jueves, 10 de noviembre de 2011

CANCHA MALDITA EN CULIACAN

Javier Valdez
Masacra comando a ocho personas en la colonia Pemex Ocho personas murieron y otras seis resultaron heridas durante un ataque a balazos en una cancha de volibol en la colonia Pemex, en Culiacán.

Ahí, una veintena de personas, en su mayoría hombres, jugaban y se divertían cuando fueron sorprendidos por un comando.

El ataque fue perpetrado por alrededor de diez hombres armados, quienes llegaron al lugar en varios vehículos y abrieron fuego indiscriminadamente, contra los asistentes.

El lugar, ubicado en 20 de Noviembre e Hilario Medina, en este sector, es frecuentado todos los días por personas de todas las edades y durante los fines de semana se hacen apuestas entre los jugadores.

Testigos informaron que los sicarios iban encapuchados y usaron fusiles AK-47, conocidos como cuernos de chivo, y “dispararon en forma de abanico” contra las víctimas.

En el lugar quedaron siete cadáveres de hombres de entre 20 y 30 años de edad y uno más murió en un hospital, a donde fue trasladado junto con los otros heridos después del ataque.

Informes de algunos vecinos señalan que al lugar llegaron agentes de las policías Ministerial del Estado y Municipal, y luego paramédicos de la Cruz Roja, quienes quisieron auxiliar y trasladar a los heridos.

Los integrantes del grupo armado regresaron a la escena del crimen e impidieron que el personal de la benemérita institución realizara su trabajo y los agentes, a pesar de que se percataron de la agresión y amenazas, no intervinieron.

La llegada de más policías y de elementos del Ejército Mexicano evitó que los hombres armados continuaran en el lugar, lo que facilitó las labores de los paramédicos y de los agentes investigadores.

Varios de los heridos, entre ellos al parecer una mujer, fueron llevados a hospitales de la localidad.

También acudieron Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, Choytoño, director de la PME, y Martiniano Vizcarra, subdirector de la corporación.

Uno de los occisos fue identificado como Alejandro Chávez Avendaño, cuya edad se desconoce.

Decenas de casquillos quedaron regados en la cancha y alrededor de los cadáveres.

Un cenotafio
El ataque fue justo donde el 7 de octubre de 2008 fue asesinado a tiros Jorge Abel Cázarez Salazar, cuando se disponía a disfrutar de un partido de volibol.

La familia Cázarez acababa de sufrir la muerte de otro de sus integrantes, Arturo Meza Cázarez, hijo de Margarita, la Chiquis, quien fue asesinado en el estacionamiento del centro comercial City Club, junto con varios jóvenes, entre ellos Édgar Guzmán, hijo de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, líder del cártel de Sinaloa.

Margarita, conocida como la Emperatriz, y Emilio Cázarez, son señalados por autoridades de Estados Unidos y de la Procuraduría General de la República como integrantes de una organización criminal y operadores financieros del cártel de Sinaloa.

 A pesar de este perfil delictivo, boletinado primero por el Gobierno estadounidense, Jorge Abel no fue incluido en el grupo delincuencial.

 El occiso era el sexto de los nueve hijos que tuvieron María de los Ángeles Salazar y Benito Cázarez Uriarte.

Versiones de quienes lo conocieron indicaron que la víctima era tranquila y sencilla, y apenas se acomodaba en las bancas, en su calidad de espectador, cuando fue sorprendido por hombres armados, quienes le dispararon a corta distancia.

Una vez concluidas las diligencias por parte de los agentes investigadores adscritos a la Coordinación de Homicidios Dolosos, el occiso fue trasladado hasta la comunidad de El Hormiguero, en el municipio de Mocorito, donde tiene su domicilio su esposa y fue velado al son de la tambora y con la presencia de vecinos y familiares.

Ahí, en la cancha de volibol, entre la red y las rudimentarias bancas instaladas para el público, quedó el cadáver de Jorge Abel.

 Y ahora, a tres años y un mes, queda el cenotafio que sus parientes mandaron construir para recordarlo y homenajearlo.

 A esta edificación se unen en la escena criminal, los cadáveres de estas ocho personas, la mayoría de ellas de aspecto joven, que quedaron, como él, boca abajo y con múltiples heridas de bala.

Las pesquisas
Hasta la mañana del sábado, la Procuraduría General de Justicia del Estado mantenía dos hipótesis de la masacre ocurrida en la cancha de volibol.

La primera es que fue el resultado de un fuego cruzado, mientras que la segunda, y la más sólida, es que se trata de un ataque directo contra las víctimas.

El procurador de Justicia, Marco Antonio Higuera Gómez, confirmó este sábado que en total fueron ocho hombres asesinados, los cuales ya están identificados.

En el campo quedaron esparcidos en distintos puntos siete cuerpos, y la octava víctima murió cuando era atendida en un nosocomio.

La suma de heridos fue de siete, pero la PGJE desconoce el estado de salud de ellos. Higuera Gómez dijo que es la cifra oficial, aunque no se descarta que haya más lesionados.

Los occisos fueron identificados como Alejandro Chávez Avendaño, Pedro Avendaño Elizalde, Sergio Ricardo Beltrán Medina, Daniel Alfredo Moreno, Luis Alexis López, Melesio Valenzuela Espinoza, José Bernardino Rosas y Miguel Antonio Chacón, este último identificado por sus familiares el sábado.

 El único que cuenta con antecedentes es Sergio Ricardo Beltrán, que en el 2004 se le abrió una averiguación previa por un hecho de tránsito, pero en el 2005 salió del problema legal.

Los demás, según Higuera Gómez, no tienen antecedentes y se está revisando a qué se dedicaba cada uno de los muertos.

Higuera Gómez informó que los hechos fueron reportados a C-4 a las 20:13 horas del viernes.

Dijo que la información recabada por testigos es que hombres armados llegaron al lugar en varias unidades de manera tranquila.

Es decir, no se trató de un convoy o de vehículos que llegaran a gran velocidad al momento en que se llevaba a cabo un partido de volibol.

Comentó que la primera hipótesis de lo sucedido es que se trató de un fuego cruzado debido a las distintas armas usadas, pero que hay testimonios en el sentido de que los sicarios llegaron con dos personas cubiertas de los rostros, quienes empezaron a señalar a quienes iban a matar.

“Los que los agredieron conocían perfectamente a los que iban a matar”, externó el primer fiscal de Sinaloa. Además agregó:

“Estuvieron buscando a alguien, inicialmente al entrenador”. Sin embargo, argumentó que esto no está confirmado pues no han declarado a los sobrevivientes.

El funcionario externó que esta masacre pudiera tener alguna conexión con el reciente asesinato de Francisco Arce Rubio, el Pancho Arce o el Artista, miembro de Los Ántrax.

“Pudiera haber conexión, pero no puedo hacer conjeturas”, afirmó. Detalló que este ataque se dio por la “rivalidad delincuencial exclusivamente derivado de disputas entre ellos”.

Pero no agregó qué clases de disputas, si por plaza o drogas. También comentó que durante los partidos en la cancha se hacían apuestas, por lo que checarían este dato para ver si esto pudo ocasionar algún problema.

Entre los heridos hay una mujer que vendía tamales en el lugar cuando ocurrió la balacera.

 Se desconoce su estado de salud. Por último, el procurador reveló que en el ataque se usaron rifles AK-47, AR-15, G-3 y pistolas .40 mm y .38 Súper.

Hasta la mañana del sábado no se tenía determinado el número de sicarios que participó.

Un testigo de los hechos, entrevistado por Ríodoce, explicó que de repente escuchó disparos y pudo ver cómo varios hombres armados disparaban a los pies de los aficionados que se encontraban viendo el juego.

Y que después dispararon a matar.

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