CIUDAD
DE MÉXICO (apro).- Miguel Ángel Osorio Chong renunció a la Secretaría de
Gobernación porque no quiere “cargar con el muerto” del PRI, porque prevé que
su partido perderá la próxima elección presidencial. Su salida no sólo es una
estrategia electoral, también es política: quiere ser el próximo líder de la
oposición en el Senado, considera Porfirio Muñoz Ledo.
En
entrevista con Proceso, el comisionado para la Reforma Política de la capital
del país explicó que la renuncia del hidalguense es consecuencia de los
espacios que ha ganado el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray
Caso. Su fuerza ha llegado a tal grado que –asegura– él conduce el país y no el
presidente Enrique Peña Nieto. El rebase político se consumó, dice, cuando el
mandatario, a sugerencia del egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de
México (ITAM), recibió a Donald Trump cuando era candidato a la Casa Blanca.
“De otro modo, no se explica la salida del
secretario de Gobernación (…) Dijo que se iba. ¡Nada más! Que se iba al Senado,
pero eso no es una explicación, es un destino”, expone.
El
exembajador ante la Unión Europea menciona que el anuncio del exgobernador de
Hidalgo refleja que entiende sobre la sucesión presidencial. “Está salvando su
carrera política; todos los del barco tecnócrata se irán a su casa”, afirma.
Continúa
sobre Osorio Chong: “Es uno de los políticos que se formó en el viejo sistema
del PRI, es decir; es de los que comenzaban representando a la gente frente al
poder y terminaron representando al gobierno frente a la gente. Es lo más ajeno
al ITAM. Es un hombre formado en la política, sin contrapesos en el gobierno”.
EL NUEVO ELÍAS CALLES
Cuando
el también excandidato presidencial Muñoz Ledo habla del proceso de
transferencia del poder al estilo del PRI, pone de ejemplo el caso de Carlos
Salinas de Gortari, quien, si bien llegó a Los Pinos en 1988, gracias a la
“caída del sistema”, ya había acumulado poder desde que era el candidato
presidencial.
“Prácticamente,
Salinas de Gortari era presidente desde la última fase del gobierno de Miguel
de la Madrid. Tenía un poder inmenso. Dirigió su campaña presidencial, el
fraude electoral y el conflicto poselectoral”, asegura.
“¿Por
qué se queda Videgaray con el poder? –se pregunta–, porque ellos quieren
asegurar el triunfo de su pupilo mediante métodos directos que consisten en la
compra del voto de la gente más necesitada”, dice.
Sin
embargo, a diferencia del caso Salinas, donde el proceso fue lento, señala, en
2018 la transición de poderes se adelantó entre quienes quieren llegar al poder
y los que no quieren dejarlo, y éste recayó en Videgaray, quien “derrocó” a
Peña Nieto al impulsar a José Antonio Meade Kuribreña, su amigo y excompañero
del ITAM, como candidato presidencial del PRI pese a que oficialmente no es
miembro del partido.
Así,
para el diplomático, Videgaray está cumpliendo una función parecida a la de
Plutarco Elías Calles. “Algunos ya lo llaman Callesito”, afirma.
“SE EXTRAVIÓ EL PODER”
Durante
la entrevista también habla sobre su reciente biografía escrita por James y
Edna Wilkie, Porfirio Muñoz Ledo. Historia Oral 1933-1988, en la que expone una
primera etapa de su vida a lo largo de seis capítulos (el estudiante, servidor
público, dirigente político, diplomático, educador y dirigente de la
oposición).
Sin
dejar a un lado su obra, el también exlegislador reflexiona sobre la situación
del país a la que califica de “dramática”, porque si bien ha expuesto que
Videgaray manda en el país, asegura que los hilos del canciller provienen de
Estados Unidos mediante Jared Kushner, yerno y asesor de Trump.
“¡Se
extravió el poder! El poder no manda desde México, el poder manda desde el
extranjero. El proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio (que
encabeza en México el canciller Videgaray) lo ha probado. Es todo un compromiso
de seguridad nacional con Estados Unidos. Nosotros somos una pieza del sistema
de seguridad de Estados Unidos y, para colmo de males, ya no hay presidente en
México. Derrocaron a Enrique Peña Nieto”, asegura el diplomático.
Desde
su punto de vista, este escenario no es comparable con las elecciones
presidenciales de 2006, cuando el entonces presidente, Vicente Fox, hizo todo
lo que estuvo a su alcance para que el panista Felipe Calderón llegara a Los
Pinos mediante un fraude electoral. Y Calderón –asegura Muñoz Ledo– apoyó al
priista Enrique Peña Nieto para obtener la Presidencia vía la compra de votos.
Sin
embargo, el entrevistado considera que Peña Nieto no podrá heredarle la
Presidencia a Meade, “porque el PRI carga con un inmenso desprestigio al igual
que el PAN, porque Calderón fue un presidente sumamente malo”.
De
esa manera, también ve improbable que gane Ricardo Anaya las elecciones del
próximo 1 de julio. “No se ve por ahí, porque el panista está muy abajo en las
encuestas. No le alcanza”, dice. Al hablar de los panistas, Muñoz Ledo señala
sobre Vicente Fox: “Ningún presidente del PRI cometió tantos abusos ni tantos
excesos como el ‘presidente de la alternancia’. Fox impuso a Calderón y luego
facilitó el regreso del PRI”.
SIMILITUDES
En
su opinión, las condiciones políticas y sociales en la actualidad son distintas
a los sexenios anteriores, pero benéficas para la izquierda. “Es el mundo del
cambio”.
Para
el comisionado para la Reforma Política de la Ciudad de México, este año es el
punto de ruptura porque se están dando las condiciones para un cambio social,
pues, dice, resulta impensable que después de 30 años de gobiernos tecnócratas
se tengan que soportar otros seis años más.
De
acuerdo con su análisis, el escenario político-electoral de 2018 es similar al
de 1988, cuando él rompió con el sistema y apoyó la candidatura presidencial de
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
“Hubo
un mitin impresionante que alertó al gobierno. Un mitin de Cuauhtémoc Cárdenas
que se hizo en la Universidad Nacional Autónoma de México, después hubo un
mitin en la Laguna, donde lo cargaron en hombros, pero el primer gran mitin fue
en la UNAM”, señala en alusión a la importancia de que los jóvenes se
involucren en el proceso electoral para definir el rumbo del país.
Otra
símil con el proceso electoral de 1988 es que “antes de la elección
presidencial ocurrió un terremoto, el 19 de septiembre de 1985; ahora, antes de
los próximos comicios hubo otro gran sismo, el 19 de septiembre de 2017. Esas
coincidencias históricas, por alguna razón, ocurren sin que nos obliguen a ser
supersticiosos”, dice.
UN NUEVO LIBRO
Respecto
del reciente libro sobre él, Muñoz Ledo refiere: “Se trata de una serie de
entrevistas que hicieron los investigadores durante un año, por días enteros.
La primera versión tenía dos mil 600 páginas cuando se pasó al papel. Era muy
complicado, eran varios tomos. Entonces, se detuvo (la impresión), por eso
tardó tanto tiempo. Se hizo una síntesis de mil 200, mil 400 páginas”.
Adelanta
que a finales de este año espera que salga un segundo tomo de su historia oral,
el cual se titulará Mi vida en la oposición, para dar a conocer su vida
política de 1988 a la fecha.
Muñoz
Ledo considera que “muy pocos” escriben su biografía a tiempo: “Son muy raros.
El más notable es Jaime Torres Bodet, mi jefe y maestro. Él se dedicó durante
varios años a ir publicando sus memorias. El último día que entregó unas hojas
escritas por él mismo, a mano, culminaba el último de sus libros. Cuando se fue la secretaria abrió un cajón de
su escritorio, cogió una pistola y se disparó. Terminó la obra, terminó la
vida”.
La
actual historia oral de Muñoz Ledo retrata su paso por la Organización de las
Naciones Unidas, su gestión en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, su
trabajo en la Secretaría Educación Pública. En general, habla de los cargos que
ha desempañado en más de 30 años de carrera política.
“La
trayectoria del gobierno federal mexicano, a partir de la década de 1960,
cuando llegaba a su fin la etapa constructiva de la Revolución Mexicana, se
comprende con mayor claridad gracias a la historia de Porfirio Muñoz Ledo,
quien comenzó a ejercer una influencia notable desde el régimen del presidente
Adolfo López Mateos, particularmente en la concepción del gobierno federal como
rector de la vida republicana y de su política exterior. Su trayectoria ha
dejado huella en la administración pública, la diplomacia, el liderazgo
político y el legislativo”, se refiere en el prefacio del libro fechado en mayo
de 2017.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ ROSALÍA
VERGARA/15 ENERO, 2018)
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