Dice que una voz en su cabeza se lo pidió
ENSENADA.- Escudado en que “una
voz en su cabeza la pedía que matara a la niña” y que nunca quiso hacerlo por su
propia voluntad, Cristian Ulises Cambell Padilla de 20 años de edad, padrastro
de la niña Ariadne Esmeralda Hernández Ballesteros de 2 años de edad confesó
haberla matado a golpes y esconderla en la colonia San Rafael, donde este
miércoles fue localizada.
Marco Antonio Chavarría López, director de Averiguaciones Previas de la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), dio a conocer la detención
del asesino, el cual resultó ser su padrastro, el esposo de la madre de la niña
asesinada desde el pasado lunes y que fue encontrada este miércoles por la
mañana en una casa en construcción de la colonia San Rafael.
Dijo que la necropsia reveló que la niña murió tras recibir varios golpes en
el rostro y cuerpo, y que inclusive hay huellas de haber sido abusada
sexualmente por el ahora detenido; de hecho el detenido confesó que la mató tras
pegarle con el puño y darle varias patadas a la infante, pero se escuda en que
“una voz en su cabeza, parecida a la voz de la ex pareja de su esposa le pidió
que matara a la niña, que al verla muerta la tomó entre sus brazos y se fue
caminando con ella del fraccionamiento Montemar a la colonia San Rafael”.
Para armar bien su historia, el homicida en un principio (el lunes 13) se
pegó en el rostro para hacerse una herida luego de matar a la niña y esconderla,
por lo que cuando llegó la mamá de la menor-la cual trabaja todo el día-, le
dijo que un sujeto encapuchado se la había robado, que se metió en su casa, le
pegó y se llevó a la niña.
Ese mismo día fueron ante la Agencia del Ministerio Público, la cual inició
las investigaciones por la desaparición de la infante, por ello cuando apareció
muerta el primer sospechoso fue el padrastro, el cual al verse descubierto
confesó que “la voz le pidió que le hiciera daño a la niña y terminó matándola”.
Se sabe además que Cambell Padilla estaba desempleado y se encargaba de
cuidar a las niñas mientras su madre trabajaba todo el día.
La PGJE estima que el homicida puede alcanzar una penalidad de hasta 50 años
de cárcel por el asesinato de la infante, esto, a pesar de que ahora quiera
aparentar demencia o esquizofrenia; la madre, de tan sólo 25 años de edad tiene
otras dos hijas y la Policía Ministerial investiga si ellas fueron agredidas en
algún momento por el asesino confeso.
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