viernes, 27 de abril de 2012

LOS ASESINOS DE "EL PEÑITA" ; SIGUE PENDIENTE SU DETENCIÓN


Las investigaciones de la PGJE llevaron al móvil y a la identificación plena de cuatro narcomenudistas de “El Javier” implicados en el crimen de Rafael Ismael de la Peña Lara, policía municipal de Los Cabos.

Investigaciones ZETA

lapazpoliejecutadoloscabos8San José del Cabo, Baja California Sur. A casi un mes de la ejecución de Rafael Ismael de la Peña Lara, agente de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de Los Cabos, los investigadores del caso lograron conocer el móvil y la identidad de los sicarios que la mañana del 26 de marzo asesinaron al agente policiaco, cuando éste se dirigía de su casa a su trabajo, a la altura de la Mesa de Santa Anita.

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Datos recabados por los investigadores exponen que los responsables del crimen del agente, conocido también como “El Peñita”, son células criminales de Javier López Rivera, Javier Acosta López o Javier Munguía “El Javier”, líder del narcomenudeo en San José del Cabo.


De acuerdo a la investigación, los responsables del asesinato son:

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1. Miguel Tejada Alvarado López “El López”, originario de Sinaloa.


2. Jesús Arturo Garza Oviedo, de Nuevo León.

3. Miguel Ángel Garay Espinoza, de Sinaloa.

4. Vidal Ángel Jaimes, de Guerrero.

Las indagatorias de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) apuntan hacia los cuatro narcomenudistas que, confabulados con tres compañeros del agente caído, uno de ellos de rango Comandante del Sector Uno, planearon el crimen.

Las primeras líneas de investigación sugieren una venganza de “El López”, ya que el 25 de marzo, el occiso habría detenido a tres de los cuatro criminales a bordo de un vehículo tipo sedán, color negro, placas VKP9609 de Sinaloa, por ingerir bebidas embriagantes, según el parte informativo que obra en poder de ZETA.

Durante la detención, “El Peñita” cruzó palabras con “El López” y, cuando supo que iba a ser consignado, textualmente le dijo: “Te va a cargar tu chingada madre”, lo que originó que el policía asesinado pegara tres puñetazos en la nuca al primo de “El Javier”; posteriormente, junto con sus acompañantes, fue remitido a la barandilla de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de Los Cabos.

Sin embargo, el narcomenudista recuperó su libertad horas después, luego de pagar una irrisoria multa de 500 pesos por ingerir bebidas alcohólicas en el interior del vehículo en la vía pública.

Los investigadores explicaron a ZETA que el criminal fue liberado cerca de las cinco de la mañana, y después de reunirse con algunos agentes policiacos, esperó a Rafael de la Peña Lara en la Mesa de Santa Anita, donde lo estuvo cazando junto con otros tres matones, hasta que cerca de las siete y media de la mañana, lo atacó cuando se dirigía a su trabajo en una camioneta pick-up color verde, con placas de circulación ZMX-8921.

Los criminales ya tenían un plan de fuga, y gracias a la complicidad de algunos policías municipales y ministeriales, no tuvieron problemas para evadir la acción de la justicia cuando huyeron en su unidad tipo Expedition color guinda y placas de circulación sobrepuestas, según versión de los investigadores de este caso.

Las pistas que siguieron los llevaron a descubrir que la unidad vehicular había sido abandonada en la calle Agua Caliente, entre Jalisco y Nayarit, Colonia San José Viejo, donde los agresores ya eran esperados en una camioneta tipo Caravan o Windstar color verde, y un carro compacto tipo Honda color dorado.

Los criminales siguen prófugos de la justicia, gracias a la corrupción policiaca que desde el 26 de marzo no permite su captura, y como por arte de magia, algunos elementos de la corporación que habían sido vistos con anterioridad en algunas de las casas de narcomenudistas, no recordaron las direcciones de los asesinos.

De acuerdo a la conclusión de los investigadores en el caso, el principal móvil del crimen es una venganza en contra de la Policía Municipal, particularmente del agente fallecido, ya que la versión de algunos narcomenudistas detenidos el día del homicidio, coincide en que los policías municipales, como era el caso de “El Peñita”, se dedicaban a extorsionar narcomenudistas que vivían por el fraccionamiento Monterreal y “constantemente andaban sobre de ellos, quitándoles dinero y droga”, para después consignarlos con la infracción de una falta administrativa.

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