La PGJE
reabre la investigación de la desaparición del ex agente del MP federal, Gómez
Flores, y del empresario Saldaña, ocurrida el 14 de septiembre de 2008 en
Comondú. Creen que Amadeo Zamudio Chávez pudiera ser el responsable
Investigaciones ZETA
Ciudad Constitución,
Baja California Sur. La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) ha
reabierto la investigación de la desaparición del ex agente del Ministerio
Público de la Federación de la PGR, César Alejandro Gómez Flores, y del
empresario Rogelio Saldaña Cuevas, ocurridas el 14 de septiembre de 2008 en
Comondú.
Después de que el
narcomenudista Amadeo Zamudio Chávez “El Yeyo” recibiera auto de formal prisión
el 12 de noviembre de 2013, como presunto responsable del homicidio del joven
Azael Valtierra Loya, la PGJE retomó el caso bajo el número de averiguación
previa CST/0242/TUR-2/2008, donde existen evidencias y testimonios que apuntan
hacia el ex brazo armado de la organización delictiva de Los Zamudio, así como
a otros tres cómplices.
La última vez que se
vio a los desaparecidos, fue la noche del 14 de septiembre de 2008, después de
una carrera de caballos en el taste del Rancho Huichapa, en el poblado de Villa
Morelos. Circulaban a bordo de un vehículo pick-up Ford F 150, color blanco,
línea Tritón, modelo 2001.
No obstante, el
automóvil fue localizado abandonado la madrugada del 16 de septiembre de aquel
año, en la colonia La Laguna de Ciudad Insurgentes. En el interior se
encontraron restos de sangre.
Desde entonces, la
investigación no avanzó y fue archivada el 13 de noviembre de 2008, en el
oscuro sexenio de Narciso Agúndez Montaño.
Hoy por hoy, Amadeo
Zamudio Chávez “El Yeyo” enfrentará el proceso penal del crimen de Jesús Azael
Valtierra Loya desde la cárcel. Tiene un segundo proceso abierto por el
asesinato de Fernando Armando Medrano Mata -ocurrido en 2007-, bajo la causa
penal 244/2007.
Aunque el Juez de
Primera Instancia del Partido Judicial de Comondú, Jaime Ernesto Zúñiga Ojeda,
dictaminó que el crimen fue culposo y alcanza fianza, la PGJE apeló la
resolución y busca la reclasificación del delito como homicidio doloso, derivado
de que cuando “El Yeyo” baleó a la víctima, fue y tiró el cuerpo en un lote
baldío a espaldas del supermercado Ley en Ciudad Constitución.
Los padres de
Fernando Armando Medrano Tapia lamentaron que el juez se haya apresurado a
dictaminar, además de negarse -como lo solicitaron en un escrito- a “estudiar los hechos que dieron origen al
caso y reclasificar el delito de culposo a doloso, por la mala integración de
la averiguación previa en sexenio pasado”, donde lo único que se buscó fue
favorecer la impunidad del brazo armado de la organización de Los Zamudio, que
dicho sea de paso, el 13 de noviembre fue transferido al Centro de Readaptación
Social de Los Cabos, por su peligrosidad.
EL COMIENZO
Un disparo marcó el
inicio de la carrera delictiva. Los dos caballos en competencia, arrancaron
como rayo en medio de una tremenda polvareda. La expectación de la
concurrencia, que durante semanas había estado al pendiente, terminó en júbilo,
entre gorras y sombreros que volaron.
Los pobladores de
Villa Morelos -y vecinos del taste del Rancho Huichapa- habían vivido días de
emoción, porque como nunca antes, el pueblo de poco más de mil habitantes,
localizado a escasos veinte minutos al sur de la cabecera municipal de Comondú,
fue invadido el domingo 14 de septiembre de 2008 por decenas de automóviles y
camionetas.
Había de todo en
aquella carrera, pero lo que llamó la atención de propios y extraños -antes y
después de la competencia-, fue el alarde de un hombre delgado, recargado sobre
la barrera y aparentemente ebrio, quien se jactaba de ser muy rico.
“Nomás en la
guantera de mi camioneta traigo 700 mil pesos”, arengaba.
El presuntuoso
caballero era de sobra conocido entre los pobladores de esa comunidad: Rogelio
Saldaña Cuevas, prominente ganadero y agricultor de la zona, quien vivía en
Estados Unidos y viajaba constantemente a México.
El acaudalado
empresario iba acompañado del abogado y ex agente del Ministerio Público de la
Federación de la Procuraduría General de la República (PGR), César Alejandro
Gómez Flores, y de la esposa de este último, Zuleika Espinoza Mora.
Los dos primeros
habían llegado a bordo de una camioneta pick-up de color blanco, y la mujer
arribó después, casi a la par de los hermanos Manolo y Pedro Enrique Rosales
Ortiz.
A escasos tres
metros de distancia, y de manera aislada, había gente armada, pese a la
presencia de agentes de la Policía Municipal y Ministerial del Estado. Nadie lo
decía, pero todo mundo lo sabía: eran pistoleros del brazo armado de la
organización delictiva de Los Zamudio, Amadeo Zamudio Chávez “El Yeyo”, quien
cien metros más adelante, convivía acompañado de su madre, Imelda Chávez
Alanís, y un grupo de amigos.
La carrera terminó
cerca de las ocho de la noche, los hermanos Manolo y Pedro Enrique Rosales
Ortiz invitaron a Rogelio Saldaña Cuevas, César Alejandro Gómez Flores y
Zuleika Espinoza Mora a seguir conviviendo en la casa de sus padres, localizada
sobre el Bulevar Agustín Olachea y Corregidora, en pleno Centro de Ciudad
Constitución.
Todos se fueron
hacia el punto acordado, donde se encontraron con Margarita Rosales Ortiz y
Norma Enríquez -esposa de Pedro y Raúl Ávila Camacho-. Convivieron hasta
después de las diez de la noche y, concluido el encuentro, cada quien se retiró
a su respectiva vivienda.
No obstante, Saldaña
y Gómez salieron acompañados -cada quien en su vehículo- por Manolo Rosales
Ortiz y Raúl Ávila Camacho rumbo a la taquería Yoly de esta ciudad, donde se
sentaron a cenar burritos y tostadas, y estuvieron por casi 30 minutos.
El propietario de la
taquería, Miguel Ramírez Pérez, conocido como “El Chupas”, recuerda que cuando
se sentaron, los cuatro hablaban sobre carreras de caballos, retirándose
primero Rosales y Ávila; después, Saldaña y Flores.
“Estaban contentos,
porque se estaban riendo”, dijo el taquero.
Después de que
pagaron la cuenta, se despidieron.
LA DESAPARICIÓN
Desde esa noche, no
volvieron a saber nada del ganadero Rogelio Saldaña Cuevas y el abogado César
Alejandro Gómez Flores. Prácticamente desaparecieron.
Según la
averiguación previa CST/0242/TUR-2/2008, la última persona que tuvo contacto
con los desaparecidos fue la esposa de Gómez, Zuleika Espinoza Mora, cuando al
notar que su marido no había llegado a dormir, le marcó a su celular -cerca de
las dos de la madrugada del día 15 de septiembre de 2008-. Le aclaró que
estaban en el rancho, “suponiendo yo que en el de Rogelio, y para ese entonces
ya estaba molesta, porque no había llegado y le reclamé, por lo que lo noté
tenso y me contestó en tono enojado que al rato iba. Y colgamos”, relató
Espinoza.
“Me quedé dormida,
pero alrededor de las cuatro de la madrugada, me volví a despertar y vi que
(Gómez) no estaba, por lo que volví a llamar y me mando a buzón, por lo que
supuse que a lo mejor se le había descargado (el teléfono). Cuando amaneció le
estuve marcando, pero el celular estaba apagado, por lo que pensé que había
agarrado la parranda”, detalló la mujer.
En su declaración
preparatoria, la esposa del ex Ministerio Público de la Federación expuso que
la noche que estuvieron conviviendo en casa de la familia Rosales Ortiz, ella
se fue temprano porque tenía que ir a recoger a sus hijos y atenderlos, además,
no quería desvelarse, porque habían planeado celebrar una fiesta mexicana en
casa de la conocida familia de comerciantes de Comondú.
“Cuando llegué, de
hecho me preguntaron por mi esposo, y yo les contesté que no había llegado a
dormir y había agarrado la parranda, dándome carrilla. Me dijeron que no me
preocupara, porque ya aparecería”.
Zuleika recordó que
“terminó la fiesta y yo me fui a dormir, no llegando (su marido) en la noche ni
en la madrugada, fue hasta la una de tarde del día 16 de septiembre, cuando me
habla la mamá de Rogelio, de nombre Alicia Cuevas Lira, preguntándome si sabía
algo de su hijo y de mi esposo, explicándome que había estado marcando y
tampoco contestaban el teléfono, sugiriendo que fuéramos a reportarlos a la
Policía”.
De acuerdo con el
expediente, ambas mujeres levantaron un reporte de desaparición en la Dirección
de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de Comondú,
entregando las características del vehículo, rasgos físicos y vestimenta de las
dos personas; posteriormente hicieron lo mismo en la Comandancia de la Policía
Ministerial del Estado.
Entonces las féminas
iniciaron la búsqueda, yendo primero al rancho de Rogelio Saldaña Cuevas, para
después hacer recorridos por casas de familiares y amigos, sin resultados.
EL HALLAZGO
El dictamen de la
PGJE confirmó la existencia de sangre en la parte trasera de la camioneta donde
viajaban los desaparecidos
El dictamen de la
PGJE confirmó la existencia de sangre en la parte trasera de la camioneta donde
viajaban los desaparecidos
La PGJE obtuvo los primeros rastros de los
desaparecidos hasta el 16 de septiembre -aproximadamente a las 5:30 pm-, cuando
la señora Adela González Hernández denunció el abandono de una camioneta
pick-up de color blanco justo afuera de su domicilio, en las calles Álvaro
Obregón y Juan Antonio Díaz de León, Colonia La Laguna, en el limite del
poblado de Ciudad Insurgentes, a un costado de la Escuela de Educación
Especial.
El ama de casa
relató que estaba barriendo el patio de su vivienda entre seis y siete de la
mañana -de ese día-, luego de que su hijo y esposo se habían ido a trabajar de
jornaleros en un rancho, cuando de repente escuchó un ruido que provenía de un
vehículo, como si estuviera ponchado y bajaba de la carretera, y se estacionara
afuera de su casa, percatándose que detrás venía una camioneta tipo estaquitas
de color café, marca Nissan.
La mujer no reportó
el incidente de inmediato, porque pensó que a alguien se le había ponchado la
camioneta y regresaría pronto, hasta que a las 10:10 am del mismo día, nadie
había regresado. Por ello se comunicó a la Dirección de Seguridad Pública,
Policía Preventiva y Tránsito Municipal de Comondú.
Los primeros en
llegar fueron los policías Luis Valdés Orantes, Antonio González Méndez y Juan
Luis Ambriz, mismos que -según el expediente- llegaron a la tienda de la
esquina, donde eran esperados por la señora Adela González Hernández, quien los
llevó a la camioneta, la cual estaba a una cuadra y media del negocio.
Los agentes notaron
que el vehículo tenía ponchada la llanta trasera derecha y las llaves todavía
puestas, por lo que tomaron el número de serie y de engomado de ONAPPAFA, porque
no traía placas, y cruzaron información con el Comandante de la Policía
Ministerial del Estado de Ciudad Insurgentes, Bernardo Ojeda Talamantes.
Fue hasta más tarde
que se confirmó que la camioneta pick-up, era donde viajaban los desaparecidos,
en cuyo interior -acorde con la diligencia de inspección encabezada por el
agente del Ministerio Público del Fuero Común, Vicente Gorozave Car-
encontraron:
- Siete botes de
cerveza dentro de una hielera de color rojo.
- Publicidad
comercial.
- Un block de recibos
de dinero, con tres a favor de Alicia Cuevas Lira; dos por 30 mil pesos y uno
más por 150 mil pesos, fechados el 10 de septiembre de 2008.
- Copia del
pedimento de importación de la camioneta, color blanco, pick-up Ford línea F 150 Triton V8, a nombre de Manuel Alejandro Barraza.
- Ficha de retiro de
dinero del banco BBVA Bancomer, a nombre de Jorge Armando Saldaña Cuevas, de
fecha 7 de agosto de 2008, por 10 mil pesos.
- Un gafete a nombre
de Perceval Martínez Aguilar, de la compañía Radgosa, S.A. de C.V.
- Una mancha de
sangre en la vestidura de plástico del lado izquierdo o del chofer.
Los testigos
En el expediente, la
PGJE recopiló más de veinte testimonios.
Los familiares de Saldaña y Gómez explicaron cómo iban vestidos el día de su
desaparición:
- Rogelio Saldaña
vestía camisa manga larga de color azul, a rayas blancas, pantalón color beige,
cinto piteado con plateado, botas color negro.
- César Alejandro
Gómez portaba playera color blanco, pantalón Levi’s color azul, tenis color
hueso y una gorra de color blanco con el logotipo de la marca Nike.
Tanto la esposa de
Gómez, Zuleika Espinoza Mora, como el propio hermano de Rogelio, Jorge Armando
Saldaña Cuevas, testificaron que sus familiares, hasta donde sabían, “no tenían
enemigos”.
Según el propietario
del negocio de abarrotes La Flor de Mayo, Manuel Alejandro Barraza, la
camioneta pick-up donde circulaban los desaparecidos era de su propiedad, la
cual había prestado a Rogelio, porque estaban en tratos de una operación de
compraventa y le pagaría 90 mil pesos por la unidad automotriz.
Hasta la fecha, ni
el propietario del gafete, a nombre de Perceval Martínez Aguilar, encontrado
dentro de la camioneta, se explica cómo llegó hasta ese lugar.
En su declaración,
dijo desconocer quiénes eran Rogelio Saldaña Cuevas y César Alejandro Gómez
Flores, porque “yo llegué apenas el 5 de mayo -de 2008-, proveniente de la
Ciudad de México, y me enviaron a colocar cableado estructurado de voz y datos,
primeramente en La Paz y después en Loreto. Posiblemente lo olvidé o se me cayó
cuando andaba cambiándome de domicilio, y la persona que nos arrendaba pudo
haberlo tomado, y no me di cuenta, porque no era estrictamente obligatorio
portarlo, porque a varios compañeros se les había perdido”.
Pero el gafete llevó
a los investigadores hasta el puerto de Loreto, donde Perceval Martínez Aguilar había alquilado un
departamento en compañía de su padre y otros familiares, quedando demostrado
que nada tuvieron que ver con la desaparición, pero sí estuvieron en un bar
donde habían extraviado el gafete y -se presumió- fue levantado por los dos
desaparecidos.
Los investigadores
de la PGJE, Martín Márquez Ruiz y Rodrigo Adrián Flores Lucero, interrogaron al
propietario del bar El Rodeo, Ernesto Ibarra Soto “El Neto”, de 56 años, quien
declaró que la última vez que vio a Rogelio Saldaña Cuevas, fue cuando entre el
5 y 6 de septiembre de 2008, protagonizó una riña en el interior del
establecimiento, siendo detenido junto con seis personas más por la Dirección
de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de Loreto.
El dueño del bar
dijo haberse dado cuenta que Saldaña traía gran cantidad de dinero en efectivo
en moneda nacional y dólares, y pagó la multa de todos los detenidos en la
gresca.
En su declaración,
expuso que tenía 12 años de conocer a Rogelio Saldaña Cuevas, porque desde ese
tiempo era su cliente, e, incluso, tres o cuatro meses atrás había pretendido
pagar una cuenta de 11 mil pesos con un cheque del Estado de Guanajuato,
rechazándolo -al darse cuenta que era de otro estado-, por lo cual, entonces,
le pagó en efectivo.
Ibarra agregó que
las constantes visitas eran porque Saldaña sostenía una relación extramarital
con la joven Karla Graciela Tapia Ontiveros “La Michel”, de entonces 20 años de
edad, originaria de Culiacán, Sinaloa.
Dentro de la
declaración, la prostituta expuso que su relación con Saldaña databa de seis
meses atrás, y el 12 de septiembre -dos días antes de su desaparición-, él la
llamó para informarle que iría a visitarla acompañado de un amigo.
Posteriormente, supo
de su desaparición.
LA INVESTIGACIÓN
La última diligencia
en torno a la desaparición de Rogelio Saldaña Cuevas y César Alejandro Gómez
Flores, fue cuando la esposa de este último, Zuleika Espinoza Mora, envió un
escrito al entonces subprocurador de Averiguaciones Previas, José Alfredo de la
Rosa Escalante.
Con fecha 13 de
noviembre, la mujer se quejó de la actuación de la Procuraduría General de
Justicia del Estado, argumentando que no era posible que “a dos meses de la
desaparición de mi esposo, no tengan hasta la fecha razón alguna de su paradero”.
“Yo y mis hijos
necesitamos saber qué ocurrió, y no puedo constatar los avances de la
investigación, porque no me han querido entregar una copia del expediente.
Exijo inmediata respuesta y apoyo a una esposa afligida y desesperada”, citó en
el escrito.
En ese entonces la
PGJE -en manos del ex procurador Fernando González Rubio Cerecer- y la Policía
Ministerial del Estado -a cargo de Irineo Martínez Ordaz-, prácticamente
archivaron la investigación, luego de que algunos testigos -en base a declaraciones
en el expediente- señalaron a Amadeo Zamudio Chávez “El Yeyo”, como responsable
de haber levantado a los dos desparecidos y llevarlos en dirección a la
comunidad de Palo Bola.
Una mujer testificó
que la madrugada del 15 de septiembre de 2008, “muy cerca del amanecer, entre
cinco y seis de la mañana, escuchó en medio del silencio gritos muy feos en la
orilla del pueblo, cerca de un arroyo en el camino de Palo Bola, al arroyo Las
Bramonas”.
Agentes de
investigaciones encontraron tirada cerca del arroyo la playera blanca y un
tenis de César Alejandro Gómez Flores, pero increíblemente no aparece ninguna
diligencia en el expediente. De hecho, y según en el expediente de 191 hojas en
poder de ZETA, carece de 34 páginas, justo donde los testigos señalan en sus
testimonios al brazo armado de la organización delictiva de Los Zamudio.
Uno de los testigos
de asistencia -el cual participó en la elaboración del expediente- refirió a
este Semanario haber tomado la declaración de un hombre y una mujer que
aseguraron haber visto cuando “El Yeyo” levantó a Saldaña y Gómez, y que un
sujeto de sombrero se subió a la camioneta, mismo que -de acuerdo a otro
testigo- abandonó la camioneta en la colonia La Laguna en Ciudad Insurgentes.
No obstante, el
expediente, bajo el número de averiguación previa CST/0242/TUR-2/2008, carece
de las páginas 122 a 154, donde tampoco aparece la diligencia de la entrega de
la gorra ensangrentada de César Gómez, la cual fue entregada por su esposa al
ex titular de la PGJE, Fernando González Rubio Cerecer.
Luego de la
desaparición, tres días después, la compañía telefónica Movistar registró
varias llamadas del celular de Rogelio Saldaña Cuevas desde la ciudad de
Tijuana, concretamente, de los números (613)107-4123 y (613) 119-0436.
Los responsables de
esta primera investigación fueron el ex subprocurador de Investigaciones
Especiales, Luis Alberto López López; los agentes del Ministerio Público del
Fuero Común, Raúl Ochoa Sánchez y Vicente Gorozave Car; así como los ex
comandantes de la Policía Ministerial del Estado, Francisco Solís Magallanes y
Martín Javier Martínez de los Santos.
(SEMANARIO
ZETA/ Investigaciones ZETA / noviembre 26, 2013 12:01 PM )
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