viernes, 18 de noviembre de 2011

LA SEQUIA QUE PUDO EVITARSE EN SINALOA


 
Tras la resiembra, una precipitada decisión política, el agro ve venir una peor crisis


Luis Fernando Nájera
“Las estadísticas nos hablaban de que era un año muy seco y que no había agua, y por ello anticipaba una sequía para el año próximo. Pero la sequía la adelantaron con su premura de resiembra. Los políticos no nos salvaron de una crisis por la helada, sino que nos fabricaron otras dos, y quizá más. Ahora sí, no nos queda más que rezar y pedir agua, y ¡ah!, que los políticos ya no metan las manos en los asuntos técnicos”.

La disputa por el agua para riego, que parecía distante en Sinaloa, llegó de golpe y porrazo tras las medidas políticas adoptadas por el actual gobierno para enfrentar la segunda peor helada de su historia agrícola. Vaciaran en días el almacenamiento de las presas que tardó casi un año en escurrirse, luego de un excepcional ciclo de lluvias.


Los efectos de aquella decisión con la que se vanaglorió el gobierno de Mario López Valdez se resienten hoy: 300 mil hectáreas de siembra menos en el ciclo otoño-invierno 2011-2012, que representan el 20 por ciento de la superficie cultivable, y hasta ahora un nulo primavera-verano 2012-2012, según las propias estimaciones de las autoridades agropecuarias.


El agua para consumo humano está garantizada, pues las presas no bajarán de un nivel mínimo de seguridad, afirman.


La reducción en la superficie de siembra es producto de que se abrieron las compuertas de las presas sin medida para recuperar la producción de maíz que se perdió en la helada de febrero del 2011, en un ciclo que según la experiencia de los productores, es el más malo del año para la siembra de granos porque los rendimientos se caen por efecto del calor y se eleva el consumo de agua.


Con las extracciones generales de entonces, el Subsistema Sinaloa de Presas del Organismo de Cuenca Pacífico Norte de la Comisión Nacional del Agua (OCPN-Conagua) inició el ciclo agrícola más importante del año con embalse de menos del 40 por ciento en las presas, por lo que la disputa del agua para riego es diaria porque no habrá dotación completa.


Ahora los pleitos están a la orden del día en cada gerencia de los módulos de riego de los seis distritos en que se encuentran las más de 800 mil hectáreas cultivables de la entidad, y de las cuales al menos 300 mil quedarán ociosas por falta de agua, eso si los productores se repliegan a la orden de autoridad superior, lo que está por verse.


Y es que los cálculos más alentadores de la autoridad reguladora del agua aseguran que se tienen extracciones suficientes para irrigar en este ciclo agrícola solamente 550 mil hectáreas de diferentes cultivos, sin afectar el volumen de reserva y el necesario para garantizar el abasto para consumo humano, a pesar de que las presas en el estado reportan un almacenamiento de apenas 5 mil 400 millones de metros cúbicos, el 39 por ciento de la capacidad global de embalse a nivel de conservación.


Para salvar las siembras, de acuerdo con los cálculos de Conagua, se requieren de 5 mil 550 millones de metros cúbicos de agua, y no se tienen. La existencia de agua en las presas, hasta la última gota, genera un déficit estatal de 150 millones de metros cúbicos. Por eso, hay que sacar el agua de las tripas de la tierra.


Para exprimir los ríos subterráneos y espulgar los drenes en busca de cuanta gota se desperdicie, de acuerdo con Luis Javier de la Rocha Zazueta, director del OCPN-Conagua, se requiere una inversión de 219 millones de pesos para bombear del subsuelo un millón 500 mil metros cúbicos de agua adicionales al volumen que se extraerá de las presas para cumplir con el plan de riego de la siembra para el ciclo agrícola otoño-invierno. La Conagua solo aportará la mitad de la inversión.


“Los agricultores tienen que hacer la obra en sus pozos, informarle al módulo de riego que les corresponde y después el comité técnico nos avisará para que les paguemos este apoyo especial en los cultivos”, indicó.


De no haberse abierto las compuertas de las presas, hoy se tendría capacidad de regar las 805 mil hectáreas cultivables de Sinaloa y en la que se tiene un gasto de siete mil 617 millones de metros cúbicos de agua, y un primavera-verano normal.


Marte Nicolás Vega Román, presidente de la Red del Valle del Fuerte, presidente de la Asociación de Productores Rurales del Norte de Sinaloa y uno de los principales líderes que cuestionaron la siembra de granos libre en un primavera-verano, afirmó que los efectos de aquella decisión política —que se resienten hoy y cuyos efectos se tendrán hasta el ciclo próximo, siempre y cuando llueva— pudieron haberse minimizado si los responsables hubiesen analizado fríamente lo que pasaba.


“Las estadísticas nos hablaban de que era un año muy seco y que no había agua, y por ello anticipaba una sequía para el año próximo. Pero la sequía la adelantaron con su premura de resiembra. Los políticos no nos salvaron de una crisis por la helada, sino que nos fabricaron otras dos, y quizá más. Ahora sí, no nos queda más que rezar y pedir agua, y ¡ah!, que los políticos ya no metan las manos en los asuntos técnicos”.


Gilberto Irazoqui Galaviz, presidente del Módulo Taxtes, en el norte de Sinaloa, y uno de los más eficientes en el manejo del agua para riego, recordó que después de la helada el Gobierno los puso en zumba con la resiembra y todos se aceleraron y pidieron y sembraron de nuevo. “Se gastó el agua libre a lo pendejo porque no tenía costo, pero ahora que vemos el resultado sí que está cabrón la cosa. El problema es sencillo de ver: no hay agua y ni de dónde sacarla. Solo rezar porque llueva”.


Ricardo Angulo, presidente del Módulo Gabriel Leyva, enclavado en una de las zonas más críticas del estado por la escasez de agua, afirmó que si bien fue un albur la resiembra del estado y los productores perdieron más de lo que ganaron con las promesas del Gobierno, y ahora se abona a las consecuencia de las decisiones políticas adoptadas, no queda más que enfrentar lo que está por venir: dos o más crisis consecutivas. “Lo que viene va a ser un chingazo, pero bien dado”.


La experiencia del erróneo manejo del agua fue puesta a prueba en la reunión del Plan de Riego del Comité de Desarrollo Rural Sustentable, en donde la Conagua propuso la siembra de 205 mil hectáreas de maíz garantizando los riegos necesarios, por ser grano básico y de alta demanda de agua, pero el Gobierno del Estado se opuso y pujó hasta lograr la autorización de 304 mil 405 hectáreas de maíz, con los mismos riegos.


Tras la algarabía y bailada del momento, por el récord impuesto, el gobernador Mario López Valdez reconoció ante la Comisión Hidráulica del Congreso de la Unión que la sequía que padece Sinaloa fue producto de la resiembra de febrero, pero inmediatamente rectificó y culpó de ella al cambio climático al que también cargó el desplome de la producción de maíz de 5.5 millones de toneladas por ciclo otoño a solo tres millones de toneladas. Nada qué presumir.




Aguas corriendo libres


Una entidad paramunicipal y otra privada pusieron en jaque al Organismo de Cuenca Pacífico Norte de la Comisión Nacional del Agua, al negarse este a responder las solicitudes de concesión de aguas negras para uso hidroagrícola.


Y es que ambas organizaciones pretenden utilizar las aguas residuales para el riego de 15 mil hectáreas de cultivos de tallo largo, en lugar de dejarlas correr libremente al mar.


La paramunicipal, la Junta de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Ahome (JAPAMA), inició trámites para obtener el dominio pleno de las aguas residuales, toda vez que los análisis de laboratorio la colocan como apta para regar cultivos de tallo largo, como maíz, sorgo y otros.


“Nosotros ya notificamos por escrito al Consejo de Cuenca de la Comisión Nacional del Agua y esperamos que ellos tomen la iniciativa para reutilizar el agua tratada para el riego de algunas cinco mil hectáreas, pero si no hay respuesta pronto quizá nosotros en sociedad con particulares construyamos nuestros propio cárcamo en nuestros propios terrenos, le demos elevación y enviarla hasta las parcelas, pero la respuesta oficial es primero y después la acción”.


Ramón Rábago, presidente de la Asociación Cinco de Febrero y cuyos terrenos salitrosos se encuentran pegados a la planta de tratamiento de aguas residuales, afirmó que el director general de Conagua Sinaloa ha sido reticente en responder a las peticiones de que se les otorgue concesión para el uso de las aguas residuales para el lavado de 5 mil hectáreas, en una primera fase.


“Como no respondió, se interpuso denuncia formal en la oficina de la Función Pública en México para obligar una respuesta. Que diga sí o no, pero ya, para poder iniciar otro trámite y evitar que el agua se vaya libre al mar”.




Destraban conflictos en módulos de riego


Es media noche del jueves y las luces del despacho del secretario de Gobierno aún están encendidas. Adentro, las discusiones dan calor a la fresca oficina.


Finalmente, Baltasar Valdez Armentía y Jesús Pinto Felician estampan sus firmas en el convenio con que terminaba la fase negra de la disputa por el control del módulo Pascola, llama que aún estaba encendida y que amenazaba con incendiar la sindicatura de Ahome.


Finalmente las partes cedieron y tanto el Rey, como le apodan a Baltasar y Chuy, como le dicen a Pinto, deciden retirarse del pleito y dejar que un juez civil emita la sentencia, que aceptaron respetarán, y nombraron a sus representantes.


Y no fueron todos los acuerdos, puesto que Felipe Limón López, gerente del Pascola y su hombre de confianza, el contador Israel del Ángel Gerardo, fueron cesados de los cargos y serán indemnizados; la administración técnica del módulo quedará a cargo de Jesús Andrés Valdez Conde, gerente de la Red Mayor del Valle del Fuerte.


Así, a media noche se resolvió el conflicto, casi en los mismos términos en que se resolvió el enfrentamiento en el Pascola y muy similar al de 74-1 de Angostura.


Los operadores del secretario de Agricultura, Juan Guerra Ochoa, habían sido derrotados por los de Gerardo Vargas Landeros.




Números secos


—9 estados enfrentan sequía extrema: Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, Aguascalientes, Durango, Jalisco, San Luis Potosí y Sonora.
—56% del territorio nacional enfrenta algún tipo de sequía.
—8% padece sequía excepcional.
—15% vive sequía extrema.
—El 20% sequía severa.
—El 13% sequía moderada.


Bombeo


—1.5 MM3 de agua se busca rescatar del subsuelo.
—344 MDP es el costo.
—477 son los pozos utilizables.
—226 los pozos rehabilitados.
—251 los pozos a rehabilitar.


Fuente: OCPC-Conagua.





“Es una situación de emergencia”, reconoce Juan Guerra Ochoa


No estamos en la lona
Anabel Ibáñez



Los números no mienten y permiten mostrar el problema. Por ejemplo, en lugar de las 500 mil hectáreas que se siembran de maíz, solo se programaron 300 mil hectáreas para el ciclo otoño-invierno, lo que se traducirá en una disminución de dos millones de toneladas de maíz. Solo se están programando para siembra las tres millones de toneladas que se requieren para el consumo humano.


“Lo único que se puede hacer frente calamidades y catástrofes es tomar iniciativa, ver cómo lo podemos resolver, tratar de palear los efectos, no hay milagros, los milagros los hace Dios no los hombres, pero si hay manera de enfrentar las cosas, es no arrinconarnos”, expresa el funcionario estatal.


Como medida paliativa se han estado programando otros cultivos que requieren menor cantidad de agua, aunque no son muy rentables, pero que pudieran ser una opción económica. Es el caso del cártamo, del cual se planean 50 mil hectáreas, aunque la meta sería llegar a las cien mil. Otras opciones pueden ser la siembra de garbanzo y frijol.


De entrada Guerra Ochoa augura, que pese a la estrategia de planeación de cultivos, es un hecho que la cosecha de Sinaloa será de menor valor en comparación con años anteriores.


Para evitar que se “armen” conflictos entre los productores por la lucha de la poca agua disponible en las presas, el funcionario estatal asegura que su secretaría está siendo muy estricta con los permisos de siembra.


“No debe haber agandalles. Si algún productor pide una lámina y sabe que no le alcanza para maíz y mañana le quiere quitar el agua a otro productor, hay que advertir desde ahora que eso va a generar conflictos y no lo podemos tolerar. No puede haber ese tipo de vivezas”.


Evita augurar que la poca disponibilidad de agua será peor que las heladas vividas al inicio de 2011, cuando se estimaba que se perderían 25 puntos de la economía sinaloenses, cayéndose una cuarta parte.


“Con la helada nos quedamos sin tener nada ya que perder, fue una crisis, una debacle total, pero no nos dio opción, ahí no teníamos ni qué discutir, ahí o nos quedábamos perplejos esperando quién nos salvara, o nos metíamos a resembrar”.


Gracias a la resiembra la caída de la economía fue de 3.6, y no los 25 pronosticados. “Fue un éxito, dígase lo que se diga. El productor que menos cosechó sacó mucho más de lo que había invertido, porque todo fue subsidiado, aun cuando hay casos pendientes. El productor se echó para adelante y el Gobierno lo acompañó”, señala.


Incluso indica que con la resiembra hubo gente que ganó más en la helada, que como iba, porque los precios pasaron de 3 mil 200 a 4 mil 200 en el caso del maíz.


De acuerdo con el funcionario, el problema de poca disponibilidad de agua tiene que ver con dos fenómenos fundamentales, una por el consumo que provocó la resiembra por las heladas, y la poca agua que pudieron captar las presas.


La baja disponibilidad de agua de alrededor del 30 por ciento de las presas ha provocado que no se tenga planeación para el ciclo primavera-verano, el cual solo sería posible si sucede un “milagro” y llueve.


Asegura que con los legisladores de todos los partidos, lo mismo que las organizaciones de productores, sin importar su color, se está haciendo un equipo.


Reconoce que sí se tiene el riesgo de “alguno que se quiera pasar de vivo, siembren otra cosa y quieran usar el agua de otro, puede mantener tensión, por eso vamos a mantener sesión permanente con los representantes de los módulos, las redes mayores, las organizaciones y los diputados, para estar valorando, no para que no se den, para buscarles darles salida a cualquier conflicto que se genere y tratar de evitar muchos de ellos.


En su opinión, la gente se echa para adelante y tiene un espíritu noble, como la mostró con la helada. “Hay que estar atentos, no podemos descuidarnos de que luego alguien diga: me paso de vivo y siembro más de lo que tengo derecho o quiero usar más el agua y se la quiero jalar a otro productor. Eso va a generar conflictos, pero por eso el permiso de siembra dice cuánta agua tienes”.


De un presupuesto de 570 millones, el Gobierno estatal está pidiendo más de 700 millones, el cual resulta insuficiente para las necesidades de inversión porque a pesar de que tradicionalmente Sinaloa siembra de hortalizas y maíz no tiene agroindustrias, se vuelve una economía muy dependiente del sector primario, tampoco hay una política de los altos.


Quien considera debiera concebirse su dependencia como una secretaría de alimentos, asegura que la falta de agua es una situación crítica, pero que no tiene a los sinaloenses en la lona.


“El lenguaje es falso, no existe ni lo bueno ni lo malo, existe lo gris, lo bueno-malo, lo malo-bueno, o sea, nadie es tan bueno como para no ser un hijo de la chingada, y nadie es tan malo como para o querer por lo menos a su mamá. Nada más que el lenguaje no construye realidades, construye cosas, o es catastrófico o no lo es, es crítica, va a ver menos agua, va a valer menos, pero porque es catastrófica, estamos en el suelo, no, estamos programando, frente a las adversidades estamos viendo cómo sacamos el mayor rendimiento”.


No puede ser ni catastrófica, insiste, de que no vamos a sembrar nada, ni tampoco decir que va a valer igual que tradicionalmente la agricultura, lo que existe en la vida son los grises


“Tenemos una situación, crítica, complicada, estamos tratando dentro de estas circunstancias que nos pone la naturaleza, sacarle el mejor jugo”.


Entre las medidas emergente que ha puesto en marcha el Gobierno estatal, cita la gestión de mil 150 millones de pesos, 500 millones para un programa de inducción de siembra al cártamo, 380 millones para recuperar agua entre diésel, electricidad y la rehabilitación de 213 pozos.


Junto con todo ello, el funcionario externa la idea que está madurando el Gobierno estatal de entubar los canales a futuro, a fin de hacer un uso más óptimo del agua que permita ahorrar entre un 30 a 40 por ciento.


Sostiene que frente al comportamiento de la naturaleza, cada vez más caprichoso, debe pensarse ahora en estrategias a corto, pero también a mediano y largo plazo. Por ejemplo, el próximo año está pronosticado un año normal, pero hay quien dice que con la niña se puede complicar y puede ser todavía más seco y no caer agua en las presas.


Entre medidas a mediano y largo plazo cita el entubar la red secundaria, así como la creación de una red de pozos, aprovechando que en Sinaloa los mantos freáticos no han sido utilizados y es factible encontrar el vital líquido a profundidades de alrededor de 25 metros, a diferencia de otras entidades en donde se requiere perforaciones de un promedio de 300 metros, así como medir el agua que se consume porque no hacerlo ha propiciado un abuso en su mal uso.


“Cuantas veces no vimos que se dejara toda la noche anegar porque se paga lo mismo si se ahorra o no. No hemos tenido la mejor política en materia de agua”, concluye.



Después de las heladas… la fría realidad



—En lugar de 500 mil hectáreas que se siembran de maíz en el ciclo otoño-invierno, solo se programaron 300 mil hectáreas.
—Habrá una disminución de dos millones de toneladas en la producción de maíz.
—De cártamo se planeó la siembra de 50 mil hectáreas, aunque la meta sería llegar a las cien mil.
—La disponibilidad de agua en las presas es de alrededor del 30 por ciento.
—El Gobierno del Estado gestiona mil 150 millones de pesos: 500 millones para un programa de inducción de siembra al cártamo, 380 millones para recuperar agua entre diésel, electricidad y la rehabilitación de 213 pozos.
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