CIUDAD DE MPEXICO (apro).-
México se ha convertido en el muro y “deportador en jefe” de migrantes que
algunos políticos están pidiendo, acusa un artículo de Mary Speck publicado en
Los Ángeles Times.
Sólo el año pasado, dice,
México deportó 166 mil indocumentados, entre ellos 30 mil niños, y la cifra
total significa más del doble de los que deportó Estados Unidos en el mismo
lapso.
“Al detener y deportar
migrantes, México se ha convertido en el ‘muro’ que ciertos políticos están pidiendo,
lo que desde luego, no resuelve los problemas subyacentes”, consideró Speck,
autora del texto y analista del Grupo Crisis Internacional, quien califica a
México como el “deportador en jefe”.
Speck afirma en su artículo
que con las políticas adoptadas por el gobierno del presidente Enrique Peña
Nieto, México se ha convertido en el “amortiguador” entre Estados Unidos y el
Triángulo del Norte de Centroamérica, permeada por la violencia de pandillas,
la corrupción y la pobreza endémica que impulsa a cientos de miles a abandonar
sus hogares cada año.
“Durante la última década,
los homicidios en Guatemala, Honduras y El Salvador son una espiral fuera de
control, acercándose a un nivel de derramamiento de sangre no visto desde los
conflictos armados de la década de 1980.
“Las pandillas dominan las
principales ciudades y muchos poblados, lo que obligó, incluso a los más
pobres, a pagar extorsiones. Lo más escalofriante para las familias es el
reclutamiento forzado de niños y niñas. Decir ‘no’ a las bandas criminales,
dicen los refugiados entrevistados a lo largo de la frontera, significa una
sentencia de muerte”, relata Speck.
Y añade que aún después de
salir, los peligros no terminan ya que en México los migrantes son “víctimas
perfectas” y es poco probable que denuncien delitos contra ellos por temor a
las mismas autoridades.
“La migración irregular,
además del desplazamiento forzado, alimentan al crimen organizado y a la
corrupción”, afirma la analista, ya que los migrantes deben pagar a las personas
que se encargan de cruzarlos en la frontera con Estados Unidos.
“Ahora dependen de las redes
que cobran miles de dólares para asegurar su paso seguro a través de
territorios controlados por varios jefes criminales, mientras que esos pagan a
funcionarios para que miren hacia otro lado”, acusa.
Speck destaca que líderes
regionales han reconocido que la salida masiva de centroamericanos va más allá
de la migración promedio por lo que Estados Unidos ha acordado expandir sus
esfuerzos para admitir refugiados directamente de la región para que eviten “el
largo y peligroso” viaje al norte.
MÉXICO, PAÍS DE DESTINO
La analista destaca también
que México ya no es sólo país de tránsito, sino también de destino.
“Las solicitudes para el
reconocimiento de refugiados se han duplicado constriñendo la capacidad de
México para procesarlas de forma justa y eficiente”. Y destaca que “a pesar de
que la comisión de refugio está ofreciendo asilo a una gran proporción de
solicitantes, los números aún representan una pequeña fracción de aquellos que
necesitan protección”.
Por ello propuso que los
gobiernos centroamericanos aborden a largo plazo las deficiencias económicas e
institucionales que convierten a los jóvenes en gánsteres, y poner fin a la
impunidad de los líderes criminales y funcionarios corruptos.
En el plazo inmediato, añade,
Estados Unidos debe ayudar a su socio mexicano para detener el ciclo de
expulsión- remigración, proporcionando los recursos necesarios para ayudar a
los solicitantes de asilo y luego reubicarlos, donde puedan tener vidas
productivas.
(PROCESO/ LA REDACCIÓN / 2 AGOSTO, 2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario