Petróleos Mexicanos y la corrupción.
Foto: Cuartoscuro.
La corrupción en Petróleos Mexicanos ha
sido sistemática.
Desde pagos de cirugías
estéticas con los dineros de la paraestatal, becas para los parientes de
directivos, sospechosas y altísimas rentas de barcos, buques, plataformas;
nepotismo en la asignación de contratos, moches sobre las transacciones con
recursos públicos, hasta los muy recientes y graves casos de corrupción
denunciados por particulares, periodistas e investigadores, pero no
investigados por la autoridad.
En el sexenio del panista
Vicente Fox Quesada, los hermanos Bribiesca, hijos de Martha Sahagún, fueron
harto señalados de lucraron desde su privilegiada posición para que fueran
adjudicados contratos a la empresa Oceanografía, lo cual lograron no sin la
ayuda de los directivos de Petróleos Mexicanos. Además los contratos otorgados
a la empresa familiar de quien fue Secretario de Gobernación con Felipe
calderón Hinojosa, Juan Camilo Muriño. Años después la onerosa beca otorgada al
hijo del hoy gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, y por supuesto
el notorio caso de los sobornos de Odebrecht ya en el sexenio de Enrique Peña
Nieto, casos todos (y los desconocidos) que suman por lo menos 18 años de
corrupción en Petróleos Mexicanos.
En ninguno ha habido
sanciones, ni investigaciones ministeriales que procesen y lleven a sentencias
judiciales a los sospechosos. En Pemex la impunidad ha imperado por todo lo
alto.
Aun cuando el virtual
presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró durante la campaña
que no investigaría personalmente los actos de corrupción de Enrique Peña Nieto
y su séquito de colaboradores, es pertinente que las instituciones encargadas
de ello durante la próxima administración, sí lo hagan. Evadir esa
responsabilidad, no castigar la corrupción, sería un mal mensaje para los
empresarios que han sido sobornados, los inversionistas a los que les han
pedido moches, y las compañías que restan a la utilidad la comisión que han de
darle al alto funcionario del gobierno federal para poder seguir operando.
Al caso de Odebrecht en el
sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, en cual directivos de la compañía
brasileña aceptaron y declararon oficialmente en tribunales de Brasil, haber
pagado sobornos a Emilio Lozoya Austin para obtener contratos, y a quien
conocieron incluso durante la campaña de Peña a la Presidencia y antes que
Lozoya se convirtiera en director de Petróleos Mexicanos, hoy se suma otro. El
caso Oro Negro.
Accionistas de la naviera Oro
Negro radicados en Europa y los Estados Unidos, han denunciado públicamente que
directivos de Pemex afectaron sus operaciones y relaciones de negocios con el
gobierno federal, cuando se negaron a participar en actos de corrupción.
De hecho aseguran que poseen
“grabaciones (que) revelan que altos funcionarios de Pemex y del gobierno
mexicano a menudo recibían sobornos de otros contratistas de Pemex”.
La compañía Integradora de
Servicios Petroleros Oro Negro, S.A.P.I. de C.V., posee y renta cinco
plataformas de perforación extraterritoriales a Petróleos Mexicanos. Para darse
una idea, reportes emitidos por transparencia y publicados en la Internet, indican
que en dos años, de diciembre de 2012 a diciembre de 2014, justo al inicio del
sexenio de Peña Nieto, PEMEX Exploración y Producción, realizó 49
adjudicaciones directas a 27 empresas (entre las que se encuentra Oro Negro)
para rentar plataformas por un monto de 104 mil 84 millones 545 mil pesos, de
acuerdo al portal de Contralínea y a datos del portal de transparencia de la
paraestatal.
El negocio de las plataformas
es pues, multimillonario. De ahí la proclividad a la corrupción con métodos que
van desde solicitar porcentajes de la adjudicación, del precio del
arrendamiento mensual, hasta de una parte de las utilidades de la empresa
depositadas a terceros.
El 19 de julio en el
periódico The New York Times, de los Estados Unidos, fue publicado un desplegado
por parte de los accionistas estadounidenses y europeos de Oro Negro –retomado
el martes en México por la periodista Carmen Aristegui- donde acusan haber sido
denunciados, denostados, afectados en sus transacciones comerciales y puesto en
aprietos económicos por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto, por Pemex, lo
cual sucedió cuando se negaron a participar en actos de corrupción, al negarse
a pagar sobornos para que contratos les fueran adjudicados.
Aseguran sobre la
investigación contra la compañía que representan: “… es una investigación
infundada en represalia por las demandas que los accionistas estadounidenses de
Oro Negro presentaron contra México el mes pasado, en donde alegan que México
intentó sacar a Oro Negro del negocio porque la empresa se negó a participar en
el patrón endémico de corrupción de México y Pemex, al negarse a pagar sobornos
por los contratos de Pemex”.
El caso no es difícil de
visualizar dados los antecedentes en los sexenios de Fox, Calderón y el propio
Peña, por mencionar a los menos –insisto-. Sobornos, Pemex, contratos,
corrupción, son palabras que suelen ir ligadas además de escucharse reales, aun
cuando no en México pero sí en otros países, se realizan investigaciones
ministeriales al respecto.
Los accionistas de Oro Negro
también denuncian públicamente una situación que tampoco le parecerá extraña.
Dicen, cuando se refieren a la presión del Estado y la corrupción en el actual
gobierno: “México, a menudo, no muestra ningún respeto por el Estado de Derecho
y con frecuencia utiliza todos sus órganos, incluidas las agencias encargadas
de hacer cumplir la ley, a su discreción y para destruir a aquellos que se
niegan a participar en la corrupción”. Lamentable pero cierto, y hay casos de
sobra.
Explican para quien los lea
más allá de sus fronteras, que en Petróleos Mexicanos los afectaron a partir de
2015 (en 2014 sí obtuvieron contratos de acuerdo a los datos de transparencia),
cuando les redujeron las tarifas en tres contratos y les cancelaron dos, hasta
llegar en 2017 a la cancelación de todos los contratos, justifican que esto
sucedió debido a que “Pemex buscó destruir a Oro Negro porque la empresa se
rehusó a participar en su corrupción”.
Lo mejor de todo si resulta
verdad, es que los accionistas redactan en el desplegado del 19 de julio, que
los inversionistas de los Estados Unidos poseen grabaciones (no especifican si
de audio, video, o ambas) “de altos y antiguos funcionarios de Pemex que
admiten que Petróleos Mexicanos destruyó a Oro Negro porque Oro Negro se niega
a pagar sobornos”. También que en las grabaciones se revela que funcionarios de
Pemex y del Gobierno Federal que encabeza Enrique Peña Nieto, recibían sobornos
por parte otros contratistas de la paraestatal.
De igual manera que está
documentado cómo en las mismas condiciones de infraestructura y propuesta,
otras compañías fueron beneficiadas por Pemex al tiempo que Oro Negro estaba
siendo afectada. Las denuncias presentadas por la compañía buscan resarcir el
daño que el hostigamiento por parte de funcionarios de Pemex al no aceptar
pagarles sobornos, ha causado a la compañía, lo cual sumando cuentas, tasan en
unos mil millones de dólares.
Desde Petróleos Mexicanos han
lanzado una respuesta al desplegado, pero no lo hicieron el 19 de julio cuando
se publicó en el diario neoyorkino, sino el 23 de julio cuando dicho documento
fue leído por la periodista Aristegui, hasta entonces reaccionaron sobre una
acusación que ya tenía cinco días denunciada públicamente. Retaron los
gobiernistas a los accionistas a presentar las grabaciones incriminatorias que
dicen tener, para “evaluar su autenticidad y relevancia”.
Además, que “a diferencia de
todos los demás proveedores, Oro Negro tomó la decisión unilateral de rechazar
los términos de Pemex y decidió iniciar el proceso para declararse en
bancarrota”.
Ante la poca credibilidad que
tienen los actuales funcionarios de Pemex, la corrupción que de manera
sistemática se ha originado en esa paraestatal en los últimos 18 años, los
sobornos y los actos de corrupción denunciados ahora no están fuera de la
lógica del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, el cual se ha
caracterizado por eso, además de por utilizar a las instituciones para
presionar, y proveer impunidad a los funcionarios señalados en actos
deshonestos.
Por eso es necesario,
preponderante y urgente, que al tomar posesión en la próxima administración
federal, se investigue la corrupción de todo el sexenio peñanietista,
particularmente los sobornos en Pemex. Lo cual podría dar certeza para que
otros sobornados que no se animan a hacer lo que los accionistas de Oro Negro,
se decidan a dejar de pagar sobornos, a denunciar la corrupción, y a evidenciar
la podredumbre en el actual sexenio.
Dejar de lado estos casos de
corrupción, no investigarlos, significará la continuidad de un sistema que está
fundado en la corrupción. Y eso no es lo que prometió el próximo presidente.
(SIN EMBARGO/ ADELA NAVARRO BELLO/ 25 DE JULIO 2018)
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