Un
recuento de los favores fiscales del gobierno a Televisa, a partir de
la administración de José López Portillo, muestra que la condonación de
casi 3 mil millones de pesos del Servicio de Administración Tributaria
al gigante mediático es el tributo con que cada presidente –en este caso
Enrique Peña Nieto– compra la buena voluntad de quienes deciden el
final de las telenovelas.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- En su
reporte trimestral ante la Bolsa Mexicana de Valores, el Grupo Televisa
informó que desde el 15 de abril, “con el consentimiento del SAT”
(Servicio de Administración Tributaria), la empresa presentó ante el
Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa un desistimiento al
juicio de nulidad y realizó un pago de 343 millones 254 mil pesos.
El
reporte no precisaba lo que realmente era la clave: ese pago
representaba apenas el 10% del crédito fiscal por 3 mil 334 millones 960
mil pesos que el consorcio adeudaba al SAT por deducciones erróneas de
pérdidas en el pago del Impuesto Sobre la Renta.
El sábado 11 de
mayo se precisó que, en realidad, la condonación del adeudo fiscal a
Televisa equivalía a 2 millones 990 mil 746 pesos. El dato generó un
revuelo mayúsculo en las redes sociales, al grado de convertir las
frases #SATHazmeUnParo y #PerdonaSAT en los trendig topics más mencionados durante el fin de semana en Twitter.
El
mismo día, el SAT intentó “aclarar” en un comunicado el multimillonario
favor fiscal indicando que se basó en el artículo tercero transitorio
de la Ley de Ingresos de la Federación para 2013, aprobada en la Cámara
de Diputados en febrero pasado, cuando se negociaba en el gobierno
federal y el Pacto por México la reforma constitucional en
telecomunicaciones.
Pese a la “aclaración”, el revuelo por la
condonación de casi 3 mil millones a Televisa no disminuyó. Por el
contrario, confirmó la regla no escrita desde los sexenios priistas de
José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto
Zedillo, así como en los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe
Calderón, de favorecer fiscalmente al monopolio televisivo.
Desde
la entrega de concesiones de decenas de canales sin pago de
contraprestación alguna, la condonación de los adeudos fiscales y
financieros consentida por Ernesto Zedillo durante la crisis de la
sucesión de Azcárraga Milmo en 1997, la eliminación de los tiempos
fiscales con el decretazo de 2002 en el sexenio de Vicente Fox, y
la supresión del pago de derechos en la Licitación 21 durante el
gobierno de Felipe Calderón, la constante de todos los gobiernos ha sido
la de beneficiar a Televisa.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1907, ya en circulación)
/ 18 de mayo de 2013)
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