lunes, 21 de noviembre de 2011

SACUDEN A POLICIA DE AHOME; DETIENEN A 32 ELEMENTOS ENTRE ELLOS LA TOTALIDAD LOS ALTOS MANDOS



Sospechoso el nombramiento del director interino

Luis Fernando Nájera
El cuatro por ciento de la Policía Municipal de Ahome, 32 elementos, entre ellos la totalidad de altos mandos, fue detenido por una fuerza especial de militares y agentes de la Policía Ministerial, debido a su aparente implicación en tres secuestros, extorsiones y por tener vínculos con bandas domésticas del crimen organizado.

Entre los detenidos figuran el director interino de la corporación, León Horacio Reyes, el director administrativo, Germán Carrillo Ochoa.


Hoy, los 32 agentes se encuentran arraigados en Culiacán bajo cargos de secuestro, extorsión y de nexos con la delincuencia organizada que opera en Los Mochis.


La lista de arraigados la conforman: León Horacio Reyes, director; Germán Carrillo Ochoa, administrador; Gonzalo Omar Pérez Rubio, director operativo; Sergio Casillas Torres, subdirector operativo y Baltazar Acosta Osorio, (coordinador de sindicaturas).


Igualmente los jefes de cuadrante, Ricardo Urías Gastélum, Luis Enrique Rivera Romero, Gerardo Reyes Espinoza, Rigoberto Reyes Moreno, Juan Francisco Mercado de la Torre, Isidro Cázarez Bacasegua, José Guadalupe León Barreras, Gabriel Flores Rodríguez, Fred Enrique Guillén Leal, Gabriel Verdugo Ruiz, Tomás Eduardo Gárate Salazar, Roberto Borboa Montiel, Joel Armando Salas, Eugenio José Niebla López y Ernesto Alonso Beltrán Álvarez. También están arraigados, Rosario García Cota, José Luis Álvarez Rendón, Fernando Castañeda Labrada, José Humberto Quintero Flores, Víctor Enrique Miranda Armenta, Fabián Solís Ruiz, Andrés Soto Gutiérrez, Osvaldo Valdez Soto, Ramón Pacheco Zacarías, Ariel Octavio Galaviz Vega, Manuel Hernández Mendoza y Humberto Cota Inzunza.


La captura de los policías, sin disparos y sin hecho violento ni persecución, se llevó a través del engaño. Y es que el lunes, de manera sorpresiva, todos los altos mandos, desde jefes de unidades especiales hasta jefes de cuadrantes y sus comandantes, fueron concentrados en la Sala Audiovisual de la Dirección de Tránsito, ubicado en un apéndice de la Dirección General de Policía y Transito de Ahome, para recibir instrucciones sobre el operativo navideño.


Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, director de la Policía Ministerial del Estado, convocó a la asamblea de policías para las 10:00 horas. Sin embargo, esta no inició dentro de lo programado y el tiempo transcurrió sin novedad, hasta pasado el mediodía, cuando el general comandante de la Novena Zona Militar, Moisés Melo García, llegó al lugar en apoyo de la fuerza ministerial que se desplegaba por las instalaciones, cerrando accesos.


A las 14:00 horas, Aguilar Íñiguez ordenó el desarme de los agentes reunidos en la Sala Audiovisual y les informó que eran detenidos. No los puso al tanto de los cargos. Luego, el grupo fue conducido a un autobús de línea y transportados a Culiacán, en donde aún permanecen.


La detención de los mandos de la fuerza pública sorprendió al alcalde, Zenén Aarón Xóchihua Enciso, quien en el primer año de gobierno recibe un segundo golpe a la cabeza de la corporación que primero desmanteló, después reestructuró y que ahora es desmembrada por instrucción superior.


“No me informaron del operativo”, dijo. “Tiempo atrás me comentaron de irregularidades en la corporación, pero no fui enterado de qué clase eran”.


Aseguró que no intervendrá por nadie en la investigación y que dejará que la autoridad haga el trabajo necesario para esclarecer los hechos que se indagan.


El policía que resulte sin culpa será reinstalado, y quien sea consignado se analizará el caso. Mientras dure el arraigo y no se tenga una resolución en firme, todos recibirán sus pagos, con la finalidad de que la familia no sufra porque es conocido que muchos viven al día.


Sobre aviso no hay engaño
En enero del 2011, Ríodoce reveló que el director interino de la Policía Municipal, León Horacio Reyes, había sido detenido en Mazatlán en enero de 1997, por militares bajo cargos de cohecho debido a que aceptó el pago de 50 mil pesos a cambio de respetar la plaza para Joaquín Zataráin Ontiveros, el Indio Zataraín, quien estaba al servicio del cártel de los Arellano Félix, que entonces era jefe en dicho cártel.


El entonces militar en servicio fue exonerado, porque el dinero no lo recibió él sino un cuñado.


Pese al antecedente y a que el propio jefe policial no había acreditado el examen de control de confianza, el alcalde de Ahome lo mantuvo en el cargo, hasta ahora.


El caso se ha tornado hermético porque no se quieren revelar los antecedentes de la detención de los 32 mandos de la Policía Municipal.


Sin embargo, información recabada por Ríodoce establece que en uno de los secuestros y extorsión se involucra directamente a un jefe de cuadrante que habita en la colonia Raúl Romanillo, en cuya casa o a un costado, fue localizada una camioneta lujosa de una de las víctimas.


Sin embargo, la Procuraduría General de Justicia del Estado se ha negado a dar mayores informes de la indagatoria.


La Gente Nueva
No llegaba el operativo con los policías detenidos a Culiacán, cuando el jefe de la Policía Ministerial había nombrado ya al encargado del despacho de la Dirección de Seguridad Pública de Ahome, pasando incluso por encima de la autoridad del alcalde Zenén Xóchihua.


El nuevo director interino de la Policía, Jesús Carrasco Ruiz, dijo textualmente al asumir el mando policiaco: “Yo vengo a trabajar, ya recibí las instrucciones del director de la Policía Ministerial del Estado”. Es decir, que no recibió instrucciones del alcalde, sino de Chuytoño, un hombre que hace meses todavía era perseguido por la justicia y que, al igual que León Horacio Reyes, ahora detenido por él, fue absuelto.


Carrasco Ruiz fue relacionado como miembro del grupo de sicarios Gente Nueva, brazo armado fundador de los Matazetas, al servicio del cártel de Sinaloa, en narcomantas colocadas en Los Mochis y Culiacán, a mediados del presente año.


Los pliegos fueron colocados sobre puentes y en techos de la ferretería Malova, propiedad del gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez.


Posteriormente y de acuerdo con la declaración de al menos tres detenidos de la colonia Praderas de Villa, sorprendidos colocando las mantas, en Los Mochis, estas fueron instaladas por órdenes del clan Beltrán Leyva-Carrillo-Zetas, para denunciar que el entonces subdirector de la Policía Ministerial del Estado, Carlos Héctor Ochoa Polanco, así como Jorge Constantino Sajorópulos Corona y Carrasco Ruiz (Al que anotan como “Carrasco Leyva”) estaban al servicio de la Gente Nueva y que incluso en los operativos élite habían infiltrado a elementos del cártel de Sinaloa, y por ello el ataque frontal a sus intereses en la distribución de drogas y en la aprehensión de algunos de sus elementos.


Esas operaciones contra los autollamados Mazatlecos generaron una reacción violenta al grado de atacar a los patrulleros en las propias instalaciones policiales. Solo en la primera mitad del “gobierno del cambio”, siete policías preventivos que participaron en el Grupo Élite o en los patrullajes de la Base de Operaciones Mixtas Urbanas (BOMU) fueron asesinados y algunos de ellos torturados por considerarlos que “pusieron” a los tiradores de droga.


Antes, Carrasco Ruiz, conocido por el apodo del Flaco o por su aneja clave de radio Tango, que utilizó en los últimos años como elemento de la Policía Judicial del Estado, se había convertido ya en un objetivo para los Mazatlecos.


Ha sobrevivido a dos atentados, presuntamente perpetrados por órdenes de los jefes de la plaza para la organización Beltrán Leyva-Carrillo-Zetas, a su paso por la ciudad, al final del segundo periodo del alcalde Esteban Valenzuela García y cuando formaba parte de los escoltas del entonces director de la Policía Municipal, Carlos Héctor Ochoa Polanco.


En uno de los atentados directos resultó con un balazo en un pie, tras escapar de prolongada persecución desde el ejido Dos de Abril hasta las instalaciones de la Policía Municipal.


En otro atentado, perpetrado por un grupo que asaltaba un banco, resultó ileso, no así uno de su mismo grupo de escoltas. Entonces, un atracador resultó muerto. Este resultó ser un estadounidense.


Ser objetivo de grupos armados o de policías cooptados por el clan Beltrán Leyva original no es nuevo en la vida policial de Carrasco Ruiz, pues en el año 2009 libró un abierto altercado con el grupo Centauro, que entonces comandaba Carlos Barceló Villagrán Torres, asesinado y decapitado en julio de ese año, tras ser separado del cargo.


El exmilitar y jefe policial apareció en una narconómina encontrada en la casa de Alfredo Beltrán Leyva, tras la detención de este.


Carrasco Ruiz fue buscado en sus oficinas para conocer su opinión sobre la implicación de que es miembro de la Gente Nueva, pero su secretaria respondió por él argumentando que no daría entrevistas porque estaba muy ocupado reorganizado las funciones en la Policía Municipal.


El fin de semana, otro ministerial que en su tiempo fue asignado al grupo de seguridad personal del doctor Carlos Héctor Ochoa Polanco, asumió la subdirección operativa. Se trata de Joel Medina Gastélum.




Cámaras, luces… acción: entra Chuytoño a escena a detener a policías
Operativo mediáticoMartín Durán
“Vamos a dar sorpresas”, aseguró el procurador Marco Antonio Higuera Gómez al día siguiente que se dio a conocer la detención de Gilberto Plascencia Beltrán, el Negro, miembro del clan de narcomenudistas Los Mazatlecos.


El Negro había informado a la Procuraduría Genera de Justicia del Estado en sus declaraciones ministeriales de policías que actuaban bajo “complacencia” y hasta en “complicidad” con el grupo criminal.


“Hay unos señalamientos que esos me los reservaría porque son relevantes; se va trabajar por las dos líneas, por la federal y el estado, son muy importantes porque el interés de este gobierno es trabajar con elementos de policía limpios; yo creo que eso les da la respuesta”, apuntó Higuera Gómez en conferencia el 1 de septiembre pasado.


Cuando Ríodoce le preguntó si Plascencia Beltrán confirmó lo que Geovanny Lizárraga había confesado, del pago de protección a la célula delincuencial, el procurador fue lacónico: “Gilberto Plascencia vino a corroborar lo que Geovanny dijo”.


Aunque oficialmente la PGJE reveló que a los 31 policías de Ahome y al director, León Horacio Reyes, se les investiga por tres secuestros y delitos como extorsión y homicidio, fuentes extraoficiales de la institución indicaron que con la captura de integrantes de Los Mazatlecos la madeja de la corrupción policial en el municipio gobernado por Zenén Xóchihua Enciso empezó a desatarse.


Fue desde mayo pasado cuando los grupos especiales de la Policía Ministerial, bajo el mando de Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, comenzaron a dar severos golpes a esta organización vinculada con los Beltrán Leyva y la alianza Zeta.


La captura de Geovanny Lizárraga Ontiveros, líder del clan, tambaleó la estructura del grupo y también dejó al descubierto corruptelas policiacas que entonces nadie “cacaraqueó”.


Fue hasta el lunes 14 de noviembre cuando se dio la orden desde el despacho del Ejecutivo, en la víspera del Primer Informe de Gobierno de Mario López Valdez, de detener a los elementos para investigarlos.


Incluso fue el mismo Malova quien adelantó la noticia en una comida previa al informe para los reporteros de la fuente en Gobierno del Estado.


“Hay señalamientos, varios señalamientos, que desde la propia Policía se está delinquiendo, y si ahorita estamos luchando contra los delincuentes, con mayor razón estamos obligados a luchar contra aquellos que portan un uniforme”, afirmó López Valdez, mientras en Ahome, en medio de flashes y reporteros, los policías eran subidos a un autobús para ser trasladados a Culiacán, en un operativo encabezado por Chuytoño y el comandante de la Novena Zona Militar, Moisés Melo García.


La batida a la Policía Municipal de Ahome incluso opacó el Informe de Gobierno del martes 15, y a Gerardo Vargas Landeros, secretario general de Gobierno, quien fue a entregar el documento al Congreso, le preguntaron más por el destino de los agentes detenidos que por los destinos de las obras del empréstito millonario y por la crisis de agua que hay en el campo.


Resultó obvio desviar la atención hacia el arresto y posterior arraigo de los elementos acusados de colusión con las huestes del crimen, pues semanas atrás, desde el Tercer Piso de Palacio, se dejó externar la preocupación por el “golpeteo” mediático contra la administración ante los magros logros alcanzados en 11 meses de gobierno malovista.


Si algo vino a neutralizar la mala prensa, fue el espectacular e histórico suceso en Ahome, que a mitad de semana concluyó momentáneamente con el decreto de arraigo para obtener pruebas de las acusaciones que la PGJE sostiene.


Desde el llamado “sabadazo” no ocurría en Sinaloa un operativo similar contra una corporación, luego de que el Ejército detuvo en Culiacán alrededor de 600 policías municipales y judiciales, incluyendo al director de la entonces Policía Judicial del Estado, Arturo Moreno Espinoza, y al de la Policía Municipal, Robespierre Lizárraga Coronel.


Este hecho sucedió en abril de 1989, luego del arresto del narcotraficante Miguel Félix Gallardo en Guadalajara. A las corporaciones en Sinaloa se les señaló de trabajar para el capo y su organización.






Hay elementos para investigar a policías, afirma Gerardo Vargas
“Nunca es tarde”El jefe de la policía de Ahome, León Horacio Reyes, y los 30 policías detenidos y arraigados, tienen que responder ante la justicia por una denuncia ciudadana que los involucra en actos ilícitos, dice Gerardo López Landeros, secretario general de Gobierno.


—De pronto, secretario, van y se traen a 31 policías municipales de Ahome y al jefe de ellos. Ustedes hablan de mejoría en el servicio policiaco y ocurre esto…
—Son cosas muy distintas. Nosotros tratamos de mejorar las corporaciones municipales y estatales y tratamos de darles todos los instrumentos para que puedan trabajar y defender a la sociedad, pero tampoco está permitido que teniendo denuncias ciudadanas al Gobierno estatal y a las instancias federales, tengamos que taparnos los ojos. Esta medida se tenía que tomar y decidirá la investigación que quienes andaban mal tendrán que enfrentar a la ley y quien demuestre que esa denuncia ciudadana no tiene sustento, tendrá que regresar no solo a Mochis, sino a la corporación a trabajar.


—¿No actuaron un poco tarde en Ahome?
—Nunca es tarde para poner orden.


—Te lo digo porque desde febrero, marzo, se hablaba de una mala situación del jefe de la Policía Municipal, e incluso se tiene información que ya antes había sido investigado por el Ejército…
—La verdad es que siempre se dicen rumores, pero nadie te da pruebas y no se vale estar acusando sin probarlo. Ahora hay elementos, vamos a ver para quiénes aplican, ni tampoco termina aquí esa depuración y ni se está haciendo nomás por hacerla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario