FOTOS: cortesia
Colonias como Ladrillera, Esterito,
Agustín Olachea, Navarro Rubio, Pedregal de Cortez y Ciudad del Cielo, son
escenario de la sangrienta batalla entre “Los Mayitos” y “Los Dámaso”, tras la
ejecución de Luis Antonio Montoya Beltrán
Desde la ejecución de Luis
Antonio Montoya Beltrán alias “El Montoya”, “El Artista” o “Don Carlos”,
ocurrida el jueves 5 de mayo, las células del crimen organizado de “Los
Mayitos” y “Los Dámaso” entraron en disputa por la plaza del narcomenudeo en La
Paz.
Específicamente en la zona
que comprende colonias como Ladrillera, Esterito, Agustín Olachea, Navarro
Rubio, Pedregal del Cortez, Ciudad del Cielo, entre otras. Montoya Beltrán,
quien encabezó a “Los Mayitos”, fue ejecutado supuestamente al ser puesto por
agentes estatales, días después de que aparecieran mantas exigiendo a “Sangar
(sic) y Viviano. Tienen 5 días para entregar los 5 millones por limpiar la
plaza traidores hijos de su puta madre contesten los blackberry ratas
traidoras… CDS”.
Policias solo son espectadores
de la lucha por el control de colonias como El Esterito, Agustin olachea, La
Ladrillera, Navarro Rubio y Ciudad del Cielo 2
Samgar Salvador Gómez Reyes, ex
subprocurador de Investigaciones Especiales de la Procuraduría General de
Justicia del Estado (PGJE) fue muerto a tiros el 29 de junio de este año en las
calles Airapi y Puesta del Sol en la colonia Guaycura, cuando se dirigía a casa
de sus padres; en tanto a Bibiano Rigoberto Burgoing García, ex encargado de
despacho de la Policía Ministerial del Estado, se le ha visto en La Paz, pero
sale constantemente de la ciudad.
El 13 de mayo, un comando
armado presuntamente de “Los Dámaso” armó un atentado en contra del Comandante
General de la Policía Estatal, Luis Alejandro Osorio Álvarez, en el cual
resultó herido con tres impactos de bala, pero sobrevivió.
Tras esta serie de
acontecimientos, aún no son esclarecidos por las autoridades, se ha desatado
una guerra interna en la zona de control de la plaza que dejó Montoya Beltrán.
Por un lado, pelea gente del propio ex líder, tratando de controlar el lugar, y
por el otro “Los Dámaso”, en su lucha por entrar al narcomenudeo hacia el norte
de la ciudad.
El resultado ha sido una
serie de eventos desafortunados para los colonos, quienes han atestiguado
homicidios al estilo del crimen organizado, incendios extrañamente provocados
en viviendas y vehículos, así como amenazas a ciudadanos de la localidad.
LOS ATENTADOS
Luego de la ejecución de “El
Montoya”, sobrevino la muerte del narcomenudista Édgar Villanueva Sarquín el 23
de mayo. Villanueva era originario de La Paz y contaba con 34 años de edad;
según información, un comando armado se aproximó contra el joven en las calles
Revolución entre Salvatierra y Torre Iglesias de la colonia Esterito y disparó
en varias ocasiones. Incluso la unidad paramédica que acudió en su auxilio lo
encontró con vida, pero falleció al poco tiempo.
Edgar Villanueva Sarquín ejecutado el 23 de
mayo, el primero tras la muerte de El Montoya
La madrugada del 17 de junio, en
plena zona hotelera donde culmina el Malecón de La Paz -salida a Pichilingue-,
fue encontrado sin vida, a mitad de la calle, Carlos Adán Cervera alias “El
Gorras”, de 25 años. Registró diversas detenciones por posesión de
estupefacientes.
El mismo día y con relación a
ese atentado, Erasmo Palemón Alamilla Villeda, procurador de Justicia del
Estado, dio a conocer que se abrió “una carpeta de investigación por el delito
de homicidio doloso.
En éste, como en todos los
hechos que la Ley califica como delitos, la institución realiza las pesquisas
correspondientes que lleven al esclarecimiento de los actos delictuosos”; sin
embargo, en el primer semestre de 2016, la Procuraduría General de Justicia del
Estado únicamente ha logrado detener y vincular a un sicario de entre los 49
crímenes registrados en ese periodo de tiempo.
El lunes 20 de junio, los
cuerpos de rescate fueron movilizados a la colonia Agustín Olachea, en las
calles Monterrey y México, donde dos vehículos y una vivienda ardieron en
llamas.
Algunos testigos informaron
que un grupo de personas le prendieron fuego y se fueron del lugar; sufrieron
pérdida total un vehículo Volkswagen 2016 y de un camión de volteo para el
transporte de materiales para construcción.
Mientras que la vivienda
presentó severos daños en su estructura. Según reportes iniciales, el inmueble
pertenece a los hermanos César y Cruz López López, ambos con antecedentes por
distribución de estupefacientes.
El 4 de julio fue detenido
Mario Alberto Ríos Flores, de 30 años de edad, por disparar en contra de su pareja
sentimental con un arma calibre 22; la mujer resultó con un disparo en la
pierna y, acorde con información recabada, él cuenta con tres detenciones por
parte de la Policía Estatal Preventiva por delitos contra la salud, así como
tres ingresos al Centro de Reinserción Social (CERESO) de La Paz, dos en 2013 y
una más en 2015. Jonathan Omar Juárez Mora alias “El John”, de 25 años de edad,
originario de La Paz, fue ejecutado el 15 de julio por seis impactos de bala
calibre 5.56, pertenecientes a un arma larga (R-15, M4 o M16). Según fuentes
policiales, el fallecido contaba con registro de antecedentes en Plataforma
México.
El 20 de julio, otro incendio
de una vivienda se presentó en las calles Campeche e Isabel la Católica en la
colonia Ciudad del Cielo, siendo afectadas dos viviendas y un cuarto, “donde se
presume sea un picadero y venta de droga”, informó uno de los testigos.
El Frank herido gravemente en
la colonia La Ladrillera, el ultimo herido al cierre de esta edición por el
control de la plaza que dejó libre El Montoya
Días después, el miércoles 19
de julio, Francisco Javier Agüero Miranda alias “El Frank”, de 41 años de edad,
fue agredido a tiros mientras conducía una motocicleta de color rojo.
Versiones afirman que el
hombre fue embestido por un automóvil tipo Sentra de color gris y de modelo
reciente, enseguida los sicarios descendieron del vehículo y dispararon en
repetidas ocasiones, mientras “El Frank” quedó tendido en el lugar. Lo dieron
por muerto.
Sin embargo, a unas cuadras
más adelante fue hallado por “amigos” en pie y gravemente lesionado, quienes lo
subieron a la unidad para su traslado al hospital “Juan María de Salvatierra”.
Al cierre de esta edición,
Agüero se encuentra internado con un pronóstico reservado, sólo se sabe,
delicado tras las lesiones de arma de fuego.
LOS ESTRAGOS DE LA NARCOGUERRA
Conforme a datos
extraoficiales, la Secretaría de Salud cuenta con informes de 18 personas
lesionadas por disparos de arma de fuego en lo que va de 2016, tres de éstas
del sexo femenino y 15 del masculino,
esto sólo en ingresos al hospital “Juan María de Salvatierra”.
“Es costoso el atender a un
paciente con trauma por proyectil de arma de fuego, al menos se usan seis
unidades de sangre para cada uno de ellos, lo grave es que nos estamos quedando
continuamente sin sangre cuando se intensifican los hechos en la ciudad”,
declaró un trabajador del nosocomio que, por obvias razones, pidió anonimato.
De acuerdo con las
estimaciones económicas que se tienen en la clínica, al ser internada una
persona lesionada por arma de fuego los gastos oscilan entre 80 mil pesos en
una persona con heridas menores y 400 mil pesos en casos más graves.
Según datos recabados en el
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los registros
municipales de lesionados contemplan 216 lesionados dolosos sin datos en Los
Cabos; 16 lesiones dolosas y 40 sin datos en Comondú; seis lesionados dolosos
en Loreto; 34 lesionados en Mulegé; y dos por arma de fuego, 48 con otros y 185
sin datos en La Paz.
Aunque el registro actual en
el hospital Salvatierra es de 18 lesionados por arma de fuego.
En un momento los empleados
del hospital temieron por su vida “ante una supuesta amenaza que se hizo cuando
estos eventos se presentaban continuamente”, confió personal del “Salvatierra”,
pero esa psicosis desapareció luego de un tiempo, incluso el propio Víctor
George Flores, titular de Salud en el Estado reconoció a ZETA que “se decía de
una supuesta amenaza, pero nunca hubo tal”.
Ejecutado en Terraplen Los
Cocos la madrugada del 17 de junio, el narcomenudista Carlos Adán Cervera alias
“El Gorras” de 25 años de edad, originario de La Paz
Las principales víctimas
en esta guerra del narco son sin duda las familias de los involucrados “que
nada tienen que ver”, refieren ciudadanos, algunos dejaron hijos pequeños,
esposas y padres desconsolados.
“Cuando vi esa imagen en un inicio, vi una persona
tirada, sentí algo horrible, un nudo en la garganta, un vacío enorme y después
vi la camioneta, no quería abrir la nota pero lo hice, dentro de mí había una
esperanza de que no fueras tú… Empecé a leer y mis ojos se llenaron de
lágrimas, no lo quería creer, no podías ser, cómo podía ser posible… Mi mundo
se derrumbó porque nunca había sentido una pérdida tan cercana, quieran o no, y
le guste a quien le guste, como tú decías: tenemos dos hijos que nos unen…
siempre estarás en nuestros corazones”, fue
el mensaje que quedó después de la pérdida de un cercano en los enfrentamientos
a balazos que se siguen presentando en La Paz.
En torno a estos hechos
violentos, comerciantes del Mercado Madero manifestaron a este Semanario:
“Son secretos a voces, a la
hora que encuentran a un hombre muerto o que los matan a balazos, nomás
escuchamos el nombre y decimos ‘andaba en malos pasos’, eso lo sabemos las
personas, y te aseguro que también los policías, (pero) ya que los matan hasta
salen que tenían investigaciones y todo”.
En esta afrenta, los taxistas que brindan servicio en zonas
donde se han suscitado balaceras, han advertido que no ingresarán muy adentro
de ciertas colonias.
“La verdad es puro trabajo,
aquí se suben personas de todos oficios, uno nomás ve y calla, la verdad ahorita voy entrando al turno de la noche. El
negocio está muy bajo, ayer la verdad pensé que estaría movido y la verdad no,
estuvo bien flojo, todo esto es por la desconfianza que hay en las calles; yo
ando en el centro, yo creo que ya la gente no se anima a salir en las noches si
no tiene carro seguro, o un amigo quien le dé ‘raite’”, compartió a ZETA don
Alberto, un trabajador del volante.
ESTRATEGIA NO FUNCIONA
En el primer semestre de 2016
se registraron 49 crímenes en Baja California Sur, de los implicados en estos
sucesos, sólo se ha logrado la detención de un sicario que resultó lesionado en
la balacera del viernes 13 de mayo contra el Comandante General de la Policía
Estatal; la PGJE dio a conocer el 3 de julio que en lo que va de la
administración de Carlos Mendoza Davis, se contabilizan “2 mil 180 operativos
de vigilancia, para dar cumplimiento a las diversas denuncias sobre la venta de
drogas al menudeo, y cumplimentar órdenes de aprehensión”, pero de los autores
materiales de las ejecuciones no se sabe algo, siguen en carpeta de
investigación.
Ejecución de Luis Antonio
Montoya Beltrán alias “El Montoya” o “Don Carlos” el pasado jueves 5 de mayo de
2016
Incluso no se ha podido determinar quién dio muerte a Víctor Manuel
Morales Zúñiga, de 31 años de edad y originario de Mazatlán, Sinaloa, empleado
externo de la empresa Caligas que murió supuestamente a causa de disparos de
agentes de seguridad.
Las armas utilizadas en ese
atentado están registradas y asignadas a agentes de seguridad, además del
registro de sólo tres policías estatales que ingresaron a la escena del crimen,
es decir, al punto donde yacía Víctor Manuel, entre ellos Cristian Alberto León
Aguilar, con antecedentes por agresión a ciudadanos y reporteros ante la
Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH); además de que se tiene el número
exacto de cartuchos percutidos (800 de calibre .223 y 60 de 9 milímetros), todos
disparados por armas inscritas ante la Secretaría de Seguridad Pública Estatal.
Álvaro de la Peña Angulo,
secretario general de Gobierno, dio a conocer que el estudio de las armas y los
agentes probables responsables tardaría “aproximadamente 30 días, no es
cualquier cosa, sobre todo debemos deslindar responsabilidades de manera muy
puntual”, pero reconoció que hubo “uso excesivo de la fuerza”, ya que “el uso
de las armas debe ser el último recurso que se tiene que usar en una acción
como ésta”.
A la fecha no se ha dado a
conocer el resultado oficial, ahora enfrentan la dificultad para detener a un
sicario, sólo se tienen los cartuchos percutidos y la víctima, haciéndolo una
tarea incompetente para los investigadores.
LAS OPINIONES
Ante los hechos aquí
descritos, se dictó un “combate frontal” que más allá de regresar la
tranquilidad a la población, parece funcionar sólo a través de números; la
percepción no cambia, ya que las ejecuciones han disminuido de un año a otro,
“evidentemente con ese dato duro podemos decir que sí, pero si le preguntas a
la ciudadanía, la percepción no es que estén disminuyendo, cuando aparentemente
queda una calma, nuevamente vuelven las ejecuciones.
Ahorita lo hemos visto al día
de hoy, un evento por día, de un tipo u otro, pero un evento por día”, subrayó
Fabricio González, presidente de la Confederación Patronal de la República
Mexicana (COPARMEX) en Baja California Sur, lo que deja en claro que las leyes
las dictan los miembros del crimen organizado.
Jonathan Omar Juárez Mora
alias “El John” de 25 años de edad, ejecutado el 15 de julio de seis impactos
de bala calibre 5.56 en El Esterito
En un acercamiento con
efectivos de la Tercera Zona Militar, y anteponiendo los acontecimientos que se
han registrado particularmente en La Paz, “la principal tarea de las fuerzas
armadas es buscar la protección y salvaguarda de nuestros ciudadanos, nosotros
llevamos una estrecha comunicación en el Grupo de Coordinación de Seguridad
Pública, todos los datos los damos a conocer, estamos trabajando para alejar
todo esto de las familias que no tienen nada que ver en esto”.
En cambio, la Secretaría de
Marina aclaró que ellos están realizando “continuamente monitoreo en los
litorales del Estado, de hecho hace unos días realizamos recorridos en toda la
zona de La Ventana, El Sargento, todos los puntos donde se ha dicho que
ingresan armas; seguimos con los operativos y hemos tenido capturas, y
seguiremos hasta que haya de nuevo paz”, estimaron los agentes, miembros del
Grupo de Coordinación de Seguridad del Estado.
Lo cierto es que desde la
caída de “El Montoya”, la zona norte entró en inestabilidad por el control de
las “subplazas”.
(SEMANARIO ZETA/ Edición Impresa
/Investigaciones Zeta Martes, 26 julio, 2016 12:00 PM)
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