Luego de hallar un teléfono en la casa que Guzmán había usado en
Culiacán, el ejército mexicano dio con uno de los principales mensajeros
del capo, quien reveló detalles de sus escondites.
Ciudad de México.- Luego de años de infructuosa búsqueda de uno de los principales
jefes del narcotráfico del mundo, las autoridades finalmente lograron
capturar a Joaquín "El Chapo" Guzmán usando un celular que fue hallado
en una casa donde se almacenaban estupefacientes.
El celular fue
hallado el 16 de febrero en la casa que Guzmán había estado usando en
Culiacán. Para la mañana del siguiente día, el ejército mexicano había
capturado a uno de los principales mensajeros de Guzmán, quien
rápidamente suministró detalles de las casas donde Guzmán y sus
asociados se habían estado escondiendo, dijeron los funcionarios.
En
cada una de esas casas, los soldados mexicanos hallaron elementos en
común: puertas de acero reforzado y una portilla de escape debajo de
las bañeras. Las portillas conducían a una serie de túneles
interconectados con el sistema de drenaje de la ciudad.
El
teléfono, perteneciente a un colaborador de Guzmán, fue recuperado con
las pistas producidas por una intervención telefónica de Estados Unidos,
el cual representó un avance crucial en la larga persecución de Guzmán,
dijeron el domingo funcionarios federales de Estados Unidos a The
Associated Press.
Otro gran paso se dio después que la policía
analizó información de una escucha telefónica distinta que los condujo
hacia un condominio playero donde el legendario líder del cártel de
Sinaloa se escondía, de acuerdo con un funcionario del gobierno y un
alto funcionario de una agencia de la ley.
Los funcionarios, que
hablaron bajo la condición de mantener el anonimato porque no estaban
autorizados a discutir públicamente cómo se localizó a Guzmán, dijeron
que los efectivos que allanaron la casa de Guzmán en Culiacán lo
persiguieron por los conductos del drenaje, pero que lo perdieron en el
laberinto subterráneo.
Un día después, el 18 de febrero, fue
arrestado un colaborador de Guzmán, Manuel López Osorio, quien dijo a
los investigadores que recogió a Guzmán, al jefe de comunicaciones del
cártel Carlos Manuel Ramírez y a una mujer en el alcantarillado y que
los ayudó a huir a Mazatlán.
Cuando finalmente fue esposado, el
hombre que había eludido a las autoridades mexicanas por más de una
década se veía regordete, encorvado y desmejorado. Vestía una camisa
blanca desabotonada y pantalones negros.
Guzmán, de 56 años, había eludido a las autoridades desde que escapó de prisión en 2001 en un camión de lavandería.
Ahora,
seguramente enfrentará en México cargos relacionados con su papel como
jefe del cártel de Sinaloa, el cual se presume vende cocaína, marihuana,
heroína y metanfetaminas en 54 países.
También enfrentará
diversas acusaciones en Estados Unidos, donde jurados investigadores en
al menos siete cortes federales han iniciado procesos en su contra.
Las
autoridades federales en Chicago fueron de las primeras en decir que
querían enjuiciar a Guzmán, seguidos por los fiscales de Brooklyn, Nueva
York.
En un correo fechado el domingo, el vicefiscal de Estados
Unidos Steven Tiscione en Brooklyn dijo que corresponde a Washington
tomar la decisión final.
Un funcionario del Departamento de
Justicia, que habló bajo condición de anonimato porque se trata de un
asunto diplomático delicado, dijo que no se han tomado decisiones
respecto a la extradición.
Durante sus 13 años como prófugo, se
rumoró que Guzmán vivía en diferentes lugares entre Argentina y el
"triángulo dorado" de México, una región montañosa situada entre los
estados norteños de Sinaloa, Durango y Chihuahua.
Bajo su
liderazgo, el cártel fue haciéndose más poderoso y letal, y se apoderó
de muchas de las lucrativas rutas de contrabando ubicadas lo largo de la
frontera con Estados Unidos. Guzmán pudo ver desde las escarpadas
montañas del oeste de México cómo las autoridades capturaban o mataban a
los líderes de bandas que trataba de arrebatar al cártel de Sinaloa su
prominencia en el narcotráfico mundial.
Guzmán, el corpulento hijo
de un campesino, logró incluso ser incluido en la lista de
multimillonarios de Forbes y llegó a ser popularmente considerado como
demasiado poderoso para ser capturado.
Pero a finales de año, las autoridades comenzaron a cercarlo.
El
hijo de Ismael "El Mayo" Zambada, uno de sus dos principales socios,
fue arrestado en noviembre en un cruce fronterizo en Nogales, Arizona,
como parte de una pesquisa amplia y compleja que involucró hasta 100
intervenciones telefónicas, de acuerdo con su abogado.
Un mes
después, uno de los principales lugartenientes del cártel de Sinaloa
murió baleado desde helicópteros artillados en una ciudad turística a
unas horas en auto hacia el este. Menos de dos semanas después, la
policía del aeropuerto de Schipol, en Amsterdam, arrestó a uno de los
principales sicarios del cártel, un hombre que operaba el transporte y
la logística de Guzmán.
El cerco se fue cerrando este mes. Las
fuerzas federales comenzaron a peinar Culiacán, la capital del estado de
Sinaloa, en el litoral del Pacífico, donde cerraron calles, allanaron
inmuebles, se incautaron armas automáticas, drogas y dinero, y
arrestaron a varios hombres que las autoridades mexicanas describieron a
los reporteros como colaboradores cercanos de Zambada.
El 13 de
febrero, un hombre conocido como el "19", a quien las autoridades
tacharon de ser el nuevo jefe de sicarios de Zambada, fue arrestado
junto con otros dos hombres en una autopista que conduce a la ciudad de
Mazatlán.
Cuatro días después, un hombre descrito como un
prominente miembro del cártel de Sinaloa fue detenido con cuatro mil
pepinos y bananas rellenos de cocaína. Luego, un hombre de 43 años
conocido como el "20" y descrito como el jefe de seguridad de Zambada
fue arrestado cuando transportaba más productos agrícolas rellenos de
cocaína.
Para mediados de semana, al menos 10 hombres de confianza
del cártel habían sido capturados. Y los agentes supieron que Guzmán
viajaba desde su escondite en las aisladas montañas para disfrutar las
virtudes de Culiacán y Mazatlán.
Los efectivos de la Marina de
México cerraron la calle costera frente a los condominios Miramar, un
edificio de 10 niveles de color blanco con una pequeña piscina al
frente. Tras derribar la puerta de un austero apartamento en el cuarto
piso, detuvieron a Guzmán poco después del amanecer.
Las fotos del
apartamento publicadas por un periódico local mostraban muebles baratos
y poca comida o bebidas alcohólicas; apenas un par de docenas de huevo
en un anaquel. Se podía ver una bolsa de un supermercado en el piso.
(MILENIO/ AP/
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