sábado, 1 de julio de 2017

ARRENDAMIENTO DE EL PATAS CONTEMPLA PAGAR 202 MDP, CON ELLO SE COMPRARÍAN 164 CAMIONES DE BASURA


Juan Manuel Gastélum Buenrostro, presidente municipal de Tijuana, no puso su firma ni su nombre en el contrato de arrendamiento que comprometió más de 79 millones de pesos de las arcas municipales para rentar camiones de basura. Lo hicieron sus empleados.

El 8 de junio de 2017, por medio de un “Comité de Información” encabezado por la síndico procuradora Ana Marcela Guzmán, el propio alcalde, el secretario del Ayuntamiento, Raúl Felipe Luévano y el regidor Arnulfo Guerrero, declararon “con carácter reservado” el multimillonario contrato que firmó el Ayuntamiento con la empresa Turbofin para el arrendamiento de camiones de basura, justificando que se debe manejar con “secrecía y sigilo” ante una investigación en curso, sin pronunciar cuál o de qué índole.

ZETA ha tenido acceso y posee una copia del contrato, el cual fue entregado a tres despachos de abogados que concluyeron de manera similar: el documento posee irregularidades en perjuicio del Ayuntamiento de Tijuana, y es ventajoso para la empresa de relativa reciente creación y poca experiencia.

Además, los abogados consultados por este Semanario advirtieron en el documento actos que pudieran configurar responsabilidades administrativas o incluso penales, hablando del delito de desvío de recursos públicos.

El contrato, solicitado por ciudadanos y regidores a los que se les ha negado, es revelador. Por ejemplo, porque Turbofin, la empresa beneficiada por medio de una adjudicación directa, no solo tiene ya prácticamente 79 millones de pesos por parte del Gobierno, sino que podrá renovar el contrato por lo que resta del trienio panista, embolsándose 202 millones 456 mil pesos.


O cosa peor: Turbofin recibió 26 millones 190 mil pesos por adelantado sin proporcionar un solo camión al Ayuntamiento, más otro pago de 5.8 millones de pesos. Con ese dinero alcanzaba para comprar 20 vehículos idénticos a los rentados (a razón de 1.2 millones de pesos por cada uno, con capacidad de seis toneladas).

Pero la administración municipal estableció 30 días después del pago y la firma del contrato para que la empresa hiciera entrega únicamente de 10 de las 40 unidades con las que está comprometida.

Estos movimientos -absurdos, para los abogados consultados- están respaldados en papel por el contrato firmado por la administración de Gastélum y la empresa, en la que se relaciona a Jaime Rogozinski, pero elaborado por el consejero jurídico, Leonardo Martínez Delgado.



Rogozinski, hijo de Jacques Rogozinski Schtulman, director general de Nacional Financiera, negó en una carta dirigida a Revista Proceso ser el propietario de Turbofin y haber participado en un proceso de contratación en Tijuana, como anteriormente había aceptado Gastélum.

Según su versión, “prestó sus servicios” únicamente a la empresa, la cual dejó de laborar en marzo, cuando se firmó el contrato con el Ayuntamiento.


(SEMANARIO ZETA/ Destacados /  Isaí Lara  Bermúdez/Viernes, 30 Junio, 2017 06:18 PM)

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