “por lo pronto no”.
La
declaración la hizo un día después de que el secretario de Seguridad Pública,
Alejandro Lares Valladares compareciera ante la Comisión de Régimen Interno.
Lo
hizo sin convencer a los representantes de las nueve fracciones que integran
del Cabildo del XXI Ayuntamiento.
La
comisión lo convocó luego de que no acudiera al llamado de la Comisión de
Seguridad pública del Cabildo, la cual preside la regidora Martha Rubio.
El
incremento en los delitos de alto impacto y la falta de definición de una
estrategia, hizo que la Comisión de Régimen Interno lo citara, “para exponer la
situación actual de la inseguridad que aqueja a nuestra ciudad y los mecanismos
o planes de la secretaría a su cargo para combatirlo”, se lee en el documento
despachado y recibido el viernes 21 de agosto de 2015. La cita se programó para
el martes 25 de agosto.
Pero
Lares no llegó preparado, en su exposición divagó en los hechos de alto impacto
en los que personas relacionadas con el tráfico de drogas han sido ejecutadas.
Mostró
imágenes y videos de los últimos hechos de violencia harto documentados en
medios de comunicación, como las ejecuciones en restaurantes, lugares de los
que justificó la falta de vigilancia policiaca por tratarse de lugares
cerrados, con seguridad privada.
“No
aportó nada nuevo, se le había pedido que llevara información del caso del
joven asesinado por elementos de Seguridad Pública, sobre el manejo del
presupuesto a Seguridad Pública, particularmente SUBSEMUN (Subsidio para la
Seguridad en los Municipios) y no aportó nada”, señaló María del Refugio Lugo
Jiménez, representante de la fracción del Partido de la Revolución Democrática
(PRD).
También
se le cuestionó sobre los resultados, pero no dio cifras de nada, “menos de
detenidos, porque no detiene a nadie, no se ven resultados”, expuso el regidor
Luis García.
Ante
los regidores, el funcionario mostró estadísticas, pero de la Secretaría de
Seguridad Pública del Estado, en la que, comparado con el mismo periodo de
2014, en este año se registra una ligera disminución en incidencia delictiva
como robo de vehículo, casa habitación, a comercio y en la vía pública.
El
incremento de violencia se observa en el indicador de homicidios, en el que las
delegaciones de Centenario y Sánchez
Taboada tienen semáforos en rojo con repuntes de 178 y 131 por ciento,
respectivamente, pero de eso el funcionario no expuso.
Cuestionado
al respecto, se limitó a justificar que, por tratarse de delitos de alto
impacto, compete a otras instancias contenerlos.
Al
no presentar una estrategia, la Comisión de Régimen Interno emplazó a Alejandro
Lares Valladares a presentarla y solventar todas las dudas pendientes para la
primera semana de septiembre, pero el secretario de Seguridad Pública pidió más
tiempo, comprometiéndose a proporcionar un informe completo para mediados del
mismo mes.
“Si
para entonces no presenta una estrategia o esquema de seguridad la fracción del
Partido Acción Nacional le retirará el voto de confianza”, advirtió el Síndico
Social y representante del PAN en el Cabildo, Bernabé Esquer Peraza.
No
obstante, los integrantes de la comisión reconocieron que compete al alcalde
Jorge Astiazarán el decidir su permanencia en el cargo.
En
la comparecencia, el secretario de Seguridad Pública, Alejandro Lares, fue
cuestionado sobre el porqué de que el helicóptero de la dependencia se encontrara
sin funcionar desde hace varios meses, a lo que el funcionario respondió que
está descompuesto.
Apenas
en marzo de 2015 el Cabildo autorizó una partida de un millón 200 mil pesos
para la reparación de la aeronave, lo que se le recordó a Lares, quien a su vez
precisó que la unidad no opera por tener una nueva avería.
Pero
para su rehabilitación no ha requerido un nuevo presupuesto ante la Comisión de
Hacienda, “el cabildo no sabe de estas necesidades, ni de si se ocupan más
elementos policiacos, porque el titular simplemente no informa”, indicó Esquer
Peraza.
Uno
de los puntos a tratar en la reunión era el de SUBSEMUN, pero de ello el
funcionario nada mencionó, dejándolo pendiente para la siguiente reunión, en la
que se comprometió a solventar todas las dudas que en esta primera
comparecencia no logró satisfacer.
No
obstante la ríspida reunión con los regidores de la Comisión de Régimen
Interno, al preguntársele si se sentía satisfecho con sus resultados en materia
de seguridad, Alejandro Lares Valladares enfático respondió: “Definitivamente,
los índices ahí están”.
Anotó
que por su cabeza no ha pasado renunciar al cargo de secretario de Seguridad
Pública Municipal.
Mientras,
en torno a su estrategia para proteger la seguridad de los tijuanenses, se
limitó a responder que ésta “se renueva cada día”.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ/ Investigaciones ZETA / Fotos. Ramón Blanco/Cortesía/ 31 de Agosto del 2015 a las 22:08:09)
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