sábado, 22 de junio de 2013

NI LADIES NI GENTLEMANS, LADRONES

Jorge Fernández Menéndez 

No se trata de una coyuntura electoral: las sucesivas administraciones perredistas en el municipio de Benito Juárez, donde se encuentra Cancún, en Quintana Roo, han sido desastrozas, pero, además, con un alto componente de corrupción. Y los hechos, al respecto, resultan irrebatibles.

Era el 3 de febrero del 2009. Esa noche el general de brigada Mauro Enrique Tello Quiñones, que acaba de pasar a retiro, era presentado en un restaurante de Cancún por el entonces alcalde Greg Sánchez, como el nuevo responsable de la seguridad pública en el municipio. Allí estaban el alcalde con todo su equipo de seguridad. Cuando terminó la cena, el general y su ayudante fueron secuestrados por algunos de los propios participantes en el encuentro. Fue torturado brutalmente y asesinado, su cuerpo apareció en la carretera a Mérida esa misma noche.

El asesinato del general Tello generó innumerables investigaciones, cayeron funcionarios de seguridad y fueron detenidos responsables materiales e intelectuales del mismo. Pero también se destapó, aunque se hubiera podido llegar mucho más lejos en esas investigaciones, toda una trama de tráfico de drogas y de gente que operaba en la zona con protección de distintos funcionarios, sobre todo de la alcaldía y por lo menos un cuñado del alcalde. Uno de los negocios que se descubrieron fue el del reclusorio de Cancún (a donde había sido llevado el general Tello para ser torturado antes de arrojar su cuerpo en la carretera). Pues resultó que la comida y otros aprovisionamientos del reclusorio eran proporcionados nada menos que por la empresa familiar de Nicolás Mollinedo, el famoso jefe de ayudantes de López Obrador, Nico. Nunca pasó nada con todo ese entramado de corrupción que giraba en torno al reclusorio.

Un año después, Greg Sánchez, pese a todas esas denuncias, fue candidato a gobernador por el PRD. En eso estaba cuando fue detenido, acusado de relaciones con el narcotráfico. Pasó meses en la cárcel pero logró ser liberado por un amparo que “olvidó” responder el juez que llevaba su caso, casualmente el mismo que había dejado en libertad a todos los involucrados en el michoacanazo. Ahora vuelve a ser candidato, pero por el PT, en las candidaturas lo acompañan su esposa y otros familiares.

A Greg Sánchez cuando en el 2010 renunció a la presidencia municipal lo sucedió Latifa Musa Simón, que en medio de un conflicto político y judicial tuvo que dejar el cargo a otro interino, Jaime Hernández, que le dejó el cargo, a su vez, al actual alcalde, Julián Ricalde Magaña. Ahora todos hemos visto como en el periodo de transición entre Hernández y Ricalde, el primero le entrega al segundo 3 millones de pesos en efectivo, producto, dice Hernández en el video, de la recaudación fiscal de ese mismo día. Hernández dice que fue chantajeado por Ricalde (y también por Musa) para que no tuviera investigaciones sobre su corto paso por la administración municipal. Ricalde, en el colmo del cinismo dice que él no cometió delito alguno, porque simplemente recibió el dinero, no lo entregó.

En medio de todo esto la senadora por Quintana Roo, con fuerte influencia y carrera en Cancún y en Playa del Carmen, Luz María Beristain, también fue vista por todos agrediendo e insultando a trabajadores de una aerolínea en esa ciudad turística porque habían faltado a su “investidura” por no dejarla abordar un vuelo que ya estaba cerrado. Uno de sus argumentos, fue que no la dejaban abordar porque era del PRD. Lo mismo había argumentado poco antes cuando estaba en campaña y fue detenida por la policía por conducir a exceso de velocidad. Pero su hermano también ha sido filmado. Juan Carlos Beristain Navarrete, que era candidato a diputado local perredista (fue reemplazado cuando se divulgó el video), fue grabado en el 2011 cuando era regidor en el municipio de Solidaridad (donde está Playa del Carmen) pidiendo a uno de sus colaboradores el 80% de su sueldo para supuestamente apoyar eventos de Andrés Manuel López Obrador.

El hermano de la senadora, fue grabado por su entonces colaborador en el municipio de Solidaridad, Eduardo Alberto Aguado Meza. En el video el colaborador le dice a Beristain Navarrete qué su sueldo es de 46 mil pesos mensuales pero que sólo le permiten disponer de 9 mil pesos y que tiene que entregar el resto a su superior, que trabaja con Beristain, quien le dice que ni modo, que el dinero es para la campaña y que si no quiere participar tendrá que renunciar. Y explica: “tan solo un camión de Andrés Manuel cuesta 40 mil pesos.  Con lo tuyo todavía me hace falta la otra mitad. El movimiento cuesta un chingo”.

Hay muchos otros escándalos en torno a las administraciones perredistas en Cancún. Resulta inconcebible que el principal destino turístico del país sea expoliado de esa forma y por esos personajes de caricatura. Y que no pase nada.
 
(ZOCALO/ Columna Razones de Jorge Fernández Menéndez/ 22 de Junio 2013)

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