Foto: archivo
El hallazgo de cadáveres
inhumados clandestinamente que inició el pasado viernes en una finca del norte
de Guadalajara concluyó el domingo con un total de diez cuerpos de personas que
fueron asesinadas, una de ellas de sexo femenino.
La fosa fue localizada en un
inmueble ubicado sobre la calle Béjar, en la colonia Santa Elena de la Cruz, en
los límites de los municipios de Guadalajara y Zapopan, luego de que el
propietario diera aviso a las autoridades.
El viernes último, la Policía
tapatía recibió el reporte de que en el lugar se observaba un cadáver
semienterrado. El dueño de la finca abandonada aseguró que llegó a realizar
algunas remodelaciones y luego de percibir olores fétidos encontró el cuerpo de
un hombre entre la tierra.
Al acudir personal del
Servicio Médico Forense (Semefo) y peritos de Criminalística, y extraer el
cadáver, se dieron cuenta de que debajo de éste había otros tres cuerpos.
La búsqueda continuó el
sábado con el apoyo de maquinaria pesada de la Unidad de Protección Civil del
Estado y perros adiestrados, para concluir el domingo con la exhumación de un
total de diez personas asesinadas en estado de descomposición.
Fuentes del Instituto
Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) aseguran que los cuerpos cuentan con
diferentes fechas de evolución cadavérica que se remontan a por lo menos cinco
meses el más antiguo y un par de semanas el más reciente.
El dueño del inmueble refirió
que el lugar estuvo abandonado durante mucho tiempo y presuntamente era
utilizado para la venta de drogas y nido de malvivientes, según le dijeron los
vecinos. Pretendía restaurar la finca para rentarla o venderla.
Las autoridades locales no
han emitido ningún pronunciamiento sobre el hallazgo que mantiene alarmada a la
ciudad de Guadalajara, pues la mayoría de fosas clandestinas no se localizaban
en zonas urbanas.
(SEMANARIO ZETA/ DESTACADOS LUIS CARLOS SÁINZ /LUNES, 6 AGOSTO, 2018
01:02 PM)
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