México, DF.- En 2007, en el primer año del sexenio de Felipe Calderón, se reportaron 67 casos de víctimas que fueron ultimadas por sus captores. Incluso, en 2010 se registró el pico más alto con 219 crímenes, una cifra cinco veces más alta que el promedio de 60 que se registró entre 1998 a 2000, de acuerdo con un estudio del Ciudadano para la Seguridad y Justicia Penal.
En total, durante la administración calderonista se registraron 13 mil
347 secuestros, de los cuales 819 terminaron en homicidio.
El informe Víctimas de Secuestro Asesinadas en México -actualizado a junio de 2013-, que se basa en registros periodísticos y cifras oficiales sobre este delito, indica que tan sólo en 2012, el 5.22% de las personas plagiadas fueron asesinadas: nueve de los homicidios se dieron durante el primer mes de la Administración del presidente Enrique Peña Nieto, lo cual representa una participación sexenal del 0.59 por ciento.
“Así como en el primer semestre hay aumento de número secuestros denunciados, también vemos que los asesinados en secuestro siguen creciendo”, describió José Antonio Ortega, presidente del Consejo.
“Vemos cómo crece la violencia contra víctimas de secuestro y sus familias, llegando al acto más grave de asesinar de secuestrados, porque quieren más rápido el dinero de las familias. Porque pudieran entender que, si dejan con vida al secuestrado, éste los puede identificar o porque ya se les hizo fácil”, agregó.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNP), de enero a julio 2013 se denunciaron 911 casos de secuestro.
No hay coordinación
Para Alejandro Martí, fundador de la asociación México S.O.S, la tendencia a la alza en la denuncia de plagios, así como en los homicidios durante el secuestro, se debe a fallas en el funcionamiento de las Unidades Antisecuestros, que trabajan sin protocolos homologados, así como la falta de coordinación entre autoridades de los tres niveles de gobierno.
“El delito, como muchos otros, se trata en forma independiente por estados y municipios, y no hay unión de criterios, protocolos ni procedimientos homologados. Los estados actúan en su saber, y no han adoptado reglas de la Policía Federal.
“Desde Vicente Fox existe un compromiso de generar unidades especiales antisecuestro; en los últimos cinco años hemos insistido en las unidades, en la geolocalización, en evitar que prescriba el delito, y nos encontramos con que seguimos con lo mismo”, denunció Martí.
Las aprehensiones de secuestradores son fortuitas y no producto de una investigación policiaca, acusó, lo cual genera altos niveles de impunidad.
En cuanto a las Unidades Antisecuestro, agregó, éstas presentan fallas de protocolo, empezando por el equipo que se utiliza, hasta los pasos a seguir para asegurar el rescate del secuestrado.
Según los expertos, la autoridad también carece de datos fehacientes respecto al número de secuestros que se atienden exitosamente, así como de una tipificación clara de tipos de secuestros.
“Es difícil hacer un seguimiento del tema desde las organizaciones, porque las autoridades no tienen registrado un porcentaje de éxito: es decir, a cuántos se ha secuestrado y se ha rescatado”, puntualizó Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano.
Delinean perfil de captores
Los secuestradores tienen una edad media de 41 años, pertenecen a bandas de al menos cuatro integrantes y en la mayoría de los casos capturan a su víctima por las mañanas, revela una investigación de Carlos Vilalta, profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Aunque sólo el 5% de los secuestros termina en homicidio, indica, en el 100% de los casos los secuestradores infligen lesiones leves o graves a sus víctimas.
Para el especialista, quien trabaja encuestas de población en reclusión en Distrito Federal y Estado de México, los secuestradores son los criminales más racionales y los que actúan con mayor planeación.
Expuso que el delito asola principalmente a hombres de 30 a 35 años, que ostentan algún poder adquisitivo mayor al del delincuente, sin importar si son empresarios acaudalados, comerciantes, profesionistas o estudiantes.
“La edad media de los secuestrados lastimados físicamente también es de 30 años. Los secuestradores provocan un tipo de daño de heridas graves o leves, aunque el homicidio no es muy frecuente.
“Al igual que en todos los delitos de alto impacto, excepto el abuso sexual, los hombres son más victimizados y, en el 70% de los casos, las víctimas no eran conocidos de los secuestradores”, aseguró.
En regiones como Tamaulipas, Michoacán y Chihuahua, las organizaciones criminales también se dedican a la extorsión y el tráfico de drogas, añadió.
Asimismo, uno de cada cinco sentenciados tiene experiencia en policía o fuerzas armadas, y el 16% iba armado al momento del secuestro.
El informe Víctimas de Secuestro Asesinadas en México -actualizado a junio de 2013-, que se basa en registros periodísticos y cifras oficiales sobre este delito, indica que tan sólo en 2012, el 5.22% de las personas plagiadas fueron asesinadas: nueve de los homicidios se dieron durante el primer mes de la Administración del presidente Enrique Peña Nieto, lo cual representa una participación sexenal del 0.59 por ciento.
“Así como en el primer semestre hay aumento de número secuestros denunciados, también vemos que los asesinados en secuestro siguen creciendo”, describió José Antonio Ortega, presidente del Consejo.
“Vemos cómo crece la violencia contra víctimas de secuestro y sus familias, llegando al acto más grave de asesinar de secuestrados, porque quieren más rápido el dinero de las familias. Porque pudieran entender que, si dejan con vida al secuestrado, éste los puede identificar o porque ya se les hizo fácil”, agregó.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNP), de enero a julio 2013 se denunciaron 911 casos de secuestro.
No hay coordinación
Para Alejandro Martí, fundador de la asociación México S.O.S, la tendencia a la alza en la denuncia de plagios, así como en los homicidios durante el secuestro, se debe a fallas en el funcionamiento de las Unidades Antisecuestros, que trabajan sin protocolos homologados, así como la falta de coordinación entre autoridades de los tres niveles de gobierno.
“El delito, como muchos otros, se trata en forma independiente por estados y municipios, y no hay unión de criterios, protocolos ni procedimientos homologados. Los estados actúan en su saber, y no han adoptado reglas de la Policía Federal.
“Desde Vicente Fox existe un compromiso de generar unidades especiales antisecuestro; en los últimos cinco años hemos insistido en las unidades, en la geolocalización, en evitar que prescriba el delito, y nos encontramos con que seguimos con lo mismo”, denunció Martí.
Las aprehensiones de secuestradores son fortuitas y no producto de una investigación policiaca, acusó, lo cual genera altos niveles de impunidad.
En cuanto a las Unidades Antisecuestro, agregó, éstas presentan fallas de protocolo, empezando por el equipo que se utiliza, hasta los pasos a seguir para asegurar el rescate del secuestrado.
Según los expertos, la autoridad también carece de datos fehacientes respecto al número de secuestros que se atienden exitosamente, así como de una tipificación clara de tipos de secuestros.
“Es difícil hacer un seguimiento del tema desde las organizaciones, porque las autoridades no tienen registrado un porcentaje de éxito: es decir, a cuántos se ha secuestrado y se ha rescatado”, puntualizó Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano.
Delinean perfil de captores
Los secuestradores tienen una edad media de 41 años, pertenecen a bandas de al menos cuatro integrantes y en la mayoría de los casos capturan a su víctima por las mañanas, revela una investigación de Carlos Vilalta, profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Aunque sólo el 5% de los secuestros termina en homicidio, indica, en el 100% de los casos los secuestradores infligen lesiones leves o graves a sus víctimas.
Para el especialista, quien trabaja encuestas de población en reclusión en Distrito Federal y Estado de México, los secuestradores son los criminales más racionales y los que actúan con mayor planeación.
Expuso que el delito asola principalmente a hombres de 30 a 35 años, que ostentan algún poder adquisitivo mayor al del delincuente, sin importar si son empresarios acaudalados, comerciantes, profesionistas o estudiantes.
“La edad media de los secuestrados lastimados físicamente también es de 30 años. Los secuestradores provocan un tipo de daño de heridas graves o leves, aunque el homicidio no es muy frecuente.
“Al igual que en todos los delitos de alto impacto, excepto el abuso sexual, los hombres son más victimizados y, en el 70% de los casos, las víctimas no eran conocidos de los secuestradores”, aseguró.
En regiones como Tamaulipas, Michoacán y Chihuahua, las organizaciones criminales también se dedican a la extorsión y el tráfico de drogas, añadió.
Asimismo, uno de cada cinco sentenciados tiene experiencia en policía o fuerzas armadas, y el 16% iba armado al momento del secuestro.
(ZOCALO / Reforma /14/09/2013 - 04:02 AM)
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