Ciudad Juárez.- Cumplir con su trabajo de cubrir
información, le costó al reportero de El Diario Joel González ser arrestado por
policías municipales, quienes lo jalonearon, lo subieron a una unidad oficial y
lo encarcelaron en la Estación Universidad, donde incluso uno de los agentes lo
amenazó de muerte.
El incidente fue registrado por las cámaras de seguridad
de El Diario, ya que sucedió afuera del estacionamiento de este medio, sobre
Paseo Triunfo de la República, el viernes a las 10:27 de la noche, y lo que se
observa en el video contrasta con la versión que los oficiales presentaron al
dar parte del arresto.
De acuerdo con información de la corporación, González
fue detenido por obstruir la labor de los policías cuando aprehendían a la
conductora de una camioneta; sin embargo, la grabación de esta casa editora
muestra que cuando el reportero llegó a cubrir el incidente, la mujer ya había
sido arrestada por los preventivos.
Tras observar lo sucedido e intercambiar
algunas palabras con dos agentes, el reportero procedió a regresar al interior
del periódico, pero cuatro elementos lo detuvieron, lo esposaron y lo
arrastraron y lo subieron a la caja de la unidad número 234.
En las imágenes
captadas por la cámara de seguridad de esta empresa, al inicio del incidente se
observa cómo los oficiales que tripulaban dos camionetas pick up de la Policía
Municipal -números 234 y 253-, detienen a una mujer que conducía una camioneta
Hummer negra, con placas de Texas.
En la grabación se ve cuando ella se baja
del vehículo y en la banqueta un oficial revisa sus documentos y otros cuatro la
camioneta; abren el cofre, inspeccionan todos los asientos, pero no se ve que
encuentren nada; en unos minutos llegan dos unidades más, y al menos se ven ocho
agentes alrededor de la detenida.
En cierto momento la conductora saca su
teléfono celular para hablar, pero uno de los oficiales se lo arrebata y se lo
entrega a un compañero. La detenida se da la vuelta y permanece tranquila; luego
los oficiales intentan subirla a la caja de la unidad 263, pero finalmente la
trasladan a la cabina y se la llevan, al igual que a la Hummer.
El video
muestra que, al momento de trasladarla, a las 10:37, llegó el reportero de El
Diario. Se observa que habla con dos elementos policiacos, y cuando camina por
el estacionamiento para regresar a las instalaciones del periódico, los
oficiales lo alcanzan, lo detienen, lo esposan y lo arrastran para subirlo a la
caja de la camioneta policiaca. Después se lo llevan.
Para justificar la
detención del periodista, los agentes del Distrito Universidad manifestaron que
fueron agredidos por él y que presuntamente obstruyó la labor policiaca al
momento en que revisaban a la conductora de la Hummer.
De acuerdo con el
parte que elaboraron los agentes preventivos y presentado ante el Juez de
Barandilla en turno, la detención de González ocurrió a las 10:40 de la noche
del viernes en el lugar mencionado.
Los agentes refieren que el periodista
llegó al sitio cuando habían soltado a la mujer después de haberla revisado y no
encontraron evidencia de algún delito, versión que contradice lo filmado.
Los
uniformados dicen que fueron agredidos de manera verbal por el periodista, quien
-aseguran- nunca se identificó y estaba vestido de civil.
El titular de la
Oficialía Jurídica, Abel Martínez, comentó que la sanción aplicada a González
fue de cinco salarios mínimos, la cual cubrió poco antes de la una de la
madrugada del sábado.
El titular de esa área señaló que los agentes llevaron
detenido al periodista, quien demostró que se encontraba trabajando y cubría una
nota informativa al momento de su arresto.
El funcionario manifestó que la
mujer que tripulaba la camioneta Hummer pagó una sanción de 600 pesos por
alterar el orden y agredir verbalmente a los agentes.
Al solicitar la versión
oficial de la Secretaría de Seguridad Pública ante estos hechos, el vocero
Adrián Sánchez dijo que no había ningún posicionamiento.
Narra los
hechos
Joel González relató que todo ocurrió cuando los guardias de
seguridad de esta casa editora le avisaron que en el exterior estaban unos
policías municipales forcejeando con una mujer, y salió para indagar de qué se
trataba.
“Salí y me dijo un poli: ‘¿a dónde vas?’. Le contesté que venía a
preguntarles por qué la intervención, y me dijo: ‘¿Y tú quién chingados eres?’,
y le dije: soy reportero de El Diario, y me respondió” ‘¿y eso qué?”, recordó
González.
Un agente dijo al reportero que a él no le importaba lo que estaba
sucediendo y que no se metiera en el trabajo de la Policía. “Le dije yo: bueno,
pues yo también estoy haciendo el mío”, contó Joel.
Agregó que una mujer
policía lo cuestionó sobre su trabajo, y entonces se quitó de la banqueta y se
metió al área del estacionamiento del periódico, y los oficiales le advirtieron
que no porque estuviera ahí no lo podían arrestar.
“No me puedes arrestar
porque no he hecho nada, no he cometido ni un delito”, contestó
González.
Agregó que en ese punto uno de los elementos ordenó que le hicieran
“40”, es decir que lo arrestaran, y fue cuando lo persiguieron, lo esposaron y
lo trasladaron a la parte trasera de la pick up.
El periodista dijo que en la
Estación Universidad uno de los oficiales que lo trasladó lo amenazó de
muerte.
“Me dijo: ‘te voy a enseñar a respetar esta placa para que veas
quiénes somos la Policía Municipal, ¿a poco crees que no te puedo matar?, si
quiero yo te mato’. Y le dije: ‘no me puedes hacer nada porque no he cometido
ningún delito’. Y luego me dijo: ‘para mí tú eres un pinche delincuente, al
momento que te traigo aquí en la patrulla eres un pinche delincuente”,
relató.
Tras permanecer casi tres horas detenido, González salió al pagar 320
pesos de multa.
El comunicador dijo que el juez de Barandilla le indicó que
los policías lo habían trasladado porque agredió a un elemento, pero que le iba
a cobrar una multa mínima de cinco salarios mínimos.
“El poli que me amenazó
se comportó peor que un malandro, y aparte no conoce ni lo más mínimo de leyes,
estamos bien mal”, expresó el comunicador.
Tres casos en una
semana
Con éste, ya van tres casos de abuso policiaco que se
presentan en una semana contra periodistas que se encuentran en cobertura de
noticias.
El primero ocurrió el domingo 29 de enero cuando dos reporteros del
periódico Norte, José Luis González y Salvador Castro, fueron retenidos por
varios minutos por agentes de la Policía Municipal, quienes los amagaron con los
rifles y obligaron a borrar las fotografías que tomaron de algunas patrullas que
tenían los números oficiales ocultos.
El segundo caso se registró el martes
31 de enero, cuando un agente de la corporación agredió al reportero gráfico
Raymundo Ruiz, quien labora en la revista Proceso, mientras tomaba imágenes de
un operativo en el que detuvieron a tres personas en una “casa de seguridad”. El
fotógrafo recibió un golpe en la cara que le provocó sangrado y lesiones en boca
y nariz.
El presidente de la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez,
Roberto Delgado, dijo que aun cuando ha hablado varias veces con las autoridades
de la Fiscalía General del Estado para que se investigue y sancione a los
elementos responsables de estos abusos, no ha pasado nada.
Aseveró que este
día acompañará a Joel González a interponer la denuncia correspondiente ante la
Fiscalía, “y empezar una estrategia más dura para que se empiece a castigar
realmente a quienes agreden a los periodistas porque es imposible estar
soportando esta tibieza de las autoridades, ya es mucho”.
Agregó que desde el
30 de mayo del año pasado se han registrado 15 casos de abusos y agresiones
contra comunicadores de parte de elementos de la Policía Municipal.
“Se
supone que el Estado es el que está garantizando la labor de los periodistas,
por eso existe un protocolo de seguridad”, mencionó.
La Red de Periodistas de
Juárez emitió una alerta en la que manifiesta su repudio a la violencia ejercida
por agentes municipales en contra de comunicadores y exige respeto irrestricto a
las garantías ciudadanas.
Asimismo, pide a la Secretaría de Seguridad Pública
Municipal y al Gobierno municipal investigar todos estos hechos para aplicar a
los agresores medidas disciplinarias, con el fin de evitar más ataques al gremio
y la criminalización de la profesión.
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