Los rostros del miedo: los desplazados
por la búsqueda de “El Chapo” en Tamazula
Luego de un intenso operativo
que mantiene la Secretaria de Marina, en
la Sierra de Tamazula Durango, en una supuesta búsqueda de Joaquín “El Chapo”
Guzmán, familiares de habitantes de
varios pueblos, acompañados por activistas de Derechos Humanos, fueron en
búsqueda de los pobladores, quienes habían reportado que los marinos mantenían sitiada al menos una de
las comunidades.
Los pobladores tuvieron que
abandonar sus casas para buscar refugio
en Cósala, por miedo a ser nuevamente atacados luego de una intensa balacera
desde helicópteros el martes de la semana pasada, donde algunas casas resultaron
con impactos, hasta el momento no se registra la pérdida de vidas.
La Marina ya negó de manera
oficial que sus efectivos sean los responsables de los disparos en contra de
los pueblos, y de mantenerlos en estado de sitio, además insinúan que algún
grupo delictivo pueda estar utilizando uniformes apócrifos de la SEMAR, por lo
que se presta para que los acusen a ellos.
AQUÍ HAY QUE SALIR HUYENDO
“Veníamos por el monte como unos diez, nosotros
veníamos con la niña, todos igual, sufriendo hambre y todo, la niña pues ya
mero se nos moría… nosotros queremos regresar porque ahí está la gente, ahí
está mi apá”, dijo Heraclio.
Él es un joven habitante de
la comunidad El Águila, municipio de Tamazula, que se dio cita el sábado a las
7 de la mañana en la plazuela de Cósala, para salir rumbo a las comunidades en
rescate de sus familiares, que hasta ese momento no habían podido salir de la
zona serrana.
Heraclio carga a su bebe de
cuatro meses, a su lado se mantiene parada su esposa, Yanet, se observa tímida,
“es porque todavía tiene miedo” aseguró su marido; los huaraches de plástico
dejan ver algunos raspones que se hizo en el camino mientras huía por el temor
de que los marinos le dispararan.
El martes pasado Heraclio y
su familia no alcanzó ni a desayunar, eran alrededor de las 7:30 de la mañana,
cuando tuvieron que salir huyendo rumbo al monte por que llegaron disparando
helicópteros que según reportan pertenecen a la Marina Armada; cuatro días
tuvieron que caminar hasta llegar a Cósala, en Sinaloa.
“Por ahí por el rancho
pasaron tres (helicópteros), pero al rancho del Limón ya habían llegado dos,
llegaron igual disparando. Cuando fuimos atacados salimos de la casa y nos
fuimos por el monte, el camino está difícil por que nos fuimos por donde
hubiera menos facilidad pa´ ellos de transitar… la niña viene toda pinta de
baiburines.”
El miedo de Heraclio además
de los disparos fue porque dos años atrás, agentes de las fuerzas especiales
del ejército, llegaron a su casa y lo golpearon, “disque por reporte de
secuestradores, pero nomas nos golpeaban, ni nombre nos preguntaban, ya después
del golpe nomas pidieron disculpas, luego dijeron que no anduviéramos dando
reporte de nada, porque nos mataban”.
Heraclio y su familia no
fueron los únicos que salieron huyendo de su pueblo el martes que hubo disparos
desde helicópteros en la sierra de Tamazula, también reportaron que hicieron lo
mismo habitantes de poblados como El Verano, Lagunitas, Los Laureles, El
Ranchito y Las Iglesias.
DEL PUEBLO
MÁGICO AL TRÁGICO
La plazuela de Cósala fue el
punto de reunión para los familiares de habitantes de los poblados de la sierra
duranguense, que estaban supuestamente sitiados por la marina.
Alrededor de 50 personas,
acompañados por el presidente de la Comisión de Defensa de Derechos Humanos,
Leonel Aguirre Meza, y el activista, Profesor Óscar Loza Ochoa, el Síndico
Procurador de Tamazula Juan José Maclovio Gonzales y el Secretario del
Ayuntamiento, Eduardo Mejía, se dirigieron en búsqueda de autoridades que
garantizaran la seguridad para poder llegar hasta los poblados.
Saliendo de Cósala, en la
comunidad de Palo Verde, la comitiva se topó con el primer retén de efectivos
de la Marina. De manera pacífica la gente se dirigió a ellos para pedirles
respuesta y garantías para poder trasladarse a los pueblos.
Tras los cuestionamientos de
la gente sobre el estado de sitio que mantenían los marinos en comunidades como
El Verano, el comandante a cargó negó la situación, manifestando el derecho de
libre tránsito de cualquier persona, e insinuando que los disparos a los
pueblos habían sido por un grupo que está suplantando la institución.
“Nosotros estamos aquí, por
que anda llegando mala la difusión y necesitamos también saber si hay alguna
otra fuerza o grupo que esté suplantándonos”
En entrevista el elemento de
la Marina a cargo del retén instalado en la Escuela Primaria Licenciado Benito
Juárez, en Palo Verde, Cósala, informó que no podían garantizar la seguridad de
las personas que querían adentrarse a la zona serrana.
-¿Entonces no tienen
conocimiento de lo que plantean los pobladores sobre el estado de sitio que
mantiene la marina en pueblos de más arriba?
-La verdad no, yo por eso les
estoy diciendo que pueden pasar, nosotros no estamos obstruyendo el paso ni
nada por el estilo, ni mucho menos a los comisionados de los Derechos Humanos.
-¿Qué garantías tiene la
gente que quiere pasar?
-Yo sé que ellos no me
entienden ahorita esa situación, pero ellos al pasar allá corren peligro porque
nosotros no sabemos qué grupo de gente anda igual, vestidos igual que nosotros
-Se ha mencionado que podría
esconderse aquí Joaquín Guzmán Loera…
-En si no es el objetivo
principal, ahorita es por la inconformidad de la ciudadanía porque están
dejando mal a la institución en ese aspecto
Heraclio se acercó a los
elementos de la marina y tomo la palabra, “¿Están seguros que no son ustedes?”
les cuestionó.
Heraclio también les explicó
lo sucedido en los últimos días: “Miren, ya tenía más de dos semanas una
avioneta alta, que de hecho poco se mira y a eso de las 7:30 de la mañana (del
martes 6 de octubre) apareció una
avioneta de dos turbinas o de dos motores no sé cómo le dirán.
“Apareció la nave esa, paso
bajitita por el rancho, salimos a ver por qué pues el zumbidón. A minutitos, no
pasaron cinco, después de la avioneta, cuando salieron tres helicópteros
bajitos, ni modo que no digan que no son de la marina.
“Se fueron rumbo al punto de
El Limón, pero de allá pa´ acá, ya venían dos o tres más (helicópteros), lo
cual ya andaban dos o tres avionetas más entonces por que empiezan a disparar
al rancho.”
“Enseguida estaba otro
ranchito de un hermano, también empezaron a disparar, miraron mujeres y tiraron
hasta granadas… en mi rancho yo estaba con mi familia, con mi niña de 4 meses,
y empezaron a disparar sin mirar correr a nadie, ni mirar a nadie armado
dispararon”, les dijo Heraclio a los marinos.
Pero ese no fue el único
retén de la SEMAR que se encontraron los pobladores, antes llegar a la
comunidad de El Verano, estaban elementos con insignias de la UNOPES, un grupo
táctico operativo de fuerzas especiales de la Marina.
Luego de esperar alrededor de
una hora a que bajara la corriente del río para poder seguir el camino, subir y
bajar entre los cerros por caminos llenos de rocas, en caminos improvisados,
angostos terrosos, pero con bellos paisajes .
Al llegar lo primero que se
encuentra es una secundaria de CONAFE, un solo salón que parece abandonado, ahí
acamparon los marinos, supuestamente fueron atacados, se observaron unos
casquillos de diferentes calibres pero el salón no tenía ningún impacto.
“El día que mueras recordaras
esta noche `20 años´ después”, está escrito con gis en la pizarra adentro del
aula.
Al llegar se observan
camionetas cargadas con cobijas, ropa, víveres, y todo lo que pudieron; poco a
poco van saliendo de las casas algunas mujeres y niños, dispuestos a subir a
las camionetas para irse lo más pronto; hay
ancianas que lloran por dejar ahí
80 o 70 años de vida.
Mientras los comisionados de
la Defensa de Derechos Humanos y autoridades del ayuntamiento de Tamazula
hicieron un recorrido de inspección en el lugar, se escuchó el sobrevuelo de un
helicóptero, que no se vio, lo único que apenas se alcanzó a ver sobrevolando pero muy arriba
fue un avión de dos hélices y una tipo avioneta.
LAS HUELLAS
Martha Marbella, vive en El
Verano, su casa resultó ser una de las que desde un helicóptero que decía
marina dispararon, los hoyos en el techo y la pared por las balas, alrededor de
una hora y 30 minutos duró el ataque a la vivienda de esta mujer.
El martes pasado desde la
mañana los pobladores de El Verano, se percataron de los aviones que
sobrevolaban por el área, la gente salió a verlos.
Por la tarde Martha salió a
ver y se percató que estaba un helicóptero volando muy abajo, eran alrededor de
las seis de la tarde; estaba sola con su hija de menos de dos años, su esposo se había ido a trabajar y su hijo a
cortar melones junto con su abuela que vive en el pueblo.
“Yo corrí por mi niña y a
cerrar la puerta, ya venía en la pura esquina cuando empezaron a tirar, corrí y
me tiraron a dar pero no me pegaron, me fui por atrás de la casa y me refugie,
espere que el avión se fuera y corrí al baño, allá fue donde me refugie la hora
y media del tiroteo que hubo”.
Al día siguiente elementos de
la SEMAR en tierra, bajaron al poblado, a platicar con los habitantes que
estaban ahí en su mayoría, mujeres y niños.
“Les preguntamos (a los
agentes) por lo que había sucedido, ellos dijeron que fue gente mala, pero yo
les dije que fue el mismo gobierno, acabábamos de salir a ver el avión, es el
mismo avión que nos está dando vueltas todo el tiempo”.
“Casquillos nosotros no
recolectamos ninguno, ellos se dedicaron hacer eso, nos dieron la orden de que
no saliéramos de la casa, que estábamos refugiadas, nosotros le hacíamos caso
pos por miedo”.
“Después nos salieron que
andaban buscando a una persona, pues si les dije ustedes búsquenla a donde
este, o tal vez donde a ustedes les hicieron daño, pero ¿nosotros que?”, dijo
Martha Marbella
El hijo de Marta echaba a una
caja de cartón un par de pequeñas Gallinas, mientras su madre recordaba el
miedo que sintió el martes pasado y los días que siguieron por no saber si
regresarían a disparar, sus manos poco a poco dejaron de temblar y su voz se
cortaba menos, como si la calmara cada
minuto que pasaba y acercaba el momento de abandonar la comunidad de El
Verano.
Alrededor de 43 personas
fueron las que abandonaron sus hogares la tarde del sábado, pero llegar a
Cósala no fue fácil, cinco horas y media duro el traslado, todas las camionetas
en caravana no dejaban mucha distancia una de otra siempre pendiente que las
que se retrasaban por el mal camino alcanzaran pronto a los de adelante.
El rio fue casi el último
obstáculo que retrasó la llegada, dos camionetas quedaron atascadas, en una
venían dos niñas pequeñas, que fueron rescatadas por un poblador de Palos
Verdes que se metió para sacarlas de la camioneta; luego de un rato una
patrulla de policías municipales llegó para sacar del agua los vehículos.
En el retén de Marinos de
Palos Verdes, fueron revisados cada uno de los vehículos, la gente ya empezaba
a desesperarse, habían pasado cerca de cinco horas para llegar hasta ese punto.
Del otro lado de donde
estaban los elementos de la armada un grupo de personas ya los estaban
esperando, fueron recibidos con aplausos, abrazos y lágrimas; familias que no
habían tenido comunicación desde el martes se reencontraron.
Habitantes de otros poblados
más alejados continúan sin poder salir de sus comunidades, reportan que
continúan personas entre los cerros tratando de salir de la zona del operativo
que está realizando la Marina en una supuesta búsqueda de Guzmán Loera.
(RIODOCE/ Cristian Díaz / Fotos:
Fernando Brito / 12 octubre, 2015)
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