Agueda Barojas Ontiveros
Tanto va el cántaro al agua que termina rompiéndose. Eso le ocurrió ayer a un empleado del departamento de Cobranza, quien estuvo a punto de llegar a los golpes con su superior.
Ulises Robles estuvo a punto de golpear al director de Cobranza, Alberto
Navarro Rangel, a quien por cierto no tengo bien ubicado, pero bastó este pleito
para que corriera como reguero de pólvora santo y seña de su trabajo en esa
dependencia.
A este empleado heredado de la administración anterior, lo
acusan de ser un prepotente y grosero con sus subalternos.
Ese fue el motivo
por el que Ulises Robles dijo hasta aquí y retó a golpes al funcionario, pero
como los escolapios, le dijo: Te veo a la salida.
Alberto Navarro se sintió amenazado y llamó a la policía, por si las dudas. O sea, además de prepotente
resultó "zacatón".
El pleito fue presenciado por personas que se encontraban
pagando sus impuestos en ventanilla.
La pregunta es: ¿Quién protege a este
funcionario?
Bastó que lanzara la pregunta al aire para que la respuesta
llegara.
Alberto Navarro, dicen, es protegido de Marcos Morales y el tesorero
Carlos Dueñas. Son pues, la trilogía perfecta.
Hay quienes no entienden por
qué sigue en ese departamento y la única explicación que encuentran quienes
conocen su desempeño es que se "mocha" con el Tesorero y el director de
ingresos, quienes a decir verdad en estos dos años de administración han nadado
de "muertitos" en cuanto a cuestionamientos de corrupción.
Si todo pasa por
Tesorería y todo entra por Ingresos, ¿Estarán libres de pecado?
El negocio
está, dicen, en los honorarios que se adjudican a través de notificadores
fantasmas.
Grandes cantidades de dinero podrían estarse fugando por ahí,
previo reparto de utilidades.
La pregunta es...¿Le tocará también al
alcalde?
Y es que nadie se explica porque sigue en ese cargo.
Ahora que
habrá desbandada en la Casa de Piedra deberían aprovechar para darle una
sacudida al árbol completo.
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