miércoles, 23 de octubre de 2013

DETECTAN EN SONORA ESCUELAS FANTASMA



Algunos docentes cobran sueldos por laborar en escuelas en las que no hay alumnos o que ni dirección tienen, pero que en las nóminas aparecen con una clave que funciona para depositar los salarios al magisterio adscrito a ese centro educativo.

CIUDAD DE MÉXICO, 23 de octubre.- Algunos docentes cobran sueldos por laborar en escuelas en las que no hay alumnos o que ni dirección tienen, pero que en las nóminas aparecen con una clave que funciona para depositar los salarios al magisterio adscrito a ese centro educativo.

Esos supuestos planteles son calificados por Mexicanos Primero como “escuelas fantasma”, ya que “existen por un arreglo institucional, donde pagan a personas que tienen en la nómina, pero es una Clave de Centro de Trabajo (CCT) que no está activo en la base de la SEP o no existe en la base de datos como una escuela”, explicó la directora de investigación de esa asociación civil, Jennifer O’Donoghue.

Un plantel es fantasma cuando “no hay evidencia de que existe como una escuela que está dando servicio educativo a niños, pero que sí existe en la nómina y que a través de esa clave están pagando a personas que cobran como maestros que están adscritos a ese centro de trabajo, aunque no funcione como una escuela”, detalló.

Aunque la asociación apenas ha detectado 84 escuelas fantasmas, solamente en Nuevo León, Zacatecas, Estado de México, Sonora y Guerrero correspondiente al primer trimestre de 2012, señala que es muy probable que esa irregularidad se repita en todas las entidades, porque si en cinco estados se presentó ese fenómeno, consideró muy probable que pase en el resto del país.

Lo más grave, subrayó, es que en las 84 escuelas fantasmas identificadas en el primer trimestre de 2012 se pagaron alrededor de 10 millones de pesos para sueldos de maestros, lo cual en ese año pudo haber acumulado más de 40 millones de pesos solamente para pagar salarios en cinco estados de escuelas que no existen.

“A veces esos centros no tienen ni dirección, sólo viene una clave, pero se desconoce su ubicación, pero hay otros centros que sí tienen dirección y que alguna vez funcionaron como escuela, según datos de la SEP, pero que ya no están activos y por eso no tienen alumnos”, detalló en entrevista.

Lo anterior, indica el reporte de Mexicanos Primero, revela el desorden y la corrupción que impera en el sistema educativo mexicano, porque se desconoce si los maestros que cobran en esos centros, ahora labora en otras escuelas, pero la SEP no ha registrado esos cambios, lo cual despierta sospechas de corrupción.

“Queríamos calcular el gasto por alumno por escuela y nos topamos con CCT’s que no tenían matrícula, entonces no podíamos calcular el gasto por alumno en esas escuelas que no tenían alumnos, pero donde sí cobran maestros”, explicó la especialista al indicar cómo detectaron esas irregularidades.

Entre esos casos, un plantel identificado con el nombre Nicolás Bravo pagó un millón 531 mil 814 pesos para los sueldos de siete docentes durante los cuatro trimestres de 2012, lo cual equivale en promedio a 218 mil 830 pesos de salario por ese año para cada profesor y que al mes representa un ingreso de 18 mil 235 pesos.

Otro CCT identificado por la asociación civil reveló que en ese centro se pagó a nueve maestros 2 millones 96 mil pesos durante 2012, lo cual representó un sueldo anual promedio para cada docente de 232 mil 977 pesos, equivalentes a 19 mil 414 pesos al mes.

Ante esas irregularidades, el estudio  (Mal) Gasto. Estado de la Educación en México 2013, elaborado por Mexicanos Primero, señaló que hay “una ineficiencia generalizada en el uso de los recursos económicos dirigidos a la educación en México y es por ello que el país está identificado como uno de  menos eficientes, tanto entre los emergentes, como los desarrollados en cuanto a su gasto educativo”.

Lo más lamentable, concluyó el estudio, es que el desvío de recursos, el despilfarro y la corrupción son perjudiciales, pues la UNESCO ha señalado que “el malgasto perjudica al aprendizaje”, pues ese desvío impide el desarrollo real de la escuela y baja la motivación tanto de maestros como de alumnos.

(DOSSIER POLÍTICO/ Lilian Hernández / Excelsior /2013-10-23)

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