- La joven que fue atacada la tarde del 4 de noviembre
- Hay siete sospechosos de haber cometido homicidio
- Le encontraron 72 llamadas telefonicas de uno de ellos
- Revela SEMANARIO ZETA detalles poco conocidos
Cabo
San Lucas, B.C.S.- La sociedad y sectores representativos, siguen
exigiendo la aclaración total del cruel asesinato de que fue víctima la
joven María Fernanda Lamas, de apenas 15 años de edad, que fue atacada
en el interior de su domicilio en la colonia Valle del Cabo, la tarde
del lunes 4 de noviembre.
Para este sábado 30 del presente, se está organizando una marcha en
el malecón de la capital del estado a las cuatro y media de la tarde, en
memoria de la joven estudiante del COBACH 10.
Al respecto, el semanario de la ciudad de Tijuana ZETA, da a conocer detalles sobre la escena del crimen y algunos datos reveladores sobre la vida de la joven ultimada en forma cobarde, con alto grado de violencia.
Al respecto, el semanario de la ciudad de Tijuana ZETA, da a conocer detalles sobre la escena del crimen y algunos datos reveladores sobre la vida de la joven ultimada en forma cobarde, con alto grado de violencia.
El día del asesinato, la madre de la joven llamó a María Fernanda vía celular alrededor de la una y media de la tarde, para preguntarle si ya había salido de la escuela y si estaba en su casa, a lo que contestó que ya se encontraba en camino y “no tardaba en llegar”.
Posteriormente, marcó por segunda ocasión cerca de las dos de la tarde. La menor dijo que ya estaba en su casa comiendo.
Felipa Sánchez Rodríguez, originaria de Mazatlán, Sinaloa, marcó a su
pareja sentimental, de nombre Juan Manuel Loera, a las 5:30 pm, cuando
estaba a punto de salir de trabajar. Pidió le llamara a su hija, porque
no contestaba, y tampoco respondió al llamado del novio de su madre.
Entonces
Sánchez salió de su trabajo y se dirigió a su hogar, abrió el candado
de la puerta principal e ingresó. Lo primero que observó -según relató a
la PGJE- fue que su hija estaba tirada en el piso, “llena de sangre y
parecía inconsciente, entonces me acerqué y vi que tenía un cable
enrollado en el cuello, y noté que no se movía”.
La madre de familia salió corriendo de su vivienda y solicitó auxilio
a un vecino, quien se comunicó vía C-4 y reportó el incidente,
solicitando la presencia de una ambulancia y de la Policía.
Durante la revisión, paramédicos de la Cruz Roja observaron que la
menor de edad no tenía signos vitales y solicitaron la presencia del
Agente del Ministerio Público del Fuero Común, así como de peritos de la
Dirección de Servicios Periciales.
En la escena del crimen, encontraron el cuerpo de la joven en posición cubito dorsal. Todavía vestía el uniforme escolar de playera blanca, falda verde, calcetas blancas y zapatos negros.
A
simple vista -de acuerdo al parte oficial-, María Fernanda “tenía la
cabeza llena de sangre, así como un lago hemático irregular sobre el
piso del lado derecho de la cabeza, golpes en el rostro, una extensión
eléctrica de color café enredada en el cuello, la falda levantada a la
altura del abdomen y las pantaletas de color negro, bajadas de la
cadera, a la altura de los muslos”.
El zapato del pie izquierdo se encontraba tirado sobre el piso, a 30
centímetros de la mano derecha y manchas de sangre por proyección en la
pared en dirección de la cabeza.
Los peritos también encontraron un teléfono celular de color negro
marca Alcatel, y en una de las tres sillas del comedor de madera, en la
parte del asiento, una playera echa bola de color blanco con estampado
de leopardo. Abajo, una huella semi-legible marcada de lo que podría ser
un tenis en la mancha del lago hemático, cabellos largos y otros cortos
en ambas manos de la víctima e incluso pedazos de piel, así como un
condón aún en su sobre cerrado, tirado sobre el piso junto al ventanal
de la parte trasera de la vivienda.
En base al informe, en el piso “estaba un trapo de cocina lleno de
manchas de sangre en su totalidad, el cual se presume, fue utilizado
para limpiar y borrar las huellas del calzado que quedaron impresas en
las manchas de sangre”.
Según el dictamen de peritos, la causa de la muerte de María Fernanda
fue por asfixia por estrangulamiento mecánico. El cuerpo fue levantado y
llevado al anfiteatro de la PGJE.
MARÍA FERNANDA SE DEFENDIÓ
Sobre estos hechos, los investigadores del caso explicaron a ZETA que el principal móvil del crimen fue un ataque sexual en contra de la joven, el cual no pudo consumarse porque -de acuerdo a las evidencias en la escena del crimen-, se defendió y luchó en contra del asesino, tanto que parte de su cabello y carne quedaron entre las uñas de la occisa.
Los investigadores creen que el atacante es una sola persona, la cual
después de cometer el crimen, salió huyendo por la ventana trasera de
la vivienda, donde quedaron dos manchas de sangre.
Asimismo, con base al testimonio de la madre, el asesino conocía o
tenía bien estudiada a la victima, porque entró y salió por la ventana
trasera de la casa, teniendo pleno conocimiento de que la joven había
perdido la llave de la puerta de su vivienda, y entraba y salía por la
ventana para introducirse a su domicilio.
REVELACIONES EN SU TELÉFONO Y FACEBOOK
En la revisión y análisis de llamadas telefónicas y mensajes de texto del celular de la joven, los investigadores descubrieron que tenía relaciones sentimentales con siete personas, inclusive de diferentes edades, cuyas evidencias fueron confirmadas en su cuenta de Facebook, donde detectaron un hallazgo de mensajes y pláticas poco comunes entre jóvenes de su edad.
El día del crimen, uno de los siete sospechosos incluso hizo 72
llamadas a María Fernanda. También se encontraron mensajes donde pedían
verla en su casa. “Los mensajes nos dicen que la jovencita metía
constantemente jóvenes a su casa, aprovechando la ausencia de la madre”,
expuso uno de los investigadores.
ANTES VIVÍAN EN OTRA COLONIA
Según testimonios, María Fernanda y su madre inicialmente vivían el fraccionamiento Paraíso Iguana en Cabo San Lucas, pero repentinamente dejaron la casa, la rentaron y se fueron a residir a Villas del Cabo.
Los investigadores del caso indagan por qué “viviendo en una colonia
de nivel medio, se fueron a vivir a un fraccionamiento de nivel bajo, a
un costado de la colonia más conflictiva de Los Cabos”, donde a decir
por amigos de la joven fallecida, “no quería que supieran dónde vivía y
constantemente se negaba a ser visitada en su hogar por los amigos de su
escuela”, incluso el estatus escolar de María Fernanda pasó de un
colegio de paga a una escuela de gobierno.
La madre de la joven prácticamente emigró de Los Cabos y no se tiene
rastro de ella, únicamente de su tía, quien reclama justicia.
Colectivo Pericú con información del SEMANARIO ZETA TIJUANA
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