Dejarlas en la orfandad era su preocupación, por eso,
las asesino
Said BETANZOS / EL MEXICANO
TIJUANA.- El temor
de dejar a sus hijas en la orfandad orilló a Claudia a decidir por la vida de
sus hijas Claudia y Daniela, para luego suicidarse.
La madre padecía
diabetes, eso le ocasionó una ceguera parcial. No tenía empleo y en
consecuencia no podía darle alimentos a las menores.
Tenía “una depresión
por las enfermedades”, expuso Adolfo Santiago Azcárrega, subprocurador de
Justicia en Playas de Rosarito.
Los investigadores
encontraron en la mesa cinco cartas, algunas con dibujos hechos con colores,
que, dijo, “se cree que las hijas escribieron” antes de ser asesinadas el
miércoles pasado.
En una la mamá
“comentaba que la perdonaran, que estaba enferma, que no quería que culparan a
nadie”.
Claudia Álvarez “no
quería que sus hijas estuvieran vagando” y así justificó el porqué las mató.
Van a investigar sí
en realidad las hijas escribieron las cartas, por eso “fueron enviadas a
Servicios Periciales, incluso van a hacer unas comparativas” en grafoscopía,
mencionó Santiago Azcárrega.
A las Claudia, de 9
años, y Daniela, de 7 años, las encontraron “en un cuarto, tipo garage que
parece le prestaban a esta familia (...) Las dos menores estaban suspendidas
(de sogas), mientras la mamá ya estaba en el suelo” porque no resistió la
cuerda.
Ellas estaban
“sujetas de ambas manos, tapadas de la boca y los ojos”, describió el
Subprocurador.
Del papá de las
niñas no tienen información de que hubiese existido una comunicación o relación
constante.
En Rosarito, donde
vivía esta familia, “suicidios hemos tenido, pero de este tipo no”, concluyó el
funcionario.
(EL MEXICANO/ Said Betanzos/ 22 de marzo 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario