lunes, 21 de noviembre de 2011

REVELAN PRUEBAS CONTRA VICENTE "VICENTILLO" ZAMBADA


  
 

Joaquín el Chapo Guzmán. Conversaciones desde la sierra.


Revela supuestas conversaciones del Chapo Guzmán y un informante de la DEA

Miguel Ángel Vega
El idilio que alguna vez protagonizó Estados Unidos con el cártel de Sinaloa parece vivir ahora un desencuentro, luego de que el Gobierno estadounidense presentó una serie de documentos en donde expone la supuesta intención de Joaquín el Chapo Guzmán e Ismael el Mayo Zambada por destruir la embajada de ese país en el DF o bien, cualquier otro edificio mexicano.

Ello, dicen, enviaría “un mensaje al Gobierno gringo”. Cierto o no, la Fiscalía que acusa a Vicente Zambada Niebla de traficar drogas a los Estados Unidos se prepara para la guerra en el juicio que inicia en febrero próximo.

De acuerdo con el documento 09-CR-00383, presentado el pasado 10 de noviembre ante una corte federal del Distrito Norte de Illinois, en el marco del proceso que se le sigue a Vicente Zambada Niebla, los hermanos Pedro y Margarito Flores, antiguos distribuidores del cártel de Sinaloa en Estados Unidos y actuales informantes de la DEA, habrían detallado a las autoridades estadounidenses cómo el Mayo y el Chapo le dijeron que se hicieran de armas más poderosas para lograr su cometido.


El documento, en poder de Ríodoce, refiere a un supuesto encuentro que Margarito Flores sostuvo con Guzmán Loera, el Mayo Zambada y Vicente Zambada Niebla, en algún lugar de la Sierra Madre Occidental, el 31 de octubre del 2008.


En la reunión, la cúpula del cártel de Sinaloa habría discutido el arresto de Jesús Reynaldo Zambada García, el Rey y hermano del Mayo, ocurrido nueve días antes, el 22 de octubre del 2008 en la Ciudad de México.


Según el testimonio presentado ante la Corte, el Mayo estaba inconforme por la forma en que la administración de Felipe Calderón estaba dejando al Gobierno estadounidense “hacer lo que le diera la gana”, a lo que el Chapo respondió que “los gringos los estaban chingando por todos lados” y que debía hacerse algo.


“Sería bueno enviarles un mensaje, y donde quiera que lo hagamos, que sea en el territorio de alguien más” (de otro capo).


“En el humo estaría bien”, propuso el Mayo refiriéndose al DF, que en aquel tiempo era controlado por Arturo Beltrán Leyva.


El Chapo habría respondido que esa era una muy buena idea, “ya que eso calentaría la plaza y Arturo sentiría el calor”.


“Que sea un edificio de Gobierno. No importa cuál; una embajada, un consulado, un edificio de un medio de comunicación”, habría agregado el Chapo, según el documento.


Fue cuando el Mayo se volvió a Margarito, su principal distribuidor en Illinois, para señalarle que buscara a alguien que les consiguiera armas grandes y potentes, es decir, “armas americanas poderosas, no chingaderas de Asia o del Medio Oriente, sino artefactos verdaderamente chingones”, habría indicado el Mayo.


Fue cuando el Vicentillo intervino y mencionó un modelo muy particular de arma, a lo que Margarito Flores le respondió que no creía que esa arma fuera americana, según cita el documento.


“Entonces sabes a las que me refiero”, le habría respondido el Vicentillo. “Porque no necesitamos una ni dos, necesitamos muchas, 20 o 30”.


Flores dijo entonces que vería lo que podía hacer. Entonces el Chapo se volvió nuevamente hacía él: “Haga su chamba compa”.


Pocos minutos después, dice el documento, Margarito habría de partir, pero antes fue nuevamente abordado por el Vicentillo: “Hey, no necesitamos chingaderitas. Queremos volar edificios”.


“Ya tenemos granadas, Barrets, y ya estamos hasta la madre de los cuernos (AK-47), así que, si quiere portarse bien, consiga esas madres que le digo. Y a la chingada con el dinero, a la chingada con la droga. Hay que hacer un desmadre, a bazoocazos, con lanzagranadas”.


Una vez que Margarito Flores hubo partido, llamó de inmediato a la DEA para informarles de las intenciones del cártel de Sinaloa de hacerse de armas poderosas para volar edificios en el DF, y pidió a los agentes que le consiguieran precios en el mercado negro, por si el Mayo, el Chapo o el Vicentillo les volvían a preguntar por el encargo, “así al menos él tendría conocimiento”.


Conversaciones grabadas
Un mes después de aquella reunión en las montañas, Margarito Flores tuvo una conversación telefónica con Vicente Zambada Niebla, la cual habría sido grabada por la DEA.


Esta es la conversación íntegra que se lee en el documento, y que se habría desarrollado luego que los capos discutieran una transacción de 13 kilos de heroína:


MF: Oiga, ¿se acuerda lo que platicamos? Los juguetitos aquellos… [los lanza cohetes y lanza granadas].

VZN: Sí...


MF: Ya están. Tengo a alguien que acaba de regresar de la guerra, y me dice que puede conseguirlos, pero van a salir dos veces más caro de lo previsto. ¿Está de acuerdo con eso?

VZN: Está bien, nada más manténgame informado de a cómo va a ser...


MF: Ok. Son de los que me dijo. Dice que puede conseguirme de veinte a 30 de seguro.

VZN: Bien...


MF: Son igualitos a las que propuso… Como de todos modos el compa este se viene para acá (a vivir a México), por eso quiere venderlas. Y por eso las anda dando al doble.

VZN: Está bien...


MF: Solo dígale al señor [a Zambada García] que como un favor hacia mí, si pueden recogerlas en Estados Unidos.

VZN: Yo le digo. Va a decir que sí…


MF: Ok, entonces estamos bien.

VZN: Sí, estamos bien.


MF: Seguimos pendientes. Ahí me saluda a todos.

VZN: Está bueno...


MF: Ahí estamos...


La historia de los hermanos Flores
Pedro y Margarito Flores, gemelos nacidos en el estado de Illinois y de ascendencia mexicana, fueron los principales distribuidores del cártel de Sinaloa en Estados Unidos hasta finales del 2008.


Según documentos del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ), Pedro y Margarito Flores distribuían al año casi dos toneladas de cocaína que les hacía llegar la organización liderada por el Chapo, y de la que entonces formaba parte Arturo Beltrán Leyva, el que aparentemente fue quien los reclutó.


Hasta que a principios del 2008 estalló la guerra al interior del cártel y la organización se fragmentó. Los hermanos Flores tuvieron que decidirse entre negociar con el Chapo y el Mayo, o unirse a Arturo Beltrán Leyva, quien le exigía lealtad o de lo contrario “pagarían las consecuencias”.


Documentos de la DEA señalan que ambos hermanos optaron por aliarse con los primeros, sin embargo, la amenaza por parte de los hermanos Beltrán Leyva siempre estuvo latente.

Fue cuando los Flores acordaron acercarse a agentes de la DEA, que para entonces ya los tenían bien identificados e incluso, les habían hecho varios decomisos de droga valuada en varios millones de dólares.


La propuesta de Pedro y Margarito era ser informantes de la DEA y darles a conocer todos los detalles operativos del cártel de Sinaloa, incluyendo su estructura organizacional y su modus operandi. Ello obligaba a las autoridades a no detenerlos, dejándolos operar con libertad.


Para finales de octubre de ese mismo año en que los hermanos Flores se vieron con el Mayo y con el Chapo, ya eran informantes de la DEA, según establece el documento presentado por el Procurador del Distrito Norte de Illinois, Patrick Fitzgerald.


Nunca se supo si la DEA ayudó a conseguir los lanzacohetes que supuestamente el Chapo y El Mayo demandaban, aunque según trascendió varios meses después, ambos hermanos fueron detenidos y aparentemente están en custodia en alguna prisión de Estados Unidos, aunque se desconoce dónde se encuentran.


Chris Burke, vocero de la Oficina Federal de Prisiones en Estados Unidos, señaló que ellos no tenían a Margarito Flores y que Pedro Flores tiene 149 homónimos en las cárceles de Estados Unidos.


“Ocupo más datos sobre estas personas, número de seguro social o al menos la fecha de nacimiento para saber si Pedro Flores está con nosotros”, dijo Burke en un comunicado enviado a Ríodoce.


El DOJ sin embargo, no ha revelado más información en torno a los hermanos Flores, y hasta el cierre de esta edición no habían respondido llamadas ni correos electrónicos, por lo que el lugar donde se encuentran recluidos sigue siendo un misterio, lo mismo que la fecha exacta en que ambos habrían sido detenidos.


El único antecedente de que se encuentran bajo custodia es una nota de la cadena ABC, que señala que ambos habrían sido arrestados y puestos en prisión a mediados del 2009 y que se les sigue un proceso judicial por tráfico de drogas.


No obstante, tanto Pedro como Margarito Flores son las dos puntas de lanza que la Fiscalía utilizará para tratar de hundir al Vicentillo.


Presión para la Fiscalía
Luego de los documentos que sometió el procurador Fitzgerald, el juez Rubén Castillo señaló que obligaría a la Fiscalía a presentar las pruebas, grabaciones y declaraciones juramentadas que el Gobierno estadounidense afirma tener en torno a los supuestos atentados que se habrían de realizar en la Ciudad de México.


La defensa también deberá entregar pruebas relacionadas con las observaciones de la defensa, que afirman que el Vicentillo actuó con autoridad pública y que el Gobierno de Estados Unidos le dio inmunidad para el trasiego de droga de México a Estados Unidos.


Le fecha límite para la entrega de todos esos documentos será el 2 de diciembre, indicaron fuentes cercanas al desarrollo del caso.


Y aunque Fitzgerald se ha negado a presentar esa evidencia por considerarla “peligrosa”, y que incluso puede tener repercusiones de seguridad nacional, es evidente que bajo estas circunstancias no tendrá de otra que recurrir a todos los documentos clasificados que tienen y mostrarlos, de otro modo, el Vicentillo pudiera quedar libre al no recibir un juicio justo, según han dicho expertos en derecho a Ríodoce.


Sin embargo, a lo que verdaderamente parecen apostar los fiscales es a demostrar que Zambada Niebla participó en el trasiego de droga a Estados Unidos y para ello preparan una lista de diez testigos e informantes como los hermanos Flores, que en su momento no solo firmarán declaraciones para que la fiscalía hunda a Zambada Niebla, sino que los llevarían a testificar frente a un jurado para que expongan el modus operandi del cártel de Sinaloa, y sobre cómo Zambada Niebla participaba en la introducción de droga a Estados Unidos.


Por su parte, fuentes cercanas a la defensa de Zambada Niebla dijeron que los señalamientos que hace Fitzgerald son falsos, y que no existen reuniones sobre la adquisición de armas, por lo que la estrategia de la defensa seguirá siendo la misma: exigir al Gobierno que enseñe documentos donde se muestra que verdaderamente se prometió inmunidad a Zambada Niebla.


Cómo opera el cártel de Sinaloa según la DEA
La forma en que el cártel de Sinaloa importa cocaína de México a Estados Unidos es diversa y va desde la vía área hasta la submarina, marítima en contenedores, botes de alta velocidad que atraviesan la costa, veleros, así como vía terrestre, ya sea en tráileres, autobuses, automóviles y hasta en tractores.


Los encargados de su transportación coordinan que la droga llegue a sus destinos.


La organización es liderada por Joaquín Guzmán Loera el Chapo e Ismael Zambada García, el Mayo.


Cada uno opera una fracción del cártel de Sinaloa, que son finalmente las partes encargadas de todas las operaciones de la organización. Cada parte igualmente, opera independientemente una de la otra, sin embargo, trabajan de manera coordinada.


De acuerdo con un testigo protegido, de quien se desconoce el nombre, la forma en que opera el cártel es primero verse con narcotraficantes colombianos con quienes definen los precios y cantidades de cocaína a negociar.

Una vez definido lo anterior, establecen la logística para el traslado de la droga de Colombia a México, y quién y cómo la cruzará a Estados Unidos.


El pago a los colombianos no se hace de inmediato, sino que los de Sinaloa tienen que esperar a que la droga haya alcanzado su destino en Estados Unidos.


En 1994, establece el documento, los principales contactos del cártel de Sinaloa eran Ismael el Mayo Zambada y Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los cielos. En ese tiempo, ambos capos se entrevistaron en un rancho cercano a Ciudad Juárez, en donde acordaron enviar la droga de Colombia a Quintana Roo, en botes de gran velocidad. Sería cerca de Cancún donde el cártel de Sinaloa recibiría la droga. De ahí, la transportarían a Nueva York, donde nuevamente sería entregada a su dueño original. El pago que recibirían por mover la droga era del 45 por ciento del valor de cada carga, mientras que el 55 por ciento quedaba para el dueño original.

El documento agrega que, de 1994 a 1998, el encargado de recibir la droga y revisar que todo estuviera bien era Vicente Zambada Niebla, junto a otra persona a quien identifican como Javier Díaz, y que esa información la puede corroborar el testigo protegido que tiene la DEA, y quien aparentemente es el colombiano con quien se realizaban las negociaciones.


Pájaros en el alambre
Las siguientes son algunas de las conversaciones que señala la Fiscalía están en poder de la DEA y del Departamento de Justicia de Estados Unidos, y que serán usadas durante el juicio a Zambada Niebla.


(“Conversación grabada por la DEA el 15 de noviembre del 2008”. Quienes supuestamente intervienen son Margarito Flores y Joaquín el Chapo Guzmán. Este diálogo está asentado en el archivo 09-CR-383-3, en poder del Gobierno estadounidense y del cual Ríodoce tiene copia. La traducción es de acuerdo al léxico sinaloense).


JGL: Bueno...

PF: Qué tal...


JGL: ¡Amigo!

PF: ¿Cómo está?


JGL: Bien, bien. Gusto en saludarlo. ¿Cómo está su hermano?

PF: Bien, todos bien. Oiga, qué mal que no haya podido verlo el otro día [Pedro no estuvo presente en la reunión del 31 de octubre del 2008 en las montañas].


JGL: Oh, no era usted….

PF: Era mi hermano [Margarito Flores].


JGL: Pues igual, estoy para servirle.

PF: No pues, todo bien. Gusto en saludarlo. Oiga, lo molesto por lo que me mandaron el otro día. Ya tengo el cheque listo… pero, pues quisiera pedirle un favor.


JGL: Dígame.

PF: Cree que sería posible reducir cinco pesos a la mercancía? [bajar 5,000 pesos al precio del kilo de heroína]


JGL: ¿A cuánto habíamos quedado?

PF: A 55 [$55,000 el kilo de heroína].


JGL: ¿Y a cuánto quiere que se la deje?

PF: A 50… Si me hace ese favor le tendría el cheque ahorita mismo.


JGL: ¿Ya tiene el dinero?

PF: Sí. Si me quita esa diferencia de cinco, puedo pagarle de ya. Y también quería ver si me envía más de la misma…


JGL: Vamos por partes… ¿Qué tanto le dieron?

PF: 20 [20 kilos de heroína].


JGL: ¿Cuántos?

PF: 20.


JGL: Está bien, mañana recojo el dinero. ¿Está de acuerdo con eso?

PF: Si


JGL: ¿Esta bien el precio?

PF: Sí, y se lo agradezco mucho. Lo que pasa es que... la mercancía pasada estaba medio mala y tuvimos que ajustarla [la de mala calidad fue mezclada con otra de mejor calidad].


JGL: Oiga, ¿y tiene manera de traernos el dinero hasta acá [a México]?

PF: Claro que sí.


JGL: ¿Entonces me lo entrega acá?

PF: Sí… nada más deme un par de días y se lo tengo ahí. Es más, tengo un cheque que está por llegar, en cuanto lo tenga le adelanto algo... Son como 400 [$400,000].


JGL: Mire, voy a llamar a alguien ahorita, para que recojan el dinero allá [en los Estados Unidos].

PF: Bueno.


JGL: Le llamo de vuelta, nada más aguánteme tantito…

PF: Está bien.


JGL: Le llamo al rato...


En otra llamada hecha minutos más tarde a Pedro Flores, Guzmán Loera pasó el teléfono a uno de sus socios, quien le dicto nombre y teléfono de la persona que habría de recoger el dinero. Guzmán Loera tomó entonces el teléfono de vuelta, desarrollándose la siguiente conversación:


JGL: Dígame…

PF: Disculpe que lo moleste, pero es que nada más me quedan tres kilos (de los 20 kilos de heroína que originalmente me mandó), y quería preguntarle ¿para cuándo me puede enviar un poco más?


JGL: ¡Ah chingado¡ Yo creía que no distribuía tanto.

PF: Pues la verdad es que esta salió muy buena. Pa’qué le voy a mentir.


JGL: ¿Cómo con cuanto la haría al mes?

PF: Pues... si tiene la misma calidad, como 40 kilos.


JGL: Tanto así. ¿Oiga, alguien más le envía? Porque mi compa me dijo que le iba a enviar algo…

PF: Sí, pero la que me enviaron no estaba muy buena. No se compara con la que usted me envía…


JGL: Ta bueno, le envío lo que me pide [va a empezar a suplir los 40 kilos que necesitan los hermanos Flores...]

PF: Oiga, pero usted cree que tengan al menos otros siete kilos que pudieran enviarme de ya...


JGL: Uh... Se los envío de esta semana a la otra.

PF: Por favor. Se lo voy a agradecer mucho.


JGL: No se preocupe.


Los testigos
Entre los testigos que la fiscalía estadounidense busca llamar a testificar se encuentran exmiembros del cártel de Sinaloa que están presos, y otros que se desconoce su paradero, incluyendo familiares, amigos y socios del Vicentillo.


La lista la conforman Manuel Fernández Navarro, La Puerca, Alfredo Guzmán, Alfredo Vásquez, Juan Guzmán, Germán Olivares, Felipe LNU, Tomás Arévalo, los hermanos Pedro y Margarito Flores, así como el mismo Vicente Zambada.

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