Elba Esther Gordillo
reapareció este lunes en público por primera vez desde febrero de 2013, cuando
fue capturada por un comando especial de la Marina en el aeropuerto de Toluca y
se declaró, con su exoneración judicial en la mano, inocente y víctima de acusaciones
falsas.
La maestra estaba aquél
febrero en San Diego y viajaría a Guadalajara para una reunión con el Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación, pero hizo escala en Toluca a petición
del entonces Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien le dijo que quería
cenar con ella para platicar. Cuando los comandos de la Marina la encañonaron,
cayó en cuenta de la trampa.
Videgaray, con quien no tenía
una relación fácil, es uno de los enemigos con quien tiene facturas por cobrar.
Pero aquella celada no es la razón central de su animadversión con Videgaray,
sino su papel central en la Reforma Educativa, al considerarlo su arquitecto,
aunque sin restarle responsabilidad a Aurelio Nuño, a quien el entonces
Presidente electo, Enrique Peña Nieto, le encargó la elaboración del
anteproyecto de la Reforma Educativa. Según allegados de la maestra, Nuño no
tenía vida propia, sino era dependiente del ex Secretario de Hacienda.
Nuño trabajó la Reforma
Educativa durante todo el periodo de transición con Fernando González, yerno de
la maestra, que había sido Subsecretario de Educación Básica en el gobierno de
Felipe Calderón. Según González, la posición que siempre mantuvo como
representante de la maestra, era que no se oponía a la Reforma Educativa, sino
a cómo la pensaban implementar. La evaluación de los maestros no debía ser el
punto de partida, sino el destino, y una verdadera reforma no debía
circunscribirse a la parte administrativa, como inicialmente se enfatizó. La
relación se fue deteriorando y las diferencias entre ellos creciendo.
La maestra Gordillo fue
narrando a sus cercanos desde la cárcel, cómo fue viendo en las acciones del
equipo de Peña Nieto, que el objetivo era ahogarla y desmantelar el sindicato.
Ella no sabía, en ese entonces, que la Unidad de Inteligencia Financiera de
Hacienda estaba revisando sus cuentas desde el 1 de diciembre. Ella inició
varias acciones de radicalización, analizadas como actos de soberbia por el
equipo del ya Presidente -y por algunos miembros de la República de las
Opiniones, como el que esto escribe-, de manera intuitiva. El lance más
importante fue la entrevista que concedió a Adela Micha, una semana antes de su
detención, donde dijo frases como “entré por el excusado y salí por la puerta
grande”, para describir su paso por el magisterio.
Aquella entrevista le generó
muchas críticas, y fue analizada en Los Pinos por el Presidente Peña Nieto,
Videgaray, Nuño, los entonces secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong, y de Educación, Emilio Chuayffet; el entonces Procurador general, Jesús
Murillo Karam; el ex director del CISEN, Eugenio Imaz; y el ex director de
Comunicación Social de Los Pinos, David López. La conclusión fue que había
“enloquecido” y había que proceder en su contra. El Presidente tenía dudas, por
cercanía y auténtico cariño hacia la maestra, pero su equipo, de forma unánime,
sugirió proceder en su contra. Ahí se tomó la decisión.
Gordillo todavía está muy
lastimada por Peña Nieto, pero no se encuentra en la primera parte de la lista
de sus desafectos. Videgaray y Nuño la encabezan, pero muy cerca se encuentra
Osorio Chong, con quien tenía la relación más cercana del futuro gobierno, y a
quien su hija Mónica Arriola, en ese entonces Senadora, recurrió en aquellos
primeros días de crisis. Osorio Chong fue el único puente que tenía la familia
de la maestra con el gobierno peñista, y él se asumía como el contrapeso de
Videgaray y Nuño frente a la maestra. Sin embargo, no tardaron mucho en darse
cuenta que su posición era hipócrita. El entonces Secretario de Gobernación
procuró a Othón Francisco de León, hijo de Arriola y nieto preferido de la
maestra, y lo invitó a colaborar con él. Pero después lo dejó a su suerte, de
acuerdo con miembros de la familia de la maestra.
Hay cosas que no perdona Gordillo,
como las traiciones. Bajo ese tamiz, Osorio Chong la traicionó, al igual que
Videgaray, que le tendió la trampa y Peña Nieto, para quien trabajó en la
campaña y con quien desarrolló una cercana relación personal, pero luego la
encarceló. En el cajón de los traidores, la maestra ubica también a Juan Díaz,
quien la sustituyó en la presidencia del sindicato y que era la persona en la
que había pensado como su relevo, y a Luis Castro, el presidente de Nueva
Alianza, el partido que fundó, que tuvo fuertes choques con su hija Mónica. Con
Nuño y con Enrique Ochoa, el ex líder del PRI que fue quien redactó buena parte
de la Reforma Educativa, incluido el punto donde se le quita el control de las
plazas magisteriales al sindicato, los agravios son políticos por la forma como
se comportaron en las negociaciones con su yerno González.
Por esto último sonaron más
fuerte sus afirmaciones este lunes cuando reapareció ante la opinión pública en
un salón atiborrado de prensa y simpatizantes. “Recuperé la libertad y la
Reforma Educativa se ha derrumbado”, exclamó. En ese sentido, es justicia
poética para ella, después de lo que describió como “una persecución con
mentiras”. Los jueces le dieron la razón jurídica. La rebelión contra la
Reforma Educativa le dio la razón política. La vida continúa, dijo la maestra
en su mensaje del lunes. Pero esa vida no será igual para todos. Sus enemigos
lo saben.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
@rivapa
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA
PALACIO/ 21/08/2018 | 03:00 AM)
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