Jeringa y cristal: surge en el Cecjude una nueva forma de
matar
El penal de la muerte
Hay
quienes afirman que con estas muertes se estaría inaugurando una nueva forma de
matar, ¿usted qué opina? —le preguntó Ríodoce al director del penal de
Mazatlán, Joaquín Melquíades Cervantes Gutiérrez, el pasado 25 de enero.
—Aquí nosotros como autoridades penitenciarias, en cuanto se tenga
conocimiento de algún caso similar, sin lugar a dudas de que vamos a contribuir
a cabalidad con las autoridades investigadoras para que se aplique el peso de la
ley; son situaciones que no pueden permitirse y que nosotros como autoridades
penitenciarias no vamos a andar solapando acciones indebidas de ningún personal,
llámese de jurídico, de administración o de seguridad y custodia de cualquier
área; si alguien hace algo indebido vamos a actuar conforme a derecho, vamos a
turnarlos ante las autoridades que corresponden.
El sábado 21 de enero,
mientras se daba a conocer la noticia de la muerte por “sobredosis de droga” en
un módulo de “máxima seguridad” en el penal de Mazatlán, de los dos presuntos
secuestradores, en los corrillos policiacos del puerto se propagaba la versión
de que les habían inyectado (no precisaron autores materiales e intelectuales)
una droga conocida como cristal.
Jonhy Ahumada Araujo y Luis Joel Moya
Angulo, de 19 y 38 años de edad, ambos originarios de Los Mochis,
respectivamente, detenidos junto con cuatro mujeres el 14 de enero y quienes
según declaraciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado
pertenecían a una célula del grupo delictivo de Los Beltrán Leyva, fueron
encontrados muertos en la cárcel del puerto.
Los ciudadanos de a pie no
forzaron mucho su sentido común para engarzar los hechos ocurridos en el Centro
de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito con el ataque de dos
sicarios a la ferretería Malova, donde según el eslogan publicitario “se compra
de corazón”, ocurrido el miércoles 18 de enero.
Asimismo, habían la
detención, presentación y encarcelamiento, 14, 15 y 16 de enero, de los
supuestos plagiarios, con el atentado criminal al negocio del gobernador del
estado, donde murió una persona y otra resultó gravemente herida, sin deberla ni
temerla, solo por trabajar ahí.
Bajo ese razonamiento casero del “dos por
dos son cuatro”, no pocos ciudadanos de la zona sur se sienten agredidos en su
inteligencia cuando las autoridades encargadas de impartir justicia les quiere
vender la versión oficial de que los ahora finados se habrían inyectado a sí
mismos la fatal droga. “Mejor cuéntenme una de vaqueros”, comentan irónicos
cuando leen en los periódicos las flamantes declaraciones oficiales.
El
miércoles 25 de enero, Ríodoce acudió a entrevistar a Joaquín Melquíades
Cervantes Gutiérrez, titular del Cecjude del puerto, quien de entrada dijo: “A
raíz de la muerte de estas personas, aquí se han tomado medidas muy drásticas,
que incluso fueron cambiados, separados, el comandante y subcomandante ya no van
a estar encargados de la seguridad del penal”.
—Aparte de los muertos por
“sobredosis”, ¿cuántos reos más han fallecido en el penal?, aunque la gente duda
(de los decesos por suicidio o causas naturales). —Sí, sí, pues
definitivamente que la última persona que falleció estaba enferma, falleció y al
parecer se ahogó con las flemas. De todas maneras nosotros cumpliendo a
cabalidad con el orden jurídico le dimos vista al agente del Ministerio Público
que vino y dio fe del deceso.
—¿Cuántos custodios había cuidando el
módulo de máxima seguridad? —En el módulo había alrededor de cuatro o cinco
custodios…
—El día que fallecieron los presuntos secuestradores corrió la
versión entre algunas corporaciones policiacas que les habrían inyectado cristal
a los internos fallecidos… —Sí, sí, finalmente ese es un rumor y como te
repito, quien habrá de determinar es el Ministerio Público…
—¿Sí llegó a
sus oídos el rumor, que les habían inyectado cristal? —SÍ, sí, desde luego
que sí, no específicamente fue una droga. Me informaron que al parecer, por la
revisión que hizo el médico de guardia de aquí del centro, que posiblemente
pudiera tratarse de una sobredosis, pero eso no se especificó…
—¿Y en
este caso, ¿cómo va a explicar por dónde entró al penal la jeringa y la droga,
llámese cristal u otra droga? —Pues definitivamente hay que deslindar
responsabilidad por dónde entraban las visitas que iban a ese módulo, donde
aparecieron estas personas y como te digo, no es la función
nuestra.
—Cuando ocurrieron los hechos de la ferretería Malova, ¿de qué
forma impactaron aquí?, ¿ustedes no previeron de que rebotara algo respecto a lo
que ocurrió en la ferretería? —No, no, no.
—Porque recuerde que fue el
miércoles 18 de enero, pero el 14 habían sido detenidos y el lunes 16
presentados, luego traídos al penal. —Cada vez que llega gente, sin lugar a
dudas que genera cierta incertidumbre en el penal. Porque las cárceles no
únicamente la de Sinaloa, las de todo el país, pues se traen arrastrando vicios
viejos y en el ánimo de ir a poner orden pues nos hemos encontrado con algunas
situaciones en las que hemos tenido que poner el pecho.
—¿Cómo cuáles
situaciones? —(Como en la situación de) las muchachas (las cuatro mujeres
detenidas junto con los hoy finados) que están en el módulo femenil, de hecho,
pues ya hicimos la solicitud de trasladarlas, nosotros no estamos echados para
atrás.
—Algunas personas asumen que si los reos caen por secuestro y
homicidio, por el hecho de haberles infringido terror e infinito dolor a sus
víctimas, la muerte de los presuntos plagiarios estaría justificada y no deben
tener derechos humanos, ¿usted qué piensa? —Ninguna muerte de ninguna persona
está justificada. No se puede justificar, son hechos que deben castigarse en
estricto apego a la ley.
Las
masacres
14 de junio de 2010. La
cacería, donde fueron ejecutados 29 presos con armas blancas y
fuego.
1 de febrero de 2010. Los tres presuntos
secuestradores de un empresario de materiales de la construcción, señalados
también como homicidas, murieron atacados con armas blancas.
29
de marzo, 6 de julio y 9 de noviembre de 2011. Mueren tres internos,
respectivamente, colgados, o por otro tipo de método.
21 de enero
de 2012. Mueren dos supuestos plagiarios por presunta sobredosis de
droga. |
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