El periódico "Columbus Dispatch" indicó que pasaron 24 minutos
desde que Dennis McGuire se le administró la inyección letal hasta que
fue declarado fallecido.
Washington.- El preso ejecutado en una cárcel de Ohio (Estados Unidos), Dennis
McGuire, jadeó y resopló sonoramente durante más de diez minutos,
después de recibir una inyección letal con una combinación de fármacos
nunca antes utilizada, antes de morir, informó la prensa local.
Según
el periódico "Columbus Dispatch", uno de cuyos periodistas presenció la
ejecución, pasaron 24 minutos desde que a McGuire, condenado por violar
y degollar a una joven de 22 años embarazada, se le administró la
inyección hasta que fue declarado fallecido.
A las 10.29, le
fueron inyectados midazolam, un sedante, e hidromorfona, un analgésico
derivado de la morfina que se utilizó para detener su respiración, una
mezcla sin precedentes.
Unos cuatro minutos después, McGuire
empezó a jadear, luchando por respirar, y a emitir sonidos de asfixia,
mientras apretaba su puño izquierdo, durante al menos diez minutos, tras
los cuales cesaron sus movimientos, pero siguió vivo unos minutos más,
hasta que finalmente se declaró su muerte, explicó el "Columbus
Dispatch".
Los abogados de McGuire, que calificaron la ejecución
como "un experimento fallido y atroz" del gobierno de Ohio, trataron de
impedir la ejecución hasta el último momento, alegando que la muerte de
su cliente sería anticonstitucional, porque iría acompañada de dolor,
algo en lo que el ejecutivo estatal no coincidía.
Según los
abogados, esta inyección provocaría complicaciones respiratorias a
McGuire, quien sufría apnea del sueño y, aún consciente, notaría cómo se
ahogaba antes de morir.
Los hijos y la esposa del ejecutado
vieron todo el proceso desde una sala adjunta, en el Centro Correccional
de Ohio del Sur en Lucasville, acompañados por la hermana de la víctima
de McGuire.
Esta ejecución ha levantado una gran expectación en
Estados Unidos, ya que se trata de la primera que se realiza con una
inyección letal de ese tipo.
Ohio agotó sus reservas de
inyecciones letales convencionales en septiembre, al igual que ya había
ocurrido en la mayoría de los otros 31 estados que aplican la pena
capital en Estados Unidos, lo que les obligó a probar nuevas
combinaciones.
Respecto a la controversia que ha suscitado esta
ejecución, la familia de la joven asesinada por McGuire defendió en un
comunicado que el preso ha recibido un trato "mucho más humano que el
que él le dio a ella".
En su última cena, McGuire pidió ternera
asada, pollo frito, patatas fritas con cebollas, ensalada, un "bagel" de
cebolla tostada con crema de queso, helado de manteca de nuez y una
Coca-cola.
(MILENIO/ EFE
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