Guillermo Urías AyalaEl golpe de gracia a la construcción naval en nuestro país y concretamente en Guaymas lo dio el mismo gobierno federal al conceder contratos a las fuerzas armadas, con tal de tener ocupados a sus elementos en acciones que nada tienen que ver con la seguridad nacional, afirmó José Flores Orduño.
Quien
fuera Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la
Construcción Naval CTM, señaló que esta apertura permitió que sólo en
Guaymas se perdieran más de dos mil empleos directos relacionados con el
gremio.
La
iniciativa privada no puede competir de esta forma, pues la Secretaría
de Marina-Armada de México opera sus astilleros en forma muy ventajosa,
lo que limita las posibilidades de quienes realmente realizan fuertes
inversiones para sostener la actividad.
Para
las fuerzas armadas, sólo representa ocupación para sus elementos,
quienes llueva o truene devengan un sueldo y dentro de estas
prestaciones va incluido el servicio médico, pago de Infonavit y otros,
por lo que no hay gasto adicional.
De
esta forma, resulta imposible una competencia pareja, por ello los
astilleros van a la quiebra, suerte no deseable, pero que parece lo más
seguro en Industria Naval del Pacífico, que fuera la principal factoría
del género en el puerto, señaló Flores Orduño.
Destacó
que para el gobierno federal es más fácil adjudicar la construcción de
nuevas embarcaciones o reparaciones a las fuerzas armadas, pues no hay
aplicación de recursos extraordinarios.
De
esta forma, evita invertir en infraestructura y en los respaldos
financieros con las aseguradoras que exigen un depósito similar al costo
de la embarcación a construir o mejorar, por ello el destino de esta
industria esta condenada a desaparecer. |
(LA VOZ DEL PUERTO/ Guillermo Urías Ayala/ lunes, 19 de agosto de 2013)
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