miércoles, 11 de julio de 2012

CON LA VIDA EN UN VILO EN LA SIERRA SINALOENSE





   
La guerra en la frontera urbana del “Triángulo Dorado”

Luis Fernando Nájera 
Choix.- Caminar por estas calles de pavimento reciente, y también regadas de sangre, resulta tenebroso.


Solo el cruzar una avenida, bulliciosa por el sonido de escapes o por la música que se reproduce en autoestéreos digitales. O silenciosa porque no hay peatones o porque las casas han sido tapiadas.



El transeúnte sufre de espasmos: pega las tripas al espinazo, contiene la respiración y no eleva la mirada. Apretar el cuerpo, como para acorazarlo, es también otro acto reflejo del miedo que se vive aquí.


Caminar erguido es elevar la probabilidad de toparse con los cañones del AK-47 o con el apagallamas de un fusil de asalto AR-15, pero también pistolas ya 9 milímetros, ya 38 Súper.


En cualquier caso, la persona sabe que están en la línea de fuego, voluntaria o involuntariamente, y la muerte ronda, acecha.

Aquí, la gente que antes era parca, tras las matanzas y el hallazgo de tumbas clandestinas tumultuarias, hoy se ha quedado muda.

Solo los niños y los adolescentes, que no miden el peligro, hablan de que hay miedo en sus familias. Saben que la guerra del narco llegó al pueblo, pero no conocen la envergadura del problema con que conviven.

Los adultos y los más avispados prefieren no abrir la boca. Callar, retirarse, no estar en sitios públicos, encerrarse temprano es la mejor opción para salvar el pellejo, aunque todos aquí saben que cuando los asesinos son enviado a una misión no se detendrán ante nada para eliminar a su objetivo, así sean inocentes los que se crucen.

Iván Raymundo Rábago Torres, secretario del Ayuntamiento de Choix, reconoció que se recomendó a la población no exponerse y refugiarse en sus casas temprano ante la ola de muerte que ya alcanzó a la Comuna, como ocurriera tres años atrás. “Se les ruega no salir de noche”.

Prácticamente se trata de un toque de queda recomendado, pero no oficial, 24 horas después de que se intensificaran atentados a balazos contra civiles y autoridades municipales.

La emboscada más reciente contra particulares se produjo poco después del mediodía del miércoles 4 de julio, cuando un grupo armado atacó a plena luz del día, en la zona comercial abierta al público y a algunas cuadras del Palacio Municipal de esta demarcación municipal, a tres jóvenes.



En el acto, Israel Ceceña González murió, y su hermano, Ismael y un amigo de ambos, Manuel Mundo Valenzuela, resultaron gravemente heridos.

En la víspera del ataque contra los gemelos, el jefe de la Policía local, Héctor Echavarría Islas, murió a consecuencia de varias heridas de bala con que resultó al ser blanco de un atentado, cuando festejaba el Día del Policía.

El ataque ocurrió el 29 de junio, frente al propio alcalde, Juan Carlos Estrada, quien presidía el festejo a los gendarmes es un restaurante de mariscos.

La muerte del jefe de policía y el ataque a los tres jóvenes fueron posteriores a la exhumación clandestina (27 de junio) de seis cuerpos en las inmediaciones del poblado Los Táscates, sindicatura de Bacayopa, en el municipio de Choix.

Deudos identificaron a cinco de ellos como los hermanos Alexis Eduardo, el Alex (18) y Nemesio Portillo Gil, el Neme (48), Deny Torres Soto Corrales, el Denys (35), José Manuel Chavira Cota, (40) y José Luis Torres Camacho (37), residentes todos de la cabecera municipal, en las colonias Las Conchas y el Aguajito. El sexto cuerpo no ha sido identificado.

Louis Alberto Jauss López, subprocurador de Justicia en la zona norte, reconoció que los cuerpos han sido reclamados, pero no entregados a los deudos porque falta la confirmación vía ADN de la relación de parentesco.

Reveló que las pruebas periciales indican que la fecha de muerte por disparo de arma de fuego de las seis personas es de dos meses. 



Por ello, adelantó, podrían ser víctimas del encontronazo entre grupos delictivos que a principios de mayo se enfrentaron en la parte alta de la sierra de Choix.

De acuerdo con los informes oficiales de la PGJE, unas 20 personas fueron asesinadas en los enfrentamientos armados. Entre estas figuran militares, policías preventivos y civiles, presuntamente de dos bandos contrarios.

Informes de inteligencia militar y ministerial revelados señalan que el enfrentamiento de mayo en el seno del Triángulo Dorado fue producto de la división de los capataces, Adelmo Núñez Molina y Benito Portillo Gil, unidos ambos al cártel de Sinaloa.

Las réplicas de esa diferencia de grupo entre los que pertenecen leales al cártel de Sinaloa y los que se embarcaron en la alianza Beltrán Leyva-Carrillo-Zetas-La Línea se siguen presentando.

En las listas de desaparecidos figuran más aliados de los Portillo que de los Núñez Molina.

No obstante, un hermano de Adelmo, Martín Núñez Molina, apodado el Narizón o el Grande, de 42 años, fue asesinado en Caborca, Sonora, apenas el 30 de mayo reciente, cuando la guerra arreciaba.

 

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