Fotos: Antonio Cervantes
“Mis compañeros estaban jugando cartas,
pero escuché ¡auxilio! Dormía arriba de la camioneta por los cangrejos, me
quedé jetón y ya me hablaron como a la una, y lo mismo otra vez, wey; lo que a
mí me conmueve es por qué la palabra auxilio, y con eco pues, con eco como cuando
estas encerrado en algo”, dijo el vigilante que resguardaba “Mariano Pérez X”,
embarcación pesquera que sigue encallada en Cabo Pulmo, de la cual aún falta
por encontrar el paradero del quinto tripulante
La noche del domingo 4 de septiembre fue
la última vez que se supo del “Mariano Pérez X”. A eso de las ocho de la noche, el propio
Capitán de Puerto de Cabo San Lucas, municipio de Los Cabos, Vicente Arturo
Martínez Morales, aseguró que “tuvieron comunicación con nosotros. Esto se dio
el día domingo 4, alrededor de las 20:00 horas”.
Lo último que supieron fue
que la embarcación camaronera naufragó en el Parque Nacional Cabo Pulmo.
Se estima que “a primeras
horas del lunes (5 de septiembre) tuvimos un registro en la armada, al parecer
se trataba del ‘Mariano Pérez X’, y sí, así fue.
Desde entonces hemos tratado
de rescatar los restos del barco, y sobre todo encontrar los restos de los
tripulantes; a dos semanas, te puedo decir que la búsqueda del último pescador
cesó en el mar, creemos que está dentro del barco”, dijo un elemento de la
Marina Armada de México.
Sin embargo, los esfuerzos
hasta el momento han sido en vano, al menos han sido cuatro intentos y no han
conseguido nada.
La empresa Recuperadora
Marítima de Mazatlán es la encargada de llevar a cabo el intento de rescate,
está contratada por Pesca Integral de Altamar, S.A. de C.V., propietaria del
“Mariano Pérez X”.
Cuerpo de uno de los tripulantes del
Mariano Pérez X rescatado en Las Barrancas
“Van cuatro personas que se
encuentran y falta uno, y pensamos que está dentro del barco, ya tiene bastante
tiempo y la aseguradora no se ha movido como se tenía que mover, el grupo de
rescate que tienen viene de Sinaloa y no saben lo que están haciendo, se les
han quebrado en tres o cuatro ocasiones los cables, y cualquier cosa se deben
ir hasta Mazatlán porque no tienen equipo, no son de aquí y no quieren rentar,
entonces se están tardando mucho tiempo”, lamentó José Luis Murrieta Rosas,
presidente del Comité de Vigilancia Cabo Pulmo.
Por otro lado, “estamos en
busca de un remolcador particularmente, y ni los dueños ni la aseguradora se
quieren hacer responsables de los costos, ellos no pueden y no dejan que
alguien más lo haga, el problema es que a nosotros no nos alcanza para los
costos del diésel y la renta”, afirmó Abraham Humberto García Sánchez, hermano
de Carlos Alberto García Sánchez, el único marino que falta encontrar.
Y es que los intentos se han
realizado utilizando cables de acero, y por la cercanía con la playa,
instalaron una estructura que les ayude a jalar la embarcación y darle vuelta,
pero es ahí donde la familia entró a solicitarles que dejen que otros expertos
intervengan, ya que la remolcadora que menciona el hermano de la presunta
víctima, refiere que expertos consultados le señalaron que con la remolcadora
pudiera llevarse a aguas más profundas y facilitar las maniobras con el
“Mariano Pérez X”.
Pero las peticiones y
sugerencias han sido en vano, tanto la empresa, las autoridades de Marina
Mercante y Secretaría de Marina, han pasado por alto cualquiera de éstas, para
un investigador consultado, y respecto al rescate, “no es posible que había
tecnología, capacitación, equipo, buena voluntad de pescadores, autoridades
ambientales, Marina Mercante, Fuerzas Armadas, y que a 24 días no lo puedan sacar,
y si estaba vivo es una mayor tragedia. Definitivamente es una falta de
capacidad de Marina Mercante y militares”.
El investigador comentó algo
que ya es un secreto a voces, pues pasó de ser una simple especulación a
convertirse en una opción que no ha sido descartada.
Hay dos puntos importantes,
de entrada, desde el inicio se hablaba de negligencia de parte de Capitanía de
Puerto, en el cual pudieran estar implicados Vicente Arturo Martínez Morales,
Capitán de Puerto en Cabo San Lucas, en quien caería totalmente la
responsabilidad de la negativa de mandar al “Mariano Pérez X” a otro puerto,
siendo de inicio, una mala decisión e ir en contra de la propia Ley de
Navegación y Marítimos de Comercio, que en el Capítulo II, de arribos y
despacho de embarcaciones, establece en su Artículo 45, “se considera como un
arribo forzoso la que se efectúe por mandato de ley, caso fortuito o fuerza
mayor en lugares distintos al previsto en el despacho de salida”, siendo el
huracán “Newton” un caso de fuerza mayor
que obligue a las autoridades a solicitar y exigir que la embarcación atraque.
Además, se considera “a
Francisco Lucero, Capitán de Puerto de San José del Cabo, él estaba de guardia
en la temporada de huracanes, o solo presta sus servicios a la Marina de Sánchez
Navarro, pero no se hubiera tratado de un embarcación extranjera, hacen lo
posible por rescatarlo”, dijo un miembro de la comunidad marítima en Los
Cabos.
LA TRAGEDIA
La segunda situación que
nadie descarta es la posibilidad de que Alberto García Sánchez, el último de
los tripulantes y que no ha sido localizado y cuya búsqueda en el mar cesó para
concentrarse en la embarcación, pudo seguir con vida días después del
naufragio.
En una conversación con uno
de los vigilantes, hablando de todas las personas que durmieron cerca de la
embarcación en los primeros días, sale a relucir la plática entre uno de los
pescadores y uno de estos vigilantes, por la tarde, en la playa Las Barracas,
punto donde encalló el “Mariano Pérez X”.
El diálogo, celebrado el 9 de
septiembre, cuatro días después del accidente, inició con el problema que se
presentó, de ahí se abordó lo que pudiera ser el testimonio de la máxima
tragedia en el mar de Baja California Sur.
Aquí un extracto de la
conversación:
Pescador: Entonces dice que
¿fue como a las dos?
Vigilante: Sí, carnal, como a la una y media o
dos.
Pescador: Y ¿sí se oían los
gritos?
Vigilante: Sí, “¡auxilio!”, pero lo que a mí me conmovió,
es que si fuera un espanto no me gritaría así, fueron como tres, porque la
primera yo me dormí como a las ocho, a
las nueve me dormí porque me puse a ver un video. Mis compañeros estaban
jugando cartas, pero escuché “¡auxilio!”.
Dormía arriba de la camioneta
por los cangrejos, me quedé jetón y ya me hablaron como a la una, y lo mismo
otra vez, wey, lo que a mí conmueve es por qué la palabra ‘auxilio’ y con eco
pues, con eco como cuando estás encerrado en algo, como si estuvieras debajo de
algo, así lo escuché.
Se lo platiqué en la mañana a
mi jefe, y me dijo que “a lo mejor, no hay que descartar que haya ahí alguien
vivo, o igual también puede ser que estén espantando”.
Carlos Alberto García
Sánchez, de 41 años.
Pescador: Tiene poco tiempo, todavía tiene chanza, pues,
es lo que estábamos platicando en la mañana.
Vigilante: En Cozumel, pasó igual un
barco, un velero, nueve días y lo rescatamos, ya todos deshidratados pero los
rescatamos, estaba volteado, pero ahí estaba adentro. Puede ser, nos
descartemos que siga alguien vivo.
Pescador: Sí, porque tiene pocos días,
martes, miércoles, jueves, viernes y hoy domingo, cinco.
Vigilante: Lo que pasa
es que el barco está estancado, al barco no le entra agua ahí, y sí le puede
entrar, pero no mucho.
Pescador: Aparte le avienta aire, pues.
Además de éstas personas que
escucharon los gritos, existen muchas versiones de otros testigos que lo
escucharon gritar, por la soledad de la noche, el ruido de las olas, afirman
que no puede ser que alguien haya gritado “auxilio” cerca del lugar, todo lo
atribuyen a gritos directos desde las entrañas del “Mariano Pérez X”.
Desde la perspectiva de
testigos que han dado seguimiento a este suceso, es clara la opinión de todos
los que han dado fe del evento, es una “falta de atención, de pronto lo dejaron
por la paz, mucho se dijo que era una tragedia, protestas, y ahora nada.
Todo mundo se proclamó
indignado y ahora nadie reclama, solo la familia”, dijo el investigador
consultado. Pero la indignación ha cobrado una factura muy cara en la confianza
de todos, el pescador que entregó la grabación lamentó que “si esa persona estuvo
viva todo ese tiempo, es la mayor tragedia que recuerdo, estando el barco a
solo 15 metros de la orilla”, mientras los rescates han sido fallidos.
Lo peor es que nadie movió un
dedo para confirmar si efectivamente los gritos se desprendían del “Mariano
Pérez X”, pese a la urgencia de salvar una vida, tratándose de que Alberto
García siguiera vivo al cuarto día del naufragio, fue totalmente una omisión el
no reaccionar de inmediato, y dejar de lado todo protocolo de competencia por
rescatar al último de los pescadores con vida.
“Fue solamente en una ocasión
que se escuchó en la noche, no se pudo confirmar si los gritos eran de dentro o
de fuera, aun con esa información no hizo que nadie se moviera para acezar al
barco, ya sea por buceo o cualquier otro medio, simplemente lo vieron como un
evento, se quedaron con los brazos cruzados”, dijo a ZETA el hermano del
desaparecido.
UNA CADENA DE MALAS DECISIONES
Ante las malas decisiones que
se tomaron desde inicio, en primera de Efrén Elenes, capitán del barco
camaronero, al salir al mar con mal tiempo enfrente, segunda, de los capitanes
de puerto en Los Cabos, y en tercera la más grave, que nadie haya tomado la
batuta para intentar averiguar si el marino faltante se encontraba en el
interior, y lo que es peor, con la presunción de que se escucharon gritos al
interior.
“Como marinos que somos
todos, debemos exigir a las autoridades respuestas, y si hay autoridades que se
deslinden responsabilidades y que sean señalados.
Ha sido una tragedia de malas
decisiones, todos tomaron malas decisiones, el capitán tomó una mala decisión
de seguir cuando había mal tiempo, y la otra es una mala decisión de las
autoridades al no obligarlo a atracar y pedirle que se fuera a al otro puerto”,
consideró uno de los pescadores, residente de la zona de la Ribera en Los
Cabos.
Abraham Humberto García
Sánchez, hermano del pescador faltante, dio a conocer que el recorrido ha sido
difícil, de vivir en Ensenada, Baja California, tuvieron que trasladarse de
inmediato al lugar, conforme han pasado las semanas se han turnado entre los
familiares, actualmente se encuentra en el Norte, pero una de sus hermanas
están en el sitio, haciendo guardia para poder comprobar si están los restos de
Alberto.
Pero por lo empantanado del
caso y sobre todo lo sospechoso con que ocurrió, investigarán a detalle.
“Según lo que estuvimos
investigando, se le negó el acceso al puerto de Los Cabos a la embarcación, y
se mandó hasta el de La Paz y en el trayecto fue donde ocurrió el accidente.
Estamos buscando un responsable
para exigir una explicación, necesitamos un responsable que dé la cara, porque
están diciendo que nunca recibieron una llamada de auxilio, sino que supieron,
incluso hay una versión de que nunca hubo comunicación, la grabación con
Capitanía de Puerto, la grabación resulta que está perdida y no la encuentran,
se nos hace muy sospechosa”, lanzó.
Para conocer el estado en que
fueron localizados los restos de su hermano, en caso de que aparezca una vez el
rescate del barco, ya tienen algunas determinaciones:
¿Cómo van a actuar en cuanto
el dictamen médico informe que estaba vivo y realmente haya sido una
negligencia?
Abraham Humberto García
Sánchez, hermano del pescador faltante, señala que están dispuestos a llegar a
las últimas consecuencias y pide se deslinde responsabilidades
“Yo creo que vamos a llegar
hasta últimas consecuencias, si es necesario hacer una demanda y buscar un
responsable, se va a escuchar fuerte, pero que pague por esa situación, es
increíble que pasando una semana de que se haya volteado, los buzos no pudieran
entrar o no querían entrar en realidad, a pesar de que ya habían escuchado
esto”, refiriéndose a los gritos de auxilio desde el interior del navío.
La familia se siente golpeada
y desamparada ante la poca actividad que se tiene, ya son 24 días al cierre de
esta edición y solo estaba a punto de llevarse a cabo un nuevo intento.
Abraham, hermano de Carlos
Alberto García Sánchez, lamenta que su familiar no aparece; no hay mucho que
hacer, pero si se trata de presionar, la familia ha tocado un sinnúmero de
puertas, incluso las de este Semanario para conducir a las autoridades y la
propia empresa a darles tranquilidad.
“Es de desesperación, hasta
cierto grado ya cansancio, porque ya van varios días desde que ocurrió el
accidente y no hemos sabido nada, y el problema es que la situación del barco
está estancada, no se ha movido nada, ya queremos una respuesta, ya queremos
saber algo de mi hermano”, finalizó.
Los cinco tripulantes del “Mariano Pérez X”
fueron Esteban Inzunza Valenzuela, de Boca del Río, Veracruz; Miguel Salgado,
de Sonora; Efrén Elenes, de San Antonio, Guasave, Sinaloa y capitán del barco;
Julio César Inzunza Godínez, de Mazatlán, Sinaloa; y Carlos Alberto García
Sánchez, de Ensenada, Baja California, al cierre de esta edición, aún en
calidad de desaparecido.
EL IMPACTO
Mientras la empresa y
autoridades llevan los trabajos con toda
pereza, aparte de la familia existe una afectación silenciosa y que poco
a poco se ha hecho presente, gracias a la denuncia de los residentes del lugar,
más que de las autoridades, pues éstas han proclamado:
“Hemos buceado y no se ha
encontrado impacto alguno, las cabezas de coral están en buen estado, no se
encontraron derrames de combustible, debe de contenerlos aún el barco”, expresó
personal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
Incluso la propia
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), encargada de velar y
vigilar que no se produzca impacto alguno en la zona, emitió su versión sobre
el nulo impacto de la embarcación al Área Natural Protegida (ANP):
“Se llevó a cabo una primera
revisión del ecosistema marino por buzos de esta Delegación, sin apreciar
impactos negativos que pudieran ser de consideración, pues el naufragio y
varamiento del barco se presentó en una zona del Parque Nacional donde no
existen formaciones coralinas, encallando sobre un banco de arena. La playa se
ubica con respecto a la embarcación a una distancia aproximada de 15 metros, y
tras su revisión no se observó rastro alguno de combustible, ni daños a este
elemento del ecosistema”.
Precisamente el presidente
del Comité de Vigilancia, José Luis Murrieta Rosas, manifestó que desde el
naufragio la embarcación ha generado graves daños a la zona, el primero fue el
derrame de combustible que se estima, de inicio, unos 40 mil litros de diésel,
que se desconoce si continuaban en la embarcación, lo único que se sabe es que
“el barco afectó mucho en el área, se volteó justamente frente a Cabo Pulmo,
está en el área de los arrecifes coralinos, dejaron varias cosas en el fondo
marino, inclusive le cayeron varias cosas pesadas a las cabezas de coral y
después de encalló en el área de Las Barracas, que está en la arena, pero ahí
mismo en la arena derramó mucho diésel”.
Foto: Cortesía/Jose Luis Murrieta Rosas,
presidente del Comite de Vigilancia en Cabo Pulmo
De buenas a primeras, lo que
se ve desde afuera es el impacto que generó en la playa, donde se estima, es
zona de anidación de tortugas marinas, allí se encuentra maquinaria pesada
realizando trabajos para llevar a cabo el rescate fallido. Por otro lado,
también se habla de basura en el fondo marino, lo cual, argumentan, es
responsabilidad de la compañía.
“Aun así tiene muchas cosas
que está dañando el ecosistema, ahí donde encalló está el anidamiento de
caguama, de tortuga marina, y ahorita es la temporada de tortuga marina,
ahorita están llegando y es la zona donde hay mayor anidación en el Parque
Nacional de Cabo Pulmo, sin embargo, el delegado de PROFEPA dice que no pasó
nada; sí pasó, cómo no”, aseveró Murrieta Rosas.
De acuerdo con el material
exclusivo obtenido por ZETA, se pueden apreciar restos de la embarcación que
yacen en el fondo marino, algunas estructuras metálicas que cayeron, cajones de
lámina muy pesados que se hundieron y golpearon al coral, entre otros.
Esto fue constatado porque
personal del Comité de Vigilancia del lugar buceó en la zona y dio cuenta del
daño provocado por el naufragio.
Mientras autoridades afirman
que no hay daño ecológico, las imágenes son concretas y evidencian que los
restos del “Mariano Pérez X” en efecto impactaron la zona y corresponde a las
autoridades sancionar a la empresa.
“Yo le estoy haciendo una
denuncia pública para que vea que sí hay (daño), yo le demuestro que desde que
llegó el naufragio hemos estado pendientes, ya buceamos en los arrecifes,
estamos al pendiente de la playa también porque monitoreamos la tortuga marina
también”, finalizó José Luis Murrieta.
(SEMANARIO ZETA/ Reportajez BCS /Antonio Cervantes
/Martes, 4 octubre, 2016 12:15 PM)
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