Las tres personas asesinadas con armas AK-47 y luego decapitadas por
sujetos desconocidos, en la comunidad de Aguacaliente del Aguaje,
Concordia, el pasado 5 de agosto, confirmaron las palabras que dijo a
Ríodoce el alcalde José Eligio Medina Ríos, con motivo de aquella
masacre del Platanar de los Ontiveros, ocurrida el 24 de diciembre de
2012, donde murieron nueve personas.
“Se está volviendo común que nos ataquen y no pasa nada”, afirmó esa vez Medina Ríos.
Las víctimas mortales del 4 de agosto fueron identificadas por sus
familiares ante el Ministerio Público de Concordia, como Gilberto Patrón
Osuna, de 47 años, su hijo Ezequiel Patrón, de 17 años, y Gerardo
Gárate Enciso, de 28 años, trabajador de Patrón Osuna.
“Las tres personas no tenían bronca, eran personas trabajadoras y
honestas, víctimas inocentes”, aseguran quienes conocieron de cerca de
los finados.
Algunos pobladores de esa zona serrana afirman que la saña con la que
fueron asesinadas fue similar a la que utilizaron quienes perpetraron
la masacre de El Platanar de Los Ontiveros, el 24 de diciembre de 2012.
Las tres personas originarias del poblado Palmillas que fueron
asesinadas con fusiles AK-47, en el camino que conduce de éste pueblo
hacia Aguacaliente del Aguaje, asimismo las decapitaron y a una de ellas
le cortaron pies y manos.
La comunidad de Palmillas es de donde aparentemente regresaban
después de haber asistido a una fiesta de quince años, las ocho
personas, entre ellas dos menores de edad, que fueron masacradas por un
grupo de sicarios, el 22 de octubre de 2012, en el poblado Las Iguanas,
para luego ser quemadas junto con la camioneta Ford Ranger, color
blanco, placas UA-44414, en la que viajaban.
El próximo 22 de octubre, se cumplirá un año del multihomicidio, y
pese a que las autoridades investigadoras afirmaron estar trabajando
para castigar a los presuntos responsables, todavía “no pasa nada”.
Por caminos y veredas de la sierra de Concordia, corrió la versión no confirmada por autoridad alguna, de que dos de los muertos habían estado hablando por radio durante la fiesta de quince años, conducta que habría sido interpretada por un supuesto espía de un grupo delictivo como de “halcones”.
Por caminos y veredas de la sierra de Concordia, corrió la versión no confirmada por autoridad alguna, de que dos de los muertos habían estado hablando por radio durante la fiesta de quince años, conducta que habría sido interpretada por un supuesto espía de un grupo delictivo como de “halcones”.
En los círculos policíacos hay quienes aseguran que cuando la
camioneta se retiraba de Palmillas los que supuestamente habían estado
hablando por radio pidieron “raite” con los resultados ya conocidos
desde octubre de 2012.
La cultura del “no pasa nada” se consolidó de manera no menos
sanguinaria, tres meses después, en El Platanar de Los Ontiveros, donde
murieron nueve personas, entre ellos un joven estudiante de
criminología, que se aplicaba para aprender los laberintos de la
justicia en Sinaloa y cuyo sueño fue decapitado.
El 1 de junio, al “no pasa nada” se le agregó el silencio sepulcral,
cuando el ex juez Mixto de Concordia, Isidro Hernández Ramírez, de 60
años, fue masacrado junto con su esposa Isabel Espinosa Gastélum, de 59
años, y sus hijas Esmeralda Rubí, y Linda Cristal Ramírez Espinosa, de
28 y 21 años, respectivamente, una de ellas con padecimiento de síndrome
de Down.
La familia Ramírez Espinosa y otra víctima de nombre Bernardo,
originaria del Distrito Federal, fueron arrojados a un profundo barranco
ubicado como a 25 metros de una de las torres metálicas que conducen
las líneas de energía eléctrica de alta tensión de la Comisión Federal
de Electricidad, desde Mazatlán hasta el estado de Durango, cerca de la
comunidad El Cantil, Concordia.
“Yo creo que no los mataron aquí, yo creo que los vinieron a tirar, y
no sé si tiene mensaje, pero lleva mensaje el que vengan y los tiren a
los pies de las líneas de las torres”, dijo a este semanario el alcalde
José Eligio Medina Ríos.
El “mensaje” a que se refería Medina Ríos es que desde febrero hasta
mayo de 2009, el finado juez mixto de primera instancia del distrito
judicial de Concordia, había sido señalado como presunto operador del
fraude de 209 millones 23 mil 974.51 pesos, perpetrado contra la CFE, en
la zona sur del estado.
Una fuente de Ríodoce que conoce las “tripas” del supuesto fraude
millonario maneja la hipótesis doméstica de que si tanto la Procuraduría
General de la República, como el Supremo Tribunal del Estado del Estado
de Sinaloa, hubieran hecho su trabajo que consiste en abatir la
impunidad, el juez y sus acoples, quizá estarían en la cárcel, pero su
familia y él, tal vez, estuvieran con vida.
Pero como dijo la máxima autoridad del municipio sureño de Concordia, Sinaloa: “No pasa nada”.
Las víctimas
-22 de octubre de 2012. Ocho personas que venían de Palmillas, fueron asesinadas y luego quemadas junto con la camioneta donde viajaban.
-24 de diciembre, de 2012. Nueve personas son masacradas por un grupo delictivo que tomó por asalto a la comunidad del Platanar de los Ontiveros.
-1 de junio de 2013. El exjuez Isidro Hernández
Ramírez, esposa y dos hijas, además de otra persona, son asesinadas y
arrojadas en un barranco de la comunidad El Cantil.
-5 de agosto, tres personas fueron asesinadas y luego decapitadas, por sujetos desconocidos, en Aguacaliente del Aguaje, Concordia.
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