martes, 18 de marzo de 2014

NO MIENTO: SOY MUJER



Saltillo, Coah.- A finales de agosto de 2010, en medio de la visita de las reliquias de San Juan Bosco en la Catedral de Saltillo, una mujer encapuchada irrumpió en el lugar protestando por la posibilidad de parejas homosexuales puedan adoptar. Tres años antes, el Pacto Civil de Solidaridad había abierto la puerta a la convivencia entre parejas del mismo sexo. Ahora, la posibilidad de que adopten es real.
Sin embargo, para algunas personas, eso no es lo importante.
Cuando Lorena decidió dejar de ser Rodolfo para que el espejo reflejara lo que en verdad es, el tema de tener hijos o adoptar, se mantenía tan alejado como ahora. Lo que ella quisiera, es que su identidad oficial, armonice con quien es ahora, con quien ha sido siempre.
Tan solo ir al banco y tener que presentar su credencial de elector, le arrebata parte de su humanidad.
“Es incómodo, te ven, ven tu credencial y te voltean a ver otra vez. No hacen ningún comentario pero si es un poquito incómodo, me preguntan mi nombre y no quiero que oigan en la fila. No por vergüenza pero para qué, por qué se tienen que enterar de que tengo otro nombre y mi credencial dice otra cosa, no creo que les importe”.
“Mi nombre debería ser acorde a mi apariencia”
Para ella, las políticas contra la discriminación deben ser asumidas por la población y no ser utilizada como una postura política o de grupos que nada más buscan el reflector; “pero eso empieza por la educación en la casa, una conciencia de que somos personas como cualquiera y que no importa que tengamos diferencias u otros gustos, eso es muy personal lo que haga cada quien dentro de su cuarto es su rollo y así lo debe ver la gente”.
“Qué importa que te gustan otras cosas y que vistamos diferentes, somos personas, buenos y malos como en todos lados”.
Lorena guarda su intimidad para sí, escogió su nombre porque cuando hacía shows de imitaciones, además de Yuri, Edith Márquez y otras cantantes, le decían que se parecía mucho a Lorena Herrera, de ahí que escogió ese como su nombre de vida.
Se ríe de las terapias de reorientación sexual. Ella es Lorena y así se quiere quedar.
La ciudad, solo le da permiso de trabajar si es una estética, haciendo shows nocturnos mal pagados o de plano en el mundo de la cultura pero guardando las apariencias, pero ni hablar de que poder ser maestra, abogada o ingeniero en sistemas.
Lorena dejó atrás a Rodolfo hace algún tiempo, “¿Ah quién es ese?, se ríe, “ya no existe” se rebela. En un momento ya no le cuadró más la ropa masculina, casi casi por flojera pero más que nada por encajar en la idea que de sí misma tenía.
“Imagínate, yo con senos, pelo largo y vestida de hombre, me iba a ver más rara. Así no,  soy yo y ya. Pienso que no me decidía, mas por flojera, por no arreglarme pero  ya, es mejor así”.
Asimismo dice que ella no estuvo en el closet, que siempre contó con el apoyo de su familia, que la aceptan como tal. Que cuando se apareció con Lorena a cuestas, la aceptaron y le dijeron que se veía bien. Nunca ha dado explicaciones ni se las pidieron.
“No sé si todos son sinceros, pero si no ni modo”.
A pesar de que el Pacto Civil de Solidaridad que pinta de rosa a Coahuila y el DF en el mapa de las escasas regiones donde se permiten las uniones civiles entre pares, la homosexualidad en Saltillo se mantiene como un tabú que discrimina y condiciona las preferencias diferentes a las heterosexuales.
“Pues que Saltillo sea abierto, es nada más por lo del pacto, hay otros lugares, otras ciudades que son más abiertas en realidad, aquí no”.
“El pacto no es un tema que me interese a mí en lo particular, pero no dudo en que haya a otras parejas que sí. Y mucho menos la adopción, imagínate, si no me aguanto ni yo; pero como te digo, habrá a quienes que sí pero igual hay quienes no deberían darles ni un perrito”.
“Yo creo que eso (el pacto) es bueno para quienes les interesa tener un compromiso así, para mí no. No creo que se necesite un papel. Y de la adopción, pues que se tengan los mismos requisitos que se les pone a cualquier pareja, el hecho de ser heterosexuales no te hace ser buenos padres”.
Hasta ahora, Saltillo le da permiso a Lorena de hacer shows nocturnos, ser estilista, tener su propio negocio y andar por la calle vestida como se le da la gana; antes no era así, te detenían por “vestida”, sin embargo, si quisiera estudiar o tener otra profesión, el estigma la seguiría.
Si quisiera ser maestra, trabajar en relaciones públicas, seguramente tendría que buscar empleo en una empresa extranjera “muy open”.
“Van a decir que por qué este, va a haber grilla, los mismos compañeros le meterían la pata a la gente que no es como tú, que no piensan como tú y no quieren lo mismo, desgraciadamente así es”.
Se abre el clóset
“Cada vez está más abierto el closet, por eso la gente ha cambiado porque la mayoría tiene alguien en su familia, un conocido cercano, lo van viendo más humano. Se puede entrar y salir de él, hasta chicas trans que dejan de serlo”.
“No es así como que un día amaneció y yo diga que quiero ser mujer y al otro hombre, pero a lo mejor gente que estuvo o sigue confundida ahora. Y de que se vale, se vale lo que la gente decida, si alguien quiere volver al closet y vive a gusto, que lo haga. Y si necesita estar afuera que salga”.
“Yo fui por la vida no entrando y saliendo del clóset pero viviendo así como qué me importa mañana o el año que entra, lo disfrute mucho, no me arrepiento pero no lo volvería a hacer. Hasta que me lo tomé en serio fue cuando quise que la gente me tomara en serio también, ya no es de que eres o no eres, o solo eres en las noches y en la mañana te lavas la cara”.
“Si quiero que la gente me acepte de una manera tengo que empezar a vivirlo. Porque de que eres diferente siempre lo sabes, pero de querer vivir así hasta que me lo tomé en serio porque quería que la gente me viera así”.
“Siempre quise cambiar físicamente, pero los tabús, la poca aceptación e incluso la persecución policiaca no era tan fácil, no llegaba a la esquina sin que fuera arriba de una patrulla”.
No debería haber comunidad gay
“Por esos grupitos, seudo activistas y seudo politicuchos no nos toman en serio. Hay gente que si quiere trabajar pero no hay respuesta de la mal llamada comunidad lésbico gay, es una comunidad de nombre porque realmente no estamos unidos, estamos todos contra todos; los gay no nos quieren a nosotras, las lesbianas tampoco, así es siempre”.
“Ni para lo que les conviene, porque citan a las reuniones para platicar del matrimonio y no van. Me han invitado a participar en una muestra de cine, cosas interesantes y van seis o siete personas”.
- ¿Qué es lo que los uniría?
“Ponles cerveza, una fiesta, no sé; cada quien tiene sus ocupaciones y hay mucha gente que no va porque piensa, como yo, que no debe de existir una comunidad gay, o café gay porque debemos estar incluidos en la sociedad, de manera normal, como personas normales que somos; no tiene por qué haber lugares diferentes. A lo mejor para ir a ligar ahí, pero para otras cosas, no veo para qué hacer un café o una biblioteca gay, porque he visto propuestas de eso pero para qué”.

(ZOCALO/  Claudia Olinda Morán /18/03/2014 - 01:38 PM)

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