La nación asiática respondió a las
medidas arancelarias del Gobierno de Estados Unidos, imponiendo aranceles por
valor de 34 mil millones de dólares. La medida cierra la primera jornada de la
guerra comercial en la que se encuentran las dos mayores potencias económicas
del mundo.
Alejandra Olcese
Pekín, 6 de julio (EFE).-
China respondió hoy a los aranceles comerciales estadounidenses con unas
medidas de similar cuantía, por valor de 34 mil millones de dólares, en un contraataque
inmediato que cerró la primera jornada de la guerra comercial entre las dos
mayores potencias económicas mundiales.
A las 00:00 horas de
Washington se hacían efectivas las amenazas del Presidente estadounidense,
Donald Trump, y entraban en vigor aranceles del 25 por ciento a bienes
importados de China por el mismo valor, principalmente del sector tecnológico e
industrial.
Comenzaba así oficialmente lo
que China ha calificado como “la mayor guerra comercial de la historia” entre
las dos mayores potencias económicas del mundo, pero tal y como había avanzado
Pekín, sin que fuera ella la que “disparara la primera bala”.
La respuesta china no se hizo
esperar, aunque inicialmente carecía de la contundencia y claridad que se
esperaba, y pocos minutos después del medio día el Ministerio de Comercio chino
publicaba un comunicado algo confuso en el que afirmaba que el país “se vería
forzado a realizar los contraataques necesarios”.
Tres horas después, un
portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lu Kang, confirmó en rueda
de prensa que “después de que EU. activara sus medidas arancelarias contra
China, las medidas de China contra EU se activaron inmediatamente”.
Sin embargo, Lu no detalló si
ese contraataque consistiría imponer aranceles a productos estadounidenses por
el mismo valor, tal y como había advertido previamente el Gobierno de Pekín.
Finalmente, un comunicado
divulgado por la agencia oficial Xinhua confirmó que las contramedidas chinas
habían entrado en vigor a las 12.01 hora local (04.01 GMT), tenían “el mismo
volumen” que las de EU y se referían al anuncio del 5 de junio.
Ese anuncio incluía la
amenaza de Pekín a Washington de imponer aranceles del 25 por ciento a 545
productos estadounidenses por valor de 34 mil millones de dólares, la mayoría
de ellos agrícolas (sobre todo soja) y productos de consumo como automóviles o
güisqui.
Donald Trump, Presidente Estados Unidos,
ha provocado una guerra comercial por las medidas arancelarias que su Gobierno
impone. Foto: EFE
En opinión de Louis Kuijs, de
la consultora Oxford Economics, el objetivo de China pasa por “posicionarse
como la campeona del sistema internacional que se rige por las reglas (de la
OMC) y de la globalización económica”, mientras EU se retrata a sí mismo
iniciando la guerra comercial en varios frentes.
“Esto tiene mucho significado
y es muy importante de cara al futuro”, destacó a Efe Kuijs, quien resalta
también que no es causalidad que China aprovechara su comunicado matutino para
recordar que seguirá abriendo su economía, que protegerá los derechos de
propiedad industrial y mejorará las condiciones para las firmas extranjeras.
Estas tres son algunas de las
principales reivindicaciones que hacen diariamente EU y Europa a China, y en
las que se escudó Trump para aplicar los aranceles aprobados hoy contra
productos industriales y tecnológicos de alto valor añadido hacia los que la
potencia asiática quiere reorientar su industria dentro de la estrategia “Made
in China 2025”.
Esta iniciativa es uno de los
principales quebraderos de cabeza de Trump, según los expertos, que consideran
que una de las razones subyacentes a esta batalla comercial es la disputa entre
China y EU por saber quién liderará la revolución tecnológica y se posiciona
líder en los sectores clave.
En opinión de Mark Tinker,
responsable de la división de renta variable Framlington de AXA IM en Asia,
todo parece apuntar a que EU está “invocando leyes de emergencia para limitar
la inversión de China en compañías estadounidenses involucradas en las llamadas
industrias del futuro”, es decir, aeroespacial, inteligencia artificial,
robótica o dispositivos médicos, entre otros.
Por su parte, si China ha
respondido con aranceles que gravan sobre todo productos agrícolas, su elección
podría ser dañina para Trump.
“La respuesta de China parece
muy dirigida, golpeando a algunos estados estadounidenses que han apoyado las
políticas populistas y proteccionistas del Presidente Trump”, apunta Carsten
Menke, analista de materias primas del banco suizo Julius Baer.
Este experto explica que EU
es uno de los dos mayores vendedores de soja a nivel mundial, junto a Brasil, y
que China es el máximo comprador -con una cuota del 60 por ciento sobre el
total de importaciones-.
“Si se introducen los
aranceles, los granjeros estadounidenses perderán competitividad en el mercado
de exportaciones y necesitarán encontrar otros compradores”, lo que impactará
en sus negocios y podría perjudicar a Trump de cara a las elecciones de medio
mandato de noviembre en EU, señala.
La aprobación de medidas por
parte de China podría llevar a EU a cumplir con sus amenazadas de imponer una
nueva remesa de aranceles a productos procedentes del país asiático cuyo valor
total podría ascender a los 500 mil millones de dólares, provocando un aumento
del conflicto.
“No queremos ver una escalada
de las fricciones comerciales”, recalcó hoy Pekín, que anunció que se pondrá en
contacto inmediatamente con la Organización Mundial de Comercio (OMC) y otros
países para “proteger conjuntamente el libre comercio y el sistema
multilateral”.
(SIN EMBARGO/ EFE/ 06 DE JULIO 2018)
No hay comentarios:
Publicar un comentario