Imagen del helicóptero derribado.
Uno de los últimos líderes de
los Templarios, Ignacio Rentería, El Cenizo, fue aprehendido por la Marina y la
Policía Federal el pasado 6 de febrero.
Sobre las ruinas humeantes de
lo que un día fue el imperio Templario, y contra un telón de fondo de
asesinatos, secuestros, extorsiones, tráfico de droga y contrabando, se levanta
ahora el nuevo grupo hegemónico de Michoacán.
Se le conoce como El H3,
igual que al vehículo todo terreno que fabrica la Hummer. Algunos le llaman La
Hermandad.
Las autoridades afirman que
miembros de esta organización derribaron el pasado 6 de septiembre un
helicóptero de la Procuraduría de Michoacán. La aeronave fue abatida con un
fusil Barrett calibre 50. Se desplomó envuelta en llamas.
En ese infierno murieron el
piloto y tres agentes. Una policía que también iba a bordo sobrevivió unas
horas. Los médicos no lograron salvarla.
Los integrantes de El H3
aprovecharon la estrategia de apoyo a las “autodefensas” que el gobierno
federal y su comisionado, Alfredo Castillo, impusieron en Michoacán. Todos
ellos eran miembros de organizaciones criminales que infiltraron a las policías
comunitarias y muchas veces llegaron a ocupar puestos de liderazgo dentro de
éstas. Provenían de la Familia Michoacana, el Cártel Jalisco Nueva Generación,
los Viagras y los Zetas. Algunos de ellos eran incluso Templarios que
terminaron traicionando a esta organización.
Según un reporte de
inteligencia federal consultado por el columnista, El H3 es creación, entre
otras personas, de Luis Antonio Torres González, El Americano.
En marzo de 2014, El
Americano acusó al entonces líder de las “autodefensas”, Hipólito Mora, de
haber ordenado el asesinato de uno de los fundadores de las policías
comunitarias, Rafael Sánchez, El Pollo, y de su acompañante, José Luis Torres,
alias Nino Torres (cuyos cuerpos aparecieron semicarbonizados en una brecha de
Buenavista Tomatlán). Cuando Mora fue detenido, El Americano tomó su puesto.
El documento elaborado por
autoridades federales indica que entre los líderes y jefes regionales de La
Hermandad se encuentra el empresario Miguel Ángel Gallegos Godoy, alias
Migueladas, ex integrante de Los Caballeros Templarios, quien “aportó gran
cantidad de recursos económicos a las ‘autodefensas’”.
El jefe de plaza en
Buenavista y Pizándaro, según el reporte, es Rodolfo Sierra Santana, ex miembro
del grupo de Los Viagras, y a quien apodan El Rodo o El Barbón.
Mariano Sierra Santana, alias
El Pirata o El Negro, es otro de los comandantes regionales de El H3. “Tiene
una cicatriz en el rostro, razón por la que usa lentes y se cubre la cara con
un paliacate”, sostiene el documento.
En la lista figuran también
Antonio Méndez Vargas, Don Toño, hermano de El Chango Méndez, el ex líder de La
Familia Michoacana que fue aprehendido a principios de 2013; Carlos Sierra
Santana, El Viagra, jefe de plaza en Apatzingán con vínculos con el Cártel
Jalisco Nueva Generación; Alberto Gutiérrez, El Tragabalas, jefe de plaza en
Parácuaro, así como Sergio Huerta Tena, El Pollo, y Gabino Barrera Estrada,
jefes de la Huacana y Churumuco.
La Hermandad tiene líderes en
Nueva Italia, Lombardía, La Ruana, Zamora y Uruapan.
Según el reporte de
inteligencia entre su círculo de protección política aseguran el diputado
priísta Fernando Rosales Reyes; el presidente municipal de Múgica, Casimiro
Quezada Casillas, así como Luis Torres Chávez, el edil de Buenavista que fue
expulsado de ese municipio en 2013, bajo el cargo de tener nexos con Los
Templarios, y que regresó a sus funciones un año después, apoyado, informa el
documento, por los líderes de El H3.
El reporte señala también que
La Hermandad es protegida por un elemento de la Policía Federal identificado
como El Comandante Marlboro. La historia se repite. De la atomización provocada
por la guerra contra las drogas surge una organización hecha de pedacería
criminal, cuyo poder le permite retar al Estado con fusiles que derriban
aeronaves: decenas de miles de muertos, miles de narcotraficantes detenidos,
millones de ciudadanos afectados. Y estamos otra vez como al principio.
Nota: En respuesta a mi
columna de ayer (Antes de ser asesinada Mónica Madrigal buscó cita con Ruiz
Esparza), el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza,
me hace llegar una carta en la que niega que Madrigal le haya pedido cita, y en
la que me solicita “atentamente evitar este tipo de comentarios” y que puede
leer al final de este texto.
(EL DEBATE/ Héctor De Mauleón/10 DE
SEPTIEMBRE 2016)
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