Manifestación
de periodistas el 22 de noviembre de 2013 durante la comparecencia del
Secretario de Seguridad Pública de Veracruz, el 22 de noviembre de 2013. Foto:
Cuartoscuro
Xalapa,
18 de agosto (SinEmbargo).– Arturo Bermúdez Zurita, el Secretario de Seguridad
Pública de Veracruz –quien declarará ante autoridades del DF por el asesinato
del fotoperiodista Rubén Espinosa y cuatro personas más–, tiene un largo
historial de incidentes con la prensa. Uno de los más notorios se desató
cuando, en una comparecencia en el Congreso, con micrófono abierto, los llamó
“pinches medios”.
Quienes
lo conocen dicen que intenta parecerse al Teniente Coronel Julián Leyzaola
Pérez, el ex Secretario de Seguridad Pública de Tijuana, que regresó el respeto
a los oficiales de la Policía Municipal para que enfrentaran a los
narcotraficantes. Pero al paso del tiempo, la prensa local ha empezado a
comparar al Secretario de Seguridad Pública del estado de Veracruz con Arturo
“El Negro” Durazo Moreno, ex jefe del departamento de Policía y Tránsito de la
Ciudad de México y cercano al ex Presidente José López Portillo (1976-1982).
Durazo
figuró como ejemplo de corrupción en instituciones policíacas.
La
violencia llevó a Bermúdez Zurita al mando de la SSP de Veracruz en junio de
2011. Por esas fechas, su antecesor, y ex jefe, Sergio López Squer (General en
retiro) vivió uno de los peores momentos de su vida cuando un comando de Los
Zetas atentó contra su escolta. El militar no iba con ellos. Lo habían dejado
en el aeropuerto de Veracruz minutos antes del ataque, cerca de la localidad de
Villarín, el cual terminó con saldo de dos oficiales muertos y tres civiles
armados abatidos.
De
manera coordinada, a la misma hora, sujetos armados irrumpieron en la morada de
López Squer en el municipio de Alvarado, dispararon contra la fachada de la
casa y dejaron granadas de fragmentación sin detonar.
“Vivimos
en uno de los estados más seguros del país, y ello no es casualidad ni
consecuencia fortuita, sino resultado en buena parte, de la tarea que en los
años recientes realizó el General Sergio López Esquer”, dijo sobre el hecho el
Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, durante la toma de protesta de
Arturo Bermúdez, su amigo.
Han
pasado cuatro años desde esa toma de protesta y Veracruz no es más seguro, pues
tiene los peores indicadores en materia de lucha contra la delincuencia común,
la que se roba el refrigerador, la casa, la vaca, la que asalta en la esquina o
amaga en la ventanilla del banco. Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema
Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) ubican a la entidad en el tercer lugar a
nivel nacional en materia de secuestros, en el último reporte, Veracruz
desplazó a Guerrero de esa posición.
El
mismo organismo señala que en 1997, en Veracruz, la tasa de secuestros por cada
100 mil habitantes era de 0.11 y ésta pasó a 1.16 en 2012; en 2013 a 1.38; y en
2014 a 1.80; en cuanto a homicidios, en 2010, el Gobierno de Javier Duarte tomó
el poder y se reportaron 583 homicidios dolosos; para 2011, fueron 890; en
2012, 968 y en 2013, 863.
Lo
mismo con los secuestros, en 2010 se registraron 17; en 2011 la cifra fue de 60;
en 2012 ascendió a 91; en 2013 fue de 109; y en 2014 de 144.
LA VIOLENCIA CONTRA LOS CIUDADANOS
Veracruz
es también es el estado con más periodistas muertos -al menos 15- y
desaparecidos. Organizaciones internacionales como Reporteros Sin Fronteras
(RSF) y Artículo 19 ponen a la entidad al mismo nivel que países de Medio
Oriente. La inseguridad en las calles es la misma y las autodefensas
ciudadanas, son una realidad. No existe ciudad de Veracruz en donde no haya al
menos una colonia con vecinos levantados contra la delincuencia.
En
Coatzacoalcos, polo de desarrollo y capital de la industria petroquímica en el
sureste mexicano, habitantes de la colonia El Tesoro colocaron mantas en donde
amenazan a los ladrones: “Rata, si vienes y te agarramos, te rompemos tu
madre”. En esta misma ciudad, en agosto pasado, el Secretario de Seguridad
Pública recomendó a los empresarios y ciudadanos de Coatzacoalcos “comprar
perros o candados” en caso de sentirse inseguros.
La
declaración despertó el malestar de la clase empresarial y de los ciudadanos.
Desde entonces, los reportes mensuales que elabora la asociación Observatorio
Ciudadano dan cuenta de cuatro a cinco homicidios dolosos al mes, docenas de
robos de autos, a comercios y a viviendas, secuestros y desapariciones.
En
mayo de 2015, también en Coatzacoalcos, Bermúdez Zurita desairó a familiares de
personas desaparecidas presuntamente a manos de su Policía de élite, La Fuerza
Civil.
Los
familiares se plantaron con pancartas a las afueras de un hotel en donde se
encontraba Bermúdez.
La
Fuerza Civil no se iba a marchar “porque se manifiesten los delincuentes”,
respondió Bermúdez a la prensa cuando fue cuestionado sobre el tema.
“No
es ninguna unidad de la Fuerza Civil, ya está la investigación en la Fiscalía.
No hay ninguna, siquiera una patrulla ni gente de Fuerza Civil. A lo mejor son
otro tipo de delincuentes que también lo estamos tratando de evitar y prevenir
en la zona… Son delincuentes contra delincuentes que es lo que regularmente se
enfrentan y se ajustan o hacen ajustes de cuentas entre ellos mismos”, dijo el
jefe de la Policía veracruzana al criminalizar a los inconformes, la mayor
parte niños y mujeres, algunas enfermas de la presión por no saber de los suyos
en más de un mes.
El
señalamiento obra en la denuncia 234/2015, de la Agencia Segunda del Ministerio
Público de Coatzacoalcos, y es por la desaparición de José Manuel Cruz Pérez,
Jhonit Enríquez Orozco, Héctor Manuel Facundo Ramos, Eliaquín Alvarado
Villafuerte y Roberto Gallegos Osorio. Taxistas, obreros y empleados.
Al
igual que estos cinco, desde el inicio del Gobierno de Javier Duarte de Ochoa
–el 1 de diciembre de 2010-, se han documentado más de 50 casos de personas
desaparecidas presuntamente a manos de elementos de la SSP comandada por Arturo
Bermúdez.
Uno
de los más sonados en el plano internacional, el del joven Gibrán Martiz, ex
concursante de “La Voz México”, que generó la recomendación 14/2015 de la
Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). “El joven cantante, y dos de
sus amigos, fueron víctimas de desaparición forzada por la policía de Javier
Duarte y Arturo Bermúdez”.
A
más de 90 kilómetros de donde fue detenido por la Policía en Xalapa, Gibrán
Martiz apareció sin vida junto a uno de sus amigos, el 19 de enero de 2014; el
otro sigue ausente.
Nunca
la CNDH había mandado al Gobierno local una queja en ese sentido. A Bermúdez no
le gusta hablar del tema. Sólo que aceptó la recomendación, pero ningún
funcionario de mediano o bajo nivel presentó su renuncia por estos hechos. Se
desconoce si Asuntos Internos de la SSP abrió algún expediente.
PRIMER CÍRCULO
El
departamento en la colonia Narvarte donde fueron asesinadas cinco personas.
Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
Bermúdez
Zurita está siempre en el primer círculo de poder del Gobernador Duarte de
Ochoa, y con el homicidio del fotoperiodista, Rubén Espinosa Becerril, en la
Ciudad de México –a donde llegó huyendo después de numerosas amenazas en
Veracruz– está entre los que fueron llamados a declarar ante la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
La
PGJDF solicitó este martes, vía oficio de colaboración, la declaración del ex
titular de la SSP de Veracruz, el General Sergio López Esquer; la del actual
titular de esa dependencia, Arturo Bermúdez Zurita; y la de la presidenta de la
Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas, Benita González
Morales en relación al homicidio del fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, de
la activista Nadia Vera Pérez, de Yesenia Quiroz Alfaro, Olivia Alejandra
Negrete Avilés y la ciudadana colombiana Mile Virginia Martínez, el pasado 31
de julio en la colonia Narvarte.
La
Procuraduría capitalina informó que “una célula de ministerios públicos de la
Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Homicidios de
la PGJDF, arribó a la Fiscalía General de Veracruz, para que, a través de un
oficio de colaboración”, los funcionarios y el ex funcionario del Gobierno de
Javier Duarte declararan.
Desde
el pasado martes 4 de agosto, los abogados de la familia de Nadia Vera Pérez,
que coadyuvan en la investigación por el multihomicidio en la colonia Narvarte,
entregaron a la PGJDF una solicitud de citatorio a los dos últimos secretarios
de Seguridad Pública del Gobierno de Veracruz.
En
abril de 2013, la revista Proceso dio a conocer una amenaza directa desde el
estado de Veracruz contra uno de sus reporteros, Jorge Carrasco, quien estaba
comisionado en esos días a las investigaciones sobre el homicidio de la ex
corresponsal de la publicación, Regina Martínez Pérez, quien fue encontrada
muerta en su casa en Xalapa, el 28 de abril de 2012.
La
información versaba sobre un compacto y versátil grupo de agentes policiales
que viajaría al DF a ubicar, recabar información y ejecutar un plan para
“afectar” a Jorge Carrasco, quien tuvo que poner tierra de por medio
temporalmente.
Los
informes indicaban que los agentes eran activos entrenados de la SSP
veracruzana, en ese entonces ya en manos de Bermúdez.
Los
escándalos de Bermúdez no se remiten los temas relacionados con la muertos y
desaparición de comunicadores, en octubre de 2014, realizaba la presentación de
la Fuerza Civil, lo último en entrenamiento y tecnología para mantener la paz
en territorio jarocho.
Todo
pintaba para que el cuerpo de policía ganara una buena posición en medios de
comunicación, de no haber sido por la contratación de una desnudista y modelo:
Michel Arano, como encargada de Radio y Televisión en la SSP. La noticia se dio
el mismo día del arribo de la Fuerza Civil y los periodistas y ciudadanos le
dieron más importancia a las fotos de la funcionaria en las redes sociales,
donde aparecía posando semidesnuda, en situaciones sugerentes y con alto
contenido erótico. La andanada de críticas no se hizo esperar y la chica tuvo
que dejar el puesto con el mote de “Lady SSP”.
NEGOCIO DE ESPIAS
A
Bermúdez se le ha vinculado con la propiedad de un hotel y negocios de
seguridad. Bermúdez Foto: Cuartoscuro
Su
primer paso por el Gobierno lo dio en la SSP de Nuevo León, como asistente
(1996-1998). De allí pasó a la Secretaría de Finanzas y Planeación del Gobierno
de Veracruz, con Miguel Alemán Velasco de Gobernador (1998-2004). Luego en
Proyectos y en la Subsecretaría de Finanzas, y en esa oficina conoce a Javier
Duarte de Ochoa, quien igual realizaba sus pinitos de burócrata, siempre
respaldado por el ahora ex Gobernador Fidel Herrera Beltrán (2004-2010).
En
esos años, alternaba el trabajo con un negocio pequeño de venta de alarmas,
pero quienes le conocen también lo identifican por su sagacidad para los
negocios.
Al
llegar a la SSP de Veracruz, como encargado del C4, en el Gobierno de Fidel
Herrera, se le vinculaba con la propiedad del Hotel Chachalacas, ubicado en las
aguas del Golfo de México, en el municipio de Úrsulo Galván.
Pero
ahora, según un reporte publicado en BlogExpediente bajo la firma del
periodista Luis Velázquez, el jefe de la policía posee más de 10 negocios de
distintos giros, entre ellos enumera la casa de empeño “La Capillita”, una
constructora de nombre “Incorpora”, “a nombre del notario público de su
confianza”; un taller automotriz, de nombre “Fusión”, y en el que se da
mantenimiento de laminación y pintura a las patrullas de la SSP; un gimnasio,
“Gym Jaguar”, en la colonia Ferrocarrilera de Xalapa; una empresa de alarmas de
nombre “GPA”; una cadena de tintorerías de nombre “Max” en Coatepec; la escuela
de idiomas de nombre “Kiosk”; un negocio de grúas, “SEAX”, en la calle 20 de
Noviembre, de la colonia 2 de abril de Xalapa, etc.
Personas
cercanas a su entorno indican que posee una empresa, sin nombre, muy
subterránea, en la que hay especialistas en espionaje dedicados a elaborar y
comerciar fichas informativas sobre políticos, periodistas, empresarios,
opositores, defensores de los derechos humanos y cualquier veracruzano con alto
perfil.
Esta
manera de actuar de Arturo Bermúdez quedó al descubierto en diciembre de 2013,
cuando Miguel Ángel Yunes Linares, el mayor enemigo político del Duartismo,
mostró varios audios sobre cómo los funcionarios de Javier Duarte tramaban
operar las elecciones (lo cual consta en denuncias ante la PGR), y en uno de
ellos se escucha a Arturo Bermúdez en una supuesta reunión con candidatos del
PRI a las alcaldías de ese estado.
El
funcionario les oferta un paquete de “35 millones de fichas de veracruzanos”
importantes, de quienes “sabemos dónde están, no sólo delincuenciales, las
tenemos desde el punto de vista social, si ustedes quieren hacer un amarre
político o decidir algo dentro de su municipio, pueden tener acceso a estas
fichas. Se las podemos otorgar”. Algo así como vender un poco de ventaja.
En
junio de 2015, en plena crisis por la golpiza a ocho estudiantes de la
Universidad Veracruzana en Xalapa, Fidel Robles Guadarrama, Diputado del
Partido del Trabajo (PT), dijo que la SSP contaba con fichas de estudiantes y
activistas incómodos al sistema. Documentos elaborados por medio del espionaje,
el seguimiento y la invasión a la vida privada.
Bermúdez
no lo negó: “Existen son fotografías videos, y cámaras del C-4 de todas las
gentes que hacen manifestaciones y dañan al público, existen videos, existen
fotografías de ustedes mismos (de los periodistas), de las gentes que están
incendiando, que están golpeando, dañando es lo que tiene la Secretaría” (7 de
junio).
“PINCHES MEDIOS”
El
día de la comparecencia del funcionario en el Congreso. Foto: Cuartoscuro
El
27 de noviembre de 2013 en el Congreso local, cuando un grupo de
fotoperiodistas, encabezados por Rubén Espinosa, irrumpieron en la
comparecencia del titular de la SSP para protestar contra los abusos de la
policía, Bermúdez tenía el micrófono abierto, y sin pensarla, lo soltó:
“Pinches medios” con la mueca de enojo por un lado.
La
palabra retumbó en el recinto. Los asesores y ayudantes del jefe de la policía
no sabían donde poner la cara, pero él, ni se inmutó. Se quedó con los ojos
clavados en las pancartas. Tampoco se disculpó. Conforme arreció la protesta a
nivel nacional por el exabrupto el oficial organizó un desayuno con la prensa
en la academia de Lencero. Buscó limar asperezas mostrándose amigable en la
mesa. También rifó planchas, licuadoras y televisiones en busca de acallar el
escándalo.
Siete
meses antes de ese escándalo, Bermúdez ya había protagonizado otra desavenencia
tras descalificar unas fotos del corresponsal de la Agencia Cuartoscuro, y de
AVC Noticias, Félix Márquez, sobre la aparición de autodefensas.
Bermúdez
aseguró que las fotos eran falsas y el fotoperiodista había pagado a los
ciudadanos para que posaran encapuchados, con palos y rifles. No iba a
investigar a los que salieron en las fotos, pero opinó que el “que debería
estar detenido es quien fue a sacar las fotos y le paga a los ciudadanos para
que rayen las paredes, para que pongan grafitis y para que puedan hacer las
cosas”.
Ante
el escándalo, y el respaldo al fotoperiodista de distintas organizaciones
defensoras de los derechos humanos, el funcionario reculó y pidió una disculpa
al también corresponsal de la agencia AP. El tema dio hasta para la burla de
Javier Duarte de Ochoa, quien lo calificó de “vacilada”, “tiene el mismo efecto
de tomar una foto de tres personas disfrazadas de Batman, Blue Demon y Mujer
Maravilla, no tiene ninguna consecuencia”.
Ahora
las autodefensas en Veracruz son tan reales, como que en junio pasado, en el
municipio de Soledad Atzopan, en la faldas del Pico de Orizaba, fueron capaces
de hacer correr a un comando de sicarios que en su escape abandonaron un coche,
cuando la policía lo abrió, encontró un cadáver. Ese día los pobladores también
incendiaron una patrulla de la SSP porque llegaron tarde y prácticamente los
dejaron solos contra los narcos.
VIDAS PARALELAS
Rubén
Espinosa y Arturo Bermúdez también tuvieron su capítulo en Xalapa, y muy cerca
a la muerte de fotógrafo de AVC Noticias, de Cuartoscuro y Proceso, con la
golpiza, el 5 de junio, a ocho estudiantes, la mayoría de la Universidad Veracruzana
(UV).
A
uno le volaron los dientes, a otro le rompieron tres huesos, otro más perdió un
dedo por un machetazo. Cuando lograron reponerse, los chicos acusaron
indolencia y falta de auxilio de parte de los elementos de la SSP que llegaron
al sitio de la agresión, durante esa madrugada, y tomaron el primer reporte sin
prestarles ayuda ni mucho menos emprender acciones para ir de inmediato tras
los agresores.
Al
paso de los días, y la documentación de más abusos y acosos, son numerosas las
voces que señalan a los de la SSP como posibles autores de una de las peores
agresiones a los alumnos de la UV. Todo ese proceso, desde la noche de la
paliza, lo documentó con su lente Rubén Espinosa. Allí fue donde comenzó su
calvario. Allí lo comienzan a seguir y a fotografiar de su casa al trabajo, del
trabajo a casa de sus amigos. Es cuando se siente inseguro en Veracruz.
Rubén
Espinosa se le escapó a los toletes eléctricos durante el desalojo a los
maestros y activista en noviembre de 2013
En
las dependencias del Gobierno de Veracruz se ve la foto de Javier Duarte de
Ochoa, sonriente y con los carrillos inflados. En casi todas, menos en las
controladas por SSP, allí la foto es de Arturo Bermúdez. En algunas lo tienen
con su uniforme, condecorado, con su gorra de policía. Conocido es su culto a
la personalidad, el cual quedó de manifiesto en abril de 2015, en el marco de
unas competencias deportivas, y exhibió un mural, en acuarela, en el cual se
miraba su retrato fiel. Aun con las críticas, no quitó el mural y allí lo tuvo
durante todas las jornada.
(SInEMBARGO.MX/
REDACCIÓN / AGOSTO 18, 2015 - 21:30H)
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