Un
estudio serio de dos investigadores concluye lo que deja de ser sospecha
colectiva: El Instituto de Formación Docente del Estado de Sonora esta
convertido en un mercader de la educación y obedece más intereses personales o de grupo que a las
demandas de la sociedad por una educación de calidad para los docentes y
quienes estarán a cargo de la formación escolar de sus hijos. Esta instancia ha
convertido a las Escuelas Normales del Estado en verdaderos palacios del
tráfico de influencias.
Con
tristeza, padres de familia de aspirante ven que estos otrora recinto insigne
de la formación de formadores es ahora un lugar a donde no llegan los mejores
aspirantes a maestros, sino los que más han sido favorecidas por altos
funcionarios, políticos y otros que administran las bondades del gobierno del
malogrado Nuevo Sonora.
No
termina de irse este gobierno cuando la acumulación de casos comprobados de
corrupción le están llenando a los funcionarios, de un lado, el bolsillo de
billetes, y del otro, de amparos de la justicia que portan para no ser
detenidos por su afán rapiñero.
Este
viernes se repetirá seguramente le mismo escenario en las escuelas normales del
estado, cuando cientos de aspirantes con demostrada vocación magisterial queden
fuera de la matrícula, para dar paso a el acceso fácil a recomendados,
apalancados y tarjeteados por altos funcionarios .
Es
que hoy, el Sistema de Formación Docente del Estado de Sonora IFODES, dará a
conocer la lista de los aspirantes que demandan matricula y se sometieron desde
el 24 de junio pasado a un proceso de selección para que solo los mejores
queden en las escuelas normales del Estado.
La
vergonzosa realidad es que desde hace seis años, los padres de familia de
aspirantes y alumnos de las escuelas de formación de profesores diseminadas en
diferentes regiones de Sonora ya no confían en el proceso de selección de
matriculados, pues la aceptación de jóvenes que no cumplen con los requisitos
académicos o vocacionales ha sido la constante del año 2009 al 2014 y
seguramente el proceso de este año dejará el mismo sabor de boca entre se
quedan en el camino de sus aspiraciones de convertirse en maestros.
Hoy
en día, por inverosímil que parezca, surge, como fragmentos plasmados en una
novela de corte surrealista historias negras matizadas por la corrupción, la
falta de trasparencia y nula rendición de cuentas, que se vislumbran de
versiones bien documentadas de que el Instituto de Formación Docente del Estado
de Sonora esta convertido en un mercader de la educación y obedece más intereses personales o de grupo que a los
sociales.
Es
que, si algo faltara en el gris escenario sobre el que deja su fallido mandato
Guillermo Padrés a su sucesora, al sistema formador de los profesores le ha
llovido sobre mojado:
Al
ayuno presupuestal al que fue sometido durante todo el sexenio, ya de salida,
el padrecismo le ha dado una última estocada muy dolorosa y vergonzante por
todos lados, al darse a conocer una investigación que arrojó numerosos casos de corrupción y tráfico de
influencias en procedimiento de
evaluación y certificación para aspirantes a nuevo ingreso a las escuelas
normales que existen en el Estado.
El
estudio incluye entrevistas personalizadas y cuestionarios a estudiantes,
maestros y funcionarios del Instituto de Formación Docente del Estado de
Sonora. Los resultados indican que el
ingreso a las normales en Sonora carece de transparencia, ha sido inequitativo,
y no permite seleccionar a los mejores perfiles para la formación inicial de
docentes, oponiéndose a las políticas internacionales y nacionales actuales en
este rubro.
El
minucioso trabajo analítico fue ideado y ejecutado por los investigadores y
especialistas en docencia, Jesús Enrique Mungarro Matus y Elba Judith Mora. Al
analizar las conclusiones de los investigadores docentes, no hay lugar a dudas
en quien lo haga para afirmar que la política
impulsada desde la llegada del PAN al Gobierno, no dejó sentido ninguna
área del sector público, particularmente la educación, cuyo desprecio se ganó
de parte del ejecutivo estatal desde el primer día que asumió el mandato.
En
esa vorágine de la rebatiña institucional del padrecismo, irremediablemente las
escuelas normales no fueron la excepción. Ahí, en las instituciones por
excelencia emblemáticas para la sociedad, donde se forman los profesores que a
su vez forman a cientos de miles de niños y jóvenes de Sonora, fueron salvajemente infiltradas por vividores y directivos sin
escrúpulos que hicieron de esos recintos una verdadera feria de la deshonestidad.
En
tal desventura cayeron desde el 2009 la Escuela Normal del Estado “Profr. Jesús
Manuel Bustamante Mungarro”, en Hermosillo; Escuela Normal de Educación Física
“Profr. Emilio Miramontes Nájera” en Hermosillo; Escuela Normal Estatal de
Especialización, en Cajeme; Centro Regional de Educación Normal “Rafael Ramírez
Castañeda” (CREN), en Navojoa; Escuela Normal Rural “Gral. Plutarco Elías
Calles”, -El Quinto- de Etchojoa; y Escuela Normal Superior de Hermosillo (con
subsedes en Navojoa y Cajeme).
El
estudio y análisis sobre las eficiencias y deficiencias de los proceso de inscripción
de los aspirantes a maestros con una visión histórica y a futuro , donde en los
últimos cinco años revela tristemente lo que ya ha dejado de ser una sospecha
popular :
Las “palancas”, favoritismos, intercambio de
favores y muchos vicios del viejo sistema político mexicano fueron traídos del
pasado por este gobierno que ya se va, pero que deja tras de sí una pestilente
estela de corrupción y en en muchos de
los funcionarios un nuevo estatus económico y la conciencia tan podrida que
difícilmente puedan cargar con ella el resto de sus vidas.
De la investigación de Mungarro y Mora se
desprende que con la administración estatal (2009-2015), el Instituto de
Formación Docente del Estado de Sonora (IFODES), se hizo cargo de la operación
del proceso de ingreso a las escuelas normales del estado, experimentando un
enorme retroceso respecto a los logros alcanzados en años anteriores.
Las prácticas de tráfico de
influencias y corrupción se incrementaron de manera exponencial con las nuevas
autoridades, identificándose casos de violación a los requisitos publicados en
las convocatorias 2011, 2012, 2013 y 2014, beneficiando a decenas de
estudiantes que no reunían los requisitos académicos mínimos para ingresar a
una escuela normal -tampoco a ninguna otra institución de educación superior-.
El
estudio explora la percepción que tienen los estudiantes sobre las variables
que afectan la transparencia del proceso de nuevo ingreso a las escuelas
normales de Sonora. El proceso investigativo se desarrolló a través de la
aplicación de un cuestionario a 63
estudiantes de la Escuela Normal de Educación Física y entrevistas
semi-estructuradas a informantes claves que participaron en la convocatoria
2014.
1. Antecedentes
Las
principales políticas internacionales emitidas por los organismos evaluadores
de la calidad educativa, indican que para mejorar los indicadores básicos en
México se requiere centrar la atención
en la formación inicial de docentes, ubicando el techo de la calidad educativa
en los procesos de selección, reclutamiento y perfeccionamiento de los
profesores. En este aspecto en nuestro país no se ha tenido un avance
significativo. Prueba de ello es el reciente informe publicado por el INEE
(2015: 89-97), el cual da cuenta de la situación en que se encuentran los
establecimientos dedicados a la formación inicial de personal docente. Se
evidencian carencias en infraestructura, financiamiento, en la
profesionalización de los académicos que laboran en dichas instituciones: El
citado informe pone el acento en los
deficientes procesos para elegir a los candidatos a insertarse a las
escuelas normales. Los hallazgos presentados por el INEE en el rubro de la
formación inicial de docentes no es privativo de México, el mismo escenario se
puede observar en otros países de América Latina y el Caribe (Vaillant,
2005), región en donde también los
procesos de ingreso a los centros formadores de docentes presentan múltiples
aristas, en la mayoría de los casos, negativas.
En
el Estado de Sonora, la historia no ha sido diferente. Durante muchos años las
escuelas normales estuvieron a merced de diversos grupos de poder. Eran
instituciones a las que se accedía únicamente con la recomendación de
funcionarios públicos, prominentes políticos y/o líderes sindicales. Es decir,
a las escuelas normales lograban ingresar principalmente estudiantes
favorecidos con prácticas discrecionales, dejando de lado a quienes presentaban
mejores competencias para formarse como docentes (Mungarro, 2009).
El
Centro Pedagógico del Estado de Sonora (CEPES), organismo desconcentrado de la
Secretaría de Educación y Cultura era encargado de coordinar a las escuelas
normales en la entidad desde el proceso de descentralización educativa (1992),
y fue la primera instancia que
implementó el examen de conocimientos como una medida para controlar el ingreso
a estas instituciones [inicialmente en los estudios de normal básica y
posteriormente para el ingreso a las diferentes licenciaturas en 1984]. Dicho
examen era diseñado, validado y aplicado por personal del propio centro. La
validez y confiabilidad de este proceso fue cuestionada en distintas ocasiones
por la Sociedad Civil y por los propios participantes, al parecer los
instrumentos presentaban carencias en su diseño y en su evaluación, lo que
repercutía en los resultados obtenidos por los aspirantes, y por otro lado, las
prácticas de corrupción no se eliminaron totalmente. Se decidió entonces
transitar hacia otro mecanismo más confiable.
Posteriormente
en el año 2004, se recurrió al Centro Nacional para la Evaluación de la
Educación Superior (CENEVAL) aplicándose el instrumento EXANI II con la
intención de realizar un mejor diagnóstico y selección de aspirantes, de manera
paralela se conformó un Comité de Validación, cuyo objetivo era supervisar la
transparencia del proceso de ingreso. El Comité estaba integrado por
representantes de la Asociación Estatal de Padres de Familia, estudiantes,
Comisión de Derechos Humanos, de las Secciones 54 y 28 del SNTE, de la Oficina
de Servicios Federales de Apoyo a la Educación en el Estado de Sonora (OSFAES),
y la Dirección General de Planeación de la Secretaría de Educación y Cultura,
así como por representantes del propio CEPES.
En
los años 2004, 2005 y 2006 participaron un promedio de 2000 aspirantes por
generación, sumando un total de 6000 estudiantes involucrados en este proceso
(CEPES, 2007). Los resultados de esta práctica no fueron satisfactorios por las
siguientes cuestiones: a) el tiempo de espera para recibir fichas de ingreso
para los aspirantes no se redujo; b) el CENEVAL tardaba demasiado tiempo en
entregar resultados; c) los responsables del proceso tenían que ceder cinco
lugares para aspirantes recomendados por la SEC, así como cinco lugares a
líderes sindicales de las secciones 28 y 54 del SNTE, además de los hijos de
trabajadores de la educación normal, quienes ingresaban a la escuela de su
elección -aunque hubiesen reprobado el examen- acuerdo establecido en minuta
SEC- SNTE.
En
el año 2007, atendiendo al Plan Estatal de Desarrollo del Gobierno del Estado
de Sonora 2004-2009 en su eje rector 5: “Gobierno eficiente y honesto”,
objetivo 2: “impulsar la transparencia y combatir con firmeza la corrupción”,
el Ejecutivo estatal instruyó a las dependencias y funcionarios a cargo del
proceso de ingreso a las escuelas normales para que no se aceptaran estudiantes
recomendados.
La
política de transparencia funcionó eficazmente en las convocatorias de ingreso
2007, 2008 y 2009. Para ello el registro de participantes se realizó en línea,
se solicitó un promedio mínimo de 8,0 de bachillerato y se recurrió al Examen
de Habilidades y Conocimientos Básicos (EXHCOBA), aplicado por la Universidad
Autónoma de Baja California (UABC) que ofrecía resultados de manera inmediata a
los sustentantes al tratarse de un examen electrónico. Se reforzó la
participación del Comité de Validación y se incorporó la figura de un Notario
Público. Los resultados del examen se entregaban ante la presencia del Notario
y del Comité de Validación, quienes atestiguaban la veracidad de los mismos, de
manera paralela los resultados eran publicados en diversos medios de
comunicación. Después de tanto tiempo y de los múltiples reclamos sociales,
finalmente el proceso se encontraba blindado de interferencias externas.
Con
las medidas anteriormente citadas y con la participación de diferentes actores
gubernamentales, educativos, sindicales, de la Sociedad Civil y de los medios
de comunicación se había transitado hacia otro nivel en el combate a la corrupción
y tráfico de influencias para el ingreso a la formación inicial de docentes en
las normales de Sonora, hechos que pueden corroborar miles de participantes en
los citados procesos. El esquema implementado en Sonora fue innovador y las
autoridades de la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de
la Educación (DGESPE) mostraron a la entidad como un caso de éxito por la
transparencia del proceso. El esquema fue replicado en otras entidades del
país.
Con
la administración estatal (2009-2015), el Instituto de Formación Docente del
Estado de Sonora (IFODES), se hizo cargo de la operación del proceso de ingreso
a las normales, experimentando un enorme retroceso respecto a los logros
alcanzados en años anteriores.
Las
prácticas de tráfico de influencias y corrupción se incrementaron de manera
exponencial con las nuevas autoridades, identificándose casos de violación a
los requisitos publicados en las convocatorias 2011, 2012, 2013 y 2014,
beneficiando a decenas de estudiantes que no reunían los requisitos académicos
mínimos para ingresar a una escuela normal -tampoco a ninguna otra institución
de educación superior-. Los hechos se describen a continuación: en la
convocatoria de ingreso 2011 en la
Escuela Normal de Educación Física “Emilio Miramontes Nájera” de Hermosillo,
Sonora, se recibieron más de 30 estudiantes sin realizar examen de ingreso.
En
2012 la misma situación se presentó en el CREN de Navojoa, se recibieron 9
estudiantes sin el promedio mínimo de bachillerato solicitado en las reglas de
operación del programa.
En
la convocatoria 2014 en la Escuela Normal Estatal de Especialización (ENEE) de
Providencia, Sonora, se convocaron 180 lugares, 40 estudiantes fueron
recomendados. Se aceptaron sin realizar examen de ingreso, sin el promedio
mínimo de bachillerato, edad, etc. En las Normales Superiores de Hermosillo,
Obregón y Navojoa también se aceptaron candidatos sin cumplir con los
requisitos marcados por el IFODES.
Este
trabajo recupera las voces de los estudiantes involucrados directamente en el
proceso de ingreso 2014 en una escuela normal del Estado de Sonora. La
pertinencia de la investigación radica en las recomendaciones emitidas por
organismos nacionales e internacionales: “Los docentes en México” (INEE, 2015);
Profesores Excelentes (Banco Mundial,2014);“Estrategias para la Acción
México”(OCDE, 2011); Informe Mc. Kinsey (Moushrand & Barber, 2010),
documentos todos, que coinciden en la necesidad de aplicar estándares estrictos
para la selección y reclutamiento de aspirantes a la profesión docente en su
etapa inicial, como una vía para mejorar la calidad de los sistemas educativos.
II.
Objetivos:
1. Documentar las opiniones de los
participantes en la convocatoria 2014 sobre los procesos de transparencia
implementados por las autoridades del IFODES para el ingreso a las escuelas
normales de Sonora.
2. Describir la percepción que tienen los
estudiantes sobre el proceso de ingreso a la Escuela Normal de Educación Física
de Sonora.
III.
Metodología:
Escenario:
el estudio se desarrolló en la Escuela Normal de Educación Física “Emilio
Miramontes Nájera, ubicada en Hermosillo, Sonora. Los participantes fueron 63 estudiantes del segundo semestre de
la Licenciatura en Educación Física (Generación 2014-2018), además de cinco
informantes clave de los mismos grupos.
El tipo de estudio y diseño: fue con enfoque mixto, descriptivo de
diseño concurrente por triangulación (Creswell, 2007). Se aplicó un
cuestionario y de manera paralela se obtuvieron testimonios de los
participantes a través de entrevistas, triangulando al final con teoría.
IV.
Resultados:
4.1.
Caracterización de los participantes: la
composición de los participantes muestran que la edad mínima es de 17 años y la
máxima de 21. Predomina el género masculino (83%) y solo 17% son mujeres. La
mayor parte de los estudiantes proviene del Colegio de Bachilleres (36%);
CECyTES (20%); CEBETA (15%); CETyS (9%); CBTyS (10%); CONALEP (10%). El 80% son
foráneos proceden de distintos municipios de la entidad.
4.2.
Requisitos administrativos y académicos del proceso de ingreso: En este rubro
86% de los participantes externaron total acuerdo con la fase de registro
(se realizó de manera ágil); 13.3%
mencionó dificultades al momento del registro. Por su parte, 68% manifestaron
estar de acuerdo con el examen psicométrico para seleccionar alumnos con mejor
perfil para estudiar una carrera relacionada con educación; 32% manifestó
desacuerdo e indiferencia en este rubro. Respecto a la utilidad del examen
físico para valorar la aptitud de los aspirantes a la Licenciatura en Educación
Física 87% mostraron acuerdo; 13% manifestó total desacuerdo con el formato en
que fue realizado. 76% opinó que el examen de conocimientos de CENEVAL permite
seleccionar a los estudiantes más aptos; el 24% restante mencionó que el examen
no resultó suficiente para tal fin.
De
acuerdo con las respuestas del cuestionario, se infiere que en el aspecto
administrativo y académico del proceso aparentemente se respetaron los puntos
marcados en la convocatoria, sin embargo, las entrevistas realizadas a
informantes clave revelaron que: “Existen estudiantes que fueron admitidos sin
tener el promedio de bachillerato…” (Estudiante-3).
Aunque
el cuestionario muestra una percepción positiva de los estudiantes sobre los
exámenes psicométrico, físico, y el examen de conocimientos de CENEVAL, estos
resultados contrastan con los testimonios recabados en las entrevistas a
estudiantes clave: “El examen
psicométrico no resultó útil para identificar los mejores perfiles, hay
compañeros que no tienen vocación docente…” (Estudiante-1); “Las pruebas de
aptitud física son demasiado sencillas, cualquier persona común las puede pasar
sin dificultad…” (Estudiante-4); “El CENEVAL es un tanto complicado, no todos
dieron el puntaje, ¿pero de qué sirvió? hubo quien no lo hizo y de todas formas ingresó a la escuela…” (Estudiante-5).
Los
reiterados testimonios sobre el bajo perfil académico de los aspirantes a
ingresar a la Escuela Normal de Educación Física, coinciden con los hallazgos
del INEE (2015: 102), y en general con el bajo perfil vocacional y académico
identificado en los aspirantes a estudiar para profesores en América Latina y
el Caribe (BM, 2014: 24).
4.3.
Transparencia del proceso de ingreso: al cuestionar ¿solo los estudiantes que
aprobaron el proceso de ingreso obtuvieron un espacio en la escuela normal? se
encontró que más de la mitad (52%) mostraron desacuerdo al respecto; 48%
manifestaron acuerdo. Llama la atención que 90% de los alumnos considera que el
proceso de ingreso debe ser muy riguroso para seleccionar a los mejores
estudiantes, 10% manifestó indiferencia o desacuerdo sobre este rubro. Los
testimonios de las entrevistas versan en sentido paralelo a estos resultados:
“Se deben aceptar solo a los mejores perfiles, de no hacerlo, en un futuro se
perjudicará el desarrollo de los niños…” (Estudiante-2).
Para
53% de los participantes el Comité de Validación no fue suficiente para evitar
el tráfico de influencias y el ingreso de estudiantes recomendados. Dichos
resultados concuerdan con los testimonios recabados en las entrevistas: “Es
necesario que intervengan más personas externas como observadores a la hora de
llevar a cabo el proceso de selección, para evitar los recomendados…”
(Estudiante-1).
Menos
de la mitad de los estudiantes (49%) evaluó la transparencia del proceso de
ingreso como buena, en tanto que 39.6%
de regular a mala; el porcentaje restante no opinó.
Los
resultados positivos difieren significativamente de los testimonios obtenidos
en las entrevistas: “No, no existe transparencia, entraron alumnos por
palancas…” (Estudiante-5); “No hay transparencia, porque entró gente sin pasar
por el proceso de selección y se encuentran en los grupos tomando clases… sin
haberse ganado su lugar, eso es tramposo”… (Estudiante-1).
Los
resultados de la dimensión que aborda la transparencia del proceso de ingreso
evidentemente no son halagadores, coinciden con los planteamientos de Mendieta
(1999:16) al mencionar que históricamente las escuelas normales mexicanas se
han considerado cotos de poder de diversos actores, situación que ha dado forma
a su configuración actual, resguardando tradiciones (como el ingreso de
estudiantes con bajo perfil académico) que no les han permitido transitar hacia
mejores niveles de desarrollo, derivando de ahí la baja calidad de sus
egresados, y del desempeño profesional
al insertarse en el campo laboral (nivel de educación básica).
De
igual manera concuerdan con los resultados de Alarcón (2012:162) en las reiteradas críticas por la escasa
vocación de quienes ingresaban a las escuelas normales en Colombia con la
intención de acceder posteriormente a un contrato laboral de base de manera
directa.
V.
Conclusiones:
1.
De acuerdo con los estudiantes la fase administrativa del proceso parece ser
efectiva, cumple en tiempo con la publicación de la convocatoria, aunque no a
través de los medios suficientes. El
registro en línea y obtención de fichas de inscripción es ágil, no presenta
mayores contratiempos, sin embargo consideran que los requisitos académicos son
laxos y sugieren incrementar el rigor en los exámenes físicos y del examen de
conocimientos de CENEVAL. Proponen transitar del examen psicométrico hacia otro
procedimiento que permita identificar rasgos de la vocación docente.
2.
Se observó desconfianza de los estudiantes hacia el trabajo desempeñado por las
autoridades educativas estatales encargadas de operar las distintas etapas del ingreso a las escuelas
normales y ponen en tela de juicio las funciones realizadas por los miembros
del Comité de Validación para asegurar
la transparencia del proceso desarrollado en 2014.
3.
En la institución estudiada se muestra un claro ejemplo de la situación real
que priva en el sistema formador de docentes en Sonora, en donde prevalece la
opacidad en los resultados obtenidos por los aspirantes de nuevo ingreso a
estas instituciones. Los datos recabados tanto en cuestionarios y entrevistas
indican que en la convocatoria 2011 no
se eligieron a los mejores perfiles para formarse como docentes, lo que
seguramente tendrá efectos negativos en la educación de las futuras
generaciones de niños y jóvenes sonorenses.
(DOSSIER
POLITICO/ Fernando Gutiérrez R. / 2015-07-10)
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