La Jornada |
Distrito
Federal– Ante el cúmulo de trámites para cobrar una pensión,
desconocimiento de ese derecho por los trabajadores, problemas de homonimia,
errores en nombres, en la clave única de registro de población, fechas de
nacimiento y otros, miles de millones de pesos no han sido cobrados y se los
queda el gobierno.
Aunado a ello, de los más de un billón 500 mil
millones de pesos de los fondos de ahorro para el retiro acumulados por los
trabajadores de 1997 a la fecha, entre 912 y 915 mil millones han sido prestados
al gobierno mediante papel gubernamental.
Es decir, 60 por ciento de
fondos de ahorro están en manos de las autoridades en calidad de préstamo. Otro
15 por ciento, casi 200 mil millones, corresponde a recursos que los
trabajadores no han reclamado por diversos problemas.
Un informe de la
Confederación de Trabajadores de México (CTM), elaborado por su secretaría de
acción política, señala que el país tiene dos graves problemas sociales
enfrente. El primero es con las pensiones, ya que el Estado está financiándose
con esos fondos, sobre todo porque mucho de ese dinero no está siendo reclamado
por los trabajadores, ya que no saben o los trámites son tan engorrosos que
terminan por no recuperarlos. O bien, a quienes logran una pensión no les
alcanza para sobrevivir.
Con la masa actual de pensiones los obreros
tendrán que laborar 40 años para alcanzar una jubilación de apenas 50 por ciento
de su último salario, indica Fernando Salgado, secretario de acción política de
la organización, quien elaboró el documento. Indicó que no va a alcanzar a los
trabajadores el monto de sus pensiones para sobrevivir. En 12 años, en 2025, se
va a pensionar el primer trabajador mediante la ley de 1997 y no le alcanzará
para obtener una jubilación de 30 por ciento de su último sueldo. Ello es
preocupante y podría generar una crisis social.
En su análisis detalló
que en el caso de los fondos de ahorro para el retiro el problema es mayor, ya
del billón 500 mil millones de pesos que han acumulado los empleados, entre 912
y 915 mil millones están invertidos en papel gubernamental, es decir, 60 por
ciento de ese dinero lo tiene el Estado en préstamo. Se lo prestaron los
trabajadores al gobierno. Ello, en muchos sentidos, ha rescatado las finanzas
públicas.
Hay gran desorden al respecto y de ello también se aprovechan
las autoridades, ya que, por ejemplo, hay trabajadores que no saben ni dónde
están sus cuentas. Otros, como los de la industria de la construcción, están en
cuatro o cinco obras al año e ignoran el monto de sus descuentos, a cuánto
ascienden sus ahorros o si los tienen; en otras personas sus números están mal,
pero ya no tienen los comprobantes. Se trata de una gran cifra de empleados que
no van a recuperar esos recursos, y se los van a quedar las administradoras o el
gobierno. Algunos candidatos ya están hablando de ese dinero y sobre cómo lo
tomarían para, por ejemplo, crear infraestructura pública.
Hizo ver que,
aunado a lo anterior, hay una baja densidad en las aportaciones de los
trabajadores. Eso es porque cuando consiguen un empleo están cotizando, pero
luego les quitan el contrato, los corren y dejan de hacerlo hasta que consiguen
un nuevo trabajo, pero a lo mejor en éste ya no tienen prestaciones. Por la
cantidad y calidad de aportaciones, los trabajadores necesitarían 40 años, no
25, para tener una pensión que a lo mejor llegue a 50 por ciento de su último
salario. Necesitarían tener no mil 250 cotizaciones, sino cerca de 2 mil
cerradas, cuatro décadas para ello, y eso es lo más preocupante, indica el
informe.
Como están elaborados los sistemas de fondo de ahorro, el dinero
no va a ser suficiente para que los empleados se mantengan y ello se podría
convertir en un problema de Estado, porque va a haber gran cantidad de gente de
la tercera edad que ha trabajado y será pobre, plantea el documento de la
secretaría de acción política de la CTM.
Agrega que quienes están ganando
son las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore), ya que para algunos
bancos éste es el mejor negocio. Obtienen cerca de mil millones de pesos al año
sólo por administrar esos recursos, ganancias muy por encima del área
hipotecaria y crediticia.
Además existen al menos 10 millones de
trabajadores que no escogieron Afore, sino se les asignó, y no saben dónde se
encuentra su dinero.
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