MÉXICO, D.F. (apro).- “De común acuerdo
y por así convenir a sus intereses”, los partidos Revolucionario Institucional y
Nueva Alianza, del cual es dueña Elba Esther Gordillo, rompieron ayer la
coalición pactada para ir juntos en las elecciones del 1 de julio y respaldar
como candidato presidencial a Enrique Peña Nieto.
“(La medida) se determinó luego de que no se alcanzaron las
condiciones políticas necesarias en los equilibrios internos de los partidos.
Esta decisión se tomó con el interés fundamental de respetar y preservar la
unidad y los derechos políticos de los militantes de los tres partidos”, informó
el PRI anoche en un comunicado.
Aseguró que la decisión “de ninguna
manera” representa una “confrontación” entre las tres fuerzas
políticas.
En una entrevista televisiva, el dirigente nacional del
tricolor, Pedro Joaquín Coldwell, aseguró que se trata de una “separación
amistosa”, resultado de los divergentes intereses de ambos
partidos.
Horas antes de anunciar la decisión, el PRI había adelantado
que buscaría hacer cambios al convenio de coalición, luego de que la alianza
generara molestia entre sus militantes.
La coalición, suscrita hace dos
meses, había causado múltiples inconformidades entre militantes priistas de más
de 10 estados, con el argumento de que el tricolor había cedido al Panal y al
Partido Verde candidaturas al Congreso sin tomar en cuenta su
militancia.
Precisamente las presiones y amagos de ruptura de priistas
molestos obligaron a la dirigencia del PRI, encabezada por Pedro Joaquín
Coldwell, a dar marcha atrás en los términos de la coalición federal, por lo
menos con el Panal.
El acuerdo de coalición firmado en noviembre, cuando
Humberto Moreira era el líder nacional del PRI, establecía que ese partido, el
PVEM y el Panal compitieran juntos en la elección presidencial y de forma
parcial en las elecciones legislativas.
Moreira dejó el cargo en
diciembre para que los señalamientos en su contra por la deuda en Coahuila no
afectaran al PRI, aseguró entonces. Días después, Coldwell tomó su
lugar.
A cambio de obtener el respaldo del Panal, el PRI entregó 24
candidaturas a diputados federales y cuatro senadurías; de ellas, una sería para
la hija de Gordillo, Mónica Arriola, y la otra para su yerno Fernando
González.
Las reacciones no se hicieron esperar: los inconformes
denunciaron que la alianza era incongruente, ya que en esos momentos el Panal
competía en contra del PRI y a favor del PAN en las elecciones de
Michoacán.
Este sábado, el diario Reforma publica, citando fuentes del
PRI, que la determinación de romper la alianza con Elba Esther Gordillo fue
valorada por el equipo de Peña Nieto que incluso realizó encuestas y sondeos
para medir el impacto entre la opinión pública de la alianza con el
Panal.
La conclusión, indica el rotativo, fue que la cercanía del
exgobernador mexiquense con la dirigente magisterial representaba un alto
costo.
En junio pasado Peña Nieto de refirió a Gordillo como su amiga y
cuatro meses después se pronunció a favor de las negociaciones que el tricolor
inició con el Panal para ir juntos en las elecciones.
En los últimos
meses, el aspirante presidencial emprendió una estrategia para alejarse de los
escándalos y las polémicas.
Anoche, en entrevista con Joaquín López
Dóriga, el líder del Panal, Luis Castro Obregón, declaró: “Nueva Alianza está en
la posibilidad de obtener un mayor porcentaje (de votos) yendo solos, que yendo
en la coalición, y por lo tanto tener posibilidad de representación en el
Congreso”.
El PRI y el PVEM seguirán juntos en la coalición Compromiso
por México. Ambos partidos contendieron como aliados en las presidenciales de
2006, en las que quedaron en tercer lugar de la votación.
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