Obstruidos
por basura, ríos, arroyos e infraestructura pluvial de Tijuana, evidencian la
falta preparación de las autoridades ante una contingencia por lluvias como las
que se pronostican a partir del mes septiembre. Mientras el gobierno municipal
desazolva a medias los pluviales, en CONAGUA declaran carecer de presupuesto
para limpiar los cauces naturales de agua. Se enfocan en atender la emergencia,
pero dejan la prevención de lado
Sin
recursos económicos suficientes para limpiar todos los pluviales, cauces de
ríos y arroyos de Tijuana, el riesgo de estragos por la presencia de “El Niño”
en la región es prácticamente inminente.
Asentada
sobre 32 cuencas hidrográficas, la ciudad resulta particularmente vulnerable a
inundaciones ante la presencia de lluvias, sobre todo si estas son de
intensidad inusual como las que se pronostica, desencadenará el fenómeno
meteorológico que llegará a la zona el mes próximo.
Si
a eso se añade la obstrucción de basura, arrastrada por el agua o depositada
por la propia ciudadanía, tanto en los cauces de arroyos, como en el sistema de
drenaje pluvial, el riesgo de posibles inundaciones es mayor, advirtió el
director de Protección Civil en Baja California, Antonio Rosquillas.
Será
a partir de septiembre de 2015 y hasta abril de 2016 cuando “El Niño” alcance
su mayor intensidad, con pronósticos de lluvias similares a las registradas en
1993 y 1998, refieren expertos, años en los que las lluvias y el descuido
resultaron en el fallecimiento de personas.
Ante
ello, las autoridades de los tres órdenes de gobierno han iniciado
reuniones de coordinación. Sin embargo,
hasta el momento se han enfocado en determinar mecanismo de reacción, después
de suscitada la contingencia.
No
han contemplado cómo preparar a la ciudadanía para la posible contingencia.
Hasta
ahora, lo único que se ha puesto en operación es el programa anual del
Municipio para el mantenimiento, limpieza y rehabilitación de pluviales y
desarenadores, el cual, por cierto, solo se ejecutará en algunos tramos
específicos, no en la totalidad del sistema.
Así
que no se ha definido un esquema de limpieza integral en el cien por ciento de
la estructura pluvial de la ciudad.
La
Federación anda en las mismas, con un recorte del 72 por ciento en su
presupuesto 2015, la delegación estatal de la Comisión Nacional del Agua
(CONAGUA) se declaró insolvente para llevar a cabo cualquier programa de
limpieza en los cauces naturales de agua, cuyos desechos, en caso de una lluvia
torrencial, terminarán siendo arrastrados hacia los desarenadores y pluviales.
Hasta
el momento, tampoco se ha definido un programa de reubicación preventiva para
quienes habitan de forma irregular en cuencas o arroyos; solo se les advierte
del riesgo de residir en esos sitios, en los que comercios han conseguido
permisos para operar.
No
obstante este panorama, públicamente las autoridades se dicen preparadas para
hacer frente a cualquier contingencia.
CAUCES NATURALES EN EL OLVIDO
32
cuencas cruzan a lo largo y ancho de Tijuana, de las cuales 29 llegan al Río
Tijuana y el resto desembocan en Rosarito.
Corresponde
a la CONAGUA su conservación y mantenimiento, instancia que durante años, solo
se había ocupado de la rehabilitación del Río Alamar y Tijuana.
Luego
del desalojo de los habitantes de la canalización del Río Tijuana, el gobierno
municipal emprendió un programa de limpieza en el área donde este fenómeno se
concentraba: del límite internacional de la Puerta México, hasta el Hospital
General de Tijuana.
El
resto de la infraestructura del desagüe sería desazolvado por CONAGUA, y aunque
la dependencia estimó un presupuesto de 90 millones de pesos para retirar la
vegetación, tierra y desechos que obstruyen la amplia zona, la limitación
impuesta a su presupuesto 2015 resultó en que dejaran fuera la conservación de
los canales.
La
Comisión Nacional del Agua tampoco se ocupa de las cuencas, muchas de ellas
colonizadas en forma irregular; la anómala condición de estos asentamientos les
impide ser dotadas de los servicios básicos, como recolección de basura, por lo
que sus habitantes optan por utilizar de basurero laderas y arroyos,
convirtiendo a la ciudad en un gran depósito de desechos a cielo abierto.
Cuando
llueve, esa basura remolca el agua hasta los pluviales, desarenadores y
alcantarillas, hasta invadir la infraestructura, entonces la inundación en las
zonas habitacionales regulares es prácticamente inevitable, como sucedió en
julio pasado en la colonia Fidel Velázquez, Delegación Cerro Colorado, cuyo sistema
de desalojo de agua se obstruyó por el acumulamiento en el pluvial y el Arroyo
Horóscopo.
Para
el titular estatal de Protección Civil, si no se da un programa de limpieza en
el cien por ciento de la longitud de la infraestructura de pluviales, así como
en las cañadas, no se podrán evitar problemas de inundaciones. Antonio
Rosquilllas advierte que el problema no será solo en Tijuana, también en
Rosarito, porque tres de las principales cuencas de Tijuana desembocan en el
quinto municipio, lo que “lo convierte en un problema metropolitano”, anotó.
DESAZOLVE EN PLUVIALES
Arrastrada
por la lluvia del 19 de julio de 2015 en Tijuana, el cúmulo de basura aún se
observa en la parte urbanizada del pluvial de la colonia Horóscopo, cuyo arroyo
del mismo nombre arrasó con diez viviendas asentadas en forma irregular.
A
casi un mes de la contingencia, las autoridades municipales apenas iniciaron un
programa de limpieza en la infraestructura pluvial de la ciudad, y dieron
prioridad al de este asentamiento.
ZETA
habló con el subdirector de Construcción, Didio Alberto Téllez Meza, quien
aseguró mantener un programa permanente de mantenimiento, en menor o mayor
medida, tanto desarenadores como pluviales; sin embargo este Semanario realizó
dos recorridos y se pudo apreciar que la mayoría lucen azolvados.
Desechos
domésticos y pesados, llantas, muebles y hasta vehículos, se puede observar en
los canales conductores de agua de lluvia, basura que ha permanecido ahí no por
días ni semanas, sino durante meses, aseguraron los vecinos entrevistados.
Aguaje
de la Tuna, Johnson, Horóscopo, Cañón del Sainz, etcétera, en cualquiera de los
29 pluviales el panorama es el mismo: están invadidos por maleza, tierra y
cochinero depositado por ciudadanos sin cultura de la limpieza, o acarreados
por la lluvia.
PROGRAMA DE MANTENIMIENTO
En
el programa anual de mantenimiento, el gobierno de Tijuana contempla una
partida de 10 millones de pesos, dividido en dos etapas.
La
primera, iniciada el martes 11 de agosto, da prioridad a dos canales pluviales
-Cañón del Sainz y Horóscopo-, así como 11 tanques desarenadores -Azteca,
Aguaje de la Tuna 3 y 4, Sánchez Taboada, Camino Verde 2, Florido 1 y 2,
Pastejé 1 y 2, Volcán de Toluca y Lomas de La Amistad-. En ella se invierten 5
millones de pesos.
De
acuerdo a la estimación oficial, esta infraestructura se encuentra azolvada
entre un 65 y 70%, y de ella se prevé retirar un promedio de 27 mil metros
cúbicos de desechos, 20 mil de los tanques desarenadores y 7 mil de los
pluviales.
Para
ello, el gobierno de Jorge Astiazarán contrató a cinco empresas, cuya
maquinaria retira el azolve de los canales y desarenadores, solo la parte urbanizada
de la instalación pluvial.
Del
resto, lo que está sin pavimentar, será tarea que el Municipio efectuará con
sus cuadrillas, enfocándose principalmente en los tramos próximos a las áreas
asfaltadas de los pluviales, al ser ahí donde, explicó Téllez Meza, se acumula
el mayor porcentaje de basura.
Concluida
la primera etapa, en 30 días iniciará la segunda, en la que se dará
mantenimiento a los tanques, que presentan desde un 15 hasta un 30% de material
de desecho.
El
subdirector de Construcción reiteró que los problemas de inundación registrados
en algunas colonias de Tijuana, se derivan de basura arrojada a la vía pública
por los ciudadanos, no por la falta de mantenimiento.
Didio
Alberto Téllez Meza detalló que las 29 estructuras de desarenadores tienen una
capacidad de retención de 105 mil metros cúbicos y, a lo mucho, se llegan a
ocupar en un 65%.
Por
ello, descartó que la anegación de agua en colonias sea a causa del mal estado
de la infraestructura pluvial, “las obras que atiende el Municipio están más
que probadas, desde 1993 fueron estratégicamente construidas para salvaguardar
la infraestructura que ya teníamos y ayuda a encauzar el flujo de aguas que
recibimos a los pluviales y tanques desarenadores, la cual se drena al río”,
concluyó.
No
obstante, Roberto Sánchez Rodríguez, investigador de Estudios Urbanos del
Colegio de la Frontera Norte (COLEF), aseguró que no existe información precisa sobre la capacidad de los
pluviales, drenes y cuánto pueden desfogar.
El
único dato preciso es que un canal puede liberar hasta 20 milímetros por día, “si llueve más, va a
registrar problemas”, subrayó.
NO REUBICAN A INVASORES
“Ni
basura me dejó”, expresó Fidencio Ponce Pineda, de 72 años, al referirse a la
creciente del Arroyo Horóscopo causado por la lluvia del 19 de julio.
Su
improvisada morada fue una de las diez que resultaron arrasadas y que ahora lo
tiene prácticamente viviendo a la intemperie.
“Nos
dijeron que nos reubicarían, pero solo dos despensas y una cobija nos
entregaron”, expresó Isidro López, de 44 años. Su casa, de escasos cuatro
metros cuadrados, aún se mantiene de pie, a pesar de la inundación.
A
lo largo de este arroyo no solo habitan 120 familias, también se ubican
negocios como talleres, abarrotes, puestos de comida; hasta una iglesia y un
centro de rehabilitación operan en la zona.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ/ Isabel Mercado Juarez / Fotos. Mario Pelayo/ 19 de Agosto del 2015 a las 08:30:20)
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