Monclova, Coah.- El ser estricto y educador con los hijos no
es pecado, peor es ser solapadores y hacerse de la "vista gorda" cuando
recibimos las quejas en la escuela o de algún vecino, y decimos “pierda
cuidado que yo hablaré con él”, y seguimos comportándonos como lo que no
somos.
Y así continuamos sin darnos cuenta que el niño berrinchudo y acostumbrado a manotear y a salirse con la suya a los cinco años ya definió su personalidad, a tal grado que él ya sabe cómo chantajearnos y seguimos pensando “pobrecito, es un niño”, pero después de los 15 años, cuando las quejas son mayores, comprendemos que ya es muy tarde para corregirlos, porque el menor ya nos "tomó la medida".
Y ahí es donde empiezan las diferencias entre las parejas, surgiendo el desamor que conlleva a la desintegración familiar, mientras el chico sigue dando tumbos aquí y allá hasta caer en los tentáculos del terrible pulpo del vicio o en una profunda fosa, como otros casos ya registrados, y después de esto no reconocemos que no supimos educar a nuestros hijos, cegándonos por la amargura.
UNO A LA TUMBA Y DOS A LA CÁRCEL
Uno de los peores casos que conmovieron a los vecinos de los alrededores de la Zona Centro fue el que protagonizaron tres jóvenes de distinguidas familias de la calle Juárez e Hinojosa un fin de semana, en el que tras discutir acaloradamente, los más chicos de estatura unieron sus fuerzas y mataron al más grande y fuerte.
La Policía Ministerial estableció que pelearon por un cigarro de mariguana hasta llegar a los golpes, la muerte y la cárcel, sembrando en los padres tristeza, dolor y vergüenza.
MARZO 22 DE 1995, CALLE HINOJOSA: el juicio penal que se ventilara en el Juzgado Primero de primera instancia a cargo del entonces juez Adrián González Hernández, hoy asentado en Saltillo, indican que en el violento suceso perdió la vida José Luis Barco Vázquez a manos de sus compañeros de infancia, Armando Ramírez Salcedo apodado “el Vampi”, de 20 años, y el jovencito Vicente Gerardo García de 18 años, quienes tenían su domicilio en la calle Juárez por el rumbo de la Progreso.
Los investigadores y el médico forense establecieron en la autopsia que José Luis murió de una puñalada en la espalda y traumatismo craneoencefálico contundente provocado con un medio bloque de concreto de los llamados 8 pulgadas.
El trío de jovenzuelos solía reunirse en el segundo nivel del otrora vetusto edificio del antiguo tutelar de menores, lo que es hoy un flamante local convertido en la Casa de la Cultura.
Cabe destacar que desde ocurrida la tragedia a la fecha, en los corrillos policiacos circulan fuertes rumores que a varios policías asignados en el turno de noche para vigilar el interior del inmueble les han sucedido diversos hechos sobrenaturales, empero, esa es otra historia que daremos a conocer en otro relato.
HUYERON A LA COMARCA LAGUNERA
Luego de ocurrido el violento suceso, los dos jovenzuelos Armando Ramírez Salcedo, a quien apodaban “el Vampi”, y su compañero Vicente Gerardo García se dieron a la fuga hasta la ciudad de Torreón, optando en regresarse tres días después.
Los chicos pensaban que el cuerpo ya había sido levantado sin que los investigadores tuvieran tan siquiera una pista, sintiéndose muy confiados, mientras que los detectives ya ataban cabos para ubicarlos.
Lo anterior por versiones de los vecinos de la calle Hinojosa que a diario los veían entrar a la casona abandonada en obra negra de donde salían horas después.
Ambos fueron aprehendidos un miércoles después de las 2:30 de la tarde por el recién desaparecido Rogelio Gelacio Orozco y Fidencio Alvarado de León, también finado, quienes los condujeron a los separos de la Policía Ministerial para presentarlos ante el aún agente del Ministerio Público, Enrique Luna Valadez.
Tras ser detenidos, los inculpados serían auscultados por el médico legista a fin de constatar que entraron completamente sanos y cuyo certificado sería tomado en cuenta en el expediente que contiene las averiguaciones previas penales de acuerdo a lo previsto en el Reglamento de Procedimientos Penales.
LAS PRIMERAS EVIDENCIAS
El sangriento suceso se registró un fin de semana por la tarde siendo reportado a la Comandancia policiaca por vecinos de la calle Hinojosa, acudiendo en el acto el Agente del Ministerio Público y el personal forense para el levantamiento del cuerpo.
Desde el momento en que el cadáver fue trasladado a los pocos minutos los investigadores localizaron la media filiación de los responsables, sobresaliendo que las pesquisas los llevaron a un expendio cercano donde hasta esos momentos los sospechosos habían dejado empeñados unos lentes para sol, fortaleciendo así la identidad de los culpables.
Tras levantar las primeras evidencias, sobresalió que José Luis Barco fue encontrado boca abajo sin vida y con severas lesiones en la cabeza, presentando fractura de cráneo.
Junto al cuerpo estaban dos medios bloques de concreto con visibles manchas de sangre, para luego ser trasladados a conocida funeraria donde se cotejarían al realizarse la autopsia de rigor y quedando como evidencia principal del crimen.
Las lesiones descritas por el médico forense Ángel Cavazos fueron shock hipovolémico secundario a fractura de cráneo por traumatismo craneoencefálico y una herida punzocortante en la espalda baja, de la cual extrajeron una cuchilla metálica de aproximadamente 15 centímetros.
Este último objeto o arma blanca fue recabado y presentado por la entonces pareja de sabuesos de aprehensiones, Padilla y Patlán, destacando que durante el pleito el cuchillo se rompió, quedando el mango o cachas en la mano del atacante, por lo que el acero quedó en el cuerpo del finado.
NARRAN EL CRIMEN
Luego de esclarecido el delito tipificado como homicidio doloso por haberse cometido en riña, los detenidos fueron presentados ante el representante social a fin de rendir su declaración ministerial para dar paso a las averiguaciones previas penales.
Un día después de ser detenidos Armando Ramírez Saucedo y Vicente Gerardo García, fueron presentados ante el Ministerio Público a fin de ser declarados, describiendo ambos el suceso, sobresaliendo que la tarde en que ocurrió el crimen estaban fumando un cigarrillo de cannabis indica mientras platicaban para rato después surgir la discusión, resaltando que fueron agredidos por el hoy finado quien los superaba en fuerza por su estatura y corpulencia.
Dejaron asentado que en un momento dado tras estar siendo golpeados, el rival trastabilló perdiendo el equilibrio lo que aprovecharon los vapuleados para golpearlo con pedazos de bloques hasta hacerlo perder el conocimiento.
Agregaron los declarantes que posteriormente se sentaron exhaustos mientras veían a José Luis Barco inmóvil, procediendo rato después en alejarse para conseguir dinero para el pasaje rumbo a la ciudad de Torreón.
Recalcaron que luego del cuarto día pensaron que en algún momento iban a ser localizados, optando en regresar a Monclova mientras que los investigadores a corta distancia vigilaban su domicilio, procediendo a detenerlos al verlos llegar.
EJERCITAN ACCIÓN PENAL
Luego de concluidas las declaraciones ministeriales, el expediente con las averiguaciones previas fue consignado ante el Agente Adscrito a los Juzgados Penales, que al analizar la situación con las pruebas y evidencias de cada objeto, ejercitó la acción penal poniendo a disposición del Juez Primero el caso con los inculpados.
RECONOCEN DELITO
Luego de dar paso al ejercicio de acción penal al abrirse proceso, Armando Ramírez Saucedo y Vicente Gerardo García, en la declaración previa, reconocieron todas y cada una de las partes asentadas en el expediente de las averiguaciones ministeriales, quedando sujetos al proceso penal.
Esto luego de pasadas las 72 horas para que el magistrado resolviera la situación jurídica para ambos detenidos, siendo ésta auto de formal prisión por el delito de homicidio simple doloso por haberse cometido en riña, previsto y sancionado por el artículo 329 relativo con el 334 del Código Penal vigente hasta la fecha en Coahuila.
SENTENCIAS DE 9 Y 6 AÑOS
Luego de quedar sujetos a proceso, el inculpado Armando Ramírez Saucedo “el Vampi” de 20 años, el 24 de noviembre de 1995 fue sentenciado a nueve años de prisión más 465 pesos de multa y 45 mil 960 pesos para la reparación del daño, mientras que Vicente Gerardo García recibía una condena de seis años y 380 pesos de multa.
“EL VAMPI” SE FUGA Y LUEGO CAE
Cabe hacer mención que tras concluido el proceso para los dos sentenciados y tras dos años transcurridos en el antiguo y céntrico reclusorio, Armando Ramírez “el Vampi” logró fugarse aprovechando un descuido de los celadores saliendo por la puerta grande, tras haberse ganado la confianza por su dedicación a las labores dentro del taller de carpintería y las horas de estudio impartidas por maestros especiales.
Tras conocida la desaparición del inquieto recluso de 20 años, horas después fue reaprehendido por los agentes Miguel Ángel Treviño y Lauro Villarreal, para quedar nuevamente recluido hasta cumplir la sentencia de cabo a rabo, reintegrándose tiempo después a la sociedad.
Y así continuamos sin darnos cuenta que el niño berrinchudo y acostumbrado a manotear y a salirse con la suya a los cinco años ya definió su personalidad, a tal grado que él ya sabe cómo chantajearnos y seguimos pensando “pobrecito, es un niño”, pero después de los 15 años, cuando las quejas son mayores, comprendemos que ya es muy tarde para corregirlos, porque el menor ya nos "tomó la medida".
Y ahí es donde empiezan las diferencias entre las parejas, surgiendo el desamor que conlleva a la desintegración familiar, mientras el chico sigue dando tumbos aquí y allá hasta caer en los tentáculos del terrible pulpo del vicio o en una profunda fosa, como otros casos ya registrados, y después de esto no reconocemos que no supimos educar a nuestros hijos, cegándonos por la amargura.
UNO A LA TUMBA Y DOS A LA CÁRCEL
Uno de los peores casos que conmovieron a los vecinos de los alrededores de la Zona Centro fue el que protagonizaron tres jóvenes de distinguidas familias de la calle Juárez e Hinojosa un fin de semana, en el que tras discutir acaloradamente, los más chicos de estatura unieron sus fuerzas y mataron al más grande y fuerte.
La Policía Ministerial estableció que pelearon por un cigarro de mariguana hasta llegar a los golpes, la muerte y la cárcel, sembrando en los padres tristeza, dolor y vergüenza.
MARZO 22 DE 1995, CALLE HINOJOSA: el juicio penal que se ventilara en el Juzgado Primero de primera instancia a cargo del entonces juez Adrián González Hernández, hoy asentado en Saltillo, indican que en el violento suceso perdió la vida José Luis Barco Vázquez a manos de sus compañeros de infancia, Armando Ramírez Salcedo apodado “el Vampi”, de 20 años, y el jovencito Vicente Gerardo García de 18 años, quienes tenían su domicilio en la calle Juárez por el rumbo de la Progreso.
Los investigadores y el médico forense establecieron en la autopsia que José Luis murió de una puñalada en la espalda y traumatismo craneoencefálico contundente provocado con un medio bloque de concreto de los llamados 8 pulgadas.
El trío de jovenzuelos solía reunirse en el segundo nivel del otrora vetusto edificio del antiguo tutelar de menores, lo que es hoy un flamante local convertido en la Casa de la Cultura.
Cabe destacar que desde ocurrida la tragedia a la fecha, en los corrillos policiacos circulan fuertes rumores que a varios policías asignados en el turno de noche para vigilar el interior del inmueble les han sucedido diversos hechos sobrenaturales, empero, esa es otra historia que daremos a conocer en otro relato.
HUYERON A LA COMARCA LAGUNERA
Luego de ocurrido el violento suceso, los dos jovenzuelos Armando Ramírez Salcedo, a quien apodaban “el Vampi”, y su compañero Vicente Gerardo García se dieron a la fuga hasta la ciudad de Torreón, optando en regresarse tres días después.
Los chicos pensaban que el cuerpo ya había sido levantado sin que los investigadores tuvieran tan siquiera una pista, sintiéndose muy confiados, mientras que los detectives ya ataban cabos para ubicarlos.
Lo anterior por versiones de los vecinos de la calle Hinojosa que a diario los veían entrar a la casona abandonada en obra negra de donde salían horas después.
Ambos fueron aprehendidos un miércoles después de las 2:30 de la tarde por el recién desaparecido Rogelio Gelacio Orozco y Fidencio Alvarado de León, también finado, quienes los condujeron a los separos de la Policía Ministerial para presentarlos ante el aún agente del Ministerio Público, Enrique Luna Valadez.
Tras ser detenidos, los inculpados serían auscultados por el médico legista a fin de constatar que entraron completamente sanos y cuyo certificado sería tomado en cuenta en el expediente que contiene las averiguaciones previas penales de acuerdo a lo previsto en el Reglamento de Procedimientos Penales.
LAS PRIMERAS EVIDENCIAS
El sangriento suceso se registró un fin de semana por la tarde siendo reportado a la Comandancia policiaca por vecinos de la calle Hinojosa, acudiendo en el acto el Agente del Ministerio Público y el personal forense para el levantamiento del cuerpo.
Desde el momento en que el cadáver fue trasladado a los pocos minutos los investigadores localizaron la media filiación de los responsables, sobresaliendo que las pesquisas los llevaron a un expendio cercano donde hasta esos momentos los sospechosos habían dejado empeñados unos lentes para sol, fortaleciendo así la identidad de los culpables.
Tras levantar las primeras evidencias, sobresalió que José Luis Barco fue encontrado boca abajo sin vida y con severas lesiones en la cabeza, presentando fractura de cráneo.
Junto al cuerpo estaban dos medios bloques de concreto con visibles manchas de sangre, para luego ser trasladados a conocida funeraria donde se cotejarían al realizarse la autopsia de rigor y quedando como evidencia principal del crimen.
Las lesiones descritas por el médico forense Ángel Cavazos fueron shock hipovolémico secundario a fractura de cráneo por traumatismo craneoencefálico y una herida punzocortante en la espalda baja, de la cual extrajeron una cuchilla metálica de aproximadamente 15 centímetros.
Este último objeto o arma blanca fue recabado y presentado por la entonces pareja de sabuesos de aprehensiones, Padilla y Patlán, destacando que durante el pleito el cuchillo se rompió, quedando el mango o cachas en la mano del atacante, por lo que el acero quedó en el cuerpo del finado.
NARRAN EL CRIMEN
Luego de esclarecido el delito tipificado como homicidio doloso por haberse cometido en riña, los detenidos fueron presentados ante el representante social a fin de rendir su declaración ministerial para dar paso a las averiguaciones previas penales.
Un día después de ser detenidos Armando Ramírez Saucedo y Vicente Gerardo García, fueron presentados ante el Ministerio Público a fin de ser declarados, describiendo ambos el suceso, sobresaliendo que la tarde en que ocurrió el crimen estaban fumando un cigarrillo de cannabis indica mientras platicaban para rato después surgir la discusión, resaltando que fueron agredidos por el hoy finado quien los superaba en fuerza por su estatura y corpulencia.
Dejaron asentado que en un momento dado tras estar siendo golpeados, el rival trastabilló perdiendo el equilibrio lo que aprovecharon los vapuleados para golpearlo con pedazos de bloques hasta hacerlo perder el conocimiento.
Agregaron los declarantes que posteriormente se sentaron exhaustos mientras veían a José Luis Barco inmóvil, procediendo rato después en alejarse para conseguir dinero para el pasaje rumbo a la ciudad de Torreón.
Recalcaron que luego del cuarto día pensaron que en algún momento iban a ser localizados, optando en regresar a Monclova mientras que los investigadores a corta distancia vigilaban su domicilio, procediendo a detenerlos al verlos llegar.
EJERCITAN ACCIÓN PENAL
Luego de concluidas las declaraciones ministeriales, el expediente con las averiguaciones previas fue consignado ante el Agente Adscrito a los Juzgados Penales, que al analizar la situación con las pruebas y evidencias de cada objeto, ejercitó la acción penal poniendo a disposición del Juez Primero el caso con los inculpados.
RECONOCEN DELITO
Luego de dar paso al ejercicio de acción penal al abrirse proceso, Armando Ramírez Saucedo y Vicente Gerardo García, en la declaración previa, reconocieron todas y cada una de las partes asentadas en el expediente de las averiguaciones ministeriales, quedando sujetos al proceso penal.
Esto luego de pasadas las 72 horas para que el magistrado resolviera la situación jurídica para ambos detenidos, siendo ésta auto de formal prisión por el delito de homicidio simple doloso por haberse cometido en riña, previsto y sancionado por el artículo 329 relativo con el 334 del Código Penal vigente hasta la fecha en Coahuila.
SENTENCIAS DE 9 Y 6 AÑOS
Luego de quedar sujetos a proceso, el inculpado Armando Ramírez Saucedo “el Vampi” de 20 años, el 24 de noviembre de 1995 fue sentenciado a nueve años de prisión más 465 pesos de multa y 45 mil 960 pesos para la reparación del daño, mientras que Vicente Gerardo García recibía una condena de seis años y 380 pesos de multa.
“EL VAMPI” SE FUGA Y LUEGO CAE
Cabe hacer mención que tras concluido el proceso para los dos sentenciados y tras dos años transcurridos en el antiguo y céntrico reclusorio, Armando Ramírez “el Vampi” logró fugarse aprovechando un descuido de los celadores saliendo por la puerta grande, tras haberse ganado la confianza por su dedicación a las labores dentro del taller de carpintería y las horas de estudio impartidas por maestros especiales.
Tras conocida la desaparición del inquieto recluso de 20 años, horas después fue reaprehendido por los agentes Miguel Ángel Treviño y Lauro Villarreal, para quedar nuevamente recluido hasta cumplir la sentencia de cabo a rabo, reintegrándose tiempo después a la sociedad.
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