viernes, 4 de mayo de 2012

HAY DE ALEMANES A ALEMANES


La Viña del Señor


Si en lo político Otto Claussen Iberri, el candidato dl PRI a la alcaldía trae la brújula extraviada en pleno día de la Libertad de Prensa el “Alemán porteño” pretendió coartar dicha libertad en la radio 1040, contrario al “alemán de verdad” Adolf Hitler, que si sabía la utilidad de ese medio de comunicación. 

El germano onapaffa trató de dar lecciones de comunicación política a la conductora Las Noticias de Primera, Agueda Barojas, pero el tiro le salió por la culata al teutón genérico, como le dice Javier Millán Velázquez de la aguerrida Carta Millán. 

En efecto, si Hitler traía de second en materia de propaganda al genio en el área Joseph Geobbels, el ario de la Burocráta tiene como su mano derecha a Walter Décima, un alemán ya muy diluido. 

Ignorante de la recomendación que la conseja popular sostiene que hay dos cosas que no se deben hacer en la vida: “Pelearse con un periodista y con un mesero”. La razón es obvia. 

Otto, alias el “ultra”
Por eso Otto creyéndose monopolizador de la verdad al buscar enmendarle la plana a la Barojas, quedó evidenciado ante la opinión pública como vil porro de la grilla a diferencia de otros candidatos que se han demostrado tolerantes ante la crítica y que incluso la aceptan con humildad, por lo cual podrían tener razón aquellos que lo conocen desde sus años juveniles como morro problemático ¿ O no Pepito de Garay?   
     
En tiempos electorales las relaciones con los medios de comunicación, es un tema que se torna esencial, partiendo de la idea que en el lapso que dura las campañas ambas partes se necesitan, políticos y periodistas tienen un interés común: necesitan llegar al público. 

Al político le interesas en tanto que en el público están sus votantes potenciales, al periodista le interesa el público en cuanto que en él están consumidores potenciales de la información, susceptibles de incrementar los índices de audiencia y credibilidad, por lo que hoy en día existe una nueva forma de relación y   comunicación en este rubro la hoy ya muy conocida COMUNICACIÓN POLITICA, que cuando se le conoce y se  le entiende se puede llevar al candidato, al político o al funcionario a los cuernos de la luna. 

Hay un viejo adagio que dice que es posible engañar a algunos todo el tiempo, que es posible engañar a todos durante un corto espacio de tiempo, pero que es imposible engañar a todos todo el tiempo. 

Pero este dicho con un buen spin, nos podría dar otro resultado  el poder  engañar al suficiente número de fieles el tiempo suficiente para ganar las elecciones, o nos podrá dar el tiempo suficiente para tener una buena imagen pública. 

Operación Valkiria
Lo anterior sirve para poder analizar y entender lo que le ocurrió al candidato del PRI a la Alcaldía del Municipio de  Guaymas, Otto Claussen Iberri,  el candidato entró en pleno día de la libertad de Prensa  en controversia Agueda durante la transmisión de su programa de noticias por el tema de la colocación de publicidad  de su imagen y su campaña en la ciudad y la falta de permiso para poder llevarla acabo.    

El desaguisado se supo debe anotarse al secretario del PRI Fabrizio Cano Lara, a quien se encomendó pedir la autorización requerida desde el 26 abril, no el 25 como dijo el candidato, hasta en eso falló,  pero acostumbrado a irse por la libre como con la nunca publicada convocatoria para renovar el Consejo Político Municipal de su partido, decidió no presentarlo ante Control Urbano.  

Si no conoce la Ley del Notariado, muchos menos el reglamento para anuncios en la vía pública y en dicho escrito solicitaba poner propagando en toda la ciudad, incluyendo lugares prohibidos.  No quiso el Fabri dejar espacio libre a los candidatos contrarios.

En conclusión al Alemán cuando no le llueve le llovizna, pues hasta el “juanito” del Chuy Aguirre se propuso para encabezar la Operación Valkiria y ya se oferta como voluntario para detonar el comité germánico porteño y den que se fue a poner al servicio de la causa del Negro Librado Navarro candidato de la Naranja Mecánica a la alcaldía. 

El gran perdedor
Otto Claussen perdió. Quiso chamquear, quiso exhibir y terminó exhibido. Aseguró públicamente que tenía permiso desde el 25 de abril y más tardó en decirlo que el director de Control Urbano en desmentirlo. 

Ni la fecha le pudo soplar bien su ultramega asesor Walter De Cima, quien tenía a un lado y después le recomenó hacer otra llamada para justificar lo injustificable con otra mentira.

El permiso durmió el sueño de los justos desde el 26 de abril y no fue hasta que se vieron descubiertos que acudieron a solicitarlo.

Lejos de regañar y exhibir a su equipo se fue con todo contra la comunicadora demostrando su intolerancia y el peligro que representa que un tipo como ese gobierno Guaymas...Dios nos libre!
 

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