miércoles, 3 de agosto de 2016

NARCOS DISPUTAN LA PAZ


FOTOS: cortesia

Colonias como Ladrillera, Esterito, Agustín Olachea, Navarro Rubio, Pedregal de Cortez y Ciudad del Cielo, son escenario de la sangrienta batalla entre “Los Mayitos” y “Los Dámaso”, tras la ejecución de Luis Antonio Montoya Beltrán

Desde la ejecución de Luis Antonio Montoya Beltrán alias “El Montoya”, “El Artista” o “Don Carlos”, ocurrida el jueves 5 de mayo, las células del crimen organizado de “Los Mayitos” y “Los Dámaso” entraron en disputa por la plaza del narcomenudeo en La Paz.

Específicamente en la zona que comprende colonias como Ladrillera, Esterito, Agustín Olachea, Navarro Rubio, Pedregal del Cortez, Ciudad del Cielo, entre otras. Montoya Beltrán, quien encabezó a “Los Mayitos”, fue ejecutado supuestamente al ser puesto por agentes estatales, días después de que aparecieran mantas exigiendo a “Sangar (sic) y Viviano. Tienen 5 días para entregar los 5 millones por limpiar la plaza traidores hijos de su puta madre contesten los blackberry ratas traidoras… CDS”.


Policias solo son espectadores de la lucha por el control de colonias como El Esterito, Agustin olachea, La Ladrillera, Navarro Rubio y Ciudad del Cielo 2 

Samgar Salvador Gómez Reyes, ex subprocurador de Investigaciones Especiales de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) fue muerto a tiros el 29 de junio de este año en las calles Airapi y Puesta del Sol en la colonia Guaycura, cuando se dirigía a casa de sus padres; en tanto a Bibiano Rigoberto Burgoing García, ex encargado de despacho de la Policía Ministerial del Estado, se le ha visto en La Paz, pero sale constantemente de la ciudad.

El 13 de mayo, un comando armado presuntamente de “Los Dámaso” armó un atentado en contra del Comandante General de la Policía Estatal, Luis Alejandro Osorio Álvarez, en el cual resultó herido con tres impactos de bala, pero sobrevivió.

Tras esta serie de acontecimientos, aún no son esclarecidos por las autoridades, se ha desatado una guerra interna en la zona de control de la plaza que dejó Montoya Beltrán. Por un lado, pelea gente del propio ex líder, tratando de controlar el lugar, y por el otro “Los Dámaso”, en su lucha por entrar al narcomenudeo hacia el norte de la ciudad.

El resultado ha sido una serie de eventos desafortunados para los colonos, quienes han atestiguado homicidios al estilo del crimen organizado, incendios extrañamente provocados en viviendas y vehículos, así como amenazas a ciudadanos de la localidad.  

LOS ATENTADOS

Luego de la ejecución de “El Montoya”, sobrevino la muerte del narcomenudista Édgar Villanueva Sarquín el 23 de mayo. Villanueva era originario de La Paz y contaba con 34 años de edad; según información, un comando armado se aproximó contra el joven en las calles Revolución entre Salvatierra y Torre Iglesias de la colonia Esterito y disparó en varias ocasiones. Incluso la unidad paramédica que acudió en su auxilio lo encontró con vida, pero falleció al poco tiempo.


 Edgar Villanueva Sarquín ejecutado el 23 de mayo, el primero tras la muerte de El Montoya 

La madrugada del 17 de junio, en plena zona hotelera donde culmina el Malecón de La Paz -salida a Pichilingue-, fue encontrado sin vida, a mitad de la calle, Carlos Adán Cervera alias “El Gorras”, de 25 años. Registró diversas detenciones por posesión de estupefacientes.

El mismo día y con relación a ese atentado, Erasmo Palemón Alamilla Villeda, procurador de Justicia del Estado, dio a conocer que se abrió “una carpeta de investigación por el delito de homicidio doloso.

En éste, como en todos los hechos que la Ley califica como delitos, la institución realiza las pesquisas correspondientes que lleven al esclarecimiento de los actos delictuosos”; sin embargo, en el primer semestre de 2016, la Procuraduría General de Justicia del Estado únicamente ha logrado detener y vincular a un sicario de entre los 49 crímenes registrados en ese periodo de tiempo.

El lunes 20 de junio, los cuerpos de rescate fueron movilizados a la colonia Agustín Olachea, en las calles Monterrey y México, donde dos vehículos y una vivienda ardieron en llamas.

Algunos testigos informaron que un grupo de personas le prendieron fuego y se fueron del lugar; sufrieron pérdida total un vehículo Volkswagen 2016 y de un camión de volteo para el transporte de materiales para construcción.

Mientras que la vivienda presentó severos daños en su estructura. Según reportes iniciales, el inmueble pertenece a los hermanos César y Cruz López López, ambos con antecedentes por distribución de estupefacientes.

El 4 de julio fue detenido Mario Alberto Ríos Flores, de 30 años de edad, por disparar en contra de su pareja sentimental con un arma calibre 22; la mujer resultó con un disparo en la pierna y, acorde con información recabada, él cuenta con tres detenciones por parte de la Policía Estatal Preventiva por delitos contra la salud, así como tres ingresos al Centro de Reinserción Social (CERESO) de La Paz, dos en 2013 y una más en 2015. Jonathan Omar Juárez Mora alias “El John”, de 25 años de edad, originario de La Paz, fue ejecutado el 15 de julio por seis impactos de bala calibre 5.56, pertenecientes a un arma larga (R-15, M4 o M16). Según fuentes policiales, el fallecido contaba con registro de antecedentes en Plataforma México.

El 20 de julio, otro incendio de una vivienda se presentó en las calles Campeche e Isabel la Católica en la colonia Ciudad del Cielo, siendo afectadas dos viviendas y un cuarto, “donde se presume sea un picadero y venta de droga”, informó uno de los testigos.


El Frank herido gravemente en la colonia La Ladrillera, el ultimo herido al cierre de esta edición por el control de la plaza que dejó libre El Montoya

Días después, el miércoles 19 de julio, Francisco Javier Agüero Miranda alias “El Frank”, de 41 años de edad, fue agredido a tiros mientras conducía una motocicleta de color rojo.

Versiones afirman que el hombre fue embestido por un automóvil tipo Sentra de color gris y de modelo reciente, enseguida los sicarios descendieron del vehículo y dispararon en repetidas ocasiones, mientras “El Frank” quedó tendido en el lugar. Lo dieron por muerto.

Sin embargo, a unas cuadras más adelante fue hallado por “amigos” en pie y gravemente lesionado, quienes lo subieron a la unidad para su traslado al hospital “Juan María de Salvatierra”.

Al cierre de esta edición, Agüero se encuentra internado con un pronóstico reservado, sólo se sabe, delicado tras las lesiones de arma de fuego.  

LOS ESTRAGOS DE LA NARCOGUERRA

Conforme a datos extraoficiales, la Secretaría de Salud cuenta con informes de 18 personas lesionadas por disparos de arma de fuego en lo que va de 2016, tres de éstas del sexo femenino y  15 del masculino, esto sólo en ingresos al hospital “Juan María de Salvatierra”.

“Es costoso el atender a un paciente con trauma por proyectil de arma de fuego, al menos se usan seis unidades de sangre para cada uno de ellos, lo grave es que nos estamos quedando continuamente sin sangre cuando se intensifican los hechos en la ciudad”, declaró un trabajador del nosocomio que, por obvias razones, pidió anonimato.

De acuerdo con las estimaciones económicas que se tienen en la clínica, al ser internada una persona lesionada por arma de fuego los gastos oscilan entre 80 mil pesos en una persona con heridas menores y 400 mil pesos en casos más graves.

Según datos recabados en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los registros municipales de lesionados contemplan 216 lesionados dolosos sin datos en Los Cabos; 16 lesiones dolosas y 40 sin datos en Comondú; seis lesionados dolosos en Loreto; 34 lesionados en Mulegé; y dos por arma de fuego, 48 con otros y 185 sin datos en La Paz.

Aunque el registro actual en el hospital Salvatierra es de 18 lesionados por arma de fuego.

En un momento los empleados del hospital temieron por su vida “ante una supuesta amenaza que se hizo cuando estos eventos se presentaban continuamente”, confió personal del “Salvatierra”, pero esa psicosis desapareció luego de un tiempo, incluso el propio Víctor George Flores, titular de Salud en el Estado reconoció a ZETA que “se decía de una supuesta amenaza, pero nunca hubo tal”.



Ejecutado en Terraplen Los Cocos la madrugada del 17 de junio, el narcomenudista Carlos Adán Cervera alias “El Gorras” de 25 años de edad, originario de La Paz 

Las principales víctimas en esta guerra del narco son sin duda las familias de los involucrados “que nada tienen que ver”, refieren ciudadanos, algunos dejaron hijos pequeños, esposas y padres desconsolados.

“Cuando vi esa imagen en un inicio, vi una persona tirada, sentí algo horrible, un nudo en la garganta, un vacío enorme y después vi la camioneta, no quería abrir la nota pero lo hice, dentro de mí había una esperanza de que no fueras tú… Empecé a leer y mis ojos se llenaron de lágrimas, no lo quería creer, no podías ser, cómo podía ser posible… Mi mundo se derrumbó porque nunca había sentido una pérdida tan cercana, quieran o no, y le guste a quien le guste, como tú decías: tenemos dos hijos que nos unen… siempre estarás en nuestros corazones”, fue el mensaje que quedó después de la pérdida de un cercano en los enfrentamientos a balazos que se siguen presentando en La Paz.

En torno a estos hechos violentos, comerciantes del Mercado Madero manifestaron a este Semanario:

“Son secretos a voces, a la hora que encuentran a un hombre muerto o que los matan a balazos, nomás escuchamos el nombre y decimos ‘andaba en malos pasos’, eso lo sabemos las personas, y te aseguro que también los policías, (pero) ya que los matan hasta salen que tenían investigaciones y todo”.

En esta afrenta,  los taxistas que brindan servicio en zonas donde se han suscitado balaceras, han advertido que no ingresarán muy adentro de ciertas colonias.

“La verdad es puro trabajo, aquí se suben personas de todos oficios, uno nomás ve y calla, la verdad  ahorita voy entrando al turno de la noche. El negocio está muy bajo, ayer la verdad pensé que estaría movido y la verdad no, estuvo bien flojo, todo esto es por la desconfianza que hay en las calles; yo ando en el centro, yo creo que ya la gente no se anima a salir en las noches si no tiene carro seguro, o un amigo quien le dé ‘raite’”, compartió a ZETA don Alberto, un trabajador del volante.  

ESTRATEGIA NO FUNCIONA

En el primer semestre de 2016 se registraron 49 crímenes en Baja California Sur, de los implicados en estos sucesos, sólo se ha logrado la detención de un sicario que resultó lesionado en la balacera del viernes 13 de mayo contra el Comandante General de la Policía Estatal; la PGJE dio a conocer el 3 de julio que en lo que va de la administración de Carlos Mendoza Davis, se contabilizan “2 mil 180 operativos de vigilancia, para dar cumplimiento a las diversas denuncias sobre la venta de drogas al menudeo, y cumplimentar órdenes de aprehensión”, pero de los autores materiales de las ejecuciones no se sabe algo, siguen en carpeta de investigación.


Ejecución de Luis Antonio Montoya Beltrán alias “El Montoya” o “Don Carlos” el pasado jueves 5 de mayo de 2016 

Incluso no se ha podido determinar quién dio muerte a Víctor Manuel Morales Zúñiga, de 31 años de edad y originario de Mazatlán, Sinaloa, empleado externo de la empresa Caligas que murió supuestamente a causa de disparos de agentes de seguridad.

Las armas utilizadas en ese atentado están registradas y asignadas a agentes de seguridad, además del registro de sólo tres policías estatales que ingresaron a la escena del crimen, es decir, al punto donde yacía Víctor Manuel, entre ellos Cristian Alberto León Aguilar, con antecedentes por agresión a ciudadanos y reporteros ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH); además de que se tiene el número exacto de cartuchos percutidos (800 de calibre .223 y 60 de 9 milímetros), todos disparados por armas inscritas ante la Secretaría de Seguridad Pública Estatal.

Álvaro de la Peña Angulo, secretario general de Gobierno, dio a conocer que el estudio de las armas y los agentes probables responsables tardaría “aproximadamente 30 días, no es cualquier cosa, sobre todo debemos deslindar responsabilidades de manera muy puntual”, pero reconoció que hubo “uso excesivo de la fuerza”, ya que “el uso de las armas debe ser el último recurso que se tiene que usar en una acción como ésta”.

A la fecha no se ha dado a conocer el resultado oficial, ahora enfrentan la dificultad para detener a un sicario, sólo se tienen los cartuchos percutidos y la víctima, haciéndolo una tarea incompetente para los investigadores.  

LAS OPINIONES

Ante los hechos aquí descritos, se dictó un “combate frontal” que más allá de regresar la tranquilidad a la población, parece funcionar sólo a través de números; la percepción no cambia, ya que las ejecuciones han disminuido de un año a otro, “evidentemente con ese dato duro podemos decir que sí, pero si le preguntas a la ciudadanía, la percepción no es que estén disminuyendo, cuando aparentemente queda una calma, nuevamente vuelven las ejecuciones.

Ahorita lo hemos visto al día de hoy, un evento por día, de un tipo u otro, pero un evento por día”, subrayó Fabricio González, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) en Baja California Sur, lo que deja en claro que las leyes las dictan los miembros del crimen organizado.

Jonathan Omar Juárez Mora alias “El John” de 25 años de edad, ejecutado el 15 de julio de seis impactos de bala calibre 5.56 en El Esterito

En un acercamiento con efectivos de la Tercera Zona Militar, y anteponiendo los acontecimientos que se han registrado particularmente en La Paz, “la principal tarea de las fuerzas armadas es buscar la protección y salvaguarda de nuestros ciudadanos, nosotros llevamos una estrecha comunicación en el Grupo de Coordinación de Seguridad Pública, todos los datos los damos a conocer, estamos trabajando para alejar todo esto de las familias que no tienen nada que ver en esto”.

En cambio, la Secretaría de Marina aclaró que ellos están realizando “continuamente monitoreo en los litorales del Estado, de hecho hace unos días realizamos recorridos en toda la zona de La Ventana, El Sargento, todos los puntos donde se ha dicho que ingresan armas; seguimos con los operativos y hemos tenido capturas, y seguiremos hasta que haya de nuevo paz”, estimaron los agentes, miembros del Grupo de Coordinación de Seguridad del Estado.

Lo cierto es que desde la caída de “El Montoya”, la zona norte entró en inestabilidad por el control de las “subplazas”.

(SEMANARIO ZETA/ Edición Impresa /Investigaciones Zeta Martes, 26 julio, 2016 12:00 PM)



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