MÉXICO,
D.F. (apro).- Cuando el Estado fracasa en una de sus principales
funciones que le dieron origen –la de garantizar la seguridad a la
población–, la autodefensa es un legítimo derecho de cualquier
ciudadano, de cualquier comunidad, de cualquier población. Sobre todo
cuando se trata de la defensa a la vida.
La violencia, los muertos
y desaparecidos, los desplazados y heridos, el avance del crimen
organizado sigue en el gobierno de Enrique Peña Nieto como lo fue con
Felipe Calderón. Nada ha cambiado aunque la estrategia de comunicación
política del peñismo se pare de pestañas para hacernos creer que la paz
está de vuelta. Son los nuevos sofistas que una mentira la quieren
transformar en verdad a través de la retórica de las imágenes repetidas
hasta la saciedad.
Pero esta afirmación de que la paz y la
justicia están de regreso resulta falsa si nos atrevemos a mirar detrás
de las pantallas de televisión y vemos cómo siguen apareciendo las fosas
clandestinas, los secuestros, las extorsiones, la corrupción y la
violencia teñida de rojo. Todo esto a pesar de que la agenda informativa
impuesta sea la de las reformas energética, educativa, hacendaria y el
llamado pacto por México.
En Michoacán los grupos de autodefensa
ciudadana siguen creciendo no obstante la orden del gobierno de Fausto
Vallejo de impedirlo. Apenas el martes en Tepalcatepec, Buena Vista
Tomatlán, Tancítaro, Aguililla y La Ruana liberaron las poblaciones de
El Zapote, El Corrijo y Rancho Grande, así como Acahuato, perteneciente
al municipio de Apatzingán.
Estos grupos que empezaron a surgir en
tierra caliente a partir del 24 de febrero han tomado la justicia —no
la ley—en sus manos para hacer lo que el Estado mexicano a través del
Ejército y la policía no han querido hacer, enfrentar al crimen
organizado y quitarles el territorio que controlaban a través del terror
y las armas. Hoy ya se extendieron a la costa y meseta purépecha en una
estrategia que le llama “liberación” del territorio dominio del crimen
organizado.
Conforme avanzan los grupos de autodefensa ciudadana
las desacreditaciones también se han registrado tildándolos de ser
avanzada de alguna banda criminal o incluso de integrar una corriente
separatista que pretende independizarse de Michoacán.
A pesar de
esta campaña y de los bloqueos que ya tienen por parte del Ejército y la
Policía Federal, las autodefensas ciudadanas siguen organizándose en
cada una de las comunidades, pueblos y municipios donde el crimen
organizado sentó sus reales desde hace 12 años cobrando impuestos,
secuestrando y controlando la producción y la comercialización de los
productos agropecuarios, ganaderos y hasta mineros.
Esto ocurre en
Michoacán y no se descarta que pueda repetirse en otros estados donde l
situación es similar. La autodefensa es una acción legítima de la
población frente a la necesidad de protegerse y de garantizarse a sí
misma el derecho a la vida.
Twitter: @GilOlmos
/27 de noviembre de 2013)
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