Francisco Javier Gallardo afirma que a
los elementos del Ejército se les induce a cometer actos de tortura desde su
entrenamiento, donde son víctimas de situaciones en las que tienen que ser
golpeados por sus compañeros, expuestos a corrientes eléctricas y a otro tipo
de adoctrinamiento que potencia la personalidad torturadora cuando están
realizando funciones que deberían realizar autoridades civiles.
El General Gallardo afirma que en el
Ejército no se castiga la tortura. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Ciudad de México, 15 de abril
(SinEmbargo).– En 1993, el entonces General Brigadier del Ejército mexicano,
Francisco Javier Gallardo Rodríguez, fue detenido por la justicia militar
acusado de 27 delitos, entre ellos enriquecimiento ilícito.
Ya libre y 23 años después
insiste en que la verdadera causa de su encarcelamiento fue su propuesta para
la existencia de un ombudsman dentro de las fuerzas castrenses, que no sólo
defendiera las garantías individuales de los miembros del Ejército sino también
eliminara prácticas de entrenamiento al interior que condicionan a los
elementos a ejercer prácticas de tortura cuando se enfrentan ante civiles.
“En el Ejército no se castiga
la tortura, hasta se auspicia y se induce a través del adiestramiento militar y
del adoctrinamiento; toma una gran relevancia porque se hace hasta sofisticada
para borrar evidencias y que no se noten golpes”, Francisco Gallardo Rodríguez,
ex-General Brigadier del Ejército Mexicano.
“Todo el adoctrinamiento
tiene que ver con el asunto de orden interno para tener un control social de la
disidencia, de los estudiantes, de las comunidades indígenas, de los
profesores, del que no esté de acuerdo con el Gobierno federal”, agregó.
Este tipo de adoctrinamiento,
consideró, explica conductas como las que se observan en un video difundido el
jueves en el que una integrante de la Policía Militar participa en un acto de
tortura en contra de una mujer, presuntamente ligada a un grupo criminal.
En el video se observa cómo
la mujer, sin zapatos, es sometida varias veces por la militar, después un
elemento federal le coloca una bolsa en la cabeza con la que la intenta
asfixiar mientras que la militar le pregunta: “¿Quién es la pinche María?”.
La Secretaría de la Defensa
Nacional (Sedena) reconoció el video y explicó que los hechos ocurrieron el 4
de febrero de 2015 en el municipio de Ajuchitlán del Progreso, Guerrero.
Por esas acciones, comunicó
la Sedena, un cabo y un capitán del Ejército fueron detenidos el pasado 5 de
enero por abuso de autoridad. La víctima, quien deberá rendir su declaración,
no ha sido identificada.
EL ENTRENAMIENTO
José Francisco Gallardo advirtióq ue es
momento de dar un giro en la estrategia de seguridad para evitar nuevas
masacres y violaciones a los derechos humanos. Foto: Francisco Cañedo, sin
embargo
Gallardo Rodríguez afirmó que
tampoco se trata de que los elementos del Ejército no sean entrenados para
defenderse y actuar en situaciones extremas, “pero te hacen torturador de
manera subliminal y te voy a poner un ejemplo: las agresiones que hubo en
Atenco en 2006 –durante un operativo policiaco militar–, ciudadanas españolas
que fueron violadas se pusieron a investigar y encontraron que antes de la intervención
armada, a los militares les habían dado revistas pornográficas y repartido
condones. ¿Qué quiero decir con esto? que no se les dijo vayan a violar, pero
ya iban precondicionados”.
–¿Qué parte del entrenamiento
es en el que es más visible esta formación para torturar?
–Te ponen marchas forzadas,
te golpean a ver cuánto aguantas. Hace una década murió un grupo de militares
en Laguna Salada, en Baja California, porque los soltaron en una marcha sin
nada, a ver si aguantaban, y se les perdieron. Todos se murieron y la pregunta
que yo hago es: ¿Cuántos militares hay castigados por eso?
–Pero, ¿qué otros recursos
que usan durante la formación crean un perfil torturador?
–Para que ingreses a un arma
te ponen una golpiza, para ver si aguantas, y a mí me tocó ver morir a varios
compañeros. Desde que entró en operación el Plan Mérida –en 2008– los
entrenamientos se han puesto más agresivos y forman más este perfil porque
muchos militares se están yendo a capacitar a Estados Unidos en la Escuela de
las Américas –nombrada en algunos documentales como la “Escuela de los
Asesinos”–, donde te enseñan cómo captar a un objetivo específico, cómo
asesinar, cómo abatir, está en todos los partes militares.
–¿En México cómo es esa
instrucción?
–Ya en el adiestramiento
viene lo que se llama pista de reacción, que puede ser desde que pasas por un
lugar donde tienes que hacerlo sobre vidrios, o que estás expuesto a la
electricidad o que te vayan a golpear todos los compañeros. Esta situación se
refleja en cada momento, en cada minuto, y en cada parte. Hay documentos en
Internet y son documentos que vienen hasta numerados que edita la Escuela de
las Américas, donde se puede ver cómo los estudiantes son inducidas a través
del adoctrinamiento contrainsurgente que se da en todas las escuelas militares
en Estados Unidos y en todas las escuelas militares en México. En una situación
de adiestramiento te torturan para ver cuánto aguantas, y eso te induce a hacer
lo mismo, lo que tenemos que hacer para corregir esto, como he dicho “N” veces,
es desarticular los mecanismos que permiten la violación a los derechos
humanos.
UNA PRÁCTICA TOLERADA
–¿Quiere decir que dentro del
mismo Ejército hay casos de tortura?
–La tortura se tolera dentro
del Ejército. Si un militar tortura a alguien, le van a abrir una averiguación
por lesiones. Tenemos el caso de Tlatlaya –donde soldados abatieron a 22
presuntos delincuentes–, sólo fue infracción de deberes militares, es una
penalidad de cuatro meses de prisión, tan es así que si te remites a la
resolución del segundo tribunal militar, uno fue el culpable y como ya tenía
más de un año preso, ya está libre y con esa impunidad van a volver a fusilar
civiles.
–En este caso del video, la
Sedena ya dijo que existen dos detenidos.
–Que la Sedena muestre el
proceso, que muestre si hay auto de formal prisión porque al rato estas
personas van a salir libres porque las van a acusar por lesiones, abuso de
autoridad, de las personas, según el Código de Justicia Militar y como dije, a
los cuatro meses ya están libres porque existe una impunidad auspiciada por el
alto mando militar.
–¿Este tema del video
refuerza la petición de que el Ejército regrese a los cuarteles?
–Es hora de que el Ejército
regrese a los cuarteles, de quitarle las misiones de orden interno, del sistema
de seguridad, de seguridad pública. Es hora de crear una policía que no sea un
mando único, sino respetando el sistema federal.
–¿Con eso se soluciona el
problema?
–Hay otras cosas que hacer.
Por ejemplo, que el Secretario de la Defensa no administre la justicia militar,
que desaparezca el fuero de guerra y la desaparición del Estado Mayor
Presidencial. El Ejército Mexicano es el único que con personal activo da
seguridad a un civil y los militares no son para darle seguridad a un civil
sino a un país. El Estado Mayor hasta le dio seguridad a la fiesta de Diego
Fernández de Ceballos [el ex candidato panista a la Presidencia de México],
porque ahí estuvieron dos ex presidentes.
(SIN EMBARGO.MX/ Juliana Fregoso /abril
15, 2016 - 10:30 am)
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