La situación económica y laboral, así
como la violencia que vivió la región, arrastró un fenómeno que especialistas
han alertado: los niños están siendo cuidados por sus abuelos, en el mejor de
los casos. Este escenario, escondido para muchos, refleja una relación en el
aumento en las cifras de menores detenidos y en el incremento del consumo de
alcohol y drogas
Fotos: Vanguardia/Francisco
Rodríguez/Staff
Por: Francisco Rodríguez
Fotos: Francisco Rodríguez/Staff
Vanguardia
Edición: Nazul Aramayo
Diseño: Édgar de la Garza
Los niños estaban sucios.
Caminaban por la casa con la puerta de entrada abierta. Se paseaban descalzos,
mugrosos y sin vigilancia. El baño olía rancio, el excusado hedía. Así encontró
la Procuraduría de Niños, Niñas y la Familia (Pronnif) a un niño de tres años y
su hermano de año y medio en un ejido de Torreón hace unos días.
Cuando la Pronnif cuestionó a
la madre por la omisión de cuidados, respondió que acababa de ir por una bolsa
de jabón para ponerse a limpiar. Cuando se cuestionó al padre, este contestó
que se había separado desde enero, que no sabía lo que pasaba.
“No hay justificante para
tenerlos así. Ese trato no va compaginado con la humildad, esa es otra cosa”,
critica José Julián Vázquez, subprocurador de Pronnif en La Laguna.
Después, la Pronnif se enteró
que la madre tenía otros dos hijos más grandes que cuidaba su madre, o sea, la
abuela.
No hay programa social que atienda
este fenómeno: la situación económica y laboral, las secuelas de la violencia,
las separaciones y divorcios, entre otros factores, están disparando el
fenómeno de los niños que se cuidan solos o, en el mejor de los casos, son
cuidados por los abuelos.
La Pronnif en La Laguna
recibe cada mes entre 150 y 200 reportes por supuesta omisión de cuidados. Y 8
de cada 10 reportes están relacionados con familias disfuncionales. En el año,
la Policía de Torreón ha canalizado al DIF a 218 jóvenes por posible omisión de
cuidados. En el año, 46 menores fueron retirados de sus padres por omisión de
cuidados.
Resulta
que (los padres) no están presentes, o que (los niños) viven con el tío o la
mamá sola, pero quienes responden normalmente son los abuelos”.
ELISEO
CABRALES, DIRECTOR DEL TRIBUNAL DE JUSTICIA MUNICIPAL DE TORREÓN.
CUIDADOS POR ABUELOS
La madrugada de un sábado de
octubre, la Policía de Torreón llegó a una fiesta de cumpleaños en el
Fraccionamiento El Fresno. Ahí encontró decenas de adolescentes de 14 y 15 años
alcoholizados. La Policía, por protocolo, tuvo que mandar llamar a los padres.
Pero muchos no contestaron.
Cada semana, un promedio de
25 menores son remitidos al Tribunal de Justicia Municipal por problemas como
vandalismo, intoxicación en la vía pública, riñas o robo, principalmente. La
cifra supera cualquier cifra histórica.
Cuando los encargados del
Tribunal buscan a los padres, no los encuentran. “Resulta que no están
presentes, o que viven con el tío o la mamá sola, pero quienes responden
normalmente son los abuelos”, platica Eliseo Cabrales, director del Tribunal.
Por si fuera poco, 3 de cada
10 regresan por los mismos delitos: consumo de alcohol o drogas, por andar
pintarrajeando paredes o lesiones. “No asisten a su cita con el especialista o
no acuden a terapia en el Centro de Integración Juvenil. No tienen vigilancia”,
añade Cabrales.
En lo que va del año, la
Unidad de Menores Infractores de la Policía de Torreón ha atendido a 796
adolescentes, de los cuales, 603 han sido atendidos para darles seguimiento y
canalizarlos a alguna institución dependiendo de la problemática.
Las cifras van en aumento. En
2015 se registraron 334 detenciones de jóvenes y en 2016, 504.
Seis de cada 10 menores
detenidos son atendidos y cuidados por abuelos, estima la Unidad de Menores
Infractores de la Policía de Torreón. “Localizamos a la familia y quien te
contesta son los abuelos, vienen ellos a reclamarlos”, afirma Blanca Pérez,
encargada de la Unidad.
Graciela Caballero, encargada
de la Unidad de Atención a Víctimas de la Violencia de la Dirección de
Seguridad Pública, explica que el protocolo de actuación cuando se asegura a un
menor es que primero se certifica y se contacta a los padres. En el análisis se
determina la acción que se le va a dar, como puede ser canalizarlo a un centro
de rehabilitación.
La Unidad de Atención a
Víctimas de la Violencia de la Dirección de Seguridad Pública ha encontrado 219
menores en situación de riesgo atendidos por violencia.
“Los encontramos en el
domicilio solos, o que son violentados; se han atendido 132 casos de niños
extraviados, salen reportes constantes porque se les escapan a los abuelos y
los padres están trabajando”, dice Graciela.
DELITOS POR MENORES
Graciela Caballero, encargada
de la Unidad de Atención a Víctimas de la Violencia de la Policía de Torreón,
refiere que hay varios casos de menores que tienen la actividad delictiva
arraigada desde los 11, 12 años; o el consumo de alcohol y drogas desde esa
edad.
La Unidad de Menores
Infractores ha puesto a disposición del Ministerio Público a más de 90 menores,
en su mayoría por haber robado.
Hay casos de menores que son
asegurados porque se les atrapó dañando alguna plaza pública o rayando una
barda o una biblioteca. “En esos casos no se les detiene porque no hay una
denuncia, pero se les obliga a hacer la reparación del daño”, explica Graciela.
Blanca Pérez, la oficial
encargada de la Unidad de Menores Infractores, apunta que hay casos donde
empezaron echándose la pinta de la escuela y robando unos chocolates de una
tienda, pero después entraron a un taller a robar una grapadora de carpintería.
Todo es gradual.
Graciela Caballero, psicóloga
de profesión, comenta que en caso de no atender a esos menores, se corre el
riesgo de que las actividades delictivas aumenten, que el consumo de drogas
incremente.
“Hay chavos que comenzaron a
los 11, 12 años, y después los vemos aquí a los 16 detenidos por un delito más
grave”, dice Caballero.
*****
FAMILIAS DESBARATADAS POR LA VIOLENCIA
1,434 personas asesinadas en Coahuila de 2006 a 2016
eran casadas, según cifras del Inegi.
1,011 personas asesinadas en Coahuila de 2006 a
2016 vivían unión libre.
238 personas asesinadas en Coahuila de 2006 a 2016
estaban separadas o divorciadas.
1
Juan José Arellano, de la sociedad civil
Santa Sofía de equinoterapia.
“Cuando ven a otros niños o jóvenes que
tienen alguna desventaja física o mental, los menores infractores se dan cuenta
que tienen la oportunidad de hacer algo con sus vidas”.
2
Graciela Caballero, encargada de la
Unidad de Atención a Víctimas de la Violencia de la Dirección de Seguridad
Pública.
“Hay chavos que comenzaron a los 11, 12
años, y después los vemos aquí a los 16 detenidos por un delito más grave”.
3
Eliseo Cabrales, director del Tribunal
de Justicia Municipal de Torreón
“No asisten a su cita con el
especialista o no acuden a terapia en el Centro de Integración Juvenil. No
tienen vigilancia”
4
Blanca Pérez, encargada de la Unidad de
Menores Infractores de la Policía de Torreón.
“Localizamos a la familia y quien te
contesta son los abuelos, vienen ellos a reclamarlos”.
5
José Julián Vázquez, subprocurador de
Pronnif en La Laguna.
“No hay justificante para tenerlos así.
Ese trato no va compaginado con la humildad, esa es otra cosa”
Blanca Pérez menciona que
muchos de los jovencitos ya presentan un problema de adicción. Hasta noviembre,
129 jóvenes habían sido detenidos por alterar el orden, 50 por consumo de
alcohol y 46 por consumo de sustancias tóxicas, principalmente mariguana.
Aunque en el Tribunal de
Justica notan un incremento en el consumo de cristal. “Ellos mismos lo
mencionan”, dice el director Eliseo Cabrales. En una ocasión detuvieron a un
adolescente de 15 años que argumentaba que consumía el cristal porque el papá
lo vendía y él mismo le daba a probar.
La Pronnif también ha
detectado ese aumento en el consumo de alcohol y drogas. El subprocurador José
Julián Vázquez sí cree que esta problemática de aumento de delitos en menores y
consumo de alcohol y drogas sea, mucho de ello, a causa del fenómeno de la
problemática de omisión de cuidado de los menores.
EQUINOTERAPIA PARA MENORES INFRACTORES
En un viejo corral, un niño y
una niña se ven recogiendo piedras y llevándolas en carretilla. Un adulto los
vigila y los guía. Son las 11 de la mañana de un sábado y no están jugando en
la calle, están cumpliendo un “castigo” por haber cometido un delito.
En el fondo de la Dirección
de Seguridad Pública de Torreón, allá en el corralón de las patrullas viejas y
oxidadas, la organización civil Santa Sofía promueve la equinoterapia para
menores con alguna discapacidad, como niños con síndrome de Down, autismo,
parálisis cerebral infantil o hasta hiperactividad.
Los caballos cargan a los
niños y dan vuelta a las patrullas destartaladas. A paso lento pasan por el
corral, donde Miguel de 12 años y Laura de 15 lo limpian.
La Unidad de Menores
Infractores de Seguridad Pública decidió abrir como opción el “pago” de una
conducta ilícita. Cada sábado, menores infractores son enviados al corral de la
corporación policiaca donde se ofrece la terapia con caballos. Allí son
enviados los menores con acuerdo de los padres para que realicen trabajos y
apoyen a los encargados.
CÓMO FUNCIONA LA EQUINOTERAPIA
La Unidad de Menores
Infractores de Seguridad Pública decidió abrir como opción el “pago” de una
conducta ilícita.
Cada sábado, menores
infractores son enviados al corral de la corporación policiaca donde se ofrece
la terapia con caballos, que transportan a niños con síndrome de Down, autismo,
parálisis cerebral infantil o hasta hiperactividad.
Los menores infractores son
obligados a ir de tres a cuatro sábados con acuerdo de los padres para que
realicen trabajos y apoyen a los encargados.
*****
AUMENTAN DELITOS COMETIDOS POR MENORES
EN 2017
796 adolescentes han sido atendidos por la Unidad de
Menores Infractores de la Policía de Torreón.
603 de ellos han sido atendidos para darles
seguimiento y canalizarlos a alguna institución dependiendo de la problemática.
EN 2016
504 adolescentes fueron detenidos.
EN 2015
334 adolescentes fueron detenidos.
'Condena'. Los menores
infractores cargan y remueven piedras, limpian los corrales, bañan a los
caballos, barren. Después se integran al equipo y apoyan con los caballos e
identifican materiales y acciones.
Juan José Arellano encabeza
la sociedad civil Santa Sofía de equinoterapia, fundada hace 11 años. Desde que
le mandan a los menores infractores, dice que se ha topado con muchos casos de
abandono.
Normalmente cada sábado hay
cinco o seis menores infractores. Son obligados a acudir tres o cuatro sábados
dependiendo lo que se haya acordado con la psicóloga.
“La primera vez que llegan
realizan trabajo pesado como cargar y remover piedras, limpiar corrales, bañar
a los caballos, barrer. Después se van integrando al equipo y apoyan con los
caballos e identifican materiales y acciones”, explica Arellano.
Es el primer sábado de Laura.
Tiene 15 años y no estudia, aunque aclara que en enero entrará a la prepa. Usa
un camisón largo como de pijama y sonríe constantemente. Levanta unas piedras
con la pala y las pone en la carretilla.
Está aquí porque la atraparon
grafiteando una pared. Pero ella asegura que no lo hizo, que sus amigas sí, y
que cuando llegó la policía, ella no quiso correr porque no había hecho nada.
“Hazle”, le dijeron sus
amigas dos veces. “No seas cula”, la bulearon. Laura tenía la lata en la bolsa y
por eso cuando los policías la esculcaron, la acusaron de grafitear.
“Mi mamá no sabía dónde
estaba. Estaba poniendo fotos en todos lados porque no me encontraba. Ya estaba
detenida y le dije a un amigo que le hablara. Le dije que me perdonara, que ya
no lo iba a hacer, que ya no me iba a juntar con esas amigas, amigas
entrecomillas”, cuenta Laura.
¿A qué se dedican tus papás?,
le pregunto.
“Trabajan, bueno mi papá no
sé, es que no vivo con mi papá desde hace 11 años, me quedo con mi mamá y mi
abuela”.
¿No lo ves?
“Lo veo cuando quiere ir a mi
casa y me regaña, va cuando quiere”.
¿Y tu mamá en qué trabaja?
“Trabaja por Coppel, en algo
de los carros, ya tiene cinco años ahí, pero no sé cómo se llama”.
Laura tiene cuatro hermanos y
su mamá no está presente en este primer día que tuvo que venir a recoger
piedras y cacas de caballo. Tendrá que venir tres sábados más.
EMPIEZAN DESDE PEQUEÑOS
Hay varios casos de menores
que tienen la actividad delictiva arraigada, o el consumo de alcohol y drogas
desde los 11, 12 años, de acuerdo con cifras de la Unidad de Atención a
Víctimas de la Violencia de la Policía de Torreón.
“Me quedo pensando en los niños
que no pueden estudiar, y nosotros sí podemos y no queremos. Los niños sí
quieren y ellos no pueden. Me quedo mirando a los niños. Los niños le quieren
echar ganas y su mamá los apoya y nosotros no queremos estudiar”, dice la niña.
Juan José Arellano sostiene
que es ahí donde radica el éxito que pueda tener este “castigo”. “Cuando ven a
otros niños o jóvenes que tienen alguna desventaja física o mental, los menores
infractores se dan cuenta que tienen la oportunidad de hacer algo con sus vidas
y no desperdiciar el tiempo o cometer ilícitos”, recalca Arellano.
SE SIENTE PARTE DE UN EQUIPO
Para Juan José Arellano, la
experiencia de participar en la equinoterapia los ayuda a valorar que son parte
de un equipo, y eso lo agradecen. “Son niños que se juntan con otros niños
solos, no son malos. Te lo regresan al doble cuando se sienten parte”, añade a
Juan José.
Es el caso de Miguel, un niño
de 12 años que hace un mes cumplió su “condena” por haber robado, pero decidió
seguir ayudando.
Clara es la madre de Miguel,
quien cuenta que su hijo y un amigo se escaparon de la escuela para robar
desodorantes de una Soriana. Miguel ya cumplió su “condena”, pero le gustó
ayudar en la equinoterapia y ya lleva más de un mes.
El niño menudito asegura que
no hizo nada y que el robo lo cometió su amigo. Fue su primera vez. Aquella
tarde le hablaron de la escuela a su mamá. “Aquí están unos policías”, le
avisaron. Clara, quien es empleada del hogar, llegó a la escuela para enterarse
que su hijo había robado desodorantes y lo habían detenido.
“Me molesté mucho y a la vez
vergüenza y sentimiento, no le hemos enseñado esas cosas. Le he enseñado que no
se toman las cosas ajenas y menos meterse a algún lado”, platica Clara.
Miguel estaba asustado.
Aseguró a su madre que no lo volvería a hacer. “Le gusta mucho venir, le ha
servido, se ofreció a seguir ayudándoles. Lo subieron al caballo a darle la
terapia y después le dijeron que tenía que ayudarle. Es hiperactivo”, cuenta la
madre.
Miguel, con sonrisa traviesa,
asegura que no robó nada, que los pararon y que cuando lo esculcaron no le
encontraron nada, pero a su amigo sí. “Íbamos bien y en la puerta nos pararon”,
relata.
Clara asegura que su hijo ha
cambiado, que lo ve más tranquilo, que pone de su parte, es más acomedido; que
no tiene que regañarlo para que haga los trabajos de la escuela.
Al principio, cuando le
dijeron a Clara que su hijo tendría que pagar por sus acciones, pensó que venir
a la equinoterapia era como un premio. “Pero sí le ha servido”, insiste.
Clara acepta que el contexto
en el que vive su hijo es de mucha violencia y drogas. “Hay muchos niños
metiéndose en problemas, para qué se complican la vida, las cosas. El factor de
las familias, como viven, el entorno, sí les afecta a ellos”.
¿Cuál es el entorno en el que
vive su hijo?
Clara se sincera.
“Sí se vive mucha violencia
verbal con su papá porque toma mucho. He tratado de compensar todo eso, pero sí
les afecta”.
¿DÓNDE ESTÁN LOS PADRES?
Blanca Pérez refiere que la
mayoría de los menores detenidos viven en un entorno disfuncional,
caracterizado por la ausencia de figuras maternas y paternas. “Muchas veces hay
conflicto entre ambos padres y no hay atención”, comenta.
Blanca sentencia lo que los
otros especialistas o encargados mencionan: los menores viven con los abuelos;
los abuelos se hacen cargo de ellos, los abuelos se responsabilizan. “En otros
casos sólo existe la figura materna y no el papá. No hay una educación
correcta”, comenta.
“Definitivamente”, dice José Julián Vázquez, subprocurador de Pronnif
en La Laguna, sobre la relación que pudiera existir entre los menores que nadie
cuida y el aumento en delitos y consumos de alcohol y drogas.
Comenta que los padres tratan
de justificarse. “Soy mamá y papá a la vez, tengo que trabajar”, argumentan.
Para Vázquez no es justificante, pero sí refleja el fenómeno de los niños que
no cuidan sus padres.
“Hay mucha incidencia de
padres que no aportan los alimentos, que están separados”, añade el
subprocurador de la Pronnif.
Graciela Caballero menciona
que detectan en los jóvenes una figura paterna muy devaluada, descuidada, por
lo que se busca que los jóvenes adquieran valores, aumenten su autoestima y se
reintegren a la familia.
Blanca Pérez dice que hay
menores que quieren adoptar la figura paterna y tomar una responsabilidad que
no les corresponde. “Empiezan a ser agresivos, a reclamarle a la mamá, se hacen
aprehensivos, como sobreproteger a los hermanos, es una figura que atienden”,
añade.
“Eso crea violencia dentro de
la misma familia, adoptar un rol que no le corresponden”, explica Graciela.
Las funcionarias de Seguridad
Pública aseguran que esa figura ausente es por cuestión laboral y no por temas
de violencia. Pero los datos de homicidios dolosos podrían contrapuntear esa
hipótesis: según cifras del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y
Geografía), de 2006 a 2016, asesinaron a mil 434 personas que eran casadas en
Coahuila, lo que podría suponer que muchas familias fueron desbaratadas por la
violencia. Además, mil 011 personas asesinadas vivían en unión libre y 238
estaban separadas o divorciadas, según el mismo Inegi.
*****
FAMILIAS EN RIESGO
* De 150 a 200 reportes recibe la Pronnif en La Laguna
cada mes por supuesta omisión de cuidados.
* 8 de cada 10 reportes están relacionados con
familias disfuncionales.
* 218 jóvenes han sido canalizados por la Policía de
Torreón al DIF por posible omisión de cuidados en el año.
* 46 menores fueron retirados de sus padres por
omisión de cuidados en el año.
* 6 de cada 10 menores detenidos son atendidos y
cuidados por abuelos, estima la Unidad de Menores Infractores de la Policía de
Torreón.
(VANGUARDIA / FRANCISCO RODRIGUEZ/ SÁBADO, DICIEMBRE
16, 2017 - 20:49)
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