Los hechos se presentaron poco antes del mediodía en zonas residenciales y de alta circulación al norte de la ciudad, despertando nuevamente la histeria entre habitantes, vecinos y transeúntes que a esa hora realizaba normalmente sus actividades.


Las colonias Los Ángeles, Virreyes, Cumbres, Real de Peña y ampliación Kiosko, fueron rodeadas de elementos del Ejército, Marína así como decenas de policías federales, estatales y municipales que hacían sonar las sirenas y rechinaban las llantas de sus vehículos.

Como cada que la violencia se desata en las calles de la ciudad, decenas de negocios cerraron sus puertas y centenares de curiosos de las mencionadas colonias salían a tratar de atestiguar los hechos sin importar exponer sus vidas.

De inmediato las redes sociales se inundaron de comentarios, recomendaciones y avisos donde vecinos dan cuenta de los estruendos y el movimiento policíaco que en esta ocasión fueron enfrentados por delincuentes a granadazos.

Los hechos violentos se reprodujeron también en los municipios de Piedras negras y Monclova, donde hombres armados se enfrentaron a miembros del Ejército Mexicano, dejando como saldo una persona muerta y el decomiso de armas largas y cartuchos hábiles.

Con las de hoy, las muertes en el actual sexenio asociadas al crimen organizado ya suman al menos 260 en el estado.

La situación en Saltillo quedó en calma alrededor de las 14:00 horas, sin embargo el resto del día permanecieron los patrullajes por parte de autoridades federales.

‘Fue una explosión muy fuerte, como una bomba’

Mientras elementos de la Secretaria de Marina Armada de México realizaban un cateo en una residencia ubicada en la colonia Real de Peña, en la agencia automotriz denominada Coahuila Motors un grupo de desconocidos lanzó un artefacto explosivo, desatando con ello caos, muerte y destrucción.

Fue en distintos sectores de la ciudad que el terror se volvió a apoderar de la capital coahuilense, dejando a su paso dos personas sin vida, dos granadas de fragmentación activadas y severos daños materiales en vehículos y casas.

“De pronto escuchamos una explosión muy fuerte, como de una bomba, lo que hice fue tirarme al piso; la verdad me dio mucho miedo”, dijo una ciudadana que se encontraba a tan sólo unos metros del concesionario, ubicado en Nazario Ortiz Garza y Rufino Tamayo.

Y no sólo ella vivió momentos de pánico, sino cientos de saltillenses que en medio del caos generado por unos presuntos delincuentes buscaban un resguardo entre los recovecos de una ciudad pequeña, en donde es difícil correr.

EXPLOSIÓN
El sonido de la explosión de una granada de fragmentación sólo fue el inicio de una verdadera película de acción. Eran las 11:30 horas y frente a la agencia Coahuila Motors un vehículo Honda Civic, color blanco, se estacionó.

De ahí, un solo sujeto bajó del carro, caminó unos cuantos pasos y después de asegurarse que nadie lo observaba, aventó un artefacto explosivo hacia los vehículos de exhibición que se encontraban en la esquina de Nazario Ortiz Garza y Rufino Tamayo.

“La aventó a la pared, rebotó en el piso y ahí estalló”, confesó un elemento de la Policía Preventiva Municipal que se dio cita en el lugar de los hechos.

Fue de esta manera que unidades como una Dodge Journey RT, un Jeep Cherokee, un Chrysler 200, un Jeep Liberty, un Jeep Wrangler Sport y una Durango pasaron a ser parte de la historia de las situaciones de riesgo suscitadas en los últimos dos años en Saltillo, pues terminaron con los vidrios destrozados y algunos de ellos con las llantas ponchadas.

Pero no fue todo, uno de los ventanales del negocio automotriz terminó resquebrajado, sólo con unas pequeñas aberturas.

“Elementos del Grupo de Armas y Tácticas Especiales (GATE) circulaban por ese lugar y comenzaron la persecución de dicho vehículo”, aseguró más tarde la Vocería del Gobierno del Estado para temas de Seguridad a través de un boletín.

En el momento que los cuerpos del orden realizaban la persecución por la colonia que se encuentra frente a la agencia (Los Ángeles), personal del Grupo Especial Antisecuestros de la PGJEC, elementos de la Policía Preventiva Municipal, así como Protección Civil del Municipio, se hicieron presentes ante la activación del llamado Código Rojo.

“Se ordenó el cierre de la agencia y se evacuó tanto al personal que labora como a los pocos clientes que se encontraban en su interior para evitar alguna contingencia”, aseveró una autoridad que se dio cita en el lugar.

LA PERSECUSIÓN
Un caos era el que se había estacionado al norte de la ciudad, las colonias Alpes y Los Ángeles se encontraban a merced de la delincuencia, pues no sólo se trataba de una persecución por parte de los elementos GATE en contra de unos presuntos delincuentes, sino que en otro punto se reportaron detonaciones de arma de fuego.

Se trataba del estacionamiento de Galería Saltillo. Ahí, un grupo de presuntos delincuentes realizaron disparos a vehículos estacionados para tratar de generar distracción de las fuerzas del orden.

Al lugar acudió personal del Grupo de Reacción Operativa del Municipio (GROMS), quienes confirmaron que se suscitaron detonaciones, ya que dos vehículos se encontraban dañados por proyectiles de arma de fuego.
Por lo que se ordenó de inmediato la evacuación moderada de los clientes de la Plaza Comercial, la cual para su suerte no era concurrida como en otros días.

Mientras tanto, entre las calles de la colonia Los Ángeles, la persecución se estaba gestando a toda velocidad. Los elementos de élite de la PGJE perseguían al Honda Civic, en el que viajaban dos personas.

Así, los delincuentes tomaron un atajo por una de las avenidas que lleva hacia el bulevar Venustiano Carranza, lugar en donde supuestamente podrían tomar otras vías que los llevarán a la libertad.

Pero no fue así, el vehículo Honda pasó Carranza y siguió su camino hacia el poniente de la ciudad (por Hinojosa) y se adentró a la colonia Ampliación El Kiosko, sin saber que esa decisión sería su acabose.

ABATIDOS
Pasaron la Clínica Dos del Seguro Social a toda velocidad, inclusive sortearon vehículos y por poco atropellan a transeúntes, quienes al ver la escena corrían despavoridos, pues no sabían lo que realmente se estaba gestando.

Fue así que dieron vuelta hacia su derecha, por Lago de las Flores, y recorrieron dos cuadras para después dar vuelta de nueva cuenta hacia su derecha, por Calle Cerrada de Paz, lugar en donde el destino les tenía preparada una mala jugada.

La calle no tenía salida, al final de la arteria una residencial le hacía de muralla, por eso se detuvieron e intentaron escapar, pero fueron abatidos por la Policía.

Uno de ellos, presuntamente menor de edad, bajó del Honda y trató de correr, pero en el momento que dio su tercer paso los proyectiles del grupo GATE salieron de sus armas largas y se incrustaron en su cuerpo, tumbándolo en seco hasta dejarlo sin vida.

En tanto, en el interior del Civic permanecía otro sujeto, quien más tarde fue identificado como Horacio González Torres.

Este presunto sicario decidió enfrentar a las autoridades, y de una maleta color negro sacó otra granada de fragmentación que intentó arrojar contra la policía, sin éxito.

Y es que cuando intentaba dicha maniobra fue alcanzado por las balas de los Gates, por lo que el artefacto explosivo se accionó en el interior del Honda y generó un incendio de grandes magnitudes que acabó con el vehículo.

Así, con uno de los cuerpos calcinados en el automóvil y con un segundo tirado a las afueras de éste, personal del Cuarto Grupo de Homicidios acudió a realizar las diligencias, asegurando 1 granada; 1 arma larga calibre .223; 5 cargadores abastecidos; 2 armas cortas 9 mm; 4 cargadores para 7.62 X 39; así como casquillos diversos.