La violencia generalizada en Nuevo León
también se ve reflejada en el aumento de casos de desapariciones de niñas y
mujeres jóvenes en la entidad, casos que podrían estar relacionados
directamente a la trata de personas y que en muchas ocasiones no son
investigados a profundidad por las autoridades
El aumento en los reportes de
desapariciones de niñas y mujeres jóvenes en Nuevo León y la nula información
oficial sobre el seguimiento de los casos, levantan sospechas sobre un posible
nexo de estos hechos con la operación de redes criminales relacionadas con la
trata.
Además de los preocupantes
niveles de violencia de género que se viven en la entidad, ese tipo de casos se
han convertido en una problemática que no está siendo atendida en su correcta
dimensión, al no existir ni datos confiables, ni continuidad en las
investigaciones.
En los últimos meses se ha
registrado un repunte en la cifra de denuncias por desaparición de mujeres
menores de edad y jóvenes, advierten organizaciones de la sociedad civil.
“No hay una visualización del
problema real. Hay una falta de consciencia sobre lo que está sucediendo”,
asegura Rosario Pacheco, integrante de la organización Alternativas Pacíficas.
Según cifras oficiales, en
2017 fueron reportadas como desaparecidas 17 mujeres menores de edad en Nuevo
León, la gran mayoría (14) en el segundo semestre del año, que es precisamente
el periodo en que las organizaciones alertaron que hubo un repunte
Y hasta abril de este año ya
son 18 casos de niñas reportadas como desaparecidas en la entidad, más de 4
casos por mes.
Durante todo 2016 fueron
reportadas 14 menores como desaparecidas, en 2015 las denuncias por
desaparición de niñas de menos de 18 años fueron 34 y durante 2014 fueron 16.
“Estamos viendo ya una
tendencia en este rango de edad, de entre 10 y 17 años en los últimos años. Los
datos nos empiezan a saltar pero no vemos una visibilización”, señala María de
la Luz Estrada, Coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional contra el
Feminicidio (OCNF)
Los números del Registro
Nacional de Personas Desaparecidas (RNPED), indican que las denuncias por
desaparición de mujeres han aumentado en la entidad de 2015 a la fecha,
particularmente entre las menores de 29 años, que son el rango de edad en que
suelen estar más expuestas a las redes de trata.
Solo en 2010 y 2011, los años
más álgidos de la guerra contra el narcotráfico hubo más denuncias que en el
último trienio.
De 2015 a abril de 2018, los
casos de desapariciones de niñas y mujeres jóvenes han sumado ya 189, según las
cifras del RNPED.
Sin embargo, algunas organizaciones
como el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) advierten que
incluso las cifras oficiales tienen inconsistencias, por lo que los números
reales podrían ser mucho mayores, y es una problemática que se extiende a nivel
nacional.
TENDENCIA ALARMANTE
Tras observar esta tendencia,
Alternativas Pacíficas ha intentado agendar una reunión con personal del Grupo
Especializado en Búsqueda Inmediata (GEBI) para abordar el tema pero no se ha
podido concretar durante al menos dos meses.
“El interés es darle
seguimiento y tener una información si se da seguimiento a esto y qué ha pasado
con estas niñas que han desaparecido”, apunta Pacheco.
NO HAY SEGUIMIENTO
Para María de la Luz Estrada,
Coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional contra el Feminicidio, Nuevo
León es el reflejo de la nula visibilización de un problema de fondo más amplio
respecto a la desaparición de las niñas en todo el país.
Por un lado menciona que a
pesar de la publicación de las cifras de denuncia, ya no hay un seguimiento ni
hay datos desagregados que permiten establecer qué paso con esas niñas. Si
fueron encontradas, en qué condiciones, o si continúan desaparecidas.
Además, advierte que otro
fenómeno preocupante es que una vez que se encuentran a las menores, la
investigación se cierra en la mayoría de los casos, lo cual no permite
continuar con una indagatoria que pueda ayudar a identificar patrones o modus
operandi de los grupos delincuenciales que estarían detrás de las
desapariciones, lo que a su vez impacta en las deficientes políticas públicas
de prevención.
“Nosotros decimos esa niña no
desapareció porque desapareció y de repente la encontraron. A las niñas les
pasó algo y la autoridad no investiga. Algo le pasó, algo está operando ahí.
Corrimos con la suerte de encontrarla a ella, pero a otra no porque la
problemática sigue gestándose”, agrega.
Organizaciones civiles acusan que cuando
se encuentra a una mujer desaparecida no se investiga a fondo realmente qué
ocurrió
“Tu ya la encontraste. No
basta que la hayas encontrado. Tenemos que saber quién se la llevó, por qué,
para la política de prevención, por eso falla la política pública, porque la
autoridad no está atacando el problema de fondo. El fondo no lo atacas porque
no investigas y porque la autoridad no le entra de fondo”, advierte.
Estrada asegura que el primer
paso para poder atacar esta problemática es el reconocimiento de que existe un
modus operandi detrás de esta tendencia y que a través de las desapariciones se
pueden estar activando otros delitos graves como el feminicidio o la trata.
“La autoridad no está
generando los mecanismos de investigación. Y a nosotros como coadyuvantes ni
siquiera se nos permite podernos acercar a las niñas que han sido encontradas,
se cierra la puerta”, apunta.
(REPORTE INDIGO/ JESÚS PADILLA/ JUL 26, 2018)
No hay comentarios:
Publicar un comentario