domingo, 18 de diciembre de 2011

EL DIABLO NO ES COMO LO PINTAN




 
Ismael Bojórquez   
Después de que el 1 de septiembre pasado el Cabildo rechazó la propuesta de Alejandro Higuera para solicitar créditos hasta por 176 millones de pesos con el fin de realizar obras en Mazatlán, el alcalde se soltó las amarras. Su propuesta había sido aprobada por los 11 regidores del PAN, PT y PRD, pero recibió el voto en contra de los siete ediles priistas, suficientes para que la iniciativa no llegara al Congreso del Estado.


Alejandro hizo su trabajo donde podía. Maiceó a los regidores de la chiquillada, pero se topó con los priistas, que han decidido hacerle la vida pesada, con la línea del exalcalde Jorge Abel López Sánchez y la líder municipal del partido, María Cholet.

Se ocupaba un cabildeo de más alto nivel pero este no se dio. Dos o tres días después, durante una reunión con empresarios de la Coparmex y a propósito de la frustrada operación endeudamiento, el Diablo Higuera comentó algo fuera de forma, como si hubiera estado en una reunión de su grupo compacto: “No se imaginan ustedes cómo extraño a Juan Millán… y hasta a Jesús Aguilar”. Se refería, claro, a que el Gobierno estatal no había hecho nada para sacar adelante la propuesta.

El comentario debió haberle llegado a Malova, que ya le tenía guardado en la carpeta de cuentas por cobrar, el episodio de las predefiniciones del candidato del PAN a la gubernatura, cuando Higuera decide lanzarse y fuerza una negociación en el CEN del partido. Malova interpretó entonces que el Diablo le estaba haciendo el “trabajo sucio” al entonces gobernador Jesús Aguilar Padilla, que hizo hasta lo imposible para desbarrancar sus aspiraciones a través de una coalición opositora, una vez que había quedado fuera de la contienda priista.

Finalmente el PAN se decidió por el mochitense y Alejandro Higuera se fue por tercera vez a pelear Mazatlán. Ahora, ya como gobernantes, tienen una relación cordial, sin duda, pero ni Malova es santo de la devoción del Diablo ni este uno de los “cuates” del gobernador.

En el episodio del martes por la tarde esto quedó claro para los dos. El Diablo, que no resultó como lo pintan, perdió una partida crucial en su carrera política porque la plataforma del senado es inmejorable para llegar a la gubernatura. En cuanto a Malova, gana, y no porque seguirá teniendo un alcalde capaz en Mazatlán, como dijo ese martes a la prensa, sino porque con esta decisión se allana el camino para su alfil, Gerardo Vargas Landeros, con miras a su propia sucesión.

No creo que Malova gane una partida de ajedrez a alguien que mueva medianamente torres y caballos, pues para eso hay que prever el juego tres, cuatro, cinco jugadas adelante.

Pero, queriendo o no, el movimiento del martes le salió con la perfección de una carambola de tres bandas: desbarrancó a Higuera, protegió la carrera de Vargas Landeros y, por si fuera poco, ubicó a Martín Heredia en la antesala de la diputación por el distrito 08.

Ese martes por la mañana Martín Heredia se había registrado, por sí o por no, como candidato por el distrito 08. Igual que Salvador Reynosa, quien ahora tendrá que buscar el voto de los panistas sin el apoyo o más bien, contra la voluntad de quien tiene el control de la plaza: el Diablo.

***

Ese es un tema, el otro es la frivolidad y el desparpajo con que el gobernador trató de imponer a Martín Heredia en la Presidencia Municipal de Mazatlán, porque tiene una “deuda” con el concordense. Y el uso de las instituciones y dependencias para satisfacer apetitos políticos y apuntalar proyectos personales. “Si no ganas te vas conmigo a la CEAPAS”, le había dicho a Salvador Reynosa tres semanas antes. Es decir, el Gobierno como refugio para los perdedores. Como siempre, claro, no es que Malova lo esté inventando. Como no está inventando nada, en su malogrado “gobierno del cambio”.

Malova, desde el discurso de una nueva forma de gobernar, reproduce, ni más ni menos, lo que hicieron sus antecesores, con el agravante de la torpeza.

Ir a Mazatlán a pedirle al alcalde que le diera la Presidencia Municipal —como si le estuviera pidiendo prestado un bote para ir de pesca— porque tenía una deuda qué pagar, empequeñece aún más a un gobernador que ha hecho hasta lo imposible por descarrilar la esperanza que un día los sinaloenses depositaron en él.

Ahora habrá qué ver los movimientos que traerá consigo esta intromisión del gobernador en el proceso interno del blanquiazul, porque Alejandro Higuera es parte de una de las más fuertes corrientes internas del panismo sinaloense.

Bola y cadena
VEO MUCHA GENTE EXTRAÑADA porque el presidente Felipe Calderón “se subió al ring”, lo cual era absolutamente previsible. El problema, sobre todo de los priistas, es cómo van a evitar que, en lo sucesivo, el presidente ande como chachalaca haciendo campaña en contra de su partido y, en particular, del que será su candidato, Enrique Peña Nieto. Ya lo habíamos dicho: el presidente es un púgil y pega fuerte con la derecha, si no que le pregunten a Andrés Manuel López Obrador. Y no se va a detener en formas legales si hay que desbarrancar a alguien. Pero el presidente no debe enojarse, se ve mal y desfigura. Ya perdió la guerra contra el narcotráfico, pero si gana la elección presidencial, lo cual es menos difícil que ganarle a los narcos, puede salvarse de la quema histórica.

Sentido contrario
PUES RESULTA QUE SE despeinó Enrique Peña Nieto y en un escenario que nadie pensó se iba a resbalar y caer de forma estrepitosa, la Feria Internacional del Libro. Es verdad que no es condición indispensable ser muy culto para hacer un buen gobierno, pero ser iletrado no deja de ser un defecto notable —ya se vio— para alguien que aspira a ser presidente de su país.

Humo negro
MATAN A UN PADRE QUE busca a su hijo en Sonora y ahora a un hombre de 70 años que defiende su tierra y a su pueblo, en Michoacán. Los dos, miembros del Movimiento por la Paz que dirige el poeta Javier Sicilia. ¿A dónde se encamina este México bárbaro?

 

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