Con la captura de “El Güero Layo” y “El Zamudio” autoridades dieron golpes
importantes a los cárteles de la droga en Baja California Sur.
Sin embargo,
testimonios y confesiones indican que los criminales oriundos de Sinaloa están
tratando de reorganizar la estructura criminal de los anteriores líderes para
apoderarse de las plazas. Todas estas acciones podrían recrudecer la violencia
en el estado a lo largo del 2012.
Investigaciones ZETA
En la lucha contra el narcotráfico emprendida de enero a diciembre del año
2011 en el estado de Baja California Sur, resaltan dos capturas.
1.- La de Adelaido Soto Aguilar y/o Eduardo Salas Martínez, alias “El Güero
Layo”, considerado el líder del narcomenudeo en La Paz.
2.- La de Inés Zamudio Beltrán, alias “El Zamudio”, considerado el líder del
narcomenudeo en Comondú.
Datos del Grupo de Coordinación expusieron que los criminales comenzaron sus
operaciones ilícitas de la mano de la administración del ex gobernador del PRD,
Narciso Agúndez Montaño.
Desde entonces mantuvieron el control de trasiego,
venta y distribución de droga hasta que fueron detenidos y encarcelados después
de un intenso trabajo de inteligencia militar y de una serie de detenciones y
golpes a sus estructuras delictivas encaminadas a obtener información precisa
que pudiera llevar a su paradero.
La captura de los capos Teodoro y José Manuel García Simental, alias “El Teo”
y “El Chiquilín”, así como la de Raydel López Uriarte, alias “El Muletas” en el
año 2010, prácticamente encendió los focos rojos en autoridades federales y
militares en la Ciudad de México, por lo que de inmediato –y casi enseguida de
la detención de los criminales de Tijuana–, hubo relevos en la Tercera Zona
Militar de la Segunda Región, llegando a la comandancia el general Jorge
Calvillo Ordóñez.
Desde entonces, y hasta la fecha, el Ejército Mexicano comenzó una lucha
contra el narcotráfico sin precedente en Baja California Sur. En ese entonces se
suponía que no existían organizaciones delictivas; apenas salieron a relucir
los primeros nombres de líderes y bandas que controlaban el negocio del
narcomenudeo, hasta descubrirse que eran parte de una red de células delictivas
pertenecientes a los cárteles de Sinaloa, los Beltrán Leyva y de los Arellano
Félix.
Hoy se sabe que muy pocas personas conocían los rostros de los jefes del
narcomenudeo en el estado, salvo los policías municipales, ministeriales y
federales, coludidos con el crimen organizado, y que estaban en la nómina de la
mafia para proteger las actividades ilícitas en el estado gobernado, en ese
tiempo, por el PRD.
Las identificaciones
Las primeras detenciones y golpes contra la delincuencia organizada llevaron
a las autoridades militares a identificar y sacar la conclusión de que los
cabecillas del trasiego, distribución y venta de droga al menudeo eran las
siguientes personas:
1.- En La Paz: Adelaido Soto Aguilar o Eduardo Salas Martínez, alias “El
Güero Layo” y quien comandaba la organización delictiva de “Los Layos” y tenía
como sus dos principales lugartenientes a Domingo Ruelas del Val o Domingo R.
Valdés alias “El Josesón” y Sergio Rodríguez Contreras alias “El Queco”.
2.- En Comondú: Inés Zamudio Beltrán alias “El Zamudio” y quien comandaba la
organización delictiva de “Los Zamudio” y tenía como sus tres principales
lugartenientes a Obed Güereña Arvizu alias “El Obed”, Germán Valle Castro alias
“El Germán” y José Luis Valverde Valverde alias “El Zapata” o “El Júnior”.
3.- En Los Cabos: Javier López Rivera y/o Javier Acosta López alias “El
Javier” o “El Javi” y quien comandaba la célula delictiva de “Los Javieres” y
tenía como su principal lugarteniente a Jaime Ariel Meza López, alias “El Jimmy”
y hermano del famoso “Pozolero del Teo” y a sus hermanos: Josefina, Jesús,
Octavio, Manuel, Martín y Jaime, así como a Ramón Guerrero de la Rocha alias “El
Güero Plaza”, ex comandante de la Policía Federal Preventiva en aquella
región.
Lo anterior es producto de revelaciones de los propios vendedores de droga –o
puchadores, como les llaman— que habían sido sorprendidos con diferentes dosis,
quienes una vez capturados, y en manos de los militares, terminaron por confesar
y revelar los nombres de los jefes de las plazas y detallar todo lo relacionado
a sus operaciones ilícitas y sus nexos con policías municipales, estatales y
federales y hasta el monto de las cuotas de protección que pagaban por permitir
que trabajaran en Baja California Sur.
Con todos estos datos las autoridades militares elaboraron los organigramas
delictivos de las bandas criminales y mapas de criminalidad e influencia de
estas organizaciones para saber y estudiar las zonas de influencia, y conocer
más a detalle todo lo relacionado a su modus operandi.
Y precisamente el cruce de datos e información –en la que obviamente no
participó ninguna policía municipal, estatal ni federal— permitió que los
principales cabecillas comenzaran a caer poco a poco en manos de las autoridades
y fueran recluidos en los diferentes penales del estado.
Las primeras capturas
En el 2010, cayeron los siguientes:
1.- El 2 de junio fueron detenidos, Inés Zamudio Beltrán alias “El Zamudio” y
Obed Güereña Arvizu alias “El Obed”, quienes aparecían en el mapa delictivo
elaborado por autoridades militares como el líder y lugarteniente de la
organización de “Los Zamudio” en Comondú.
Sin embargo, la corrupción en la delegación de la Procuraduría General de la
República (PGR) permitió que recuperaran su libertad en tan sólo 48 horas y
volvieran a delinquir, por lo que después de 8 meses de su captura y liberación,
es decir el 2 de junio, “El Zamudio” nuevamente fue detenido y encarcelado hasta
que el 19 de julio del 2011, el Juez Segundo de Distrito en el Estado de Baja
California Sur, Alejandro Quijano Álvarez, ordenó extrañamente –otra vez— la
liberación del líder de la organización criminal, Inés Zamudio Beltrán, porque
según el juzgador, “no se comprobó en autos el delito contra la salud, en su
modalidad de posesión de narcóticos, la portación de armas de fuego, ni la
posesión de cartuchos reservados para uso exclusivo del Ejército, Armada y
Fuerza Aérea Nacional”.
El caso fue muy polémico, porque el juez basó su decisión en la tesis del
principio de presunción de inocencia, que en materia procesal penal impone la
obligación de arrojar la carga de pruebas al acusador. Es en el expediente un
derecho fundamental que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
reconoce y garantiza en general, cuyo alcance trasciende la órbita del debido
proceso y constituye el derecho de recibir la consideración, y el trato de “no
autor y no partícipe” en un hecho de carácter delictivo u otro tipo de
infracciones, mientras no se demuestre lo contrario.
El representante del Poder Judicial –según sus conclusiones del caso— ni los
militares ni el Ministerio Público Federal, demostraron fehacientemente que
Zamudio y sus cómplices habían sido capturados –como indicaron en el parte con
que acreditaron la aprehensión– por los soldados en un lugar conocido como “El
Médano”, en una brecha que conduce de Santa Rita a un campo pesquero denominado
Puerto Chale, próximo a los límites de los municipios de La Paz y Comondú, Baja
California Sur.
De acuerdo a su visión, los dichos de cinco amigos de los indiciados,
presentados como testigos por la defensa y una nota de compra de un supermercado
de Ciudad Constitución refutaron la versión de la Secretaría de la Defensa
Nacional (Sedena).
Como en el caso del ex alcalde de Tijuana, Jorge Hank, Quijano decidió
ignorar el valor probatorio de lo incautado: cinco kilos de mariguana, dos kilos
y medio de cocaína, 180 dosis de crystal, 165 dosis de crack,
tres armas de fuego –una corta, una escopeta y un rifle de asalto–, tres
cargadores de arma de fuego y 75 cartuchos útiles de diferentes calibres,
independientemente de los antecedentes criminales de los involucrados.
En la sentencia número 31/2011 tampoco se concedió valor probatorio pleno al
testimonio de 3 militares que participaron en el operativo de captura.
“Los acusadores no pudieron comprobar la culpabilidad de los ilícitos”, dijo
y ordenó la liberación de Inés Zamudio Beltrán y tres de sus cómplices que
fueron detenidos junto con el líder de la banda.
Empero, en virtud de la persecución militar, el criminal finalmente decidió
desterrarse del estado y hoy vive con su pareja Ana Paulina Alcalá Amador y sus
hijos en Estados Unidos, y donde el pasado 28 de noviembre fue capturado su
sobrino y ex brazo armado, Amadeo Zamudio Chávez alias “El Yeyo”.
2.- El 14 de septiembre fue detenido, Jaime Ariel Meza López alias “El
Jimmy”, quien aparecía en el mapa delictivo elaborado por autoridades militares
como el segundo hombre de importancia de la organización de “Los Javieres” en
Los Cabos.
3.- El 19 de diciembre fue detenido, Sergio Rodríguez Contreras alias “El
Queco”, quien aparecía en el mapa delictivo elaborado por autoridades militares
como el tercer hombre de importancia de la organización de “Los Layos” en La
Paz.
Las capturas del año
Pero si el 2010, había arrojado capturas importantes vinculadas a las redes
del narcomenudeo, el 2011 fue prácticamente relevante para detener al
escurridizo y protegido, Adelaido Soto Aguilar o Eduardo Salas Martínez alias
“El Güero Layo” en La Paz y terminar de desmembrar la organización delictiva de
“Los Zamudio” en Comondú, y que durante seis largos años, comando Inés Zamudio
Beltrán, consuegro del tristemente célebre ex presidente municipal de Comondú,
Joel Villegas Ibarra.
De hecho, la organización comundeña ya había encendido los focos rojos de las
autoridades militares, en virtud de que sus integrantes, habían estado
participando activamente en la ola de asaltos, robos de cajeros y hasta
crímenes, uno de ellos, el del joven Jesús Azael Valtierra Loya, asesinado el 31
de enero del 2011 en manos del entonces brazo armando de la organización de “Los
Zamudio”.
Por eso, el 23 de abril fueron detenidos Obed Güereña Arvizu alias “El Obed”
y Germán Valle Castro alias “El Germán”, quienes aparecían en el mapa delictivo
elaborado por autoridades militares como el segundo y tercer hombre de
importancia en la organización de “Los Zamudio”, y quienes ostentaban el mando
criminal de la banda en ese momento, en virtud de que Inés Zamudio Beltrán,
estaba encarcelado y sujeto a un proceso penal.
Los delincuentes confesaron a los militares que, durante mucho tiempo, fueron
protegidos por el agricultor Raúl Amaya Téllez, hermano de Rodimiro, ex senador
del PRD, ex coordinador general de la campaña de Luis Armando Díaz y ex
candidato a gobernador del PRI en el 2005, y quienes prácticamente vivían a
salto de mata en los ranchos de la familia Amaya Téllez.
El día de su captura “El Obed” confesó que la organización delictiva
enfrentaba una pugna interna entre él y José Luis Valverde Valverde alias “El
Zapata” o “El Júnior”, porque los dos querían el mando criminal, hasta que
finalmente Obed Güereña Arvizu fue capturado y encarcelado y entonces “El
Zapata” asumió el control de la organización.
Sin embargo, el gusto sólo le duró 80 días, porque en un operativo sorpresa
de la Policía Estatal Preventiva –y después de mucho tiempo de no participan en
este tipo de operativos— el 23 de abril fue capturado José Luis Valverde
Valverde alias “El Zapata” o “El Júnior” y llevado a prisión.
En el 2011, ésa fue la última cabeza visible de la desaparecida organización
delictiva de “Los Zamudio”, misma que trató de resurgir recientemente a través
del narcomenudista Manuel Isaac Hernández Payén alias “El Terry”, quien fue
ejecutado el 11 de octubre en Ciudad Constitución.
Pero indudablemente la captura más significativa fue la del escurridizo y
protegido Adelaido Soto Aguilar o Eduardo Salas Martínez alias “El Güero Layo”
en el municipio de La Paz.
El 23 de octubre fue detenido por efectivos del Ejército Mexicano y puesto a
disposición del Agente del Ministerio Público de la Federación de la PGR;
posteriormente recibió el auto de formal prisión, por lo que enfrenta el proceso
penal desde la cárcel de La Paz.
Como era de esperarse, el criminal habló de todo y lo primero que hizo fue
echar de cabeza a Lenin Rodríguez Aguilar, ex secretario estatal de seguridad
pública, como uno de sus protectores, a quien “le pagaba cien mil pesos
semanales por dejarlo trabajar y no detener a los vehículos de renta que
utilizaba para vender y distribuir droga”.
La lista de los policías, comandantes y altos mandos de la dirección de la
policía preventiva, tránsito municipal y seguridad pública de La Paz, de la
Policía Ministerial, de la Policía Estatal Preventiva, de la Agencia Federal de
Investigaciones y de la Procuraduría General de la República, ya está en manos
de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada
(SIEDO), así como grabaciones de conversaciones telefónicas y documentos
encontrados al momento de ser detenido el criminal.
Hoy por hoy, las capturas de los líderes del narcomenudeo en Baja California
Sur, han desatado una disputa por la plaza y una guerra sorda entre delincuentes
que no han brincado, hasta ahora, a la opinión pública.
No obstante, existen
registros de algunos casos de levantones, y donde –según algunos testimonios
enviados a ZETA— aseguran los están haciendo criminales al
servicio de Manuel Torres Félix alias “El Ondeado” o “El M1” en La Paz y de
Fausto Isidro Meza Flores alias “El Chapo Isidro” en Comondú y Loreto,
lugartenientes de los líderes del Cártel de Sinaloa y de Los Beltrán Leyva,
Ismael “Mayo” Zambada y Héctor Beltrán Leyva alias “El H”.
Los criminales oriundos de Sinaloa prácticamente están tratando de
reorganizar la estructura criminal de los anteriores líderes para ponerlos a
trabajar a su favor y apoderarse de las plazas. La consecuencia es lógica: todas
estas acciones podrían recrudecer la violencia en el estado a lo largo del
2012.
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